jueves, 15 de diciembre de 2016

La Lógica de los Campo de Concentración es aplicada hoy en día por el Neoliberalismo Empresarial

La lógica del campo de concentración

He leído últimamente una serie de nuevas investigaciones sobre el holocausto y los campos de concentración, entre las que destaca el gran libro de Nikolaus Wachsmann KL, y me he percatado de que, como la mayoría de la gente, era víctima del error de creer que esos campos eran un lugar de exterminio. 
No lo eran, sino organizaciones industriales gestionadas con criterios económicos peculiares, pero muy racionales para obtener los máximos beneficios.

En realidad, todo el sistema de dominación nazi estaba pensado según esos principios. La ocupación de territorios del Este, en Polonia y Rusia, se organizó para lograr la máxima producción de alimentos que proveerían a los ejércitos alemanes. 
Del mismo modo, los más de siete millones de prisioneros y trabajadores forzados extranjeros que había en el Reich estaban dedicados a producir. 
Cuando los polacos que trabajaban en los campos alemanes regresaron a su país, al fin de la guerra, no quedaba nadie para cultivar la tierra, de modo que los aliados se vieron forzados también a hacer trabajar a los prisioneros de guerra para paliar el hambre.
Todo, hasta la propia aniquilación de los judíos, se pensó con criterios de rentabilidad. 
El protocolo de la conferencia de Wannsee de 20 de enero de 1942, que planeaba la eliminación final de los judíos de Europa, preveía que once millones de judíos fueran evacuados hacia un destino indefinido, en Rusia o más allá. Conducidos en grandes columnas, separados por sexos, se les haría construir carreteras. 
“No hay duda -añadía el protocolo- que se perderá una gran proporción de ellos a consecuencia de la selección natural. 
Los que queden necesitarán un tratamiento adecuado, porque sin duda representan la parte más resistente y se podrían transformar en el germen de una resurrección judía (pruebas de ello hay en la historia)”.
Pero la mejor muestra de racionalidad económica la tenemos en los grandes campos de concentración, donde, según cálculos de Wachsmann, murieron 1.700.000 personas (menos de la tercera parte de los seis millones de víctimas del holocausto). 
El secreto de su rentabilidad era utilizar hasta el agotamiento unos trabajadores que costaban muy poco de mantener y que eran exterminados cuando dejaban de ser útiles, como lo eran también la mayor parte de los hijos de las trabajadoras en las guarderías de las fábricas. 
Eliminar los costes improductivos garantizaba una alta competitividad.
Auschwitz-Birkenau fue el ejemplo más representativo del holocausto industrial. 
Constaba de tres unidades: Auschwitz I era un centro de producción industrial con talleres de las SS e industrias de armamento. 
Pero también era un centro de experimentos médicos, donde profesores universitarios practicaban la vivisección. 
Auschwitz II Birkenau era el gran campo de exterminio y Auschwitz III Monowitz, proporcionaba trabajo a la gran fábrica de caucho sintético de las IG Farben. 
Había además un sistema de una cincuentena de campos auxiliares extendidos por Silesia, con granjas, minas de carbón, canteras, piscifactorías… La vida activa de los trabajadores-esclavos de este sistema industrial era corta, pues acababa cuando ya no rendían adecuadamente y eran enviados a Birkenau para ser liquidados. 
De los 1.700.000 muertos del conjunto del sistema de campos de concentración, Auschwitz en aportó 1.100.000.
Quizás alguien extrañe que haga estas consideraciones en un espacio destinado a reflexionar sobre cuestiones del mundo en que vivimos. Pero estas lecturas me han hecho pensar en las semejanzas que hay entre la lógica de los campos de concentración y las políticas de austeridad que se nos imponen. 
Los fundamentos son los mismos: 
minimizar los costes del trabajo y eliminar el derroche de recursos que significa mantener a quienes no están en condiciones de producir. 
La reducción de costes salariales se ha conseguido con una medida genial, la “flexibilización del empleo”, que al dejar los trabajadores indefensos ante el paro, ahorra a los empresarios las molestias que antes causaban las disputas por el salario justo (¿qué sentido tiene hablar de “salario mínimo” cuando hay contratos de 0 horas?).
Eliminar a los que ya no son productivos se realiza discretamente con la rebaja de las pensiones. 
Es un procedimiento más lento, que seguramente será más eficaz en el futuro (con el copago de los medicamentos, por ejemplo), pero mucho más limpio que quemar en un horno. 
Para acabar de parecerse al modelo original, comprobamos que a los acreedores alemanes actuales no carecen, respecto a los europeos del sur, de la misma convicción de superioridad racial que hacía decir a Goebbels que los polacos “son más bien animales que humanos”.
Médico de la 322ª división de la Rifle Division of the Red Army, con un grupo de supervivientes a la entrada del recién liberado campo de concentración de Auschwitz I, Polonia, enero de 1945.
Me preocupa lo que pasa en el campo de concentración en que se ha convertido Grecia, porque teniendo en cuenta la situación de nuestro país, donde el volumen de deuda pública está en torno al 99% del PIB (300.000 millones más de deuda que cuando Rajoy llegó al poder), lo que puede suceder si suben los bajos tipos de interés actuales, que permiten atenderlos sin demasiados problemas, sería sencillamente un desastre.
Quizás es por eso que, en la misma semana, el FMI y el señor Luis de Linde, gobernador del Banco de España, nos han dado la misma clase de consejos. 
Donde el FMI pedía reducir salarios (con despido más barato aún) y limitar nuestros costes de mantenimiento (subiendo el IVA y reduciendo la aportación del estado en educación y sanidad), el señor Luis de Linde, lleno de entusiasmo, ha ido aún más allá, pide una nueva reforma laboral (¿que más derechos pueden quitar aún a los trabajadores?) y avisa de que no nos hagamos ilusiones de mantenernos con las pensiones cuando seamos viejos.
No es todavía exactamente cómo el campo de concentración, pero a medida que aprenden se perece cada vez más.
Articulo publicado originalmente en Attac Madrid

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro