sábado, 17 de diciembre de 2016

La TRAMPA de las INTERVENCIONES HUMANITARIAS

Las intervenciones humanitarias trampa

“Los pueblos enemigos de la civilización e incapaces de acceder a mayores niveles de cultura, no poseen ningún derecho a solicitar nuestras simpatías cuando se alzan en contra de la civilización (…) 
Vamos a enjuiciar y combatir ciertos métodos mediante los cuales se sojuzga a los salvajes, pero no cuestionamos ni nos oponemos a que éstos sean sometidos y que se haga valer ante ellos el derecho de la civilización”. Eduard Bernstein.
“Sin embargo, desviando la atención de las fuerzas reales en el mundo, la ideología de los derechos humanos ofrece también a aquellos que mantienen realmente el poder una justificación moral para sus acciones. 
Así, los intelectuales pequeño-burgueses de la nueva izquierda pueden servir al poder y pretender, al mismo tiempo, ser subversivos. 
¿Qué más se le puede pedir a una ideología?”. Jean Bricmont.
Han pasado más de cien años desde que el viejo social-imperialista Bernstein publicase “La socialdemocracia alemana y los disturbios turcos” en Die Neue Zeit, XV, 1896-1897. 
Menos de veinte años después, los partidos de la II Internacional, que ya habían renunciado a la revolución en favor del gradualismo parlamentario, se cubrieron de fango y de mierda apoyando los créditos de guerra de sus gobiernos y no dudaron en mandar a los trabajadores a morir en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, en defensa de los intereses de sus burguesías nacionales.
En oposición a la traición social-chauvinista de los partidos de la II Internacional, se produjo la gran ruptura en el seno del movimiento obrero internacional, con la Revolución de Octubre y el nacimiento de los PPCC y la III Internacional, entre cuyos principios rectores estaba la caracterización del imperialismo como fase superior del capitalismo. 
Se inauguraba un tiempo nuevo de internacionalismo y de combate feroz contra el imperialismo; un tiempo de grandes victorias, como sucedió en Vietnam y en Cuba; un tiempo culminado con los procesos de descolonización en las décadas de los 60 y los 70 del siglo pasado.
El siglo XX, que alumbró la primera revolución obrera triunfante, fue un tiempo de grandes luchas anti-imperialistas, muchas de ellas culminadas con éxito. Y de enormes movilizaciones de masas, en el seno de los países centrales, de solidaridad con las naciones sojuzgadas y contra las guerras imperialistas. Pero todo cambió en la última década del siglo.
El golpe de estado en Chile, promovido por los EEUU, que truncó la vía chilena al socialismo, así como los golpes militares en el Cono Sur y la ejecución del Plan Cóndor por el Departamento de Estado, constituyeron el primer aviso. 
Las victorias de Thatcher y Reagan, en 1979 y 1981 respectivamente, que impusieron la hegemonía neoliberal, fueron el segundo aviso. 
La caída del muro de Berlín en 1989 y la disolución de la URSS en 1991, dejaron el campo libre al imperialismo. Sus ideólogos de cabecera decretaron el fin de la historia. 
Ya no habría obstáculos a la globalización capitalista y no se tolerarían los estados rebeldes, no sometidos a la disciplina del mercado. 
Los EEUU, como vencedores de la Guerra Fría, se aprestaron a imponer su ley.
Y se pusieron a la tarea de inmediato. 
Con el cadáver de la URSS aún caliente, los EEUU, a través su socio alemán y el teócrata del Vaticano, reconocieron la declaración unilateral de independencia de Croacia de la Federación Yugoslava en 1991. Daban comienzo así las sucesivas guerras balcánicas, en pleno corazón de Europa, que en diez años redujeron a cenizas el territorio de lo que fue Yugoslavia. 
El punto máximo de la ignominia llegó cuando Javier Solana, socialista español y, a la sazón, secretario general de la OTAN, ordenó el bombardeo de Belgrado, una ciudad abierta, sobre objetivos civiles, como el edificio de la TV serbia o la embajada de la República Popular de China, con un saldo final de más de 2.000 muertos.
Previamente, el 2 de agosto de 1990, George Bush senior, invadía Iraq en lo que fue la Primera Guerra del Golfo. Afganistán en 2001; Iraq, de nuevo, en 2003; Siria en 2011, aún en curso; Libia en 2011; Yemen en 2015 y aún en curso. 
Este es un breve relatorio de las guerras imperialistas emprendidas por los EEUU y sus socios; con su intervención directa o a través de terceros, como en el caso en Siria, donde son milicias salafistas, financiadas y armadas por los EEUU, Francia, Gran Bretaña, Turquía y las petromonarquías del Golfo, las que combaten sobre el terreno.
Y entretanto ¿la izquierda qué?
El leninismo, con su teoría central del imperialismo como fase superior del capitalismo, supuso la universalización real del socialismo, que dejó de ser un movimiento político exclusivamente de europeos blancos y dio alas al movimiento anti-imperialista a escala planetaria. 
El leninismo supuso la gran ruptura teórica y práctica con el brutal eurocentrismo colonialista que impregnaba a la vieja II Internacional, como apuntábamos más arriba.
Pero los discursos legitimadores de la hegemonía europea y norteamericana no desaparecieron en el seno de la izquierda. 
Los hijos póstumos del sesentayochismo se aplicaron con saña a revisiones variadas del marxismo, también en su vertiente leninista y anti-imperialista. La imposición de la hegemonía neoliberal y la disolución de la URSS hicieron el resto. 
El terreno estaba abonado para la proliferación de las teorías posmodernas y posmarxistas, que florecieron en la Academia y entre las filas de la(s) izquierda(s) de las potencias centrales.
Para resumir y no extendernos más allá de las modestas pretensiones de este artículo, hay un pasaje de Toni Negri en “Imperio” muy representativo del giro de las nuevas izquierdas:
 “Durante las últimas décadas, mientras los regímenes coloniales eran derrocados, y tras el colapso final de las barreras soviéticas al mercado capitalista mundial, se ha producido una irresistible e irreversible globalización de los intercambios económicos y culturales”. 
Según Negri, el mercado global habría hecho emerger “un nuevo orden, una nueva lógica y una nueva estructura de mando, en suma, una nueva forma de soberanía: el Imperio. 
Este tipo de sociedad que se estaría desarrollando ante nuestros ojos sería el sujeto político que regula efectivamente estos cambios globales, el poder soberano que gobierna al mundo.” 
La irreversibilidad y la irresistibilidad de la globalización del mercado capitalista harían inútil cualquier resistencia al mismo.
Por otro lado el concepto de “Imperio” remite, por oposición al de “imperialismo”, a una nueva fase del capitalismo globalizado.
Los viejos imperialismos habrían desaparecido y Negri afirma repetidamente, y sin ponerse colorado, que los EEUU ya no son una potencia imperialista. Contra toda evidencia. 
Y sirva el relatorio de intervenciones imperialistas de los EEUU, directas e indirectas, que hicimos más arriba, para desmentir las tesis de Negri.
Si al viejo eurocentrismo, ahora recuperado, y a la inutilidad de oponerse a los procesos de la globalización capitalista, le añadimos el discurso de las “intervenciones humanitarias”, ya tenemos el marco teórico y práctico completo de las renuncias, de las falacias y de la funcionalidad de las “nuevas izquierdas” para el imperialismo. 
El concepto de “intervención humanitaria” fue puesto en circulación por los ideólogos del imperialismo durante las guerras yugoslavas, en la década de los noventa del siglo pasado. Después de la guerra de Kosovo ha sido utilizado con profusión y en distintos escenarios internacionales. 
Obviamente es un concepto derivado de “la ideología de los derechos humanos”, como la llama con acierto Jean Bricmont, que a su vez es un instrumento ideológico de primer orden para justificar las guerras imperialistas. 
Los EEUU desmantelaron el orden internacional basado en la Carta de la ONU, que partía de la premisa de igual soberanía de todas las naciones, para imponer la ideología de los derechos humanos, que naturalmente interpretan ellos en exclusiva. 
Jean Bricmont sostiene con acierto que “la izquierda se ha autodestruido aceptando las intervenciones humanitarias.” 
(Entrevista concedida al diario Público el 25.11.2015). 
Y además explica por qué ha podido suceder: 
“En última instancia uno debe llevar a cabo un análisis de clase de la ‘nueva izquierda’. 
Mientras que la ‘vieja izquierda’ se basaba en la clase obrera y sus dirigentes procedían de esa clase social, la nueva izquierda está enteramente dominada por intelectuales pequeño-burgueses.”
En este punto, exactamente, nos encontramos varados, como un cachalote en un arenal deshidratándose al sol.
Antonio Saceda

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro