12 de octubre de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us
He aquí una pregunta para usted: ¿Por qué algunas guerras (como la de Siria) reciben más atención que otras (como la de Yemen)?
La prensa estadounidense está llena de cobertura con relación a Siria: no pasa un día sin otra descripción desgarradora de la vida bajo asedio en lo que queda de la ciudad de Alepo y fuertes denuncias de los crímenes salvajes llevados a cabo por aviones de guerra de los gobiernos ruso y sirio, como el bombardeo de hospitales y la reducción de barrios enteros a escombros. Imágenes de niños sirios heridos corren como la pólvora por los medios de comunicación, algunos de los tuits recibiendo cobertura global.
Sin embargo, hay otra guerra salvaje pasando unos 2100 kilómetros al sur de Siria que no llega para nada a recibir tanta atención. 
Ésta está en Yemen, donde la fuerza aérea de Arabia Saudita utiliza aviones fabricados en Estados Unidos, guiados por la inteligencia estadounidense, para bombardear, con bombas hecha en Estados Unidos, hospitales y reducir barrios enteros a escombros. 
Pero no oímos mucho de esa guerra, ni vemos muchas fotos de niños yemeníes heridos o muertos.

¡Convocar a la caballería de la propaganda: El “Interprete” del New York Times!

Tal vez esta disparidad de cobertura esté provocando interrogantes preocupantes sobre el papel de los medios de comunicación, inclusive entre los lectores del New York Times , así como interrogantes más profundos sobre unas cosas clave que sostienen la legitimidad en general del presente sistema: la idea de que Estados Unidos es una fuerza para el bien en el mundo en general, y el paladín mundial del humanitarismo en particular.
¡Ya es hora para la caballería de la propaganda! ¡Entra el “Intérprete” del New York Times (sí, así se llama esta columna)! Según este pilar venerado de periodismo “objetivo”, la razón por la que algunas guerras reciben más atención y otras no es bastante confusa, complicada y un tanto misteriosa. Pero gracias a dios el “Intérprete” fue capaz de descomponer este fenómeno desconcertante en la columna del 2 de octubre “Por qué algunas guerras (como la de Siria) reciben más atención que otras (como la de Yemen)”.

“Una narrativa atractiva”: ¡Siria es el infierno! Yemen, pues… no tanto

El “Intérprete” identifica una serie de factores que explican por qué Siria recibe una gran cantidad de cobertura y el Yemen no tanto. 
La clave en general: un argu-mentira, perdón, argumento atractivo: “Los conflictos obtienen la atención estadounidense solo cuando ofrecen una narrativa que atraiga tanto al público como a los actores políticos”.
Pero ¿por qué Siria constituye una “narrativa atractiva”, y Yemen no, según el Times? Una razón es la cantidad de sufrimiento: “Algunas de las razones son obvias; la escala de la guerra siria es catastrófica y mucho peor que la de Yemen”. Más adelante, el “Intérprete” agrega, “El costo humano de la guerra en Yemen es más bajo que el de Siria”.
¡¿Que qué?! Sí, el pueblo sirio está sufriendo una pesadilla catastrófica causada por reaccionarios en todos los lados. Pero ¿y qué de un país en el que 14 millones de personas —la mitad de la población— están sufriendo de desnutrición gracias en gran parte a la guerra que Arabia Saudita lanzó en marzo de 2015? ¿Y qué del funcionario de la Cruz Roja que declaró el año pasado, cuando las condiciones no eran tan graves como las son ahora, “Yemen después de cinco meses se parece a Siria después de cinco años”? ¿Y que de un país —¡Yemen!— que se clasifica como una crisis humanitaria de Nivel 3, el mismo nivel que Siria e Irak, y que puede estar en el borde de la hambruna?
Cuando se bloquean las entregas humanitarias de alimentos, medicinas y otros suministros necesarios a la ciudad siria de Alepo, surge un grito al cielo al nivel internacional. 
Pero Arabia Saudita está bloqueando el suministro de alimentos, medicinas y otros suministros necesarios para la mayor parte de Yemen, por ejemplo mediante el bombardeo de puertos y puentes, ¡con apenas una palabra de indignación internacional!
¿Nada de eso califica de “catástrofe” a los ojos del “Intérprete” del New York Times?
On August 15, Saudi planes bombed the Doctors Without Borders run Abs Hospital compound in northern Yemen.
El 15 de agosto, aviones saudíes bombardearon el complejo del Hospital Abs en el norte de Yemen gestionado por Médicos Sin Fronteras (también conocido como MSF). Mataron a por lo menos 19 personas, entre ellas tres miembros yemeníes de MSF. Lesionaron a decenas de otros, entre estos tres médicos extranjeros. (Foto: MSF)
En cuanto al número de muertos, según el último recuento al menos 10.000 civiles yemeníes han muerto o quedado heridos en el año y medio desde que Arabia Saudita comenzó a lanzar bombas fabricadas en Estados Unidos. ¿Cuántas yemeníes tienen que morir o ser heridos para que el New York Times lo considere una “narrativa atractiva”?

“Se puedan identificar claramente los buenos y los malos”

Ah, pero hay otros criterios que entran en juego. Lo que se necesita para asegurar la cobertura, nos dice el “Intérprete”, es “un marco emocionalmente entrañable en el que se puedan identificar claramente los buenos y los malos”. 
Siria “ofrece una historia atractiva sobre víctimas inocentes y villanos miserables” como Rusia, el régimen de Assad, y el Estado Islámico. ¿Pero el pobre Yemen? “Ahí no hay una historia evidente de buenos y malos: el país está siendo destrozado por diversas facciones beligerantes en tierra y aporreadas desde el aire por parte de Arabia Saudita, un aliado estadounidense. No hay un villano listo para las cámaras al que los estadounidenses puedan odiar”.
¡Por favor! Arabia Saudita, un reaccionario reino medieval donde las decapitaciones son rutinarias y cuyo récord mundial de propagación de la reacción y el terror hacen que el carnicero Assad parezca un actor de segunda — ¿Arabia Saudita no es un “villano listo para las cámaras”?
Podríamos seguir toda la noche enumerando los crímenes de este reino “listos para las cámaras”, pero centrémonos en Yemen por ahora. Uno de los reinos más ricos del mundo bombardea, bloquea y destruye salvajemente uno de los países más pobres. 
En un día, el 13 de agosto, bombas saudíes aporrearon la casa del director de una escuela en el norte de Yemen, matando a su esposa y cuatro de sus hijos. 
Entonces, como es el procedimiento operativo estándar de Arabia Saudita, un segundo ataque aéreo mató a más de los familiares del director cuando los equipos de rescate trataban de liberarlos. 
Al mismo tiempo, los saudíes bombardearon una escuela, matando a 10 niños e hiriendo a 28 más. Cuando los equipos de rescate llevaron a los sobrevivientes a un hospital patrocinado por Médicos Sin Fronteras, se les pidieron que se fueran porque los saudíes sistemáticamente bombardean a los hospitales. ¿Tal villanía no se califica de “lista para las cámaras” y una “historia atractiva”?
O, ¿qué tal un “villano aún más listo para las cámaras”? — ¡Estados Unidos! Se pavonea piadosamente por todo el mundo como el árbitro de “derechos humanos”, al mismo tiempo que le ha proporcionado a Arabia Saudita $ 20 mil millones en armas desde que comenzó la guerra, entre estas, bombas de fragmentación antipersonal prohibidas internacionalmente y posiblemente armas de fósforo blanco que queman la carne hasta el hueso, para usar contra los hospitales y los niños de Yemen. 
El “Intérprete” reconoce (tiene que hacerlo para mantener algo de credibilidad) que los ataques aéreos sauditas “están matando a civiles y tienen como blanco hospitales y trabajadores humanitarios”, pero encubre el papel de Estados Unidos con la frase final, “a veces con el apoyo de Estados Unidos”. ¿A veces? ¿Cuáles son las veces en que no ha tenido el apoyo de Estados Unidos? 
La fuerza Aérea de Arabia Saudí ni siquiera podría despegar sin el apoyo técnico y de otras formas de Estados Unidos (algo que el New York Times ha señalado en otro reportaje). 
Incluso después de que estos crímenes han salido a la luz pública, la administración de Obama decidió enviar otros $ 1.15 mil millones en armas a los carniceros de Riad.
(El New York Times ha publicado editoriales en contra del apoyo de Estados Unidos para Arabia Saudita: “Estados Unidos es cómplice de la matanza en el Yemen” (17 de agosto), criticando las acciones de Estados Unidos en Yemen como “indefendibles”, lo que atribuye a la necesidad de “ablandar” a Arabia Saudita “después del acuerdo nuclear con Irán”, es decir, a Estados Unidos les obligan a hacerlo los saudíes. Pero el New York Times no condena a Estados Unidos por sus acciones en Yemen, ni mucho menos sus motivos y carácter esencial. 
Compare esto con su excoriación del 29 de septiembre de Vladimir Putin de Rusia. Bajo el título “El estado fuera de la ley de Putin”, lo condena por violar “la decencia humana común”, por “el comportamiento inmoral”, “la matanza de civiles”, y por mostrar “su verdadera cara” al bombardear hospitales).
Lea la serie Crimen Yanqui aquí
¿Y qué tal lo siguiente como villanía? La potencia global dominante del mundo, la que asevera que se opone totalmente a los yihadistas fundamentalistas reaccionarios, los respalda en secreto, por ejemplo con misiles TOW, y anima a sus aliados a hacer lo mismo con el fin de derrocar al régimen de Assad en Siria. 
¿Por qué? Para derrotar las actividades rusas en la región y debilitar a Irán, otro adversario regional. 
Todo esto alimenta y prolonga la guerra civil reaccionaria en Siria, lo que contribuye poderosamente a las cifras asombrosas de 470.000 muertos y 11 millones de personas expulsadas de sus hogares. 
Al mismo tiempo, esta potencia actúa como si fuera un espectador inocente, y la masacre es enteramente culpa de otros. Esta “narrativa” se repite y se amplifica —abiertamente y en formas más matizadas— en la llamada “prensa libre” 
Un ejemplo: 
El editorial del New York Times que condenó la intervención de Rusia en Siria declaró que a diferencia de Putin, “El presidente Obama se ha negado por mucho tiempo a aprobar la intervención militar directa en Siria”. ¿En serio? 
¿Los 5.433 ataques aéreos 
que Estados Unidos ha llevado a cabo en Siria desde 2014 
(un año antes de que Rusia interviniera militarmente) 
no constituyen una “intervención militar directa”? 
Durante todo este tiempo esta potencia también ayuda y facilita directamente los crímenes de guerra en Yemen.
¿No se califica de “villanía” tramposa en una escala global?

¿Qué es lo que en realidad pone “en riesgo los intereses” estadounidenses?

Hay momentos en que uno piensa que tal vez el “Intérprete” vaya a contar un poco de verdad cuando menciona que los intereses de Estados Unidos son una cosa que influencia la cobertura. Ni modo. Otro engaño deliberado:
En cuanto a Siria, el “[Mal] Intérprete” dice: “Ahora la guerra está poniendo en riesgo los intereses de Estados Unidos, incluidas las vidas de sus ciudadanos, y les da a los estadounidenses una participación directa en ella. El Estado Islámico ha asesinado a rehenes estadounidenses y ha cometido ataques terroristas en el Occidente”.
En cuanto a Yemen, “aunque Al Qaeda no opera ahí, el conflicto de Yemen no ha tenido el tipo de impacto que tiene Siria en los intereses estadounidenses y europeos... 
Los rebeldes Houthi representan una amenaza directa menor a la que los políticos estadounidenses podrían oponerse”.
Así que sin decirlo directamente, identifica engañosamente los intereses de Estados Unidos con las “amenazas directas” a la patria, y la protección de las vidas estadounidenses.
Pero ¿cuáles son los “intereses estadounidenses” en realidad, y por qué la masacre en Siria de repente constituye una “amenaza directa” a esos intereses? La postura de Estados Unidos hacia Siria nunca ha tenido que ver con los posibles ataques a Estados Unidos. 
Ha tenido que ver con tratar de mantener su dominio de la región y asegurarse de que Rusia, Irán y Assad no ganen terreno — aunque signifique que medio millón de personas mueran y el conflicto y el caos incitan a yihadistas islámicos que lanzan ataques en Estados Unidos. Es por eso que Estados Unidos se ha quedado conforme con permitir que la matanza siguiera durante años. 
Pero ahora, cuando su rival Rusia viene ganando terreno, el régimen de Assad puede sobrevivir y toda la pesadilla puede fortalecer Irán, pues “¡Carajo! 
Tenemos que cubrir esto y preparar la opinión pública, si decidimos que necesitamos meternos más a fondo en este lío sangriento”.
Mientras tanto, la masacre en Yemen NO es una amenaza directa simplemente porque NO pone en peligro sino que sirve a los intereses de Estados Unidos porque fortalece su cliente-aliado clave, Arabia Saudita, e impide que Irán gane ningún terreno.

“A menudo los estadounidenses parecen tan introspectivos que resultan casi provincianos”

Y no sería una “interpretación” de la prensa estadounidense sin culpar al público: “A menudo los estadounidenses parecen tan introspectivos que resultan casi provincianos”, nota el “Intérprete”, y la “la falta de atención” de Estados Unidos al mundo “es lo que pasa normalmente, no la excepción”.
Oye, ¿quién hubiera pensado que las tonterías, la mierda, podrían ser tan serias, con tantos niveles y, sí, tan profundas?
Empecemos aquí: ¿Quién demonios enseñó a la gente en Estados Unidos a pensar que sólo las vidas estadounidenses importan? 
Memo al New York Times y su “Intérprete”: Ustedes no son inocentes — ¡lo inventaron!: Miles de personas mueren en una catástrofe y la primera pregunta que sale es, ¿murieron estadounidenses? 
¿Cómo afecta a Estados Unidos?... Y de ahí que repitamos como loros lo que algún representante del imperialismo dice sobre el papel de Estados Unidos en el mundo y sobre los malos y nefastos enemigos que carecen de todo atisbo de decencia humana.
Basta con pensar acerca de cómo se ha reportado sobre el huracán Mateo. 24 horas de constante cobertura de su impacto en Estados Unidos antes, durante y después del huracán. 
Mientras tanto, el huracán cayó sobre Haití que ya sufría muchísimo más: cientos de muertos y la devastación asombrosa. Sin embargo, Haití recibió una pequeña fracción de la cobertura.
No es de sorprender que la mayoría de los estadounidenses no pueda encontrar Siria o Yemen en un mapa, y no pueda distinguir Yemen de Yakima.
Por supuesto, es posible que más personas hubieran sabido algo sobre Yemen si el gobierno de Estados Unidos y el presidente “anti guerra” Barack Obama no habían bloqueado una investigación de la ONU sobre los crímenes de guerra de Arabia Saudita, lo que habría generado la publicidad a nivel internacional. 
Pero de alguna manera este pedacito de información no encajó en la narrativa menos-que-atractiva del “Intérprete”.
Y seamos realistas aquí: Hay lectores del New York Times que probablemente se consideren muy bien informados, que deberían estar mejores pero que han sido [mal] educados y atontados por el New York Times , y se dejan refugiarse en el pantano turgente de “la complejidad” — en lugar de reírse de modo amargo y burlón al leer esa mezcla enrevesada de mentiras y doble lenguaje representado por “Por qué algunas guerras (como la de Siria) reciben más atención que otras (como la de Yemen)” — y ver con claridad y actuar en base de su responsabilidad moral hacia la humanidad de oponerse a los enormes crímenes que Estados Unidos comete alrededor del mundo.
Así que los gobernantes de Estados Unidos y sus lacayos mediáticos nos han mentido sobre Siria y Yemen. 
Ahora nos mienten acerca de cómo nos han mentido. Pero sí que tiene sentido. ¿Qué hace un mentiroso habitual cuando se ve pillado en una mentira? Inventar otra.
Así que resulta que SÍ “hay un villano listo para las cámaras al que los estadounidenses puedan odiar”. ¡El imperialismo Estados Unidos y sus cómplices en los medios de comunicación!