Los próximos días serán testigos de muchos acontecimientos revolucionarios, cualitativamente nuevos, que no se parecen a nada de lo que hemos visto anteriormente en la historia humana.
Pero hay algo que ya se sabe y lo cual ya es inevitable e ineludible. Su sistema está acabado.
Ya se acabó y no podrá regresar nunca más. Es verdad que pueden armar un gran alboroto, como lo están haciendo.
Pueden crear un caos sangriento, si se les permite; pero nunca van a poder sacarlo de la tumba para revivirlo.
En cuanto se conocieron los resultados de las elecciones presidenciales, Lyndon LaRouche dijo que no había sido Estados Unidos el que había rechazado a Hillary Clinton, a Barack Obama y a todo lo que ellos representaban; sino que fue el mundo entero el que los rechazó.
Fue un fenómeno global.
No importa lo que piense Angela Merkel,
el mundo está harto de sus asesinatos y saqueos; hartos de la insolencia y prepotencia de tres siglos del imperio británico.
El mundo decidió hacerlos a un lado y seguir adelante, hacia la siguiente fase de la evolución humana, que ya se inició.
La siguiente fase de la evolución es todo un complejo interconectado, moral, material, psicológica y científicamente; todos estos aspectos entrelazados estrechamente, como lo han estado siempre en el pensamiento de Lyndon LaRouche.
La descripción en una palabra de esta nueva fase de la evolución de nuestra especie es el “Nuevo Paradigma”.
El nuevo paradigma, como lo describió de manera memorable Helga Zepp-LaRouche, es “en donde todos nos volvemos verdaderamente humanos”.
Su nueva “plataforma” de desarrollo económico incluye el Puente Terrestre Mundial que lanzaron por primera vez como idea los LaRouche hace unos treinta años, y que ahora se está volviendo una realidad bajo el liderato de China y la Rusia de Putin.
Entre los acontecimientos totalmente nuevos que se amontonan casi a diario, ahora el proyecto del Canal del Kra a través de Tailandia, por el que ha venido peleando LaRouche desde los 1980, de repente volvió a aparecer de nuevo en el orden del día.
En cuanto al pensamiento visionario de LaRouche sobre esto, la EIR del 27 de enero lo va a citar, tomando la entrevista que dio al Fortune Times de Singapur en el 2014 sobre el Canal del Kra.
“Divídase la región marítima del Este y Sur de Asia en tres categorías principales. China, un gigante; India, un gigante; y la conexión marítima, a través de las regiones marítimas del sureste de Asia. Agréguese el impacto de dichas conexiones triádicas marítimas y relacionadas a las relaciones físico-económicas con las Américas hacia el Este y la parte baja del Medio Oriente y África.
Entonces se pone de relieve la potencia de desarrollar el Canal del Kra no solo como una particularidad eminentemente factible sino también como una fuerza estratégico-político-económica para el planeta”.
LaRouche también destacó que la principal oposición al Canal del Kra en Asia es Singapur, y que la fuente principal de resistencia de Singapur proviene totalmente de los intereses militares-estratégicos del imperialismo británico.
Pero, agregó:
“El mero volumen del comercio marítimo entre las dos grandes naciones de Asia [China e India], y su conexión a través de las regiones marítimas del sur de Asia, vuelven al Canal probablemente el proyecto potencialmente más beneficioso y también más eficiente para toda la región del Pacífico y Océano Indico y un contribuyente del desarrollo de otras regiones importantes del planeta Tierra en su conjunto”.
China y Japón volvieron a poner sobre la mesa el proyecto del Canal del Kra, que es un vínculo esencial en la Ruta de la Seda Marítima.
Al mismo tiempo, como parte de la Ruta de la Seda para África, China está comprometida con el proyecto Transaqua, el proyecto de infraestructura más grande que haya contemplado África, como se informó en la EIR del 6 de enero.
Como sostiene Claudio Celani ahí, la idea es la de “una vía navegable que se podría recargar [Lago Chad], y al mismo tiempo, conformar una infraestructura de transporte, energía y agricultura gigantesca para África Central.
La construcción de un proyecto de infraestructura de este tipo representaría empleos para millones en africanos y sentaría la base para el desarrollo futuro”.
A pesar de su extensión, el Puente Terrestre Mundial no es más que solo una parte de este Nuevo Paradigma.
Junto con esto está la nueva “plataforma económica” para el espacio cercano.
Es totalmente factible que en un futuro inmediato, las naciones se unan en un programa espacial en donde solo los componentes estadounidenses serían mucho mayores que los del programa lunar de Kennedy.
Y podemos y debemos tener un programa internacional exitoso para producir energía prácticamente gratis para la humanidad, a partir de la fusión nuclear.
Su base necesaria es una banca nacional dirigista y una política de crédito nacional, que tiene que empezar con el restablecimiento de las protecciones Glass-Steagall de Franklin Roosevelt.
De este modo, las nuevas “Cuatro Leyes” de LaRouche son el requisito único para que Estados Unidos se una al Nuevo Paradigma.
El gran diseño en conjunto tiene también dimensiones morales y culturales integrales.
En vez de intentar solo describirlas, nos referiremos al “Proyecto Manhattan” de Lyndon LaRouche, que es la más destacada materialización en el mundo actualmente.
Las celebraciones del “Proyecto Manhattan” del Dr. Martin Luther King de la semana pasada, encarnan esto de la manera más intensa.
El éxito no está garantizado; nada más lejos. Se requiere la voluntad creativa, tu voluntad creativa, para que la humanidad se mueva hacia la siguiente fase que despunta.
Concluimos citando a Krafft Ehricke en 1966, que ya hemos citado anteriormente en este espacio.
“La hora del nacimiento, sea de una vida o de una era, es la hora de la verdad en donde el dolor, la duda y el miedo desafían, y la intensidad de su embestida ocasiona que las fuerzas compensatorias de la fortaleza, confianza y valentía se eleven a cimas excepcionales de intensidad y poder.
Pareciera que el mundo se rompiera ante la agonía de esta confrontación inmisericorde de lo nuevo y lo viejo”.
Podemos ganar esta.
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