viernes, 30 de diciembre de 2016

El DÍA que la ESTUPIDEZ se TORNÓ ARTE

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EL DÍA QUE LA ESTUPIDEZ SE TORNÓ ARTE


En la sociedad actual la estupidez acaba rezumando por todos los poros.
Y nada parece poder detenerla.
Estos últimos días, hemos visto una noticia que expone claramente el nivel de estulticia y superficialidad que tanto nos afecta.
Así es como la exponían en RT:
¿Una obra de arte o solo unas gafas? Visitantes de un museo se confunden
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Un joven de 17 años ha colocado unas gafas en el suelo en el Museo de Arte Moderno de San Francisco (EE.UU.) para ver la reacción de otros visitantes, informa el portal BuzzFeed.
Según el joven, unos segundos después de que las gafas fueran puestas numerosas personas empezaron a acercarse a la ‘pieza’ para observarla y tomar fotos.
El joven TJ Khayatan
El joven TJ Khayatan
Las imágenes del joven en las que se aprecia cómo los visitantes observan con detenimiento el objeto se han hecho virales en Internet y han sido compartidas más de 32.000 veces y cuentan con 36.000 me gusta en Twitter.
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Como es de imaginar, el asunto ha levantado una oleada de críticas y comentarios afilados en las redes e incluso en algunos medios, la mayoría de las cuales se han centrado en criticar la estupidez que rodea al arte contemporáneo.
Y aunque suscribimos muchas de esas opiniones, no dejan de ser una visión superficial del asunto.
Y es que el quid de la cuestión no está en criticar aquello que la gente interpreta como “arte” en la actualidad.
Ni tampoco se llega al fondo de la cuestión tildando de bobos a los que estaban en la galería e interpretaron erróneamente lo que significaban esas gafas. Probablemente, la mayoría de esa gente tenga un cierto nivel cultural y una cierta capacidad de análisis y raciocinio; al menos el suficiente como para estar en un museo y no sentados en un sofá viendo la tele.
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Al fin y al cabo, si los que estaban en el museo y creyeron que las gafas eran arte son unos memos, entonces ¿cómo debemos calificar a todos aquellos que pasan horas viendo por la tele a un grupo de semi-analfabetos barriobajeros chillándose en una tertúlia del corazón o presenciando embelesados como un grupo de repugnantes pseudo-famosos se pelean entre sí mientras estan presuntamente abandonados en una isla?
La clave del asunto pues, radica en tratar de comprender a través de qué mecanismos toda esa gente que estaba en la galería y que presumiblemente deberían tener una cierta cultura y capacidad intelectual, interpretó que esas gafas en el suelo eran una obra de arte.
Y la respuesta a esta cuestión es bien sencilla, aunque parezca una perogrullada: esa gente interpretó que las gafas eran una obra de arte, por el simple hecho de que estaban dentro de un museo de arte contemporáneo.
Así de simple.
Museo de Arte Contemporáneo de San Francisco
Museo de Arte Contemporáneo de San Francisco
Si hubieran visto esas mismas gafas en un banco del parque o al lado de una fuente, no habrían creído que fueran una obra de arte. Solo habrían visto un objeto.
Al ver las gafas, esas personas han presupuesto que debían ser una obra de arte, por que su mente ha sido programada para presuponerlo así; en otras palabras: la programación mental recibida les ha llevado a crear una realidad artificial alrededor de cualquier objeto que esté en ese lugar concreto llamado “museo”, convirtiéndolo potencialmente en un elemento abstracto llamado “obra de arte”, aunque el objeto en cuestión sea una compresa pegada en una pared o unas gafas tiradas en el suelo.
Como vemos pues, en su interpretación de lo que es “arte”, en ningún momento han obedecido a su sensibilidad individual, ni se han escuchado a sí mismos.
Eso implica que en la interpretación de lo que es arte en la actualidad, ya no importa el criterio propio o la propia sensibilidad: solo importa la programación mental recibida.
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De hecho, el incidente de las gafas nos demuestra que hemos llegado a un punto tal, que el arte, no es arte por la obra en sí misma, ni por el efecto que provoca en quién la ve, sino por el edificio en la que está ubicada o por el envoltorio social o definitorio que la rodea.
Por lo tanto, la definición de “arte” ha cambiado.
Hasta ahora, era la siguiente:
Arte: Manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros.
En cambio, ahora podríamos definirla como:
Arte: todo aquello que la Autoridad Oficial correspondiente decida definir como “arte”
¿Y qué es la “Autoridad Oficial correspondiente”?
Pues bien, la “Autoridad Oficial” puede manifestarse de muchas formas, a veces combinadas; puede ser una autoridad política, policial, judicial, social, religiosa, moral, mediática, o en el caso que nos afecta, una “autoridad académica”.
Una “Autoridad Académica”, conformada por unos presuntos “expertos en arte”, que en este caso definen que cualquier basura que puedas encontrar dentro de ese edificio llamado “museo de arte contemporáneo”, puede llegar a ser interpretada como “arte”.
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Y lo peor es que esa definición ya no tiene porqué circunscribirse al espacio de un museo.
Si por la razón que sea, esa misma autoridad te indica en un momento determinado que un objeto o actividad cualquiera, situada en un entorno no museístico, también es “arte”, automáticamente deberás interpretar al objeto o actividad en cuestión como “obra de arte” o “actividad artística”.
Por ejemplo, supongamos que un día vas por la calle y te cruzas con un grupo de imbéciles semidesnudos pintados de blanco, gestualizando teatralmente como gilipollas alrededor de un inodoro situado enmedio de la acera; si existe una “autoridad académica” que decida certificar aquello como “acción artística”, el conjunto de memeces que esos idiotas realicen, recibirá el calificativo de “performance” y automáticamente será considerada “actividad artística”.
Y lo será aunque los tipos en cuestión sean unos descerebrados con el mismo talento artístico que una ardilla.
Sin embargo, si tú decides hace algo similar enmedio de la calle, sin el respaldo de una autoridad académica que te respalde mediante la definición correspondiente, probablemente serás considerado un loco o un payaso; aunque lo más posible es que tengas la suerte de que la gente que pase a tu alrededor piense: “mira, debe ser alguna actividad artística o teatral promovida por el ayuntamiento, como las estatuas humanas o los músicos del metro…vamos a tirarle una moneda”.
En defintiva, el suceso de las gafas en el museo de San Francisco, no es algo tan anecdótico como puede parecer a primera vista.
Nos indica que estamos en un estado concreto en nuestra evolución psico-social.
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Nos señala que nuestro criterio individual ha quedado completamente subyugado a una autoridad oficial externa, que es la que define todo aquello que debemos sentir o pensar a cada momento, sin que tan solo lleguemos a poner en duda si ello tiene o no tiene sentido.
El arte, ya no es arte porque nos conmueva, por que nos invite a la reflexión o porque nos diga algo como individuos.
Es arte porque nos dicen que lo es y porque nos dicen dónde se puede considerar como tal.
Un montón de harapos tirados en la acera, son “basura” y el que los ha tirado ahí es un “guarro”. En cambio, si los mismos harapos están tirados en la sala de un museo, son “arte” y el que los ha puesto ahí, es un “artista” super reflexivo.
Se nos ha negado pues toda posibilidad de definición de nuestro entorno y de nuestro mundo a nivel individual.
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Y si vamos más allá, veremos que este mecanismo de rendición ante la autoridad oficial, es extrapolable a casi todas nuestras actividades sociales y que lleva ahí desde hace mucho tiempo.
De la misma forma que obedecemos a una “autoridad oficial” que nos indica que todo lo que encontremos dentro de un museo de arte contemporáneo es susceptible de ser considerado arte por el simple hecho de estar ahí, durante siglos ha existido un mecanismo análogo que ha llevado a las personas a creer que todo lo que dijera un sacerdote era moralmente bueno y tenía que ver con un ser superior llamado “Dios”.
El mismo tipo de mecanismo psicológico de sumisión que lleva a un grupo de personas a creer que unas gafas en el suelo pueden ser “arte”, es el que nos lleva a creer que aquello que nos diga un hombre uniformado debe ser obedecido porqué es “ley”, sin que nadie tenga derecho a ponerlo en duda; es el mismo tipo de mecanismo que nos dice que lo que haga la mayoría debe ser imitado porque es “moda” o “tendencia”; y es el mismo tipo de mecanismo que nos lleva a creer sumisamente que todo lo que nos diga un tipo con bata blanca y un diploma en la pared, ha de ser cierto e indiscutible por fuerza, porque nos han inculcado que él sabe cosas que nosotros no podemos entender y que jamás actuará movido por la ambición, el interés o el dinero, sino dirigido por la mano invisible de un ente maravilloso de fantasía, infalible e incorruptible, llamado “ciencia”.
El mecanismo básico de obediencia y anulación del criterio propio es muy similar en todos estos casos.
Simplemente, adquiere diversas formas.
Así que, quizás sí, al final va a resultar que esas gafas en el suelo en el museo de arte de San Francisco, nos decían mucho más de lo que creíamos inicialmente.
Quizás esas gafas no se limitaban a llamar “estúpidos” a todos los que pululaban por la galería, sino que estaban chillando un atronador “estúpidos” dirigido a todos los rincones de la sociedad y del planeta.
El problema es que con tanto ruido, poca gente ha logrado escuchar el mensaje…
GAZZETTA DEL APOCALIPSIS

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro