De la caída del muro de Berlín a la caída de Washington
- by Enrique Sierra Mendoza
- original
Un 9 de noviembre de 1989, un sismo sacudió la Tierra: cayó el muro de Berlín, iniciando un proceso que culminó con la disolución de la Unión Soviética en 1991, hace 25 años.
Pero los oropeles de quien se proclamó triunfador de la Guerra Fría duraron poco: este 9 de noviembre, un terremoto político derribó las murallas de Washington, donde se concentra el poder político, económico y mediático de Estados Unidos.
Increíble pero cierto, un advenedizo del sistema, un multimillonario que vive en un 'penthouse' de mármol en Manhattan, se convirtió en la voz de la América profunda, de los obreros que ya no lo son, de la clase media en retirada.
Contra su propio partido, contra Wall Street, contra las 100 empresas de la lista Forbes, contra los grandes medios como The New York Times y The Washington Post, Trump barrió a Hillary Clinton, la representante de ese 'establishment' y de sus medios, que hasta el último minuto propagaban que había un 85% de posibilidades de triunfo de la candidata demócrata.
El excéntrico millonario, con sus propuestas xenófobas y sus palabras agresivas contra las mujeres, se convirtió en la herramienta que tuvieron a mano los que fueron miembros de la clase obrera estadounidense, destruida con los Tratados de Libre Comercio, y los de la clase media destruida con la crisis financiera de 2007-2008, que dejó a cientos de miles de familias sin vivienda, hacinadas en sus casas rodantes.
Como en el Brexit, se equivocaron las encuestas, los grandes diarios y medios de opinión, demostrando que, más que informar sobre lo que piensa la gente, son poderosas maquinarias al servicio del 'establishment', que buscan imponer su agenda a la sociedad.
Como en el Brexit, esos mismos analistas no salen de su estupor, y vuelven a culpar a la gente por lo que ellos fueron incapaces de prever: en su columna de The New York Times, Paul Krugman reconoce que gente como él "probablemente no comprende el país": "Pensamos que, aunque no había superado los prejuicios raciales y la misoginia, era más abierto y tolerante, que una gran mayoría valoraba las normas democráticas y el reino de la ley. Estábamos equivocados".
Acusar a los estadounidenses de prejuiciosos y misóginos y culpar a los incultos y atrasados ciudadanos de las áreas rurales, que no tienen la fineza de la élite neoyorquina o de Los Ángeles, es, cuando menos, una simplificación.
Los verdaderos culpables de este golpe a las instituciones están en Washington. Como potencia hegemónica desde la desaparición de la Unión Soviética, Estados Unidos absorbe como una esponja todas las contradicciones que provoca en el mundo: con sus invasiones en Oriente Próximo y su apoyo a Israel contra los palestinos, incorporó el terrorismo musulmán que culminó con el atentado del 11S; con su enfoque militar y represivo para perseguir el cultivo de cocaína y marihuana en América Latina, fortaleció los carteles de la droga, trajo pobreza y muerte al otro lado de la frontera, aumentando la cantidad de inmigrantes que buscan cruzar el Río Bravo, al tiempo que su propia juventud se destruye consumiendo cocaína, heroína, y metanfetaminas; con los tratados de libre comercio, destruyó a la clase obrera de Detroit y Ohio, enviando las fábricas a México y a China; y con la globalización financiera, que llevó al estallido de la crisis financiera de 2008, la más grave desde 1929, arruinó a su clase media.
Estados Unidos incorporó 56 millones de latinos, convirtiéndose en el segundo país de habla hispana del mundo, pero al mismo tiempo su sistema político se 'latinoamericanizó':
como viene sucediendo desde el Río Bravo hasta Tierra del Fuego, su sistema bipartidista se destruyó, con la derrota demócrata y la defección de los republicanos, que dejaron solo a Trump.
Todas las acciones de violencia imperial, las guerras salvajes, los destrozos económicos del neoliberalismo rampante aplicado desde Washington, ahora le estallan en la cara, se le vuelven en contra como un bumerán.
El colosal poderío militar estadounidense parece invencible, pero, como Roma en el mundo antiguo, el imperio decae víctima de sus propias contradicciones.
Michael McFaul, exembajador de Estados Unidos en Rusia, felicitó en un tuit a Vladímir Putin y a Sputnik por el triunfo de Trump.
De hecho, toda la campaña electoral pareció reducirse a Hillary versus Putin, como si el presidente ruso tuviera el poder de elegir al triunfador en la carrera por la Casa Blanca.
Como si Sputnik pudiera competir con The New York Times, The Washington Post y el aparato mediático estadounidense.
Un halago placentero para un medio que solo lleva dos años de existencia, pero definitivamente falso y excesivo, apenas una búsqueda de chivos expiatorios para ocultar las graves responsabilidades del 'establishment' político, corporativo y mediático.
Un cuarto de siglo atrás, Estados Unidos se proclamó el vencedor de la Guerra Fría. Humilló a Rusia y puso la OTAN en sus fronteras. Eximios profesores proclamaron el fin de la historia.
Era el triunfo de la 'pax americana'. 25 años después, culpan de su decadencia al imperio que supuestamente ellos derrotaron.
- Los medios creían que podían tapar la gran luna criminal de Clinton apuntando con el dedo a las miserias de Trump
- SION lo dejó claro al desechar a SANDERS y apostar x Clinton
- SION lo dejó claro al desechar a SANDERS y apostar x Clinton
prefieren populistas de derechas antes que de izquierdas
- La DEMONIZACIÓN de los MEDIOS con PODEMOS o VENEZUELA se va a quedar en ná con la que nos viene encima contra TRUMP
- La DEMONIZACIÓN de los MEDIOS con PODEMOS o VENEZUELA se va a quedar en ná con la que nos viene encima contra TRUMP
La derrota de Clinton es la derrota de los falsos progresistas
del elite intelectual que viven perfectamente dentro el sistema
q critican.
Lo de los MEDIOS SIONISTAS con PODEMOS o VENEZUELA se va a quedar en ná... con la que se nos viene encima con TRUMP
La vergüenza no es algo que se compre o te caiga graciosamente del cielo.
La vergüenza se tiene o no se tiene... sin más.
Y la poca vergüenza de los medios bajo la tutela de Sión y sus esbirros, es para hacérsela mirar.
La globalización neoliberal solo favorece a las corporaciones sionistas, aumenta la desigualdad social y precariza a la gente... pero ellos siguen erre con erre haciéndo su sucia propaganda.
Dividen a la ciudadanía en una lucha de guerrillas que aunque tengan su transcendencia, apartan de esa otra guerra más importante que se está librando: el desmantelamiento del estado de bienestar y la instauración de un estado policial.
La guerra se soluciona llevando la paz... no trayendo millones de refugiados.
El paro se palia... jubilando antes a la gente y repartiendo el trabajo... no jubilando a los 70 años.
El PIB crece aumentando los salarios y la demanda interna... no haciendo todo lo contrario.
No sólo no han aprendido nada de la victoria de Trump, ni de la irrupción de movimientos como PODEMOS, Movimiento 5 Estrellas por un lado o figuras como Le Pen u Orban, por el otro.
Ellos, los medios, nos quieren hacer creer que la indignación de la gente, ante la factura que nos está haciendo pagar por mantener la estafa de este sistema corrupto y que ha aupado a todo aquello que tenga tufillo a antisistema, ya sea de derechas o de izquierda, cierto o no, es una desviación demoníaca que debe de ser extirpada con el peor de los exorcismos... el de la demonización.
Todo vale en aras de que todo siga igual para los de siempre... la casta de la peor casta... la del 1%.
Y para ello toman el peor camino:
tomarnos por gilipollas y querer hacernos tragar con ruedas de molino, argumentos y soluciones tan inviables ( ahí están los resultados) como infumables.
Para ellos mantener este estado de cosas que poco a poco está matando a la clase media de Occidente sin paliar lo más mínimo el sufimiento de los más desfavorecidos es la única solución.
Y para ello ponen la sordina mediática, para que no llegue a la gente, otras alternativas que impedirían todo esto.
Los hipócritas medios exigen a la mujer del César la peor virtud... la de parecer virtuosa, aunque seas ... tan press-titutas como ellos.
En eso consiste el juego de manos en el que se ha convertido la falsa farsa de la vieja política del bipartidismo ya rancio que sustenta este putrefacto, carcomido y quebrado sistema.
El título de esta opereta se podría titular algo así como....
"Porqué me habláis, coño, de esto... cuando me quieren decir, hostias, esto otro."...
porque cuando estas lenguas viperinas de doble filo que se dedican a desinformar, manipular y tergiversar las cosas te dicen algo así como... que no hay dinero para pagar las pensiones...
te están diciendo en tu puta cara,
que el dinero de tus impuestos siguen valiendo para pagar sus altos sueldos, sus onerosas jubilaciones, sus opíparas comilonas, sus putas de alto standing, sus comisiones suculentas o su compras de armas obsoletas que no servirían ni para eliminar a cualquiera de los muchos grupos yihadistas de tres al cuarto, de los que pululan por toda África u Oriente Medio,
pero no para pagar tu mísera pensión que te has ganado con el sudor de tu frente trabajando a lo largo de los años, no como ellos chupando de la teta del estado y sin dar un palo al agua.
Y como esto todo lo demás.
Nos toman por tontos cuando hoy en día, las redes sociales con el variopinto gorjeo de sus tuits les sacan todas sus vergüenzas al aire, tanto al sistema, como a los títeres que los representa como a sus retorcidos, vacíos y falsos argumentos.
Goebbels y su mentira repetida mil veces que se convierte por arte de magia, en verdad, ha dejado de ser una baza mediática. Internet ha devuelto la voz al pueblo y éste ya no traga con las mentiras del poder, como lo hacía antaño.
Y esta lección tan sencilla de entender es la que parece que no les cabe en su estrecha cabeza, ni al 1% ni a su servidumbre política y mediática.
No se nos puede decir que se gobierna pál pueblo y pedirle su voto, a la vez que a éste no se le escucha y se le dá la espalda.
La guerra mediática que se nos viene encima es la del bipartidismo sionista que sustenta el sistema... contra los populismos ya sean de derecha o de izquierda que arremeten contra él.
Pero no tienen nada que hacer porque sus propuestas ya están obsoletas. Entramos en la era de los Corbyn, Movimiento 5 Estrellas y PODEMOS. Y por desgracia, en los países donde no han aparecido movimientos reales de izquierda, es la hora de Le Pen, Orban y demás movimientos nacionalistas de ultraderecha.
En nuestra mano queda, separar el trigo de la paja de entre estas dos opciones mal llamadas populistas.
ARMAK de ODELOT
POSTADA
Iros esperando un diluvio de mentiras y falsedades con estruendosas rasgaduras de vestiduras, cada vez que Trump se salga lo más mínimo de la agenda sionista del 1%
osea cada vez que intente algo para parar sus guerras, intervenciones o sus ilegítimos Tratados de Libre Comercio que solo favorecen a sus criminales corporaciones.
EL RACISMO, FRUSTRACIÓN E INUTILIDAD DE LOS MEDIOS PERIODÍSTICOS ESPAÑOLES
- Nov. 11, 2016
- original
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