jueves, 15 de diciembre de 2016

“Cuando nos prohibieron ser mujeres… y os persiguieron por ser hombres”

Expediente JoanFliZ

El FEMINISMO ESTA EN MANOS DE LA ELITE GLOBALISTA
lOS VIVIDORES DE LA POLITICA DE GENERO - video 4 min: 
Alicia V. Rubio, profesora de Educación Física (como el abajo firmante) y filóloga y miembro de “Profesionales por la Ética”, ha escrito y publicado hace pocos días un libro imprescindible para pasar de tener dudas sobre “el género” a no tener ningún género de dudas. 

Alicia,  nos habla de las muchas mentiras que se enseñan a los estudiantes hoy día, en nombre del feminismo, y que luego se encargan de reforzar los medios de información y creadores de opinión. 

- En la primera parte del libro, la autora expone el origen, la expansión y la relación con loslobbies homosexualistas y su íntima relación con “este constructo social” (la denominada perspectiva de género), así como se ha ido realizando la imposición a las mujeres de un modelo masculinizado que las niega como tales y desprecia sus deseos, comportamientos, gustos, percepciones y capacidades; en definitiva, cuanto de diferente y valioso tiene la identidad femenina. 

- En la segunda parte de su libro, Alicia aborda los peligrosos alcances, las terribles consecuencias de la aplicación de la ideología de género: la persecución de la masculinidad, las técnicas de manipulación utilizadas para implantar tan peligrosa y totalitaria doctrina, las formas de financiación a las que recurren sus partidarios, las legislaciones que impone, el adoctrinamiento a los menores y sus implicaciones en la sociedad y la familia. 

Alicia V. Rubio afirma en su libro, sin circunloquios que el ser humano es una mezcla indisoluble de biología y cultura, y que por eso nuestra felicidad depende, en gran medida, del equilibrio entre ambas naturalezas, que avanzan hacia objetivos diferentes aunque no contrapuestos. 

La autora afirma, también que, la dicotomía sexual, fundamental en la base biológica de nuestro comportamiento, determina unas características que afectan a nuestros roles sociales. La ideología de género, con su negación de la base biológica de la persona, trata de construir un ser humano basado solo en su naturaleza cultural, lo que genera en el individuo concreto un alto grado de infelicidad e irracionalidad. 

Alicia V. Rubio hace uso de un lenguaje claro y divulgativo y desmiente los postulados y conclusiones de la ideología de género desde campos tan diversos como la antropología, la neurofisiología la anatomía y, sobre todo, la realidad, el sentido común y la experiencia cotidiana. 

Evidentemente en el libro imprescindible del que les hablo, están presentes muchas ideas política y socialmente incorrectas en los tiempos que nos ha tocado vivir, tales como que la terca realidad es que la totalidad de la historia de la humanidad, es un continuo sin interrupción del llamado “patriarcado”, tal vez llegando incluso hasta nuestros primeros ancestros primates. 

En las sociedades humanas, sin excepción -aunque disguste a las feministas- el liderazgo está asociado al varón, y el cuidado y crianza de los niños a la mujer. 

El feminismo omnipresente, subvencionado y políticamente correcto afirma sin sonrojarse que la “socialización” guarda relación con los roles sexuales; pero es incapaz de explicar por qué la socialización avanza siempre en una dirección uniforme, cuando – de acuerdo con sus premisas – debiera ser de forma aleatoria, dando como resultado unas veces matriarcados y otras patriarcados. 

La pregunta obligada es: ¿Por qué todas las sociedades, sin excepción, educan a los hombres para el liderazgo y a las mujeres para las tareas domésticas? ¿Por qué no al revés? 

La aplicación de la perspectiva de “género” de forma estricta acaba inevitablemente en una regresión infinita, y termina postulando una ‘causa sin causa’, ya que el dominio masculino observable en todas las sociedades es causado –según la ideología de género- por la “socialización”, pese a que la socialización (que siempre origina el liderazgo masculino) en si misma tampoco posee una causa, y de alguna manera “siempre fue así” 

(En contra, por supuesto, de la opinión de algunas “historiadoras feministas” tales como Marija Gimbutas que llega a afirmar que hubo un tiempo de predominio de lo femenino, formas de matriarcado hasta que fueron destruidas aproximadamente en el Neolítico Europeo, por hordas patriarcalistas procedentes de oriente). 

El feminismo de “género” comete el tremendo error de considerar al entorno, el ambiente social como una variable independiente, no logrando explicar por qué el ambiente social siempre se acomoda a los límites fijados por, y siguiendo una dirección acorde con, lo fisiológico (es decir, el ambiente nunca actúa como contrapeso suficiente para permitir que una sociedad evite el dominio masculino de las jerarquías). 

Dicho de otro modo, no es verdad, como las feministas afirman que las sociedades inventan roles sexuales arbitrarios. 

Muy al contrario, las sociedades poseen los pautas de conducta que la biología parece hacer inevitables y, en consecuencia, tratan de socializar-educar a los hombres y mujeres tomando como referencia roles que se espera que ellos serán capaces de cumplir. 

La Ciencia ha demostrado sobradamente que las hormonas masculinas y femeninas, invariablemente, crean características profundas que alteran el estado de ánimo. 

Sin embargo, las feministas atribuyen la conducta de los seres humanos a la “socialización”. 

La razón por la que las teorías feministas intentan forzarnos a ignorar el papel fundamental de las hormonas masculinas y femeninas como determinantes de la conducta es que inevitablemente tendrían que reconocer que los roles sexuales no solamente no son arbitrarios, sino que de hecho son permanentes (salvo que someta a la persona a una intervención quirúrgica radical). 

Los seguidores del feminismo de género se sienten obligados a dar una explicación puramente ambientalista para todas las diferencias de tipo sexual, ya que si admitimos las diferencias biológicas como factores relevantes, el dogma de que las mujeres son “víctimas de la discriminación” no tendría ninguna clase de fundamento. 

Entonces, las feministas estarían obligadas a separar los efectos de la llamada “discriminación” de aquéllos producidos por la biología, una tarea a todas luces imposible. Como resultado, según la perspectiva de género es imprescindible afirmar a manera de dogma de fe, que las diferencias biológicas varón/mujer no tienen consecuencias posibles que sean observables. 

Tal cual dice el biólogo Garrett Hardin, afirmar que la conducta humana no está influida por la herencia, es lo mismo que afirmar que el ser humano no forma parte de la Naturaleza. En la misma dirección que Garret Hardin, el filósofo Michael Levin describe la teoría feminista como una forma de “Creacionismo”, una negativa a aplicar la teoría de la evolución a los humanos. 

Continuando con la “socialización”, la explicación ambientalista a la que recurren los y las feministas para explicar los diversos roles sexuales, trasladémonos a la práctica deportiva, asunto que agradaría mucho a la autora del libro, profesora de Educación Física como el que subscribe: en los diversos deportes en los que existen registros de las marcas masculinas y femeninas, los hombres superan, de forma significativa, a las mujeres. Lo corriente es que los atletas varones que ya comienzan a destacar cuando son estudiantes de secundaria, igualen los records de las mujeres adultas que poseen marcas mundiales en su especialidad deportiva. 

A las feministas no les queda otro remedio que admitir, aunque sea a regañadientes que al menos en el ámbito deportivo la diferencia entre hombres y mujeres es debido a factores innatos, y no consecuencia del entorno, del condicionamiento social. Ningún “adoctrinamiento de género intensivo” acabará transformando a una mujer en un defensa respetable de la Liga Nacional de Fútbol. 

Como es lógico, todo esto sitúa a las “organizaciones de mujeres” en la curiosa posición de sostener que los factores innatos sí cuentan para explicar las profundas diferencias en el rendimiento de hombres y mujeres en la práctica deportiva y el ejercicio físico en general, pero no están presentes en ningún ámbito más… 

Ni que decir tiene que cuando las feministas acaban reconociendo la terca realidad de que existen cualidades-potencialidades diferenciadas debido al sexo, se ven obligadas a admitir que el mayor rendimiento de los hombres en los trabajos agotadores es debido a factores innatos, y no a la “discriminación” o a la “socialización”. 

No cabe duda alguna de que es una cuestión ideológica y no de lógica, la que mueve la hipótesis de la absoluta intercambiabilidad varón/mujer (cuando se vean necesitadas de ello, las feministas acabarán negando la intercambiabilidad, pese a que como norma defiendan vigorosamente todo lo que se deduzca de ella). 

Por otro lado, es importante señalar que el feminismo de género haciendo hincapié en los “derechos de los grupos” y las ofensas al grupo, nada tiene de liberal, es profundamente reaccionario, y por supuesto representa una ruptura radical con la larga tradición humanista que enfatiza los derechos individuales, la igualdad de oportunidades, la promoción social teniendo en cuenta la capacidad, la destreza, el mérito. 

Más todavía: el movimiento feminista ataca constantemente a la libertad de expresión, siempre que sea usada de manera que los “grupos de mujeres” la consideren contraria a sus intereses. La perversa y liberticida doctrina de género pretende reemplazar la idea liberal de “igualdad ante la ley” por el siniestro “algunas personas son más iguales que otras”, premiando a las mujeres con derechos, tratos de favor y protecciones especiales que les son negados a los hombres. 

Sin embargo, cuando se dirigen a un público escasamente informado e ingenuo las feministas no dudarán en proclamar que ellas “sólo quieren igualdad”. 

En el “retablo de las maravillas” del feminismo de género la segregación o apartheid por razón de sexo es, o muy necesaria, o muy mala, dependiendo de cuál sea el sexo que está siendo excluido. 

A fin de cuentas, todos los argumentos feministas son ad hoc: utilizan cualquier argumento que se encuentren para intentar probar lo que desean probar en ese momento (victimización, discriminación, opresión, persecución, lo que sea) 

No importa que el argumento que el feminismo usa hoy, sea o no coherente con el que usó ayer, o el que use mañana. Los hombres, simultáneamente, son y no son más agresivos, son y no son mejores en matemáticas, son y no son más persuasivos, etc., dependiendo de qué es lo requerido por las exigencias del momento. 

Al feminismo no le preocupa lo más mínimo que alguna mujer objete que el argumento de hoy es contrapuesto al de ayer: cualquiera que lo haga será etiquetada como “enemiga de las mujeres” y será expulsada-excomulgada del movimiento. 

Y ya para terminar, pues sería lógico que la autora del libro se acabe enfadando conmigo si se los cuento por entero, e impido que lo compren y lo lean, no puedo acabar sin citar que la perspectiva de género es una doctrina que pretende ser ‘total’ (pretende una respuesta ‘global’ a la totalidad de la problemática del ser humano), como ocurre con el marxismo, en cuyas fuentes bebe, sin lugar a dudas. 

Según la interpretación de la ideología de género, la sociedad actual está fundamentada en el matrimonio y la familia, en la que existe una determinada división de roles; y es intrínsecamente perversa porque está sujeta a los dictados de una ‘clase’ dominante:

los varones; según la ideología totalitaria “de género” la familia es un ámbito donde se educa de tal manera que se facilita, inculca, anima a la violencia contra la mujer. 

En semejantes ocurrencias se inspira la denominada “ley de violencia de género”, según sus promotores, los feminicidios, son la respuesta del ‘macho dominante’ a los deseos de emancipación y libertad de la mujer. 

El varón apegado a formas de conducta ya periclitadas, el varón educado en la familia y la religión judeocristianas, en el patriarcado, niega la autonomía de su pareja y, a partir de un determinado límite, resuelve el conflicto matándola.

Naturalmente, dado que es una ideología bastante chapucera, no existen datos que corroboren o apoyen tales hipótesis. Todo lo contrario. 

Si la hipótesis de la ‘perspectiva de género’ fuera verdad, la violencia de la que las mujeres son víctimas y, sobre todo, los asesinatos, se darían en mayor medida en las personas educadas de forma más tradicional que en las personas jóvenes. 

Sin embargo, la tozuda realidad demuestra que las cosas no son así: la inmensa mayoría de homicidas son menores de 40 años, y el 20 por ciento, menores de 30. 

Los homicidas mayores de 50 años, el grupo en teoría más peligroso por su supuesto ‘patriarcalismo’, apenas representa el 40 por ciento de los casos. 

Si la teoría “de género” fuera cierta, las personas con mentalidad tradicional deberían cometer más homicidios que las más ‘liberales’ o ‘progres’. Pero no es así. 

Las personas unidas por matrimonio religioso presentan una menor tendencia al homicidio que las unidas por matrimonio civil; y, a su vez, estas, muchísimo menos que las que viven como pareja de hecho. 

Casualmente, las estadísticas demuestran que existen diez veces más posibilidades de homicidio en una relación de pareja de hecho. 

Si las afirmaciones de la perspectiva de género que inspiran la ley fueran ciertas, los países ‘más liberales’, con una mayor tradición de emancipación de la mujer, como los países nórdicos y anglosajones, deberían poseer una incidencia mucho menor que los países de raíz tradicional y católica, como Portugal, España, Italia, Grecia (ortodoxa), incluso Irlanda. Pero no es así, sino todo lo contrario. 

Suecia tiene el dudoso honor de liderar el ránking, junto con Gran Bretaña y los países del norte de Europa, mientras que la cola corresponde precisamente a los países mediterráneos e Irlanda. 

El tópico estereotipo de un presunto ‘macho violento’ de pelo en pecho, color cetrino y mirada cejijunta frente a un rosado varón nórdico, de ojos azules y actitudes liberales, es falso: el nórdico, estadísticamente, presenta una mayor tasa de feminicidios; y no solo esto, sino también de violaciones. 

Bueno, ya no les cuento más, pues mi amiga Alicia va a acabar enfadándose –con razón- conmigo; compren y lean (y divulguen) “Cuando nos prohibieron ser mujeres… y os persiguieron por ser hombres”: 

Para entender cómo nos afecta la ideología de género, un libro sin duda imprescindible para pasar de tener dudas sobre el “género” a no tener ningún género de dudas. 

¡Que les aproveche!

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro