sábado, 25 de marzo de 2017

México: Las Narco-Fosas del Narco-Capitalismo

México: Las narco-fosas del narco-capitalismo

El país se ha convertido en un inconmensurable tiradero de cadáveres”, destaca el semanario Proceso en su cobertura sobre el gigantesco narco-cementerio descubierto en el estado de Veracruz (Proceso, 19 de marzo de 2017).
Narcofosas en México
Todos los días, desde hace una década, se acumulan noticias macabras que elevan la cifra de muertos por la ‘guerra contra el narcotráfico’ a más de 200.000 personas y 30.000 desaparecidos.

Al día siguiente, la Comisión Nacional de Derechos Humanos y ONU-Mujeres apuntan al corredor Puebla-Tlaxcala como una de las principales zonas de captación y tránsito de personas con fines de explotación sexual, lo que sucede desde hace, al menos, 20 años, “sin que el Estado mexicano intervenga de manera decidida en un fenómeno delictivo que se extiende cada vez más” (La Jornada, 20 de marzo de 2017). 

El informe asegura que 
“México es país de origen, tránsito y destino de víctimas de trata de personas, a lo cual contribuye su situación geográfica, dado que se ha convertido en paso obligado de los migrantes centroamericanos”.

El mismo día, los medios informan del asesinato del periodista Ricardo Monlui Cabrera, propietario y director del portal El Político, cuando salía de un restaurante junto con su familia en el municipio de Yanga, en Veracruz. 

Sólo en ese estado, 24 periodistas y fotógrafos fueron asesinados durante las Administraciones de los miembros del PRI (Partido Revolucionario Institucional) Fidel Herrera y Javier Duarte. 

Este fue gobernador entre 2010 y 2016 y, desde hace seis meses, se encuentra prófugo de la justicia, que lo acusa por delitos de “delincuencia organizada”, lo que habla de su vinculación con el narcotráfico.

Este breve panorama dibuja no obstante la lacerante actualidad de México, que sufre una guerra que se ha cobrado más víctimas que las guerras civiles centroamericanas en las décadas de 1980 y 1990. 

Hay tres aspectos que merecen ser destacados: 

la inacción del Estado, la connivencia de una parte de las instituciones con el narcotráfico y la acción de la sociedad civil organizada como única respuesta a la violencia.

El caso de Veracruz, que estos días ocupa las portadas de los medios, puede servir de muestra de lo que sucede en casi todo el país. 

Por un lado, aparece la disputa entre diversos carteles de la droga (Jalisco Nueva Generación y Los Zetas, con apoyo de agentes policiales y de la Secretaría de Seguridad Pública, en asesinatos y desapariciones). 

Una de las luchas más crueles se registra por el control de puerto de Veracruz, sobre el golfo de México, el puerto marítimo y comercial más importante del país azteca. 

Por allí salen toneladas de droga e ingresan los preciados precursores químicos imprescindibles para fabricar estupefacientes.

Veracruz tiene 212 municipios y se han encontrado fosas clandestinas en 44 de ellos, sobre todo en el entorno del puerto. La más reciente es la descubierta en Colinas de Santa Fe, que alberga un mínimo de 250 cadáveres, pero que la Policía Científica estima que podrían superar los 600.

El narco opera de una manera directa. Cuando una autoridad no se pliega a sus negocios, ya sea participando o dejando hacer, la asesinan o crean una situación insostenible. 

Cuando Miguel Ángel Yunes, del PAN, asumió la gobernación de Veracruz (el 1 de diciembre de 2016), en sustitución del prófugo Duarte, se produjeron 600 homicidios en los primeros 100 días de su Administración. 

Un mensaje mafioso, una advertencia para que participe en los negocios ilícitos o por lo menos no se entrometa.

Pero uno de los hechos más elocuentes es el trabajo incansable de las madres de desaparecidos, que decidieron salir a buscar a sus hijos e hijas que no regresaron. 

Es el caso de Colectivo Solecito, que consiguió ubicar decenas de cuerpos y es el responsable del descubrimiento de la megafosa de Colinas de Santa Fe, probablemente la más grande hallada en América Latina.

Son apenas medio centenar de madres, que dedican todo su tiempo a realizar marchas, denuncias y a cavar en las fosas clandestinas con sus manos. 

Financian sus actividades con ventas de ropa en garajes, kermeses y rifas para apoyar a sus brigadas de búsqueda

El 10 de mayo del 2016, varios desconocidos se les acercaron en una marcha y les entregaron papeles con mapas dibujados a mano que les permitieron llegar a la fosa de Colinas de Santa Fe.

Las madres del Colectivo Solecito dijeron a Proceso que el fiscal general del Estado, Jorge Winckler (goo.gl/2tV08F), “se burla de nosotras en redes sociales, no nos atiende, no nos recibe”, y desprecia el trabajo de las asociaciones de familiares de desaparecidos. 

En suma, que la complicidad del Estado en los crímenes del narcotráfico está fuera de duda. Por eso, el pasado 16 de febrero, las madres entraron a la fuerza a la Fiscalía empujando a los policías ministeriales, luego de que Winckler las hiciera esperar más de tres horas para recibirlas.

A las narco-fosas se suman las matanzas a cielo abierto. 

El 20 de septiembre de 2011, fueron abandonados 32 cadáveres en Boca del Río (Veracruz). 

Estaban maniatados, semidesnudos y con las letras Z talladas en las espaldas. 

Es una de las muchas matanzas con las cuales el narco pretende amedrentar a la población para que no interfiera en sus negocios.

Lo que llama la atención es que el Banco Mundial, además de otras instituciones y organismos como Forbes, consideran que México es el país que tiene mejor “clima de negocios” de la región, que se sitúa en el “grupo selecto de economías mundiales que han llevado a cabo reformas cada año desde 2004″ y que, “una vez más, México es la economía mejor clasificada en la región”.

¿Cómo podemos relacionar este ‘clima de negocios’ con una guerra desastrosa para la sociedad mexicana? 

Este es el punto clave que nos permite pensar que estamos ante un narco-capitalismo. 

Suele decirse que el de México es un ‘narco-Estado”. 

Pero esta realidad, que remacha el Banco Mundial con sus informes favorables sobre México, nos permite inferir que la guerra contra el narco encubre otra realidad más profunda y terrible: el capital funciona en algunos países en alianza con el narco, del cual toma prestados sus modos de operar, que consisten en hacer negocios aun al precio de destruir la sociedad.

Raúl Zibechi

Raúl Zibechi: Periodista e investigador uruguayo, especialista en movimientos sociales, escribe para Brecha de Uruguay, Gara del País Vasco y La Jornada de México.


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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro