jueves, 26 de enero de 2017

Los Costes Electorales de Enfatizar Género y Raza sin considerar a la Clase Trabajadora: el Caso de EEUU

Los costes de enfatizar género y raza sin considerar clase social: el caso de EEUU


Por Vicenç Navarro

El establishment político-mediático del Partido Demócrata en EEUU continúa sin entender qué ha pasado en las elecciones donde triunfó el candidato republicano Donald Trump. Está perplejo, y la única manera que tiene para explicar su derrota es mediante la demonización del votante del candidato Trump, definiéndolo como ignorante, poco educado, poco sofisticado, lleno de racismo […]

El establishment político-mediático del Partido Demócrata en EEUU continúa sin entender qué ha pasado en las elecciones donde triunfó el candidato republicano Donald Trump. 
Está perplejo, y la única manera que tiene para explicar su derrota es mediante la demonización del votante del candidato Trump, definiéndolo como ignorante, poco educado, poco sofisticado, lleno de racismo y machismo, y con prejuicios, resultado de su inexistente educación, cuando no de su irracional visión.
Han contribuido a esta demonización las declaraciones de la propia candidata a la presidencia del Partido Demócrata, la Sra. Hillary Clinton, quien durante la campaña, en una reunión con la comunidad lesbiana de Nueva York, indicó que “se puede poner a la mitad de los partidarios de Trump en la categoría de ‘gente despreciable’. Son racistas, sexistas, homófobos, xenófobos, islamófobos y muchas otras cosas”, concluyendo que muchos de ellos son “irrecuperables”. 
Y, para no ser menos, el mismo presidente Obama indicó que el comportamiento del votante de Trump “había sido a todas luces irracional, aferrándose a sus prejuicios o a su religión o a una hostilidad hacia los que no son como ellos, como hacia los inmigrantes o contra el comercio internacional”.
Esta percepción, muy generalizada en los grandes medios de información, tanto estadounidenses como españoles, no deja de ser sorprendente, pues gran número de tales supuestos “ignorantes”, “poco educados”, “racistas” y “xenófobos” habían votado por el candidato (después presidente) Obama en las elecciones del 2008, cuando tal candidato despertó una gran ilusión, debido a su compromiso con realizar un gran cambio, gran cambio que, para grandes sectores de las clases populares, nunca llegó. 
Barrios obreros blancos en los Estados de Pensilvania, Wisconsin, Ohio y Míchigan, que habían dado la victoria al candidato Obama en 2008, votaron esta vez por el candidato Trump. Fue precisamente este cambio de voto en estos Estados lo que dio la victoria al candidato Trump en el Colegio Electoral. Y, por desgracia, el establishment político-mediático del Partido Demócrata, todavía no ha entendido el porqué.
La demonización del votante de Trump
 La única explicación que el establishment del Partido Demócrata está dando a lo ocurrido el día de las elecciones es acusar a los votantes de racistas, acusación a la que se añade ahora la de sexistas, asumiendo erróneamente que no votaron a Hillary Clinton porque ésta era mujer. 
En realidad, la Sra. Clinton había orientado su campaña a partir de la premisa de que “había llegado el momento de las mujeres” (como las elecciones anteriores habían significado la llegada del momento para los afroamericanos, al salir elegido un candidato negro). 
Sin embargo, la gran sorpresa del Partido Demócrata fue que la gran mayoría de las mujeres blancas votaron a Trump (mayoría incluso mayor entre las mujeres de clase trabajadora). 
Explicar este hecho, como está haciendo la Sra. Clinton, subrayando que era consecuencia de su falta de educación (mostrando como prueba de ello que los sectores con mayor educación votaron a Clinton y que los menos educados lo hicieron por Trump), es creer que la educación era la variable determinante del comportamiento electoral, cuando la variable determinante fue la indignación de clase –predominantemente de clase trabajadora– frente al establishment demócrata representado por la Sra. Clinton. 
La educación era un indicador de la clase social del votante. 
Y Donald Trump fue el único candidato (junto con Bernie Sanders) que apeló al sentido y conciencia de clase del electorado. 
La eliminación sectaria, por parte del Partido Demócrata, de Bernie Sanders canalizó el proceso de movilización de la clase trabajadora al candidato Donald Trump, un personaje enormemente astuto, que utilizó dicha conciencia de clase frente al muy rechazado establishment político-mediático, bien representado por la candidata Hillary Clinton. 
La gente educada, trabajando con el presidente Obama y con la candidata Clinton, junto con los presidentes Clinton y Bush padre e hijo, había contribuido a crear la enorme crisis que dañó sustancialmente el bienestar y calidad de vida de las clases populares poco educadas. 
A tales clases, el establishment político-mediático no les dejó otra alternativa que votar a Trump para mostrar su enfado y rechazo al establishment del Partido Demócrata, responsable, junto con el del Partido Republicano, de la Gran Recesión. 
Ambos establishments habían eliminado antes a Bernie Sanders, que era la única posibilidad para cambiar las políticas que habían causado la Gran Recesión. 
De hecho, la gran mayoría de encuestas señalaban que Sanders hubiera ganado a Trump con porcentajes mucho mayores que los que Clinton mostraba.
El fracaso de las políticas identitarias 
frente al elemento de clase
En EEUU, las mayores diferencias entre las derechas (el Partido Republicano) y el partido que con excesiva generosidad podría llamarse de izquierdas (el Partido Demócrata) se encuentran en la estrategia de integración de los sectores discriminados –tales como minorías negras y latinos así como mujeres- dentro de las estructuras de poder. 
Ha sido el Partido Demócrata el que ha liderado las campañas antidiscriminación de las minorías y de las mujeres. Tales campañas han resultado exitosas, con un incremento notable de personas pertenecientes a las minorías discriminadas y de mujeres en las estructuras de poder, tanto públicas como privadas. 
Ahora bien, han sido minorías o mujeres de clase media de renta alta las que se han beneficiado de ello, sin que ello supusiera necesariamente un mejoramiento en el bienestar y calidad de vida de la mayoría de las minorías y de las mujeres que pertenecían a las clases populares. 
En realidad, las que más se han beneficiado han sido las personas de clase media-alta (la clase educada profesional), sin con ello mejorar el bienestar de la clase trabajadora y otros sectores de las clases populares. 
Su máximo valor es el simbólico, mostrando (o intentando mostrar) que todos los ciudadanos, independientemente de su raza o género, pueden alcanzar las máximas cotas de poder. 
Pero este imaginarlo en el sueño americano no se corresponde con la realidad, pues para los hijos e hijas de la clase trabajadora es muy difícil llegar arriba, situación que es incluso más acentuada hoy en día, cuando la evidencia muestra que los hijos no vivirán mejor que sus padres en este futuro diseñado por los de arriba.
Así pues, la variable de clase continúa 
siendo una variable de enorme importancia 
para entender como la población piensa, vive y vota. 
Y la clase trabajadora (personas que obtienen sus rentas del trabajo, a base de un trabajo repetitivo, supervisado y que se paga por horas) continúa existiendo. 
En realidad, 
son ellas la mayoría de las clases populares. 
Y cuando las izquierdas 
se olvidan de ello, tales clases votan a la ultraderecha. 
Así ha ocurrido en EEUU, 
así ha ocurrido en el Reino Unido y así puede ocurrir 
en Francia y en otros países de la Unión Europea.
En realidad, la experiencia de las elecciones estadounidenses muestra claramente que existen clases sociales entre las minorías y entre las mujeres, y que, aun cuando la mayoría de asociaciones de defensa de las minorías, así como de las mujeres (todas las cuales apoyaron a la Sra. Hillary Clinton) estaban lideradas por mujeres de clase media alta, perteneciente a las clases profesionales, y se consideraban representantes de todas las mujeres, la mayoría de estas dieron mayor hincapié a lo que ellas percibieron que eran sus intereses de clase –rechazando el establishment político-mediático- que no a lo que sus dirigentes definieron como sus intereses de género. 
Sería un error 
enfrentar los intereses de raza y género con los de clase, y viceversa, pero es claramente un error mayúsculo no darse cuenta que tanto las razas como los géneros tienen clases sociales que pueden tener intereses distintos y en conflicto. 
El caso último de Estados Unidos es un ejemplo de ello.
Ni que decir tiene que el gobierno Trump, compuesto por elementos clave de la clase empresarial, llevará a cabo políticas que dañarán extensamente el bienestar de las clases populares, pero su victoria muestra el grado de rechazo que las clases populares, y sobre todo la clase trabajadora blanca (que es la mayoría de la clase trabajadora en aquel país), tuvieron hacia lo que se había definido históricamente como el partido del pueblo, el Partido Demócrata. 
Ha sido la gran pérdida de credibilidad de los instrumentos que históricamente defendían los intereses de las clases populares lo que ha causado la victoria de la ultraderecha en Estados Unidos y, probablemente, en muchos países de Europa.
PUBLICO



Mientras la Izquierda siga en babia soñando utopías, los clones de Trump en Europa seguirán ganando elecciones

No se puede abarcar todas las luchas 
Hay que priorizar objetivos

Aviso a Navegantes...
O somos pragmáticos si queremos ganar 
O seguiremos en babia soñando utopías
Muy buen artículo el de Rosa María Artal, con la que estoy acuerdo en todo, aunque se olvida de lo fundamental. 
Sin soluciones que ofrecer la izquierda, Trump ganó, así como sus clones europeos ganarán sus eleciones.
Porque...
Mientras no se de una solución real y factible a los problemas y precariedad de la gente. 
Mientras no se encierren a todos los culpables de la crisis y se nacionalicen los bancos para que fluya el dinero realmente a la gente.
Mientras no se recupere la soberanía nacional saliendo de esta UE al servicio de los Lobbys sionistas y recuperemos nuestra moneda para no tener que pedir permiso a Alemania para cualquier cosa que querramos hacer.
Mientra no hagamos una auditoría de la deuda para dejar de pagar la que es odiosa.
Mientras no distribuyamos la riqueza a través de unos impuestos más justos y equitativos, donde los que más tienen sean los que más paguen y no al contrario.

Mientras no aseguremos una pensión digna, cueste lo que cueste y la carguemos a los presupuestos del estado como cualquier otro gasto del mismo.
Mientras no se ofrezca una alternativa real al expolio que la estafa de la crisis está produciendo en los bolsillos de los ciudadanos. Que vía impuestos, tarifas abusivas y comisiones ilegales, nos obligan a pagar su deuda, la del estado y las corporaciones, que no la nuestra. 

La nuestra ya la pagamos vía precariedad, desahucios y suicidios.

Mientra sigamos divididos y enfrentándonos en guerra de guerrillas minoritarias contra otros grupos más o menos mayoritarios ( maltrato animal, no a los toros, LGTB, refugiados) etc cuando el pueblo está pasando hambre y frío, sin un pan que llevarse a la boca, sin un salario justo que le permita vivir dignamente, sin un techo seguro donde descansar sin miedo y con la amenaza constante de que quedarnos sin pensiones, no tendremos nada que hacer ya que partimos derrotados de antemano.

PODEMOS no sólo no debe PSOCIALIZARSE sino que debe renegar de todas esas etiquetas sociatas que restan más que suman en la lucha por devolver el poder al pueblo y a la clase trabajadora.

Como piensa la Izquierda ganar si solo habla para minorías. 

Trump habló para una mayoría: los trabajadores y ganó

Trump ofreció trabajo a los suyos...

los demás que ofrecen... más de lo mismo?

O somos pragmáticos si queremos ganar 

o seguiremos en babia soñando utopías.

No se puede abarcar todas las luchas 

Hay que priorizar objetivos

Nadie habla de abandonar ciertas luchas, 
sino de sacarlas de las portadas 
y apartarlas a un lado por el momento,
para no abrir más frentes que los justos y necesarios

( Lo primordial es lo primero... 
lo demás, si se hace bien las cosas y se alcanza el poder, 
vendrá por añadidura)


Un ejemplo claro lo tenemos en lo que pasó en estas elecciones, por no priorizar que lo importante era echar a Rajoy del poder y preferir la utopia de que la izquierda real pillara cacho, nos vemos ahora como nos vemos.

A Pedro Sánchez, de presidente, le hubieramos tenido en el parlamento cogido por los huevos y si hubiera fallado en las propuestas progresistas que le hiciera PODEMOS hubiera sido a la larga su "necesaria muerte política" en las próximas. 

A la vez que echar a Rajoy de Moncloa, hubiera supuesto una profunda crisis de liderazgo en el PP.

Ahora lo importante, es sacar a los españoles de la miseria y frenar el expolio que estamos sufriendo de banca y corporaciones. Lo demás, sobra... por ahora.

Y menos, meterse en charcos que restan mas que suman.

Resumiendo 
mientras no hagamos todo lo anteriormente dicho ( ofrecer soluciones claras a la gente que rompan con todo lo que nos ha traido hasta aquí) ...
cualquier cosa será mejor para la gente que seguir con más de lo mismo, o sea aguantando más mentiras, más austeridad y más recortes. 
O sea, 
muchos piensan en el resto de Occidente votando a otros...
que... de perdidos, al río y que sea lo que Dios quiera.

Porque...
La gente quiere una vida digna... todo lo demás se la pela
Así que todo lo que se diga o se haga, si no sirve para sacarnos de este infierno de precariedad y miseria, no le vale para nada a la gente.
O cogemos el toro por los cuernos y llamamos a las cosas por su nombre e identificamos las causas aportando soluciones reales y tangibles... o nosotros mismos seremos los corneados y apaleados

ARMAK de ODELOT

POSDATA

En estos años, no he visto a ninguna izquierda quejarse por lo que pasaba en Libia, Siria, Irak, Afganistán, Sudán, Somalia, Nigeria.

La izquierda, por eso, está desautorizada para opinar con autoridad moral, sobre los refugiados, al ser cómplice con su silencio del genocidio que están cometiendo las intervenciones pseudo-humanitarias y sus hordas de mercenarios-yihadistas, armados, entrenados y financiados por Occidente y sus aliados.

No se puede seguir bombardeando al ISLAM y luego querer hacer recaer sobre la  conciencia de los ciudadanos la culpa y la carga de todo lo que están pasando con los refugiados cuando aquí la estamos pasando como la estamos pasando. Cuando vivíamos bien, nadie se opuso a la entrada de inmigrantes... lo pilláis?

Y mas cuando la solución está en las manos de nuestros gobernantes pero la callan...

Dejarlos vivir en paz y ayudarlos, que no endeudarlos más, económicamente.

POSDATA 2

Muchos en EEUU 
se preguntan que es lo que pasa en su país y en el mundo

Yo se lo diré: 
Pues que después de dejarlos expoliados y arruinados por la sangüijuela sionista, - como ya hizo en su día con el imperio británico, Holanda, imperio austro-húngaro, ciudades - estados italianas como Venecia, (se suben al carro para aprovecharse de su poderío y luego los deja tirados, una vez exprimidos) -, ahora buscan subirse al carro de Rusia ( ingentes reservas naturales mas poderío militar) y China ( Billones de dinero fresco para seguir expoliando a través de la bolsa y demás formas de financiamiento y una monumental fábrica que produce de todo con una ingente masa de mano barata) para seguir dominando el mundo.

Esta guerra aparente entre las élites es por la resistencia de unos, a que EEUU deje de ser la primera potencia hegemónica.

El peligro de normalizar a Trump


El error más dañino sería considerar a Donald Trump un dirigente más, como se intenta y terminará pasando. 
La elección del magnate norteamericano cambia el tablero y las reglas de juego internacionales. 
A poco que la sociedad siga su hábito de mirar para otro lado, será el elemento más perjudicado. 
De ahí, que las mujeres norteamericanas, directa, abrupta y tempranamente afectadas por el Trump presidente, se hayan echado a la calle en una de las mayores manifestaciones de repulsa que se conoce en su país.
No hay grandeza democrática alguna sino un malogro del Sistema en la elección de Trump. 
No respeta derechos civiles de amplios sectores sociales. 
Supremacista blanco, los hispanos le sobran por puro racismo. 
Se han quedado sin representación en los primeros niveles de su gobierno y, de entrada, sin la web en español de la Casa Blanca. Machista militante. 
Ha excluido a los LGTB. 
No descarta la tortura para los detenidos. Y ha hecho ya de la mentira y la fullería su práctica política. 
Los “datos alternativos” que opone a la realidad que no le gusta son eso: mentiras. Y las defiende con agresividad.
Trump es el símbolo del declive de los Estados Unidos. 
Por eso ha sido elegido. 
Ha vencido con la bandera ultranacionalista. Con la promesa de volcarse en “América”, en “hacerla grande otra vez”. 
Lo que implica alejarla de las veleidades de la dirección del mundo y desde luego de los valores de solidaridad y cooperación en los que los mejores presidentes fundamentaron ese papel. 
No quiere decir que Trump vaya a renunciar a una política ofensiva. 
En su discurso inaugural, dijo textualmente que a los americanos les defendería el Ejército, las Fuerzas Armadas y Dios. Pero parece que pretende regir sus embestidas por libre. Es una fase.
La rescisión del TPP, el acuerdo de Comercio de Asia Pacifico (excluida China), y la renegociación del NAFTA con México y Canadá, van en el mismo sentido. 
Claro que los trabajadores norteamericanos se han visto perjudicados por los desmanes del capitalismo, como los españoles o los europeos en general. 
La incorporación de China al comercio mundial hizo perder millones de empleos. 
Las medidas extraordinarias de decisión de las empresas sobre las personas previstas en los nuevos tratados estaban levantando muchas ampollas. 
Ahora Trump decreta aislacionismo y proteccionismo. 
Y tiene repercusiones. En el comercio exterior propio y en otros países a los que daña y pueden tomar represalias. 
Es cambiar la cooperación por un protegerse de los demás. Una  vuelta a los clásicos. 
A modo de ejemplo,  la ley arancelaria Smoot-Hawley del presidente Hoover en el Crack del 29 que Roosvelt hubo de reducir y quedó suprimida en los Acuerdos de Bretton Woods.
Es curioso cómo resaltaba nuestro telediario de TVE esta decisión: “Trump cumple sus promesas”. 
La de publicar su declaración de impuestos no, y es la primera vez en 40 años que un presidente prescinde de ese requisito. 
No hay savoir faire que valga, ni oportunidades que darle. 
El Alto Comisionado para los DDHH de la ONU llegó a decir que Trump es un peligro global.
Nadie debe engañarse, un multimillonario al frente del equipo de multimillonarios ultraconservadores que ha nombrado Trump, seguirá trabajando por los intereses de los suyos. 
Las “máximas bajadas” de impuestos que anuncia las sumará o restará de otras partidas. 
Estamos ante la personificación de la demagogiacarente de todo escrúpulo. Máxime con la herramienta de las “verdades alternativas” de la que se ha pertrechado.
Es cierto que Hillary Clinton no era una buena candidata, era el empecinamiento en el error. O que el Partido Demócrata segó los pasos de Sanders como alternativa más progresista. O que Obama no cumplió cuanto prometió. O que conocemos dirigentes que mienten en cada palabra. 
Pero Trump se ubica en otra división.
El peligro, letal, es normalizar lo que Trump representa. 
Hay precedentes de amargo recuerdo en los años 30 del SXX y por la misma causa. Idéntica crisis económica por los mismos abusos, la demagogia y el desvío de atención hacia culpabilidades ajenas. No querer ver los síntomas. 
El fascismo es una gangrena para los Estados y las sociedades que los habitan. Literalmente, las destruye.
Y no lo pueden dejar más claro. 
La entronización de Trump en “la nueva América” ha dado alas a la “nueva  Europa” que proclaman los principales partidos de ultraderecha, ya numerosos. 
Empieza a no verse como un demérito apoyar a la ultraderecha. 
En Suecia, los conservadores del Partido Moderado,  que antaño rechazaban apoyar a los Nacionalistas Suecos (SD) -en cabeza de las encuestas- declaran ahora que cooperarán con ellos.
Theresa May en el Reino Unido anunciaba también su intención de un Brexit con alzamiento de fronteras para emigrantes pobres
En xenofobia, egoísmo y nacionalismo, no se queda atrás.
El resurgimiento en notoriedad de la Rusia de Putin, a la que nostálgicos intentan ver heredera de una idealizada Unión Soviética, tampoco ofrece precisamente tranquilidad. 
China, la que no impone imperialismos según dicen, compra deuda pública sin parar de Estados Unidos, o de los reconducidos Argentina y Brasil, acude en socorro de África. 
Todo ello con mucho dinero y su fórmula de capitalismo salvaje bajo la dictadura de los jefes del proletariado. 
Alemania se ofrece por boca de su vicecanciller a “llenar el vacío dejado por un Washington aislacionista”
El mundo se dispone a vivir peligrosamente. Otra vez.
Como los Demócratas norteamericanos, la socialdemocracia europea no cesa de dar tumbos. 
Manuel Valls en Francia -hasta ahora presidente de un gobierno bajo la denominación de socialista- ha quedado por debajo de Homes, un crítico de su partido, en las primarias. 
Las encuestas les auguran un 5º puesto en las elecciones presidenciales. Francia elegirá entre ultraderecha y derecha extrema, como tantos otros. 
La responsabilidad de los partidos socialdemócratas en la situación que vivimos es enorme, decisiva. 
Los electores no han percibido un papel de oposición y cambio, sino todo lo contrario. 
No hay más que ver al PSOE español desdibujado a los pies de Rajoy, tras su apoteósico golpe interno.
En Davoslos gerentes económicos del mundo se muestran muy preocupados por el cariz que están tomando los acontecimientos. Esa parte sí la ven. Y piensan que lo mejor es que vuelva todo a su punto de partida, con los partidos y equilibrios de fuerzas tradicionales, solo que un poco más atrás en los derechos sociales. Más o menos, un siglo. 
Vuelven a decir que es necesario cobrar salarios más bajos, contar con menos sanidad y educación públicas, y bajar las pensiones. Los impuestos que pagamos deben ser para subsumirse en sus agujeros negros.
Todos quieren volver atrás. Como si lo sucedido estos años hubiera sido un mal sueño que, eso sí, dejó bolsillos bien repletos. Conservadores, liberales, socialdemócratas de siempre, los grandes medios de comunicación del sistema. 
Llaman “populismo” a las amenazas a sus intereses personales y evitan mencionar “fascismo” para lo que está sitiando a la sociedad. Obvian los atropellos que nos han traído hasta aquí y han alumbrado soluciones nocivas. 
Trump y sus colegas europeos de la ultraderecha, la conservadora May británica, se fijan como modelo aquel tiempo primigenio en el que, según sueñan, todos eran blancos, ricos y felices.
Las reglas de este juego aún se están escribiendo; sus trampas, la forma de eludirlas, la astucia y la fuerza para enfrentarlas, las lecciones de la historia, los cómplices necesarios, todo. 
Apasionante y peligrosa partida en la que la mayoría tiene mucho que perder y nada que ganar. 
Lo último, normalizar lo que dista enormemente de ser normal. Muchas y muchos ya los saben, y actúan.
By rosa maría artalrosamariaartal.com

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro