¿Quién debe a quién?:
La anulación de la deuda alemana en Londres en 1953
Cadtm
Desde 2010, la mayor parte de los dirigentes políticos en los países más fuertes de la zona euro, apoyados por los medios dominantes, alaban los méritos de su supuesta generosidad con respecto al pueblo griego y a otros países fragilizados de la zona euro que están en la primera plana de la actualidad (Irlanda, Portugal, España…).
En este contexto, los llamados «planes de rescate» originan medidas que continúan hundiendo cada vez más la economía de los países receptores y que propugnan retrocesos sociales inéditos durante los últimos 65 años en Europa.
A esto se agrega la estafa del plan de reducción de la deuda griega adoptado en marzo de 2012, que implica una reducción de las acreencias debidas por Grecia a los bancos privados del orden del 50 % /1 mientras que estas mismas acreencias ya habían perdido entre el 65 y el 75 % de su valor en el mercado secundario.
La reducción de las acreencias de los bancos privados está compensada por un aumento de las acreencias públicas en manos de la Troika y lleva a nuevas medidas de una brutalidad y de una injusticia fenomenal.
Este acuerdo de reducción de la deuda tiene por fin encadenar definitivamente al pueblo griego a una austeridad permanente, pero también constituye un insulto y una amenaza para todos los pueblos de Europa y del mundo.
Según los servicios de estudios del FMI, en 2013 la deuda pública griega representará el 164 % del Producto Interior Bruto, es decir que la reducción anunciada en marzo de 2012 no llevará a un alivio real y durable de la carga de la deuda que pesa sobre el pueblo griego.
Dada esta situación, Alexis Tsipras, en una visita al Parlamento Europeo el 27 de septiembre de 2012, señaló la necesidad de una verdadera iniciativa de reducción de la deuda griega y se refirió a la anulación de una gran parte de la deuda alemana en el marco del acuerdo de Londres de febrero de 1953.
Recordemos este acuerdo.
A esto se agrega la estafa del plan de reducción de la deuda griega adoptado en marzo de 2012, que implica una reducción de las acreencias debidas por Grecia a los bancos privados del orden del 50 % /1 mientras que estas mismas acreencias ya habían perdido entre el 65 y el 75 % de su valor en el mercado secundario.
La reducción de las acreencias de los bancos privados está compensada por un aumento de las acreencias públicas en manos de la Troika y lleva a nuevas medidas de una brutalidad y de una injusticia fenomenal.
Este acuerdo de reducción de la deuda tiene por fin encadenar definitivamente al pueblo griego a una austeridad permanente, pero también constituye un insulto y una amenaza para todos los pueblos de Europa y del mundo.
Según los servicios de estudios del FMI, en 2013 la deuda pública griega representará el 164 % del Producto Interior Bruto, es decir que la reducción anunciada en marzo de 2012 no llevará a un alivio real y durable de la carga de la deuda que pesa sobre el pueblo griego.
Dada esta situación, Alexis Tsipras, en una visita al Parlamento Europeo el 27 de septiembre de 2012, señaló la necesidad de una verdadera iniciativa de reducción de la deuda griega y se refirió a la anulación de una gran parte de la deuda alemana en el marco del acuerdo de Londres de febrero de 1953.
Recordemos este acuerdo.
Acuerdo de Londres de 1953 sobre la deuda alemana
El radical alivio de la deuda de la República Federal Alemana (RFA) y su rápida reconstrucción después de la segunda guerra mundial fueron posibles gracias a la voluntad política de sus acreedores, es decir, Estados Unidos y sus principales aliados occidentales (Reino Unido y Francia) dentro del marco de la guerra fría.
En octubre de 1950, estos tres aliados formularon un proyecto en el que el gobierno federal alemán reconocía la existencia de deudas de los períodos anterior y posterior a la guerra.
Además agregaban una declaración que estipulaba que “los tres países están de acuerdo en que el plan prevea una liquidación adecuada para Alemania de las exigencias, cuyo efecto final no debe desequilibrar la situación financiera de la economía alemana por repercusiones indeseables ni afectar excesivamente las reservas potenciales de divisas.
Los tres países están convencidos de que el gobierno federal alemán comparte su posición y que la restauración de la solvencia alemana irá acompañada de un reembolso adecuado de la deuda alemana que asegure a todos los participantes una negociación justa que tenga en cuenta los problemas económicos de Alemania”. /2
En octubre de 1950, estos tres aliados formularon un proyecto en el que el gobierno federal alemán reconocía la existencia de deudas de los períodos anterior y posterior a la guerra.
Además agregaban una declaración que estipulaba que “los tres países están de acuerdo en que el plan prevea una liquidación adecuada para Alemania de las exigencias, cuyo efecto final no debe desequilibrar la situación financiera de la economía alemana por repercusiones indeseables ni afectar excesivamente las reservas potenciales de divisas.
Los tres países están convencidos de que el gobierno federal alemán comparte su posición y que la restauración de la solvencia alemana irá acompañada de un reembolso adecuado de la deuda alemana que asegure a todos los participantes una negociación justa que tenga en cuenta los problemas económicos de Alemania”. /2
La deuda reclamada a Alemania correspondiente al período anterior a la guerra se elevaba a 22.600 millones de marcos incluidos los intereses.
La deuda de la posguerra se estimaba en 16.200 millones de marcos.
Por un acuerdo alcanzado en Londres el 27 de febrero de 1953 /3, estos montos se redujeron a 7.500 millones y 7.000 millones de marcos, respectivamente. /4
Lo que representó una reducción del 62,6 %.
La deuda de la posguerra se estimaba en 16.200 millones de marcos.
Por un acuerdo alcanzado en Londres el 27 de febrero de 1953 /3, estos montos se redujeron a 7.500 millones y 7.000 millones de marcos, respectivamente. /4
Lo que representó una reducción del 62,6 %.
El acuerdo establecía la posibilidad de suspender los pagos y renegociar las condiciones de éstos si se presentaba un cambio substancial que limitara la disponibilidad de recursos. /5
Para garantizar que la economía de Alemania occidental realmente se relanzara y constituyera un elemento estable y central en el bloque atlántico frente al bloque del Este, los aliados acreedores hicieron grandes concesiones a las autoridades y empresas alemanas, que fueron mucho más allá de la reducción de la deuda.
Se partía del principio de que Alemania debía estar en condiciones de reembolsar la deuda manteniendo un alto nivel de crecimiento y una mejora de las condiciones de vida de la población.
Pagar sin empobrecerse.
Con este fin, los acreedores acordaron:
Se partía del principio de que Alemania debía estar en condiciones de reembolsar la deuda manteniendo un alto nivel de crecimiento y una mejora de las condiciones de vida de la población.
Pagar sin empobrecerse.
Con este fin, los acreedores acordaron:
1.- Que Alemania reembolsara en su moneda nacional, el deutshe mark, lo esencial de la parte que se le reclamada.
En forma marginal, reembolsara en divisas fuertes (dólares, francos suizos, libras esterlinas…).
En forma marginal, reembolsara en divisas fuertes (dólares, francos suizos, libras esterlinas…).
2.- Que al comienzo de los años cincuenta, mientras el país todavía tenía una balanza comercial negativa (el valor de las importaciones es mayor que el de las exportaciones), las potencias acreedoras aceptaban que Alemania redujera sus importaciones puesto que podía producir muchos bienes que antes importaba.
Al permitir que Alemania sustituyera importaciones por bienes de producción propia, los acreedores aceptaban reducir sus exportaciones hacia este país.
En el período 1950-1951, el 41 % de las importaciones alemanas provenían del Reino Unido, de Francia y de Estados Unidos.
Si se suma a esta cifra la parte de las importaciones provenientes de otros países acreedores participantes de la conferencia (Bélgica, Países Bajos, Suecia y Suiza), la suma total llegaba hasta el 66 %.
Al permitir que Alemania sustituyera importaciones por bienes de producción propia, los acreedores aceptaban reducir sus exportaciones hacia este país.
En el período 1950-1951, el 41 % de las importaciones alemanas provenían del Reino Unido, de Francia y de Estados Unidos.
Si se suma a esta cifra la parte de las importaciones provenientes de otros países acreedores participantes de la conferencia (Bélgica, Países Bajos, Suecia y Suiza), la suma total llegaba hasta el 66 %.
3.- Que los acreedores autorizaban que Alemania vendiera sus productos en el extranjero, estimulando incluso sus exportaciones, con el fin de conseguir una balanza comercial positiva.
Estos diferentes elementos estaban consignados en la declaración antes mencionada.
“La capacidad de pago de Alemania, a sus deudores privados y públicos, no significa sólo la capacidad de efectuar los pagos regularmente en marcos alemanes sin consecuencias inflacionarias, sino también que la economía del país pueda cubrir sus deudas teniendo en cuenta su balanza de pagos actual.
Estos diferentes elementos estaban consignados en la declaración antes mencionada.
“La capacidad de pago de Alemania, a sus deudores privados y públicos, no significa sólo la capacidad de efectuar los pagos regularmente en marcos alemanes sin consecuencias inflacionarias, sino también que la economía del país pueda cubrir sus deudas teniendo en cuenta su balanza de pagos actual.
El establecimiento de la capacidad de pago de Alemania requería hacer frente a ciertos problemas que eran:
1) la futura capacidad productiva con una consideración particular sobre la capacidad productiva de bienes exportables y la capacidad para la sustitución de importaciones;
2) la posibilidad de vender mercaderías alemanas en el exterior;
3) las probables condiciones de comercio en el futuro;
4) las medidas fiscales y económicas internas necesarias para asegurar un superávit para exportar. “/6
1) la futura capacidad productiva con una consideración particular sobre la capacidad productiva de bienes exportables y la capacidad para la sustitución de importaciones;
2) la posibilidad de vender mercaderías alemanas en el exterior;
3) las probables condiciones de comercio en el futuro;
4) las medidas fiscales y económicas internas necesarias para asegurar un superávit para exportar. “/6
Además, en caso de litigio con los acreedores, en general, los tribunales alemanes eran competentes.
Se dice, explícitamente, que, en ciertos casos, “los tribunales alemanes podrán rechazar la ejecución […] la decisión de un tribunal extranjero o de una instancia arbitral.”
Es el caso, cuando «la ejecución de la decisión sería contraria al orden público», (p.12 del Acuerdo de Londres).
Se dice, explícitamente, que, en ciertos casos, “los tribunales alemanes podrán rechazar la ejecución […] la decisión de un tribunal extranjero o de una instancia arbitral.”
Es el caso, cuando «la ejecución de la decisión sería contraria al orden público», (p.12 del Acuerdo de Londres).
Otro elemento muy importante: el servicio de la deuda se fijaba en función de la capacidad de pago de la economía alemana, teniendo en cuenta los adelantos en la reconstrucción del país y los ingresos por exportación.
Así, la relación entre servicio de la deuda e ingresos por exportación no debía superar el 5 %. Esto quiere decir que Alemania occidental no debía dedicar más de una vigésima parte de sus ingresos por exportación al pago de su deuda.
En la práctica, Alemania no destinó jamás más del 4,2 % de estos ingresos al pago de la deuda (cifra alcanzada en 1959).
Así, la relación entre servicio de la deuda e ingresos por exportación no debía superar el 5 %. Esto quiere decir que Alemania occidental no debía dedicar más de una vigésima parte de sus ingresos por exportación al pago de su deuda.
En la práctica, Alemania no destinó jamás más del 4,2 % de estos ingresos al pago de la deuda (cifra alcanzada en 1959).
Y otra medida excepcional fue la aplicación de una reducción drástica del tipo de interés, que osciló entre 0 % y 5 %.
Las potencias occidentales le brindaron a Alemania del Oeste una ofrenda de un enorme valor económico: el artículo 5 del acuerdo firmado en Londres postergaba el pago de las reparaciones y de las deudas de guerra -tanto de la primera como de la segunda guerra mundial- que la República Federal Alemana debía a los países ocupados, anexados o agredidos, así como a sus poblaciones.
Finalmente, hay que tener en cuenta las donaciones en dólares de Estados Unidos a Alemania occidental:
1.173, 7 millones de dólares en el marco del Plan Marshall, entre el 3 de abril de 1948 y el 30 de junio de 1952 (o sea, cerca de 10.000 millones de dólares actuales).
A los cuales se agregaban, por lo menos, 200 millones de dólares (cerca de 2.000 millones de dólares actuales), entre1954 y 1961, principalmente a través de la Agencia Internacional de Desarrollo de Estados Unidos (USAID).
1.173, 7 millones de dólares en el marco del Plan Marshall, entre el 3 de abril de 1948 y el 30 de junio de 1952 (o sea, cerca de 10.000 millones de dólares actuales).
A los cuales se agregaban, por lo menos, 200 millones de dólares (cerca de 2.000 millones de dólares actuales), entre1954 y 1961, principalmente a través de la Agencia Internacional de Desarrollo de Estados Unidos (USAID).
Gracias a esas condiciones excepcionales, Alemania occidental se recuperó económicamente en forma muy rápida y terminó por absorber a Alemania del Este a comienzos de 1990.
Y ahora, es por lejos, la economía más fuerte de Europa.
Y ahora, es por lejos, la economía más fuerte de Europa.
Alemania 1953/Grecia 2010-2012
Si nos arriesgamos a hacer una comparación entre el tratamiento al que es sometidaGrecia y el que se le reservó a Alemania después de la segunda guerra mundial, las diferencias y la injusticia son asombrosas.
Presentamos aquí una lista no exhaustiva en 11 puntos:
Presentamos aquí una lista no exhaustiva en 11 puntos:
1.- Proporcionalmente, la reducción de la deuda concedida a Grecia en marzo de 2012 es infinitamente menor que la otorgada a Alemania.
2.- Las condiciones sociales y económicas que se incluyen en este plan (y en los precedentes) no favorecen en absoluto el relanzamiento de la economía griega mientras que los concedidos a Alemania contribuyeron ampliamente en el relanzamiento de su economía.
3.- A Grecia se le imponen privatizaciones a favor de los inversores extranjeros, principalmente, mientras que a Alemania se la alentaba a reforzar su control sobre los sectores económicos estratégicos, con un sector público en pleno crecimiento.
4.- Las deudas bilaterales de Grecia (respecto a los países que participaron en el plan de la Troika) no se han reducido(solamente fueron las deudas con respecto a los bancos privados) mientras que las deudas bilaterales de Alemania se redujeron en un 60 % o más.
5.- Grecia debe reembolsar en euros a pesar de que está en déficit comercial -y por lo tanto con una penuria de euros- con sus socios europeos (especialmente Alemania y Francia), mientras que Alemania reembolsaría lo esencial de sus deudas en su propia moneda fuertemente devaluada.
6.- El Banco Central griego no puede prestar dinero al gobierno griego mientras que el Deutsche Bank prestaba a las autoridades alemanas y hacía funcionar (por cierto, con moderación) la máquina de fabricar billetes.
7.- Alemania estaba autorizada a no disponer más del 5 % de sus ingresos por exportación al pago de la deuda mientras que ningún límite se le ha fijado a Grecia.
8.- Los nuevos títulos de la deuda griega, que reemplazan a los antiguos debidos a los bancos, no responden más a la competencia de los tribunales griegos, sino que son competencia de las jurisdicciones de Luxemburgo y del Reino Unido –y bien sabemos cómo son favorables a los acreedores privados–, mientras que los tribunales de Alemania (la antigua potencia agresora) tenían esa competencia.
9.- En materia de reembolsos de la deuda exterior, los tribunales alemanes podían rechazar la ejecución de las sentencias de los tribunales extranjeros o de los tribunales arbitrales en el caso en que su aplicación amenazara el orden público.
En Grecia, la Troika rechazó, por supuesto, que los tribunales griegos pudieran invocar razones de orden público para suspender el reembolso de la deuda.
Ahora bien las enormes protestas sociales y el surgimiento pujante de las fuerzas neo-nazis son directa consecuencia de las medidas dictadas por la Troika y por el pago de la deuda.
De hecho, las autoridades griegas podrían perfectamente invocar el estado de necesidad y razones de orden público para suspender el pago de la deuda y abrogar las medidas antisociales impuestas por la Troika, a pesar de las protestas de Bruselas, del FMI y de los «mercados financieros» que dichos actos provocarían.
En Grecia, la Troika rechazó, por supuesto, que los tribunales griegos pudieran invocar razones de orden público para suspender el reembolso de la deuda.
Ahora bien las enormes protestas sociales y el surgimiento pujante de las fuerzas neo-nazis son directa consecuencia de las medidas dictadas por la Troika y por el pago de la deuda.
De hecho, las autoridades griegas podrían perfectamente invocar el estado de necesidad y razones de orden público para suspender el pago de la deuda y abrogar las medidas antisociales impuestas por la Troika, a pesar de las protestas de Bruselas, del FMI y de los «mercados financieros» que dichos actos provocarían.
10.-En el caso de Alemania, el acuerdo establecía la posibilidad de suspender los pagos para poder renegociar las condiciones si se producía un cambio substancial que limitase la disponibilidad de recursos. Nada de eso está previsto para Grecia.
11.-En el acuerdo sobre la deuda alemana, está explícitamente previsto que el país pudiera producir en su territorio lo que antes importaba con el fin de alcanzar un superávit comercial y de reforzar así a sus productores locales.
En cambio, la filosofía de los acuerdos impuestos a Grecia y las reglas de la Unión Europea prohíben a las autoridades griegas ayudar, subvencionar y proteger a sus productores locales, ya sea en agricultura, industria, o servicios frente a la competencia de los otros países de la UE (que son los principales socios comerciales de Grecia).
En cambio, la filosofía de los acuerdos impuestos a Grecia y las reglas de la Unión Europea prohíben a las autoridades griegas ayudar, subvencionar y proteger a sus productores locales, ya sea en agricultura, industria, o servicios frente a la competencia de los otros países de la UE (que son los principales socios comerciales de Grecia).
Se podría agregar que Alemania, después de la segunda guerra mundial, recibió donaciones en una cantidad considerable, especialmente, como ya vimos, en el marco del Plan Marshall.
Se puede comprender por qué el líder de Syriza, Alexis Tsipras, hace referencia al acuerdo de Londres de 1953cuando se dirige a la opinión pública europea.
La injusticia con la que es tratado el pueblo griego (así como los otros pueblos cuyas autoridades siguen las recomendaciones de la Troika) debe despertar la conciencia de una parte de la opinión pública.
Pero no alberguemos ilusiones, las razones que empujaron a las potencias occidentales a tratar Alemania del Oeste de la manera que lo hicieron después de la segunda guerra mundial no son de recibo en el caso griego.
La injusticia con la que es tratado el pueblo griego (así como los otros pueblos cuyas autoridades siguen las recomendaciones de la Troika) debe despertar la conciencia de una parte de la opinión pública.
Pero no alberguemos ilusiones, las razones que empujaron a las potencias occidentales a tratar Alemania del Oeste de la manera que lo hicieron después de la segunda guerra mundial no son de recibo en el caso griego.
Para conseguir una verdadera solución al drama de la deuda y de la austeridad, serán necesarias más y más potentes movilizaciones sociales en Grecia y en el resto de la Unión Europea así como el ascenso al poder de un gobierno popular en Atenas.
Las autoridades griegas (apoyadas por el pueblo) deberán realizar un acto unilateral de desobediencia como es la suspensión del reembolso de la deuda y abrogación de las medidas antisociales.
Esto forzaría a los acreedores a hacer concesiones de envergadura y finalmente se podría imponer la anulación de la deuda ilegítima. La realización, a escala popular, de una auditoría ciudadana de la deuda griega debe servir a preparar el terreno.
Las autoridades griegas (apoyadas por el pueblo) deberán realizar un acto unilateral de desobediencia como es la suspensión del reembolso de la deuda y abrogación de las medidas antisociales.
Esto forzaría a los acreedores a hacer concesiones de envergadura y finalmente se podría imponer la anulación de la deuda ilegítima. La realización, a escala popular, de una auditoría ciudadana de la deuda griega debe servir a preparar el terreno.
Eric Toussaint es doctor en ciencias políticas, presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo –CADTM- de Bélgica, www.cadtm.org, miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia). Damien Millet y Eric Toussaint han dirigido el libro colectivo La Deuda o la Vida (Editorial Icaria, Economía, ISBN: 9788498883848, Año Publicación: 2011, páginas: 336, que recibió el Prix du livre politique à la Foire du livre politique de Liège en 2011).
Notas:
1/ Las acreencias de los bancos privados sobre Grecia pasaron, más o menos, de 200.000 a 100.000 millones de euros. La deuda pública total de Grecia sobrepasa los 305.000 millones de euros.
2/ «Deutsche Auslandsschulden», 1951, pp. 7 y sig., in Philipp Hersel, El acuerdo de Londres de 1953 (III),http://www.lainsignia.org/2003/ener…
3/ Véase el texto completo en francés del Acuerdo de Londres 27 de febrero de 1953: http://www.admin.ch/ch/f/rs/i9/0.94…
4/ El dólar US valía en esa época 4,2 DM. La deuda de Alemania occidental después de la reducción (o sea, 14.500 millones de DM) equivalía a 3.450 millones de dólares.
5/ Los acreedores se negaron siempre a incluir cláusulas de este tipo en los contratos con países en desarrollo o países como Grecia, Portugal, Irlanda, y los de Europe centrale y oriental.
6/ «Deutsche Auslandsschulden», 1951, pp. 64 y sig., in Philipp Hersel, El acuerdo de Londres de 1953 (IV), 8 de enero de 2003,http://www.lainsignia.org/2003/ener…
Traducción: Griselda Piñero
Grecia-Alemania: ¿Quién debe a quién? (2) Los acreedores protegidos y el pueblo griego sacrificado
CADTM
Es una obligación moral sublevarse contra los discursos mentirosos sobre la supuesta solidaridad que los gobernantes de los países mas fuertes de Europa tendrían con el pueblo griego y otros países debilitados como Irlanda, Portugal, España…
Los hechos contradicen sus declaraciones, reemitidas permanentemente por los medios de comunicación dominantes.
Comencemos por una pequeña verificación práctica.
Conectaos a Internet y escribid «Grecia se beneficia» en un buscador.
Constataréis la cantidad de medios que retoman la cantinela según la cual Grecia ya ha recibido una ayuda considerable.
Por ejemplo, Hans-Werner Sinn [1], uno de los economistas más influyentes en Alemania, consejero del gobierno deAngela Merkel no duda en afirmar: «Grecia se benefició de una ayuda externa de 460.000 millones de euros a través de diversas disposiciones.
Hasta este momento, la ayuda aportada a Grecia representa el equivalente al 214 % de su PIB, o sea cerca de diez veces más de lo recibió Alemania gracias al Plan Marshall.
Berlín aportó cerca de una cuarta parte de la ayuda suministrada a Grecia, o sea, 115.000 millones de euros,que representa al menos diez planes Marshall o dos veces y medio el Acuerdo de Londres». [2]
Ese cálculo es totalmente falso.
Grecia nunca recibió esa cantidad de financiación y lo que recibió no puede seriamente considerarse como ayuda.
Hans-Werner Sinn iguala, de manera escandalosa, la Alemania salida de la segunda guerra mundial, que los dirigentes nazis habían provocado, con la Grecia de los años 2000.
Además, no menciona las sumas reclamadas justamente por Grecia a Alemania en calidad de reparación de los daños sufridos por la ocupación nazi [3] así como el préstamo forzado que la Alemania nazi impuso a Grecia.
La deuda de Alemania con Grecia se eleva, por lo bajo, a 100.000 millones de euros.
Como se ha publicado en la página web A l’encontre, sobre la base de los trabajos de Karl Heinz Roth, historiador del saqueo de la Europa ocupada por la Alemania nazi: [4] «Alemania solamente ha pagado a Grecia la sesentava parte (es decir el 1,67 %) de lo que le debe como reparación por la devastación debida a la ocupación entre 1941 y 1944.»
Una serie de sólidos argumentos deberían hacerse públicos para demostrar la falta de honestidad intelectual de las declaraciones de Hans-Werner Sinn, de los gobernantes alemanes y de los medios a su servicio.
Lo que continúa no sólo es válido para Grecia, ya que se podría efectuar un estudio similar a propósito de la supuesta ayuda aportada a los países del ex bloque soviético que ahora forman parte de la Unión Europea, de Portugal, de Irlanda, de España…
Pero como se verá en la tercera parte de esta serie de artículos, las relaciones entre Alemania y Grecia tienen una historia que merece ser tenida en cuenta.
I. Los planes de «ayuda» sirven a los intereses
de los bancos privados, y no a los del pueblo griego
Los planes de «ayuda», puestos en marcha desde mayo de 2010, sirvieron para proteger los intereses de los bancos privados de los países más fuertes de la eurozona, que habían aumentado enormemente sus préstamos tanto al sector privado como a los poderes públicos griegos durante los años 2000.
Los préstamos concedidos a Grecia por la Troica desde 2010 fueron a parar al reembolso de los bancos privados occidentales y así permitirles liberarse, limitando al mínimo sus pérdidas.
También se utilizaron en la recapitalización de los bancos privados griegos, algunos de los cuales son filiales de bancos extranjeros, en particular franceses.
Los planes de «ayuda sirvieron para proteger los intereses de los bancos privados de los países más fuertes de la eurozona.
La deuda del sector privado se incrementó aceleradamente durante los años 2000.
Las familias, a las que los bancos y todo el sector comercial privado (gran distribución, automóviles, construcción…) proponían condiciones tentadoras de compra, recurrieron al endeudamiento masivo, así como las empresas no financieras y los bancos que podían obtener préstamos a bajo coste (tipos de interés bajos y una inflación fuerte en comparación con los países más industrializados de la Unión Europea como Alemania, Francia, el Benelux, y Gran Bretaña).
Este endeudamiento privado fue el motor de la economía del país.
El gráfico siguiente muestra cómo la adhesión de Grecia a la zona euro en 2001, disparó la entrada de capitales financieros que correspondían a préstamos o a inversiones de cartera.
Dentro del mismo, Non-IDE quiere decir entradas que no corresponden a inversiones a largo plazo y que han aumentado enormemente, mientras que la inversión a largo plazo (IDE, Inversión Directa Extranjera) está estancada.
Gráfico 1
Fuente: FMI [5]
Con la enorme liquidez puesta a disposición de los bancos del oeste europeo (sobre todo los bancos alemanes y franceses pero también italianas, belgas, neerlandeses, británicos, luxemburgueses, irlandeses…) por los bancos centrales durante 2007-2008, se produjo un aluvión de préstamos a Grecia, tanto al sector privado como a los poderes públicos.
También hay que tener en cuenta el hecho de que la adhesión de Grecia al euro le valió la confianza de los banqueros de Europa occidental, que pensaban que los grandes países europeos los ayudarían en caso de problemas.
Por lo tanto, no se preocuparon de la capacidad de Grecia para reembolsar el capital prestado a medio plazo y consideraron que podían afrontar riesgos muy elevados en ese país.
La historia les ha dado la razón hasta ahora, la Comisión Europea y, en particular, el gobierno francés y el alemán aportaron un apoyo continuado a los banqueros privados de Europa occidental.
El gráfico que aparece abajo muestra que los bancos de los países del oeste europeo aumentaron sus préstamos a Greciapor primera vez entre diciembre de 2005 y marzo de 2007 (durante ese período, el volumen de los préstamosaumentó un 50 %, pasando de un poco menos de 80.000 millones a 120.000 millones de dólares).
Mientras que la crisis de las subprime estallaba en Estados Unidos, los préstamos aumentaron de nuevo fuertemente(+33 %) entre junio de 2007 y el verano de 2008 (pasando de 120.000 millones a 160.000 millones de dólares), para después mantenerse en un nivel muy elevado (cerca de 120.000 millones de dólares).
Esto significa que los bancos privados de Europa occidental utilizaron el dinero que les prestaba abundantemente y a bajo coste el Banco Central Europeo y la Reserva federal de Estados Unidos para aumentar sus préstamos a países como Grecia. [6]
Siendo en esos países los tipos de interés más altos, la banca privada pudo obtener jugosos beneficios.
Por consiguiente los bancos privados tienen una gran responsabilidad en el excesivo endeudamiento de Grecia.
Gráfico 2.
Evolución de la intervención de los bancos de Europa
occidental con respecto a Grecia
Fuente: BPI [BIS consolidated statistics, ultimate risk basis] [7]
Como lo muestra el gráfico siguiente respecto al 2008 (válido hasta 2010), una aplastante mayoría de las deudas griegas están en manos de bancos europeos, comenzando por bancos franceses, alemanes, italianos, belgas, holandeses, luxemburgueses y británicos.Gráfico 3 [8]
Los préstamos concedidos por los gobiernos de la eurozona (directamente o vía el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera establecido a partir de 2010), tiene por objetivo, en realidad, garantizar, en especial, que Grecia continúe reembolsando a los bancos de los países de Europa Occidental (siendo los bancos alemanes y franceses los más expuestos en Grecia).
En resumen, el dinero prestado a Grecia retorna a las cajas de los bancos alemanes, franceses y de otros países en calidad de reembolso de los títulos griegos que estos bancos compraron masivamente hasta fines de 2009. [9]
También va a parar a la tesorería de los países prestamistas y a la del BCE, el FMI y el FEEF (véase más adelante).
2. Los préstamos concedidos a Grecia
llevan de nuevo el dinero… ¡fuera de Grecia!
Los préstamos concedidos a Grecia bajo el paraguas de la Troica están bien remunerados.
Los diferentes países que participan en estos préstamos ganan dinero.
Cuando el primer plan de préstamo de 110.000 millones de euro fue adoptado, Christine Lagarde, en ese momento ministra de finanzas de Francia, [10] observó públicamente que Francia prestaba a Grecia con un interés del 5 %mientras que esto se hacía con un dinero conseguido a un tipo netamente inferior.
La situación es tan escandalosa (un tipo elevado también fue aplicado a Irlanda a partir de noviembre de 2010 y a Portugal a partir de mayo de 2011) que los gobiernos prestamistas y la Comisión Europea decidieron en julio de 2011 que el tipo exigido a Grecia sería reducido. [11]
¡Qué confesión! Si bien esta decisión fue puesta en práctica, la diferencia entre el tipo del préstamo a los que estos países se financian y el exigido a Grecia siguió siendo importante.
Bajo las protestas del gobierno griego y frente a un profundo descontento popular que se expresa mediante fuertes movilizaciones en Grecia, los países prestamistas decidieron finalmente devolver a Grecia una parte de los ingresos que obtienen de los créditos otorgados a Atenas. [12]
Pero atención, los ingresos devueltos servirán a reembolsar la deuda.
3. La crisis de la eurozona rebaja el coste de la deuda
para Alemania y otros países fuertes
Pero la historia no se detiene allí.
Los países que dominan la eurozona sacan provecho de la desgracia de los países de la periferia (Grecia, Portugal, Irlanda, España, países del ex-bloque del Este, miembros de la UE).
La profundización de la crisis de la eurozona debida a la política llevada a cabo por sus dirigentes y no a causa de fenómenos exteriores, conlleva un desplazamiento de los capitales de la Periferia hacia el Centro.
Alemania, Francia, Países Bajos, Finlandia, Luxemburgo, Austria y Bélgica salen beneficiados gracias a una reducción muy alta del coste de financiación de sus deudas.
El 1 de enero de 2010, antes de que estallase la crisis griega y la de la eurozona, Alemania debía ofrecer un tipo de interés del 3,4 % para la emisión de bonos a 10 años mientras que el 23 de mayo de 2012, el tipo había pasado al 1,4 %.
Y esto corresponde a un descenso del 60 % en el coste de financiación. [13]
Según el diario financiero francés Les Échos «un cálculo aproximado muestra que los ahorros generados por el descenso de los tipos del coste de financiación desde hace 3 años se elevan a 63.000 millones de euros». [14]
Suma que podemos comparar con los 15.000 millones (sobre 110.000 millones repartidos entre los diferentes acreedores) efectivamente prestados (con interés, véase más arriba) por Alemania entre mayo de 2010 y diciembre de2011 a Grecia en el marco de su contribución al primer plan de «ayuda» de la Troica.
El total de los compromisos de Alemania hacia Grecia, si se agrega lo correspondiente a las decisiones europeas tomadas entre 2010 y 2012, se eleva a 67.000 millones de euros. Sin embargo, la mayor parte de esta suma todavía no ha sido desembolsada mientras que el ahorro realizado según el cálculo de Les Echosya es de 63.000 millones de euros.
Hemos comentado los tipos de interés a 10 años y a 6 años pagados por Alemania en sus emisiones de bonos.
Si consideramos el tipo a 2 años vemos que el 23 de mayo de 2012, Alemania emitió títulos a interés nulo. [15]
A comienzos de 2012, Alemania emitió bonos a 6 meses por 3.900 millones de euros a un tipo negativo.
Respecto a esto, Le Soir publicaba el 23 de mayo de 2012: «los inversores recibirán al término de estos 6 meses un poquito menos (0,0112 %) de lo que han prestado». [16]
Si hubiera algo de verdad en la multitud de mentiras dichas con respecto a Grecia (o a Portugal, o a España…), se tendría que poder leer que Grecia permite a Alemania y a los otros países fuertes de la eurozona a ahorrar unas considerables sumas.
Debemos completar la lista de ventajas aprovechadas por Alemania y otros países del Centro, con los elementos descritos en los puntos siguientes.
4. Programa de privatizaciones del que se benefician las empresas privadas de los países del Centro.
Las políticas de austeridad impuestas a Grecia contienen un amplio programa de privatizaciones [17] de las que los grandes grupos económicos, principalmente alemanes y franceses podrán sacar beneficios ya que los bienes públicos son vendidos a precios de liquidación.
A l’encontre cita y comenta una larga entrevista realizada el 7 de abril de 2012 por el diario suizo Le Temps a Costas Mitropoulos, uno de los personajes encargados del programa de privatizaciones en Grecia:
«Las oficinas del Fondo helénico de desarrollo de los activos (Hellenic Republic Asset Development Funds) lindan, enAtenas, con el museo dedicado a la historia de la capital griega.
Un símbolo, puesto que el proceso de privatizaciones llevado a cabo por una veintena de expertos, bajo la dirección de u antiguo banquero Costas Mitropoulos, cambiará el rostro de Grecia»
Y agrega: «Es a este fondo, constituido a demanda de la Unión Europea (UE), que el Estado griego va transfiriendo las propiedades, las concesiones y las participaciones que deben encontrar un comprador.
Según los planes iniciales de la UE, con el objetivo de sacar al menos 50.000 millones de euros de ingresos de aquí a fines de 2017.»
Costas Mitropoulos, banquero, fue muy activo en Ginebra y señala que: «la transferencia de las propiedades a nuestro fondo por el Estado griego, se ha acelerado».
Y continúa: «Nuestro primer mensaje a transmitir es: nosotros no somos el Estado griego. Somos un fondo independiente encargado de las privatizaciones, desde ahora propietario del 3 % del territorio griego. Tenemos un mandato de tres años. Estamos protegidos contra las interferencias políticas.»
El periodista de Le Temps insiste: «¿Realmente lo está usted? Las privatizaciones, en todo el mundo, son siempre muy “políticas” y el Estado griego, que continuará presente en el capital de numerosas sociedades tiene muy mala reputación…»
La respuesta no presenta ningún equívoco: «Como banquero de negocios, conduje el proceso de una de las más importantes fusiones-adquisiciones realizadas en Grecia: la compra, por el grupo internacional Watson, del grupo farmacéutico heleno Specifa por cerca de 400 millones de euros.
Conozco las reglas: un inversor, para que hoy esté interesado en una privatización griega, debe poder esperar que su inversión se triplique o cuadriplique. Por cada euro invertido, debe obtener tres o cuatro». [18]
5. Los sacrificios impuestos a los trabajadores
permiten contener el aumento de reivindicaciones
en los países del Centro
Los retrocesos sociales infligidos a los trabajadores griegos (y también a los portugueses, irlandeses, españoles…) ponen a la defensiva a los trabajadores de Alemania, de los Países bajos, de Austria, de Francia, de Bélgica…
Sus direcciones sindicales temen entrar en conflictos.
Se preguntan cómo reivindicar aumentos salariales si en países como Grecia, miembro de la eurozona, se disminuye el salario mínimo legal en un 20 % o más.
De parte de las direcciones sindicales de los países nórdicos (Finlandia en especial), constatamos, incluso con consternación, que piensan que hay aspectos buenos en el Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza (o pacto presupuestario europeo) y en las políticas de austeridad ya que se supone que refuerzan una sana gestión del presupuesto de los Estados.
Hablemos nuevamente del acuerdo de Londres
de 1953 sobre la deuda alemana y el Plan Marshall
Como fue indicado en el artículo «Grecia-Alemania: ¿Quién debe a quién? (1). La anulación de la deuda alemana en Londres en 1953», los términos del acuerdo firmado en Londres zanjan radicalmente con el modo en que actualmente se trata a Grecia.
Se habían reunido múltiples condiciones para permitir que Alemania del Oeste se desarrollara rápidamente, autorizando la reconstrucción de su aparato industrial.
No sólo la deuda contraída por Alemania, contraída fuera de las dos guerras mundiales, fue reducida en más de un 60 %,sino que el pago de deudas de guerra y el pago de reparaciones a las víctimas civiles y a los Estados fueron retrasadas a una fecha indeterminada: de hecho, a la reunificación alemana que se realizó en 1990 y al tratado de paz que fue firmado en Moscú ese mismo año entre las autoridades de las dos Alemanias en curso de unificación, Estados Unidos, la URSS, el Reino Unido y Francia.
Por lo tanto, el peso de las reparaciones sobre la economía alemana estuvo durante largo tiempo diferido.
Y en el caso de las reparaciones debidas a Grecia, nunca merecieron el más mínimo esfuerzo por parte de Alemaniaya que las autoridades germanas rechazan dar curso a las demandas griegas.
A diferencia de lo que había pasado al final de la primera guerra mundial, las potencias occidentales quisieron evitar que, después de la segunda guerra mundial, Alemania sufriera el peso de reembolsos insostenibles, como pasó en la primera posguerra, puesto que consideraron que eso favoreció el ascenso del régimen nazi al poder.
Los potencias occidentales también deseaban una Alemania occidental económicamente fuerte (pero desarmada y ocupada militarmente) frente a la Unión Soviética y sus aliados.
Nada de esto se contempló con Grecia y con los otros países de la periferia en el seno de la Unión Europea.
Para alcanzar este objetivo, no sólo se aligeró la carga de la deuda debida por Alemania y se le concedieron ayudas económicas en forma de donaciones, sino y sobre todo se le permitió aplicar una política económica completamente favorable a su relanzamiento.
Los grandes grupos alemanes industriales privados pudieron consolidarse, a pesar de que algunos eran los mismos que habían tenido un papel clave en la aventura militar de la primera guerra mundial, en el sostén a los nazis, en el genocidio de los pueblos judíos, gitanos, etc., en el saqueo de los países ocupados o anexados, en la producción militar y en el gigantesco esfuerzo logístico de la segunda guerra mundial.
Alemania pudo desarrollar impresionantes infraestructuras públicas, sostener sus industrias con el fin de satisfacer la demanda local y de conquistar los mercados exteriores. Incluso fue autorizada a reembolsar una gran parte de su deuda en su moneda nacional.
Para concretar, reflexionemos sobre la situación que siguió al acuerdo de Londres de 1953.
Pongamos por ejemplo que Alemania reembolsa a Bélgica y a Francia su deuda de entreguerras en marcos alemanes.
Estos marcos no presentaban ningún interés en los intercambios con el resto del mundo, por lo tanto los belgas y los franceses trataron de sacárselos de encima comprando mercaderías y equipamientos suministrados por la economía alemana.
Y de esta forma contribuyeron a rehacer Alemania como una gran potencia exportadora.
Por su parte, Grecia, Portugal, Irlanda, España, Estonia, Eslovenia y los otros países periféricos de la eurozona deben reembolsar sus deudas públicas en euros a pesar de que no tienen, dado el déficit comercial frente a los países más fuertes de la eurozona.
Al mismo tiempo, las potencias que dominan la eurozona los obligan, vía la Comisión Europea y los tratados adoptados, a desarrollar políticas que les impiden tanto a satisfacer la demanda interna como a exportar.
Si a pesar de todo, quisieran tener éxito en la exportación, se ven empujados a rebajar todavía más los salarios, lo que comprime un poco más la demanda interna y se acentúa la recesión.
El programa de privatización da el golpe de gracia a su aparato industrial, a sus infraestructuras y a su patrimonio en general.
Para salir de este impasse, es necesario poner en marcha un conjunto de medidas económicas y sociales en ruptura radical con las políticas llevadas a cabo hasta ahora, tanto en el marco nacional como en el ámbito europeo. Por lo tanto, hay que realizar un programa de urgencia frente a la crisis. [19]
Eric Toussaint, profesor en la universidad de Lieja, es presidente del CADTM Bélgica (Comité para la anulación de la deuda del Tercer Mundo, www.cadtm.org) y miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia. Junto a Daniel Millet es el autor de AAA. Audit Annulation Autre politique, Seuil, París, 2012.
Notas:
[1] Una biografía útil está publicada por Wikipedia en inglés: http://en.wikipedia.org/wiki/Hans-Werner_Sinn
[2] Le Monde, 1 de agosto de 2012, p.17 http://www.lemonde.fr/idees/article/2012/07/31/pourquoi-paris-et-berlin-s-opposent_1740576_3232.html
[3] Véase http://alencontre.org/europe/la-grece-et-loccupation-par-les-forces-du-iiie-reich-1941-1944-quels-dedommagements-la-dette-de-qui-envers-qui.html así como http://www.agoravox.fr/tribune-libre/article/la-dette-allemande-envers-la-grece-96410 et http://cadtm.org/Declaracion-de-Manolis-Glezos-con, publicada el 8 de octubre de 2012.
[4] Véase nota biográfica en alemán: http://de.wikipedia.org/wiki/Karl_Heinz_Roth
[5] Gráfico tomado de C. Lapavitsas, A. Kaltenbrunner, G. Lambrinidis, D. Lindo, J. Meadway, J. Michell, J.P. Painceira, E. Pires, J. Powell, A. Stenfors, N. Teles : «The eurozone between austerity and default», Septiembre de 2010. http://www.researchonmoneyandfinance.org/media/reports/RMF-Eurozone-Austerity-and-Default.pdf . Podéis ver el resumen francés (redactado por Stéphanie Jacquemont del CADTM) de este estudio: http://www.cadtm.org/Resume-de-The-Eurozone-between
[6] El mismo fenómeno se produce en el mismo momento en Portugal, en España, y en países de Europa central y del Este.
[7] Gráfico tomado de C. Lapavitsas et al., op.cit.
[8] Los principales tenedores (o sea, los bancos de los países mencionados) de los títulos de la deuda griega son según el gráfico presentado: Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Países bajos, Luxemburgo, Reino Unido, los demás tenedores están reunidos en la categoría «resto del mundo». Este gráfico fue tomado de C. Lapavitzas et al., op. cit. Según el BPI, en diciembre de 2009, los bancos franceses poseían deuda pública griega por un monto de 31.000 millones de dólares, y los bancos alemanes poseían 23.000 millones de dólares.
[9] A partir de 2010, los bancos occidentales detuvieron o disminuyeron radicalmente la compra de títulos griegos y comenzaron a deshacerse de los que previamente habían comprado. Los revendieron al Banco Central Europeo que los compró en el mercado secundario.
[10] Christine Lagarde se convirtió en la Directora General del FMI, en julio de 2011.
[11] Véase el Consejo de la Unión Europea, Declaración de los jefes de estado o de gobierno de la eurozona y de las instituciones de la UE, Bruselas, 21 de julio de 2011, punto 3. http://www.consilium.europa.eu/uedocs/cms_data/docs/pressdata/es/ec/123986.pdf
[12] Véase «El segundo programa de juste económico para Grecia», marzo 2012, tabla 18.
http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=COM:2012:0116:FIN:ES:PDF yhttp://ec.europa.eu/economy_finance/publications/occasional_paper/2012/op94_en.htm
http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=COM:2012:0116:FIN:ES:PDF yhttp://ec.europa.eu/economy_finance/publications/occasional_paper/2012/op94_en.htm
[13] Financial Times, “Investors rush for the safety of German Bunds”, 24 de mayo de 2012, p. 29
[14] Les Échos, Isabelle Couet, «La ayuda a Grecia no le cuesta nada a Alemania», 21 de junio de 2012. La periodista precisa: «Los tipos a 6 años –los que corresponden al plazo medio de emisión de deuda alemana- en efecto han pasado del 2,6% en 2009 al 0,95% en 2012.»
[15] Le Soir, Dominique Berns y Pierre Henri Thomas, «Alemania se financia al 0 %», 23 de mayo de 2012, p. 21.
[16] Idem.
[17] Véase el documental Catastroika
[18] Véase el dossier ya citado: http://alencontre.org/europe/la-grece-et-loccupation-par-les-forces-du-iiie-reich-1941-1944-quels-dedommagements-la-dette-de-qui-envers-qui.html. Y en lo que concierne al proceso de privatización véase: European Commission, Directorate General Economic and Financial Affairs, “The Second Economic Adjustment Programme for Greece”, marzo de 2012, pp. 31 a 33,http://ec.europa.eu/economy_finance/publications/occasional_paper/2012/op94_en.htm
[19] Véase Damien Millet – Éric Toussaint, «Europe. Quel programme d’urgence face à la crise?» http://cadtm.org/Europe-Quel-programme-d-urgence
Primer artículo de la serie: «Grecia-Alemania: ¿Quién debe a quién? (1) La anulación de la deuda alemana en Londres en 1953»http://www.cadtm.org/Grecia-Alemania-Quien-debe-a-quien,8390, publicado el 3 de octubre de 2012.Próximamente: Grecia-Alemania: ¿Quien debe a quién? (3), que tratará sobre el rechazo de los dirigentes alemanes a pagar las reparaciones debidas al pueblo griego por la ocupación nazi.
Traducido por Griselda Piñero
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