martes, 4 de octubre de 2016

Robots programados para Matar, último Aviso... la ONU decide si dar Luz Verde a estos engendros

Robots programados para matar, último aviso

Robots programados para matar...


Último aviso

La ONU decide en diciembre si da luz verde a los sistemas de armas autónomos, la nueva y gran apuesta de la industria de la guerra.

Son inmortales porque no están vivos, como Terminator o los androides de Yo, robot, la obra de Isaac Asimov que protagonizó Will Smith en la gran pantalla. 
La duda y el miedo no están ni entre sus virtudes ni entre sus defectos. 
Resisten más tiempo sobre el campo de batalla que cualquier humano, pueden ver en la noche gracias a sensores térmicos y portan armas capaces de pulverizar un tanque. No necesitan aire ni agua, ni padecen secuelas psicológicas. 
Los Sistemas de Armas Autónomos Letales (LAWS, por sus siglas en inglés), coloquialmente conocidos como “robots asesinos”, están a punto de revolucionar el concepto de guerra mientras gobiernos, expertos y activistas se preparan para decidir en diciembre el futuro de estas máquinas de matar.
Los robots autónomos ya son una realidad en la vida cotidiana de muchas personas gracias a los avances en inteligencia artificial y robótica aplicados a la medicina, la educación o el transporte. 
Gobiernos y fuerzas de seguridad de medio mundo ya tantean los límites de esta tecnología aplicada al campo de batalla y situaciones de emergencia, como sucedió durante una protesta en Dallas (EEUU) en julio de este año, cuando la policía envió y detonó un robot para acabar con la vida del francotirador que minutos antes había matado a cinco agentes.
Al igual que sucedió con la bomba atómica o, más recientemente, con los drones de combate, los robots autónomos letales podrían abrir otro episodio en la historia de la guerra y desencadenar una nueva carrera armamentística. 
Sin embargo, por primera vez en la historia y a diferencia de los aviones de guerra no tripulados, “las armas autónomas seleccionan a sus objetivos sin intervención humana”. 
Con esta advertencia comienza la carta firmada por más de 3.000 investigadores, expertos en inteligencia artificial, activistas y líderes sociales y religiosos para pedir la prohibición de una tecnología creada para matar sin la supervisión de un ser humano. 
Entre el 12 y el 16 de diciembre, representantes de más de 90 países se reunirán en Ginebra para revisar el Convenio sobre Ciertas Armas Convencionales de la ONU y dar luz verde o prohibir los sistemas de armas autónomos.
En enero de este año ya eran más de 3.000 las personalidades destacadas del mundo de la ciencia,la lucha social y el ámbito privado que habían suscrito esta petición, con perfiles tan diversos como el del filósofo e investigador Noam Chomsky o el cofundador de Apple, Steve Wozniak
Al mismo tiempo, al otro lado de la trinchera política afloran los defensores de las armas autónomas, una tecnología que generará un negocio multimillonario. 
Argumentan que podrán salvar la vida de miles de soldados y supondrán un enorme ahorro para las arcas del Estado. 
Los analistas de Goldman Sachs ya recomiendan a sus clientes que inviertan en este prometedor negocio, el segundo con mejores previsiones de crecimiento en la industria robótica, sólo por detrás de los robots autónomos para ordeñar vacas.
Hace menos de una década empezó la fiebre de los drones militares. Hoy al menos 90 países cuentan con ese tipo de tecnología en sus Fuerzas Armadas. 
La proliferación de armas autónomas ya ha empezado, aunque de momento sólo seis países admiten públicamente estar desarrollando estos sistemas de guerra: Estados Unidos, Rusia, China, Israel y, a escala menor, Corea del Sur y Reino Unido.
Hasta ahora gobiernos y ejércitos de medio mundo emplean máquinas autómatas principalmente en tareas logísticas como el transporte de alimentos y municiones, o para desactivar explosivos, dejando al criterio humano la decisión de abrir fuego. 
La lista de robots militares autónomos es tan amplia que no entra en este reportaje. 
Entre los más conocidos están el DRDO Daksh indio, un robot artificiero equipado con rayos X; el robot Atlas de Google, especializado en combatir incendios, o el Goalkeeper alemán, diseñado para interceptar misiles sin necesidad de supervisión humana. 
China ya tiene planes de desplegar su robot policía Anbot, inspirado en el famoso R2D2 de La Guerra de las Galaxias, mientras que Estados Unidos pretende sustituir un cuarto de sus tropas por humanoides antes de 2030. 
De momento, sus dispositivos autónomos equipados con armamento, como los robot Predator o Reaper, piden la autorización de un humano antes de disparar. 
El Ejército israelí es uno de los que más independencia otorga a sus robots asesinos, como el Harpy, un dron autónomo que vuela en círculos para localizar radares enemigos y estrellarse contra ellos.
Los robots autónomos ya están presentes en el día a día de muchos ciudadanos, desde los coches que conducen solos hasta las máquinas de respiración asistida. 
Sin embargo, los robots militares autónomos son armas programadas para decidir qué es un objetivo y disparar sobre él, a pesar de que no están capacitados para diferenciar entre un objetivo militar y uno civil. 
A nivel internacional, sólo 14 países han pedido la prohibición de los robots militares autónomos –el primero fue Pakistán, donde Estados Unidos lleva años realizando bombardeos mediante drones autónomos–, mientras que la mayoría de los gobiernos sólo se ha mostrado a favor de debatir una regulación en el seno de la ONU. 
Gran parte de los detractores de las armas autónomas cree que la ambigüedad de los gobiernos se debe a que los robots militares pueden reducir el coste electoral de perder soldados en la guerra.
España se posicionó por primera vez a finales de 2013, durante la reunión celebrada en Ginebra para revisar el Convenio Sobre Ciertas Armas Convencionales. 
Oficialmente, el Gobierno español está a favor de que se debata el futuro de estas armas y reconoce la “preocupación” que estos dispositivos generan a nivel ético y legal, aunque dice estar “abierto a todas las opciones”.
Robots sin ética con licencia para matar
Miles de expertos de distintas áreas y activistas ya se han manifestado en contra del desarrollo y uso de robots de guerra independientes. 
El debate tomó fuerza a raíz de una carta del norirlandés Noel Sharkey publicada por el diario británico The Guardian en 2007. En la misiva, este profesor emérito de Inteligencia Artificial y Robótica en la Universidad de Sheffield alertaba sobre los peligros que implica esta tecnología. 
“Mis principales preocupaciones recaen sobre la inhabilidad de los sistemas de armas autónomos para respetar la legislación internacional sobre guerra, tales como diferenciar entre objetivos militares y civiles o aplicar la fuerza proporcionalmente”, explica a La Marea el doctor Sharkey, quien añade que, sobre todo, lo que más le preocupa es que se quiebre la seguridad global debido a una carrera armamentística de robots asesinos. 
Para este experto, otorgar a una máquina la potestad de matar atenta contra la dignidad humana.
Sharkey es uno de los fundadores del Comité Internacional para el Control de Armas Robot y de la Plataforma para Detener los Robots Asesinos (Campaign to Stop Killer Robots), lanzada en 2013 junto a siete organizaciones no gubernamentales y un amplio número de expertos y activistas de todo el mundo. 
Confían en que su lucha para prohibir los sistemas armados autónomos obtenga los frutos que en su día lograron quienes se oponían a las bombas de racimo o las armas láser, hoy prohibidas por la legislación internacional.
 “Creo que a medio plazo habrá un tratado de las Naciones Unidas para prohibir su producción y uso”, opina Sharkey en referencia a los robots asesinos.
Las voces que claman por la prohibición de las armas autónomas no han parado de crecer desde entonces y cuentan con el rol activo de personalidades destacadas, como Rigoberta Menchú y el Dalai Lama, ambos galardonados con el Premio Nobel de la Paz, o el científico británico Stephen Hawking. Incluso el mastodóntico fondo soberano de Noruega incluyó en su lista negra de objetivos inversores a las empresas que participan en el desarrollo de robots militares autónomos. 
En febrero, el diario The New York Times publicó un informe del Pentágono en el que se reconocía que “estas armas podrían volverse incontrolables en entornos reales debido a fallos en su diseño o la posibilidad de ser pirateados”.
Miriam Struyk trabaja como asesora estratégica en la organización sin ánimo de lucro Pax y es una de las cofundadoras de la Plataforma para Detener a los Robots Asesinos. 
El próximo diciembre viajará a Ginebra para participar en la revisión del Convenio sobre Ciertas Armas Convencionales, donde tratará de convencer a los gobiernos de todo el mundo de la necesidad de prohibir los robots militares autónomos. 
“Con armas como las bombas de racimo o las minas antipersona actuamos demasiado tarde y eso costó muchas vidas, incluso después de la guerra, por no mencionar la bomba nuclear”, explica Struyk.
Esta experta opina que ninguna vida humana debería depender de un algoritmo y asegura que los robots asesinos no son capaces de actuar respetando los derechos humanos. 
“¿Quién será el responsable de las acciones de un robot militar? 
¿El fabricante, el programador, el comandante o la máquina misma?”, se pregunta Stuyk desde Holanda. “La tecnología avanza más rápido que la diplomacia”, añade. 
Struyk y otros miembros de la Plataforma para Detener a los Robots Asesinos moderan su optimismo de cara a la convención de diciembre. Aseguran que lo más probable es que se decida crear un grupo de expertos de gobierno que allanará el camino para empezar las negociaciones sobre un nuevo tratado que prohíba estas armas.
“Los desarrollos militares a menudo se llevan a cabo a puerta cerrada y el público general solo se da cuenta cuando las armas son usadas. Debemos informar e iniciar un debate público y político sobre la conveniencia de estas armas antes de que sea demasiado tarde”, incide.
* Este reportaje fue publicado en el número 41 de la revista mensual La Marea.
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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro