jueves, 15 de diciembre de 2016

Ante la Globalización de la Desigualdad y la Miseria... PROTECCIONISMO

Todos somos proteccionistas

La presentación de Donald Trump a las elecciones presidenciales de EE. UU. y su posterior triunfo han puesto sobre la mesa de nuevo el problema de la globalización y del proteccionismo.
Entre los muchos reproches que ha recibido Trump está el de que su discurso pone en peligro el comercio internacional.
 Una vez más, el stablishment político y económico internacional continúa sin entender nada por más señales que la realidad le mande. 
Todo lo reducen a descalificar con el apelativo de populista al que ose poner en duda el sistema económico creado a partir de los años ochenta.
Los profetas pueden ser falsos, las recetas erróneas, pero la realidad que denuncian no lo es. 
Por ello tienen éxito en sus críticas y logran tantos seguidores. 
A las sociedades desarrolladas se les presentó la globalización como portadora de toda clase de bienes, pero poco a poco han ido constatando que los resultados eran totalmente distintos de los prometidos. 
El crecimiento se modera, el paro se incrementa, la desigualdad aumenta, los puestos de trabajo se degradan, los salarios reales se reducen, y se les dice a los ciudadanos que el Estado del bienestar, tal como hasta ahora lo han conocido, no es sostenible y que hay que someterlo a profundas trasformaciones (léase recortes) para que sea viable. 
Además, por poco avispados que sean, contemplan que la globalización, lejos de ofrecer estabilidad económica, es una fuente continua de turbulencias financieras que condenan a los países a crisis periódicas cada vez de mayor intensidad y en las que los paganos acaban siendo siempre las clases bajas y los trabajadores.
¿Tiene algo de extraño que cada día sean más los ciudadanos que quieran retornar a los parámetros económicos que regían antes de los años ochenta, y más numerosas las voces que cuestionen el tópico de la globalización? 

Antes que nada, conviene aclarar que una política de control de cambios de ninguna manera significa eliminar los flujos internacionales de capitales, sino simplemente poner un cierto orden en ellos. 

No se abandona el ámbito de la libertad, pero una libertad ordenada, sin que devenga en caos. 

Poner restricciones al libre cambio no tiene por qué conducir a la autarquía ni a la desaparición del comercio exterior; solamente se trata de regularlo de manera que no se produzcan los desequilibrios actuales entre unos países con enormes déficits en sus balanzas de pagos y otros con ingentes superávits.
Déficits y superávits comerciales desproporcionados son los causantes en buena medida de las crisis actuales. 
A todo déficit le corresponde siempre un superávit. 
Un país no puede mantener indefinidamente déficit en su balanza de pagos. El discurso político actual es muy celoso en lanzar, aplicada al sector público, la consigna de que nadie puede gastar más de lo que ingresa, pero no se sabe por qué motivo no lo aplica a la totalidad de la economía nacional. 
Es cierto que durante un periodo de tiempo un país puede gastar en importaciones más de lo que ingresa por exportaciones y endeudarse en el exterior, pero el proceso no puede ser indefinido, porque antes o después los acreedores empiezan a desconfiar, niegan la financiación e incluso huyen del país en cuestión arrojándole a una crisis gravísima. 
Toda economía nacional se ve obligada en algún momento a emplear políticas proteccionistas.

El discurso oficial practica un lenguaje tramposo, pretende anatematizar el proteccionismo, pero lo único que hace es cambiar una clase de proteccionismo por otra. 
Es imposible que un país que mantiene permanentemente un déficit en su balanza de pagos no termine adoptando medidas defensivas en su comercio exterior. 
Otra cosa es qué tipo de medidas se adopten. 
Las más inmediatas y directas radican en el establecimiento de barreras aduaneras con contingentes o aranceles a la importación y ayudas económicas a la exportación, que a veces se disfrazan de prescripciones sanitarias o medioambientales. 
Todas estas medidas son tabú para los amantes de la globalización, que profesan como un dogma el libre comercio.
Pero existe un segundo frente defensivo constituido por la variación en los tipos de cambio. 

La depreciación de la propia moneda respecto a las otras divisas sirve de contención a la competencia exterior. 

Según la teoría del libre comercio, los cambios en las cotizaciones de las divisas constituyen el elemento de ajuste de los desequilibrios de la balanza de pagos. 

Pero ello es en teoría porque la mayoría de los países practican una flotación sucia, es decir, emplean el tipo de cambio como medida proteccionista, bien con carácter defensivo bien con carácter ofensivo. 

La crisis del 2008 tuvo como causa los fuertes desajustes en las balanzas de pagos, con enorme déficits y superávits comerciales causados por unas relaciones de intercambio totalmente incorrectas que algunos países propiciaban para, contra toda lógica, mantener el superávit exterior.
La política monetaria expansiva de EE.UU. ha tenido entre otras finalidades la de reducir el tipo de cambio del dólar para defenderse así de las políticas comerciales agresivas de otros países como China o Alemania. 
En las reuniones internacionales del G-20 o de otros foros se adoptan declaraciones solemnes condenando la guerra de divisas, sin embargo, lo cierto es que todos los Estados acaban utilizando en la medida de lo posible el tipo de cambio como instrumento proteccionista, lo que resulta lógico cuando dogmáticamente se asume el libre comercio.
Los acuerdos de libre comercio y las dificultades para depreciar la moneda, al menos en la cuantía que se considera suficiente, trasladan las medidas proteccionistas al campo de lo que se la llama la devaluación interna, que fundamenta la competitividad en la reducción de los salarios, de las cargas sociales o de los impuestos. 
Este tipo de proteccionismo domina sin duda el ámbito de la Unidad Monetaria en Europa. No puede ser de otro modo, el libre cambio y la existencia de una moneda común cierran cualquier otro camino que no sea la deflación competitiva. 
No obstante, estas medidas se han impuesto también en otros muchos países aun cuando no pertenezcan a ninguna Unión Monetaria.
Las elites políticas y económicas insisten en que el abandono de la globalización es una vuelta al proteccionismo de resultados muy negativos. 
El discurso es tremendamente falaz porque la llamada globalización no renuncia a todo proteccionismo. 
Condena, sí, las barreras arancelarias e incluso la guerra de divisas, pero se ve obligada a practicar otro tipo de proteccionismo, el basado en el dumping laboral, social y fiscal; critica la política de empobrecer al vecino mediante las limitaciones al comercio internacional o mediante la devaluación de la moneda, pero propicia y defiende esa misma política cuando se basa en el deterioro de las condiciones laborales.
Se afirma que la globalización genera perjudicados y beneficiados, y entre estos últimos sitúan a las poblaciones de las regiones pobres, lo cual no es cierto. 
Puede serlo en el plazo corto, pero a medio plazo basar la competitividad en la reducción de los salarios y de los gastos sociales por fuerza tiene que perjudicar, sea cual sea el país, a los trabajadores y beneficiar a los capitalistas y a los empresarios. 
Los perjudicados por la globalización son cada vez más numerosos y no se creen ya las milongas acerca de lo malo que es el proteccionismo. 
Piensan que para ellos el único proteccionismo nefasto es el que se fundamenta en el aumento de la pobreza de las clases bajas.

Artículo publicado originalmente en el blog del autor Contrapunto

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro