jueves, 15 de diciembre de 2016

COLOMBIA - Menos Retórica y más Hechos de Paz - Asesinan a otro líder del Movimiento ‘Marcha Patriótica’


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Menos retórica y más hechos de paz

Resulta alarmante la situación que se viene presentando con los líderes sociales y defensores de derechos humanos en el país. 
En los últimos meses se han incrementado los crímenes contra el movimiento social, quienes apoyan los procesos de paz, la restitución de tierras, la consolidación de Zonas de Reserva Campesina y la implementación del acuerdo entre el Gobierno Nacional y las Farc–EP.
Frente a estos hechos queda claro la lentitud de la justicia colombiana y la inoperancia de la Fuerza Pública ya que hasta el momento no se han presentado resultados claros, dejando entrever lo poco que les interesa las vidas de cientos de colombianos que se la han jugado por la paz.
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Los últimos incidentes involucran al minero y líder comunitario, Eder Mangones, del sur de Bolívar y al líder social de Marcha Patriótica, Guillermo Veldaño, de Putumayo, quienes fueron asesinados por paramilitares que están en contra de la paz y de la reconciliación.
En días pasados Jesús Santrich, miembro de la Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación del Acuerdo de Paz, manifestó la preocupación que se tiene frente a la escalada de asesinados de los líderes sociales y afirmó que detrás de estos actos están las manos del paramilitarismo, a los que han querido vender con otros nombres pero que siguen siendo los mismos.
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La Fiscalía por su parte manifestó que están haciendo seguimiento a cientos de casos denunciados; sin embargo, afirman, en muchas ocasiones los crímenes han ocurrido por cuestiones personales o por problemas de linderos. 
Esto contradice las denuncias de las organizaciones sociales frente a la sistematicidad de los asesinatos y atentados contra líderes y defensores de derechos humanos.
Sobre estos hechos, Aída Avella, líder social y presidente de la Unión Patriótica, expresó su preocupación recordando el magnicidio al que fue sometido su partido. 
Asimismo, voceros de Marcha Patriótica como Andrés Gil y David Flórez, se han pronunciado vehemente en el último año sobre los homicidios que se han perpetrado contra su organización. 
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En ese sentido manifestaron que esta arremetida contra el movimiento social no es aislada, sino que hace parte de una guerra oculta que se está presentando contra quienes quieren la paz y son protagonistas de ésta.
Finalmente las preguntas que surgen frente a estos casos son: 
¿Quiénes se benefician con estos crímenes?, 
¿Por qué las fuerzas militares y la justicia son inoperantes en estos hechos? 
y ¿Hasta cuándo el Gobierno va seguir observando sin hacer nada mientras matan y desaparecen a campesinos, trabajadores y líderes sociales que se la juegan por la paz?. 
El movimiento social exige respuestas y no mera retórica.
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Asesinan en Colombia a otro líder del movimiento ‘Marcha Patriótica’

Guillermo Veldaño fue asesinado de seis disparos por sicarios. Una comisión de derechos humanos se trasladó al lugar del crimen.
Resultado de imagen para Asesinan en Colombia a otro líder del movimiento ‘Marcha Patriótica’El líder social Guillermo Veldaño, perteneciente al movimiento Marcha Patriótica, fue asesinado este lunes en el corregimiento de Puerto Vega del municipio de Puerto Asís, departamento Putumayo, en Colombia.
Veldaño, quien era presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda de Buenos Aires, fue asesinado en su casa de seis disparos a la cabeza por sicarios que se movilizaban en motocicleta. El crimen ocurrió cerca del mediodía de este lunes.
Una comisión de derechos humanos se trasladó al lugar del asesinato. Asimismo, la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos consideró el hecho como “una violencia persistente en contra de las personas que ejercen la labor de defensa de los derechos humanos en el país, en particular de quienes habitan zonas rurales”.
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Otro líder social asesinado en Colombia: se trata de William ...
Resumen Latinoamericano
El líder comunitario y defensor de los derechos humanos William Castillo Chima, fundador y tesorero de la Asociación de Hermandades Agroecológicas y Mineras
Hasta el pasado 30 de noviembre ocurrieron 35 asesinatos y 52 homicidios en contra de líderes de los derechos humanos en Colombia. Algunos informes indican que la cifra de defensores sociales asesinados llega a los 70.
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Timochenko: “Los que se oponen a la Paz son los que vivieron de la guerra”

Colombia está en guerra desde hace 52 años. 

El conflicto se desató tras un bombardeo ordenado por el gobierno para sofocar a un grupo de campesinos que reclamaban por la política agraria.

Esa decisión, que funcionó como un catalizador para que 48 campesinos y campesinas decidieran conformar las proto Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), fue apoyada por Estados Unidos. 

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Medio siglo después, el delegado por Estados Unidos que participa de los diálogos de paz, Berni Aronson, reconoció que “fue una equivocación política”, dice a Página12 el jefe de las FARC, Rodrigo Londoño, que se rebautizó como Timochenko hace 40 años, cuando se sumó a la guerrilla campesina.

Esa “equivocación” le costó a Colombia 60 mil desaparecidos, más de 200 mil muertos –de los cuáles sólo el doce por ciento son responsabilidad de las FARC, según la ONU–, siete millones de campesinos desplazados y unos cuatro millones de colombianos exiliados. 

Fue, también, una jugada que aceitó la creación de grupos paramilitares financiados por los sectores económicos más concentrados de Colombia, que sobre la base de esa crisis acumularon extensiones de tierra y se beneficiaron con la industria de la guerra.

Todo eso se puso en discusión durante los últimos seis años. Fue un proceso complejo, que incluyó el asesinato del máximo dirigente de las FARC antes de Londoño, Guillermo León Sáenz Vargas, alias Alfonso Cano. Esa muerte no frustró la negociación, que había iniciado el presidente Juan Manuel Santos. 

Así se llegó a un primer Acuerdo de Paz pero fue rechazado en un plebiscito: tuvo una abstención superior al sesenta por ciento y volteó la negociación por menos de medio punto de diferencia (50,21 contra 49,78 por ciento).

Eso tampoco dinamitó la mesa: volvieron a sentarse a negociar, incorporaron algunos de los cuestionamientos de quienes militaron contra el acuerdo y firmaron un nuevo compromiso de paz, que el primero de diciembre fue refrendado por el Congreso. 

Ahora se abre, coinciden los distintos actores de la negociación, la etapa más difícil: la implementación, que debe incluir una ley de amnistía, una reforma agraria, la vuelta a la vida civil de los guerrilleros y el funcionamiento de un fuero judicial especial que juzgará las responsabilidades de guerrilleros, paramilitares y los miembros del Ejército.

–Santos mandó una “carta razón”. 

Le dijo al intermediario “dígales esto y esto” y el hombre escribió textualmente, entre comillas. La carta la mandó el facilitador pero fue entrecomillado lo que Santos quería decir. 

Lo primero fue una reunión en Colombia, secreta y en la frontera con Venezuela. Los delegados del gobierno entraron por Venezuela.

–¿Qué se habló allí?

–Se definieron los parámetros: dónde se iba a hacer, cuántos y quiénes iban a negociar. Y eso fue duro. Nosotros planteamos que fuera en Colombia. El gobierno dijo que fuera en Suiza, en Brasil. Nosotros cedimos y dijimos Venezuela. 

Y ellos dijeron que nooo. Y tipo cuatro de la tarde el helicóptero tenía que irse porque empezaba a oscurecer. Nos habíamos puesto de acuerdo en todo menos en el sitio de la negociación. 

Y teníamos como última carta Cuba. Y cuando lo soltamos, los tipos pegaron el brinco de felicidad y listo (sonríe).

–¿El gobierno prefería Cuba antes que Venezuela?

–Sí. Lo que pasa es que Venezuela sirvió de apoyo. 

Porque estábamos en plena confrontación y había mucha desconfianza. Y ahí empiezan Cuba y Noruega como garantes. 

Después se hacen dos o tres reuniones más en la isla La Orchila, en Venezuela.

–¿Aún era todo secreto?

–Sí. Estábamos creando las condiciones para iniciar la etapa exploratoria. Después avanzamos con los levantamientos de las órdenes de captura para que los cuadros se pudieran desplazar. 

Y estando en eso viene el asesinato de Alfonso Cano (jefe de las FARC, muerto el 4 de noviembre de 2011). Eso nos dejó paralizados. Pero reiniciamos. 

Ahí es dónde Santos le pide a Hugo Chávez que hable conmigo. Viajé a Venezuela y estuve toda una noche, desde las 8 hasta las 4 de la mañana hablando con Chávez. Buscándole fórmulas y el compromiso de él de trabajar por la paz.

–¿Y por qué creen que asesinaron a Alfonso en medio de las conversaciones?

–Eso deberá explicarlo Santos ante la historia. Hace poco, en Cartagena, recuerdo que charlamos un momento con él y no sé cómo surgió el tema del Alfonso y me dijo “algún día nos sentamos y nos contamos un poco de verdades”. 

No sé qué me quiso decir con eso pero es una pregunta que tenemos y esperamos alguna respuesta. 

Si este proceso hubiera contado con la participación de Alfonso hubiera sido mucho más enriquecedor.

Antes de llamarse Timochenko, Rodrigo Londoño era un niño campesino. Vivía en La Tebaida, un pueblo pequeño, que en la década del 60 tenía unos 5 mil habitantes. 

Su padre, Arturo, era un campesino semianalfabeto, que había aprendido a leer solo. Había sido liberal y se había vuelto comunista. En las primeras imágenes que ese niño tiene de su padre, lo ve junto a otros hombres, alrededor de una radio de válvulas y escuchando atentamente Radio Habana. 

Primero seguían el noticiero y luego “Voces de la revolución”. Rodrigo se lamenta de que nunca le preguntó a su padre cómo se hizo comunista pero aún recuerda –sonríe cuando lo hace– que se memorizaba los discursos que Fidel Castro daba en 1964, cuando se iba consolidando la revolución cubana y él tenía 7 años.

“Me memorizaba pedacitos de discurso y me paraba en la puerta de la casa y repetía los discursos de Fidel a la gente que pasaba”, dice Timochenko y se ríe, sentado en un hotel de La Habana, tomando un “tinto”, como le dicen al café bien negro, que es una de las cosas que intentó que nunca faltara en medio del monte. 

Se tomará más de tres cafés durante la entrevista. 

Y cuando pida cada uno, lo hará con una sonrisa: pareciera que sólo pensar en el café le provoca placer.

–¿Esa fue la génesis de su comunismo?

–Confluyeron varios factores. Uno era ese. 

En la escuela primaria empecé a interactuar con un grupo social más grande. Empecé a ir a las casas de mis compañeros. Nosotros éramos pobres pero las necesidades básicas estaban resueltas. 

Pero iba a casas donde veía que no se almorzaba o no se desayunaba, compañeros que venían con la misma ropa o con ropa remendada. Y veía que había otros que estaban mucho más cómodos. Eso me impactaba. En ese medio voy creciendo.

A los 12 o 13 años ingresé a la Juventud Comunista. 

Y la militancia implica adquirir conciencia, estudiar, entender el porqué de las cosas. Me gustaba mucho leer. 

Cuando entré a la escuela ya sabía leer. Mi mamá me enseñó. 

Desde muy jovencito me leí todas las obras de Marx, Lenin y Engels. Me imagino que entendí muy poco (se ríe) pero sí la explicación de lo que es la explotación.

–Para ese momento las FARC ya eran una organización en pleno funcionamiento.

–Ya escuchaba hablar de Marulanda. Y no se me olvida nunca que mi papá me ponía a leerle el diario El Tiempo y recuerdo que una vez le leí la historia de un combate, que era narrado por el Ejército. El título era “Mi cabo se batió como un tigre” y era un tipo contando cómo habían peleado con la guerrilla. 

Estaba el gobierno de Salvador Allende, en Chile, que alentó mucho la lucha popular. 

Pero después vino el golpe y vino la decepción. 

Y ya empezaba a estar en las campañas electorales del Partido. 

Y me había ido de mi casa. Consideraba que debía dedicarme a pelear por esas ideas pero no tenía en claro cómo. Ya escuchaba sobre los desaparecidos. 

Un día escuché a un compañero diciéndole a otro que “eso de las elecciones para qué, que había que ir a la lucha armada”. Tuvieron una discusión. 

Yo estaba al margen pero escuché que le dijo “bueno pero si quiere echar plomo dígalo que lo mandamos para allá”. Ahí me llamó la atención eso. Entonces le dije que quería ir.

–¿El PC era parte de las FARC?

–Tenían los contactos. Sabían con quién había que hablar. No eran lo mismo pero el PC colombiano apoyó los inicios de la lucha guerrillera.

–¿Y qué pasó?

–Eso generó inquietud (en el Partido). Yo ya era miembro de la Dirección Regional de la Juventud Comunista de El Quintío. Tenía 17 años. Estaba en el segundo bachillerato. 

Y ahí es dónde tomé la decisión. Y me mandaron un guerrillero de unos 30 años a que hablara conmigo. 

Me dio una charla como para que yo no fuera para allá: “eso es muy duro, van a aguantar hambre, se tiene que olvidar de la familia”. Yo dije “ya la decisión está tomada, yo me voy”. 

Así llegué a la guerrilla.

Cuarenta años después de que entró al monte, Timochenko tiene la posibilidad de volver a llamarse Rodrigo Londoño. 

Lo mismo le ocurre a otros siete mil guerrilleros, a un número indefinido de militantes del Partido Comunista Clandestino de Colombia (la organización política que las FARC crearon hace unos años) y a otros tantos grupos de apoyo. 

“Ninguna guerrilla puede sostenerse sin apoyo de masas”, dice Timochenko para dejar en claro que su supervivencia no fue obra del destino sino de “hacer política y utilizar las armas”.

Pero lo que puede cambiar en los próximos años es la realidad colombiana. Por eso hay tantos actores jugando en favor de la paz. Y, por los mismos motivos, hay otros que operan en contra.

–¿La Iglesia colombiana participó?

–Uno de los factores que me llamó la atención fue el poco compromiso de la Iglesia a lo largo del desarrollo del proceso. 

Ahora, después del plebiscito vino a Cuba la alta cúpula de la Iglesia, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga vino acompañado de otros obispos. 

Fue una charla importante, interesante.

–Pero ya con el proceso bien avanzado.

–Sí. Pero hace falta. Y aseguraron que se van a meter en función de la implementación. Y hace falta porque Colombia es de tradición católica y en todo pueblo hay un cura y su papel es muy importante.

–En Colombia tuvo fuerza al Movimiento de Curas del Tercer mundo. Allí se hizo la conferencia de Medellín.

–Hay diversas tendencias. El obispo de Cali, Rubén Darío Monsalve, estuvo comprometido.

–¿Y el papa Francisco?

–Nos ha respaldado. Se ha mantenido una relación más o menos fluida con el Vaticano. Se han mandado cartas y ha mandado el apoyo en distintos momentos. 

Incluso tenemos entendido que, pese a que fue invitado por Santos, dijo que el compromiso de ir a Colombia es si se logra la paz. Y ahora iba a ir Santos a Roma de regreso de Oslo.

–Después de recibir el Premio Nobel de la Paz.
–Sí.

–El premio se lo dieron sólo a Santos pero hay dos partes en la negociación.

–(Se ríe.) Eso tendrán que explicarlo los que lo han hecho. 
A nosotros no nos motiva eso. 

El mejor premio que uno, como revolucionario, puede tener es lograr los objetivos que nos hemos propuesto: si logramos consolidar este proceso, si logramos la implementación de los acuerdos y se generan las condiciones para erradicar la violencia de la vida política del país, ese es el mejor premio que le podemos dejar a las futuras generaciones.

–¿Quiénes se oponen a este acuerdo?

–Los que han vivido de la guerra. La guerra es un negocio que produce mucha plata, ha permitido mantener el dominio y ha impedido el surgimiento de movimientos sociales y populares. 

Y como se han beneficiado tanto de la guerra es normal que no quieran que eso salga a la luz. Hay gente que se ha enriquecido. 

Se apropiaron de extensiones de tierras, la industria armamentista. 

Esos sectores están resistiendo al proceso.
Durante la negociación, el ex presidente Uribe fue el principal crítico del acuerdo. 

Hizo una campaña fuerte en contra del proceso que inició su ex funcionario y actual mandatario, Santos. Incluso se negó a sentarse a la mesa de negociaciones para sumar sus críticas y buscar caminos de consenso.

Lo que se juega en estos días no es sólo la paz, es la posibilidad de que las FARC entren al sistema político y disputen poder en las próximas elecciones de 2018. Para ello falta aún poco más de un año, que será bastante largo pero ese tiempo permitiría también organizar algún tipo de fuerza electoral.

–¿Cuándo será el momento de volver a dialogar con Uribe?

–Eso está en el campo de la especulación. 

De todas maneras, depende de él mismo. Desde el inicio del proceso, a través de terceros, insistimos en que se vinculara pero siempre se negó. Hasta último momento, que se le hizo un llamamiento público. Incluso después del plebiscito él dijo que no tenía nada que venir a hacer a La Habana. 

Pero después comenzó a pedirnos que lo recibiéramos pero ya le dijimos que no. No había nada que hablar. 

Las cosas tienen su momento pero no descarto que en la dinámica de la política nos pongamos a buscar acuerdos en función de sacar adelante este proceso.

–¿A qué se refiere con una “paz verdadera con justicia social”?

–Por ejemplo, el desarrollo del campo. 

Tenemos un potencial agrícola de 14 millones de hectáreas pero sólo se usan 4 millones. Y un potencial ganadero de 19 millones de hectáreas y se usan 30 millones, y eso debe cambiar. 

Están usando la tierra que es para agricultura en ganadería extensiva. 

Estamos importando el 50 por ciento de la comida cuando en los años ‘80 no necesitábamos importar un sólo kilo de comida. 

Eso fue un debate porque el gobierno hablaba de “seguridad alimentaria” y nosotros hablábamos de “soberanía alimentaria”: una cosa es tomar la comida de dónde uno quiera y otra, muy distinta, es producir la propia comida.

–Los partidarios del No no querían que puedan acceder a cargos electivos.

–(Se ríe.) No tiene sentido. Vamos a dejar las armas a un lado para dedicarnos a hacer política.

–Van a tener 5 cargos en Cámara de Representantes y 5 en el Senado. ¿Eso es automático?

–Sí, un mínimo de 5 y 5.

–Para el 2018 propone un “gobierno de transición”.
–Es una idea que lanzamos a la discusión porque los del NO ya están haciendo campaña. Álvaro Uribe está por Estados Unidos presionando y buscando apoyos. 

Por eso, los que queremos la paz debemos empezar ya. 

Y uno de los grandes problemas que tenemos en el movimiento popular es que estamos muy dispersos. Pero, además, en esta confluencia por la paz hay muchos sectores, que confluyen en eso pero tienen intereses distintos o visiones distintas. 

Unámonos en función de este objetivo.

Página12

Gobierno colombiano aprueba indultos a miembros de las FARC-EP

El ministro de Justicia de Colombia, Jorge Eduardo Londoño, anunció la determinación del Gobierno de indultar a los primeros 100 miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), tal como establece el acuerdo de paz.
Londoño comunicó que nueve insurgentes fueron liberados de la cárcel de Villa Hermosa en Villavicencio, a través del proceso de indultos que lleva adelante el Gobierno, además, dijo que en los próximos días otros miembros de las FARC-EP saldrán de diferentes centros penitenciarios.
"Aún no existe un listado oficial por parte de las Farc pero sabemos que en nuestras cárceles hay alrededor de 4 mil 500 guerrilleros a los que se les estudiará sus hojas de vida para ser indultados", añadió Londoño.
De igual manera, el ministro expresó que con la amnistía se favorecerá a unos 5 mil 500 funcionarios del Estado procesados por cometer delitos relacionados con la disputa armada.

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro