Cómo acabar con el modelo insostenible de Agricultura Capitalista
“… una titánica, pero hermosa lucha”.
Por Jonathan Latham, 20 de septiembre de 2016
En el año 1381, por primera y única vez, el rey de Inglaterra estuvo retenido en la Torre de Londres.
Las fuerzas que lo retuvieron no pertenecían a ningún ejército extranjero, sino que eran campesinos que llegaron a decapitar a Lord Canciller y al arzobispo de Canterbury, que eran, después del rey, las personalidades más destacadas del país.
Más recientemente, en las elecciones presidenciales estadounidenses de 1892, surgió un movimiento populista radical (Partido del Pueblo) a favor de redistribución de la riqueza y partidario de una profunda reforma económica. Los populistas ganaron en cinco estados. Todos ellos eran de carácter rural.
La descendencia de estos rebeldes es reclamada por sindicatos y grupos de la izquierda política.
Pero a lo largo de la historia, la mayor oposición contra las excesivas riquezas y los privilegios no ha venido normalmente de los habitantes de las ciudades, de los trabajadores y los sindicatos, sino de aquellos que tienen una estrecha relación con la alimentación y la tierra, lo que ahora podemos identificar como el movimiento a favor de la alimentación.
Incluso hoy en día, en muchos países, los alimentos se han convertido en el principio organizador de los principales desafíos de las estructuras existentes.
En El Salvador, el Coordinador Nacional del Movimiento de Agricultura Orgánica es Miguel Ramírez, que recientemente dijo:
“Decimos que cada metro cuadrado de tierra que se trabaja según los métodos agroecológicos es un metro de tierra liberado. Lo vemos como una herramienta para transformar las condiciones sociales y económicas de los agricultores.
Los vemos como una herramienta de liberación del modelo insostenible de Agricultura Capitalista que oprime a los agricultores”.
El Movimiento de Agricultura Orgánica de El Salvador quiere ir más allá de una simple agricultura mejorada.
También busca una mejora de los derechos políticos, la sostenibilidad ecológica a la largo plazo, la equidad social y la salud de la gente. Ramírez lo denomina “esta titánica pero hermosa lucha, reclamando vida para todos los salvadoreños”.
Puede que se trate de pequeños agricultores, pero tienen una gran ambición, algo compartido en todo el mundo. Pero, ¿se trata de un enfoque realista? ¿Podría este movimiento a favor de la alimentación ser el vehículo para un cambio social transformador?
La pregunta es oportuna.
No hace mucho, The New York Times afirmó que los pasillos de los supermercados de los Estados Unidos están empezando a llamarse “la morgue” porque las ventas de comida basura están cayendo en picado.
Por otro lado, un consultor internacional, dijo en la revista Bloomberg que “se está produciendo una auténtica paranoia”, y que las principales compañías productoras de alimentos están tomándose en serio los movimientos a favor de la alimentación.
El contexto en el que surge esta paranoia es que los movimientos a favor de la alimentación están creciendo rápidamente como un fenómeno social y político en casi todo el mundo.
Sólo en los Estados Unidos, se ha producido un repentino aumento del interés por las semillas autóctonas, las cervezas artesanales, la tradición de hacer el pan, convertir el jardín en una huerta, en consumir alimentos ecológicos y una creciente oposición a los alimentos transgénicos.
Al mismo tiempo, se ha producido un creciente interés por la alimentación en las redes sociales y una renovación de organizaciones como Slow Food de los Estados Unidos o el movimiento Grange, por nombrar algunos de ellos.
Incluso ocupando un espacio marginal dentro de la cadena de valor agroalimentaria, la Agroindustria ha tenido que comprar a científicos y académicos “independientes” y redes sociales para el impulsar el consumo de alimentos transgénicos y el uso de pesticidas.
Así que si hace no mucho tiempo tanto la agricultura como los alimentos no estaban de moda, de repente las personas de todo el mundo han desarrollado un repentino interés, queriendo conocer la procedencia de los alimentos y los procesos seguidos por el sistema alimentario.
Y si este cambio se está produciendo, las preguntas que hay que hacerse son: ¿Por qué? ¿Por qué ahora? Y la pregunta fundamental: ¿Hasta dónde llegará?
¿Qué dirección sigue el movimiento a favor de los alimentos?
La respuesta a estas preguntas se puede enfocar si analizamos los movimientos a favor de los alimentos desde la perspectiva de cinco piezas diferentes de un rompecabezas. De hacer esto, podremos comprobar que hay profundas razones por las cuales el movimiento a favor de los alimentos está en constante crecimiento y obteniendo éxitos.
Este análisis sugiere que el movimiento a favor de los alimentos, en comparación con otros grandes movimientos sociales del siglo XX (como los de los trabajadores, ambientalistas, de derechos civiles, sobre el clima y los movimientos feministas), tiene muchos de sus puntos fuertes, pero no sus debilidades.
Además, el movimiento a favor de los alimentos se ha convertido en un movimiento radical de una forma inesperada, y eso debido a que tiene una filosofía distinta. Esta filosofía es algo único en la historia humana y explicaría esa explosión de los movimientos a favor de los alimentos.
Del mismo modo que cualquier filosofía significativa, este movimiento desafía los patrones dominantes de pensamiento y amenaza las estructuras políticas y económicas construidas por ellos.
El concreto, la filosofía del movimiento a favor de los alimentos expone las debilidades de los principios que sustentan el establishment político occidental. En términos más simples: lo puesto a la ideología Neoliberal no sería el Comunismo o el Socialismo, sino el movimiento a favor de los alimentos.
La razón es que, a diferencia de otros sistemas de pensamiento, la filosofía del movimiento a favor de los alimentos se basa en una comprensión de la biología que rige el mundo.
Mientras que el Neoliberalismo y el Socialismo son ideologías, el movimiento a favor de los alimentos borra todas las ideologías (al menos en la medida de lo posible), porque todas las ideologías son, en el fondo, impedimentos para una mejor comprensión del mundo y el universo.
Reemplazando esas ideologías por unas ideas basadas en la biología, este movimiento está en condiciones de suministrar aquello de lo que la sociedad carece: mecanismos para armonizar las necesidades humanas con las necesidades de los ecosistemas y los hábitats.
Pero la filosofía del movimiento de los alimentos va más allá, al reconocer que los problemas de todos nosotros, los problemas sociales, en realidad constituyen un único problema.
Este movimiento representa el comienzo de un cambio ecológico y social histórico que va a transformar nuestras relaciones con los demás y con el mundo natural.
1) El movimiento de los alimentos es un movimiento sin líderes
La primera pieza importante de este rompecabezas es que este movimiento carece de líderes formales.
Sus miembros más conocidos son Frances Moore Lappé, Joel Salatin, José Bové, Vandana Shiva, Wendell Berry, Michael Pollan, Jamie Olivier y otros muchos, pero son líderes en el sentido de ser líderes de opinión.
A diferencia de la mayoría de los líderes, incluyendo los movimientos ecologistas, el movimiento obrero o sobre el clima, han alcanzado visibilidad por aclamación popular y el respeto hacia sus actuaciones, sus escritos o sus puntos de vista.
Personas como yo no confían en Monsanto. Tampoco confiamos en la FDA. Ni en el Ministerio de Agricultura. No confiamos en Tyson. Y no creemos en los alimentos que permanecen durante un mes en el interior de un buque mercante chino.
¿Y el resultado?
Cuando la gente ya no confía en sus políticos, ésta empieza a considerar el velar ella misma por su salud y bienestar. Y esto es lo que busca el movimiento local por laalimentación.
– Joel Salatin, agricultor y activista.
|
Ninguno de ellos ha establecido unos objetivos en el sentido convencional, ni una táctica, ni da órdenes, o pretende conseguir algún alto cargo.
No son ni burócratas ni agentes del poder, sino líderes en el sentido confuciano en sus aspiraciones.
Es una característica notable y algo sin precedentes, un movimiento social que tiene connotaciones ecológicas y anarquistas.
Esto no quiere decir que no esté estructurado, ni mucho menos, sino más bien habría que hablar de que es un movimiento autoorganizado.
Que esté formado por una gran cantidad de grupos y haya una falta de liderazgo no es un signo de debilidad, sino de fortaleza.
2)El movimiento de los alimentos es un movimiento de base
Una segunda, y complementaria, pieza del rompecabezas es que el movimiento de los alimentos es mucho más amplio que otros movimientos sociales.
Está formado por comunidades urbanas y rurales, por ricos y pobres, por gente corriente y expertos, por cocineros domésticos y chefs famosos, agricultores y jardineros, padres y escritores, empleados y desempleados.
Es decir, que cualquier persona, sea del ámbito que sea, puede contribuir, aprender o beneficiarse.
La mayoría hacen las tres cosas.
Es importante destacar también que casi cualquier nivel de habilidad o forma de contribución puede ser asumido por el movimiento.
Por poner sólo un ejemplo: ¿en qué otros movimientos puede un niño de 14 años de edad encontrar un cierto estímulo?
Este carácter inclusivo contribuye de varias maneras a su éxito.
La primera de ellas es que, a diferencia de las manifestaciones y protestas, no hay un límite para formar parte del movimientos de los alimentos. No establece ningún tipo de oposición, y cualquiera puede formar parte sin ningún tipo de impedimento.
Por lo tanto, no hay exclusividad en la participación, algo que a veces se convierte en el talón de Aquiles de los movimientos sociales, pero a pesar de que sus opositores lo han tachado de elitista, no han tenido éxito en encasillarlo como tal.
El príncipe Carlos forma parte de este movimiento, pero también los raperos de Oakland, el Movimiento de Campesinos sin Tierra de Brasil, los instigadores de un impuesto a las bebidas azucaradas de México y los movimientos a favor de la agricultura urbana de Detroit, Chicago y Cleveland.
Tales grupos ni son de élite ni elitistas.
Un análisis detenido llegaría a la conclusión de que cualquier persona puede encontrar espacio bajo el amplio paraguas, debido a que el movimiento de los alimentos no establece discriminaciones por uno u otro motivo, y menos de clase. Va más allá de las bases.
La gente encuentra en este movimiento lo que busca, ya que cualquiera puede formar parte de él.
La segunda manera es que el movimiento de los alimentos carece de mínimas barreras de admisión o son inexistentes. Esta es una de las razones por las cuales ha crecido con tanta rapidez.
Estos límites un tanto imprecisos hacen que el movimientos de los alimentos sea inusualmente difícil de definir, lo que ha llevado a algunos ha decir que tal movimiento no existe.
“Describo lo que está ocurriendo como el “fascismo de los alimentos”, un sistema que sólo se puede mantener a través de un control totalitario.
Con las patentes de las semillas se ha establecido un sistema jurídico ilegítimo que ha creado un monopolio con las semillas.
Las leyes de semillas establecen uniformidad, penalizando la diversidad y el uso de semillas de polinización abierta. A esto es lo que llamo fascismo.
El hecho de demandar a los agricultores después de que hayan sido contaminados sus cultivos con semillas transgénicas, como el caso del agricultor canadiense Percy Schmeiser, es también lo que llamo fascismo.
Estas pseudo leyes que penalizan la obtención artesanal de los alimentos, es otro aspecto del fascismo”.
— Vandana Shiva, activista ambiental, científica y filósofa de la India
|
3) El movimiento de los alimentos es un movimiento internacional
Un tercer atributo no convencional del movimiento de los alimentos es el de ser internacional y multilingüe. En cada lugar asume una forma diferente. The Campaign for Real Ale(Camra), Vía Campesina, los zapatistas, Slow Food y los movimientos en contra de los transgénicos son movimientos muy diferentes, pero en lugar de competir entre sí, tienen propósitos que se solapan y visiones parecidas en muchos aspectos.
Esto se pudo ver el invierno pasado en la Conferencia Agrícola de Oxford, donde los productores de alimentos y los defensores de unos mejores alimentos de todo el mundo compartieron escenarios y perspectivas y el efecto fue el de complementar e inspirar a los demás.
4) El movimiento de los alimentos es un movimiento de bajo presupuesto
La cuarta característica distintiva del movimiento de los alimentos es que no necesita de mucho dinero.
Puede parecer algo normal que los movimientos sociales dispongan de pocos fondos, pero en realidad es algo muy raro.
El movimiento climático dispone de Tom Steyer, y el Tea Party echa mano de los hermanos Koch, el coche de Hitler, chófer, secretario privado y por supuesto sus camisas negras, financiados por Fritz Thyssen, Henry Ford y algunas de las personas más ricas de Alemania. Incluso los movimientos obreros y ecologistas disponen de unos patrocinadores ricos.
Por tanto, el movimiento de los alimentos, en una situación un tanto inusual, no dispone de fundaciones filantrópicas o patrocinadores multimillonarios. En su lugar, se trata generalmente de gente corriente, individuos y pequeños grupos, y todo el dinero que han conseguido procede de aportaciones propias.
Este es uno de los indicios más significativos del movimiento: espontáneo, vigoroso e impulsado internamente.
5) Un movimiento con muchos valores
La mayoría de los movimientos sociales se organizan en torno a unos valores fundamentales: derechos civiles, igualdad social o el respeto por la naturaleza. Estos son los más comunes.
El movimiento de los alimentos tiene varios valores: el interés por la salud humana, el bienestar animal, la sostenibilidad agrícola, la sostenibilidad ecológica, la justicia alimentaria y poder político, pero incluso esta relación no refleja adecuadamente toda la gama de preocupaciones.
Es un movimiento con una gran cantidad de componentes.
Explicando la filosofía y la sinergia del movimiento de los alimentos
Un movimiento social emergente que tiene tales preocupaciones, aparentemente inconexas, necesita de una detallada explicación, y de hecho hay una: el movimiento de los alimentos representa un profundo cambio de filosofía.
La idea que viene dominando en la política internacional relacionada con los alimentos, especialmente después de 1945, es la de que la comida es una mercancía (cuando no un arma) y la agricultura un negocio. En consecuencia, no tendría mucho que ver con el medio ambiente o la salud. Esta conceptualización que se agota en el aspecto económico es una extensión ideológica de la corriente filosófica occidental dominante, que es la de la Ilustración europea. El principal criterio de esta filosofía es el atomismo y el mecanicismo, lo que significa que en elmundo formal y oficial de los negocios, el Gobierno, la Ley, la educación, etc, serían fenómenos desconectados hasta que se demuestre lo contrario, y por lo general se acepta que ha sido algo comprobado por la Ciencia.
Las evidencias de esta forma de pensar están presentes: separación de los Ministerios de Salud, Agricultura, que se distinguen del de Medio Ambiente. La reducción de los alimentos a una materia prima industrial medible por el rendimiento o por las ganancias es otra de las evidencias. Esta Ideología permite que la Industria Agrícola tenga muchas exenciones en la legislación sobre contaminación, y los médicos no reciben educación en nutrición. Privilegiar los requisitos de la salud y las necesidades alimenticias de una especie (el hombre), solamente de algunos de ellos, por encima del resto de organismos es uno de sus pilares.
Los ciudadanos de los países “modernos” están rodeados en su vida cotidiana de unas instituciones y unas prácticas cuya racionalidad se funda en la Ideología de la desconexión. Gracias a nuestra educación, consideramos este estado como algo natural, a pesar de que ha aparecido hace poco y era algo exclusivo de la sociedad occidental.
Al contrario, el movimiento de los alimentos se fundamenta en unos supuestos muy diferentes, que se pueden resumir de la siguiente manera: que el propósito de la vida es la salud y que la manera más adecuada y justa para que el hombre se mantenga saludable es maximizando la salud de todos los seres vivos, y la forma más efectiva de hacerlo es a través de los alimentos.
Estas ideas derivan de la experiencia práctica. El movimiento de los alimentos ha llegado a comprender ciertas observaciones: el potencial del compost para mejorar el crecimiento de los cultivos y la importancia del suelo, los beneficios para la salud humana de una dieta variada, la posibilidad de sistemas de cultivo sin el uso de productos sintéticos, son algunas de ellas.También se han señalado las estrechas y evidentes relaciones entre la salud, la agricultura, el bienestar animal y el medio ambiente. Estas conexiones permiten establecer un círculo beneficioso en que los cultivos ecológicamente más sanos generan también los alimentos más sanos y de mayor valor nutritivo. Estos cultivos son también los más productivos. Para ver algunos ejemplos puede consultar aquí y un ejemplo sobre el arroz, aquí.
A excepción de las consideraciones subjetivas (como el aprecio de ciertas cosas), no hay nada de científico en estas afirmaciones.
Estamos familiarizados con la narrativa neodarwinista de la vida considerada como una constante competencia, pero esta interpretación se enfrenta a una verdad de mucha mayor relevancia sobre la vida: que antes de que pueda existir competencia, primero tiene que haber al menos dos organismos. La vida puede, y lo hace muy a menudo, existir sin competencia entre los organismos, pero la competencia no puede existir sin la vida. En otras palabras, la visión neodarwinista es obsoleta porque trivializa la biología. La filosofía del movimiento de los alimentos modifica este punto de vista: la vida se desarrolla en presencia de otras formas de vida. Hay muchas pruebas para afirmar esto: decenas de millones de especies de la tierra mantienen una interdependencia entre sí. No podría existir una sola especie si las demás desaparecieran. Por ejemplo, las plantas y las algas emiten oxígeno, algo que necesitan todos los animales. Los animales comen plantas y algas, pero expulsan nitrógeno y fósforo, algo que todas las plantas y algas necesitan.
Del mismo modo, a nivel de los individuos, si somos capaces de mirar más allá de una simple visión mecanicista de la biología, que defienden célebres científicos como el neodarwinista Richard Dawkins, que se hizo conocido por denominar a los organismos “torpes robots”,podemos señalar que todos los organismos biológicos, de hecho, se autooptimizan y se autoreparan. Por lo tanto, tienden a maximizar su vigor y salud, a menos que, como suele ocurrir con frecuencia, se les impida hacerlo de manera activa (por ejemplo, por un entorno limitado o por una dieta deficiente).
De modo que la filosofía inmanente en el movimiento de los alimentos imagina la vida de una forma completamente diferente. Hay una gran diferencia entre ver la naturaleza como lo hacen los biólogos racionalistas, como una especie de robots que sucumben lentamente entre los dientes y las garras de una naturaleza viciada, en comparación con las interacciones, sobretodo de mutuo beneficio, entre sistemas vibrantes y dinámicos. Frente a la triste realidad ofrecida por los supuestos racionalistas, como las recientes investigaciones han demostrado, esta filosofía se ajusta mejor a los hechos que la visión neodarwinista. Prisioneros de su Ideología, los neodarwinistas han pretendido convertir en verdad un mensaje que solo circulaba por sus cabezas.
Los orígenes de la filosofía de los alimentos
La filosofía del movimiento de los alimentos tienen tres antecedentes notables. Uno de ellos es el célebre argumento del filósofo antiespecista Peter Singer que recoge en su libro Liberación animal, señalando que los seres humanos tienen el deber de cuidar a todos los animales, con la diferencia fundamental de que el movimiento de los alimentos amplia este argumento de Singer a todos los organismos, no sólo los animales.
El segundo antecedente es la teoría de Gaia, que propone que las formas de vida crean y mejoran sus propias condiciones de vida. La principal diferencia es que la filosofía de los alimentos aplica esta tesis a todas las escalas, sobre todo al suelo y al entorno.
El tercer antecedente es Barry Commoner y sus cuatro leyes de la ecología. La segunda y la tercera ley son consistentes con la filosofía del movimiento de los alimentos. Sin embargo, la primera ley de Commoner habría que modificarla, la que dice “que todo está relacionado con todo lo demás”. La razón es que todas las cosas no están conectadas entre sí de la misma manera, la mayoría de las conexiones se producen principalmente a través de los alimentos. La cuarta ley dice: “Nada es gratis”. Esta ley se contradice categóricamente con el círculo virtuoso señalado anteriormente. Todos los sistemas ecológicos generan sinergias y las sinergias entre los organismos no tienen coste, por lo que, con la excepción de choques ocasionales como impactos de meteoritos, la diversidad de especies y la productividad biológica de la tierra ha ido aumento durante eones.
El 12 de agosto de 1999 tuvo lugar el controvertido episodio protagonizado por Bové y sus seguidores durante el cual se desmanteló o destruyó parcialmente el edificio en obras que la multinacional estadounidense McDonalds estaba edificando en franquicia en la localidad de Millau. La acción que afectó a una empresa considerada símbolo del capitalismo, fue organizada como protesta por la decisión de la OMC de apoyar el aumento de impuestos comerciales estadounidenses sobre algunos productos europeos, entre ellos el queso de Roquefort producido por el propio Bové.1 El tribunal penal de Millau le condenaría por estos hechos a 3 meses de prisión el 13 de septiembre de 2000.
– José Bové en la Wikipedia.
|
Como toda filosofía, la defendida por el movimiento de los alimentos implica unas consecuencias prácticas. Se trata de una tarea que implica a todo el sistema alimentario, o cualquier parte de él, como los cultivos agrícolas, para maximizar los aspectos positivos de cada componente, por lo que el círculo puede llegar a ser cada vez más beneficioso. Del mismo modo, el movimiento de los alimentos cree que hay una espiral descendente, un empobrecimiento biológico que termina en la aparición de una zona desertificada. Tales consecuencias negativas tienden a ser ignoradas, de modo que muchos Gobiernos y algunas empresas parecen empeñadas en ello, incluso de un modo entusiasta.
Por lo tanto, la filosofía de los alimentos representa una parte importante de la filosofía que ha aparecido frente a la visión racionalista de la vida y la biología, que a los propósitos prácticos representa el universo en que vivimos. Esto pone de manifiesto lo mucho que la Ilustración no llegó a iluminar. Los filósofos de la Ilustración utilización como principio fundacional el “pienso, luego existo”, como una justificación para hacer oídos sordos de todo el pensamiento anterior. Luego afirmaron que sólo las herramientas lógicas y el razonamiento deductivo podrían servir para lograr nuevos conocimientos y superar tiempos anteriores. Pero esta presunción olvidaba otras cosas. Poco a poco el influyente filósofo de la ciencia Paul Feyerabend fue exponiendo los tumores filosóficos que ejemplificaban la pobreza del razonamiento filosófico abstracto. [Contra el método. Esquema de una teoría anarquista del conocimiento].
La filosofía del movimiento de los alimentos entra por tanto dentro de una tradición anterior a la Ilustración, unos principios que surgieron de la observación del mundo. No pregunta: ¿qué nos dice el pensamiento racional acerca de cómo debemos vivir?, sino que se pregunta: ¿qué nos dice la naturaleza sobre cómo debemos vivir?. Esta es la razón por la cual la filosofía del movimiento de los alimentos es una Ideología diferente del Neoliberalismo o el Comunismo; más bien se trata de la ausencia de Ideología. Mientras que el Neolibealismo, el Comunismo y el Socialismo son productos de la Ilustración, la filosofía de los alimentos no lo es, ya que se asienta lo más directamente posible en la tierra.
Simplificando, podríamos resumir la filosofía de los alimentos, más o menos, de la siguiente manera:
1) Las interacciones biológicas permiten la aparición de sinergias entre nuestra salud y la productividad del sistema, que pueden ser aprovechadas para unas buenas prácticas agrícolas.
2) Estas interacciones biológicas se producen sobre todo a través de los alimentos, lo que representa la energía química que pasa por el sistema.
Esta filosofía se hace significativa de dos maneras: en primer lugar, explica, en términos generales, la forma, estructura y composición del movimiento de los alimentos; en segundo lugar, predice el probable impacto del movimiento de los alimentos en el sistema alimentario y la sociedad en su conjunto.
Implicaciones en la filosofía alimentaria del movimiento de los alimentos
Los rasgos distintivos del movimiento de los alimentos se puede observar que derivan de aquella filosofía.
La primera característica que explica su filosofía es la autoorganización y la ausencia de líderes. Sus miembros actúan como si siguiesen un guión invisible, y en cierto sentido así es. También explicaría la ausencia, prácticamente, de manejo de dinero. Es una filosofía con valores, que se convierten en la más poderosa fuente de motivación a largo plazo en lasconductas humanas.
Las actitudes del movimiento de los alimentos también se refleja en la filosofía. A parte de los puntos 1 y 2 anteriores, también se puede decir de ella que es universal, constructiva, incluyente, flexible y no violenta.
Para ofrecer un ejemplo más detallado: mientras que otros movimientos de los alimentos (a la sombra de la Ilustración) tienden a ver los problemas de salud humana, bienestar animal y y sostenibilidad ecológica y agrícola como cuestiones separadas, el movimiento de los alimentos ve todo ello como un todo conectado, y por tanto irresolubles si no se consideran todos ellos en su conjunto.
Es decir, todas estas cuestiones están íntimamente relacionadas, y los que entran dentro de la órbita de este movimiento tienden a profundizar en ellas. Una persona que comienza comprando huevos de corral, tal vez por razones éticas, pasa a la cría de pollos y tal vez a abastecerse de otras carnes producidas localmente o de una manera más ética. Las personas que se sienten atraídos por carnes más sabrosas, tienden a ampliar su interés por el bienestar animal o a consumir alimentos locales, y así sucesivamente. Por esta razón, el movimiento de los alimentos está profundizando y en rápido crecimiento.
¿Qué significa Monsanto en el mercado mundial de alimentos?
–La meta de Monsanto es controlar la cadena alimentaria. Los transgénicos son un medio para esa meta. Y las patentes una forma de lograrlo. La primera etapa de la “revolución verde” ya quedó atrás, fue la de plantas de alto rendimiento con utilización de pesticidas y la contaminación ambiental. Ahora estamos en la segunda etapa de esa “revolución”, donde la clave es hacer valer las patentes sobre los alimentos. Esto no tiene nada que ver con la idea de alimentar al mundo, como se publicitó en su momento. El único fin es aumentar las ganancias de las grandes corporaciones. Monsanto gana en todo. Te vende el paquete tecnológico completo, semillas patentadas y el herbicida obligatorio para esa semilla. Monsanto te hace firmar un contrato por el cual te prohíbe conservar semillas y te obliga a comprar Roundup, no se puede utilizar un glifosato genérico. En este modelo Monsanto gana en todo, y es todo lo contrario de la seguridad alimentaria. De paso, recordemos, que la soja transgénica que se cultiva aquí no es para alimentar a los argentinos, es para alimentar a los puercos europeos. Y qué pasará en Argentina cuando las carnes de Europa deban etiquetarse con que fueron alimentadas con soja transgénica. Se dejará de comprar carnes de ese tipo y Argentina también recibirá el golpe, porque le bajará la demanda de soja.
– Entrevista de Darío Aranda a Marie-Monique Robin: (http://webs.chasque.net/~rapaluy1/transgenicos/Prensa/entrevista_Robin.html)
|
Este mismo razonamiento en torno a la conexión de las cuestiones alimentarias también generauna importante presunción: que avanzando hacia uno de los objetivos también logra avanzan hacia el resto. En consecuencia, las alianzas entre personas y organizaciones tienen a formarse alrededor de objetivos comunes, por lo que el movimiento de los alimentos surge como una sinergia entre los problemas anteriormente identificados, pero de una manera distinta: la canalización de una vasta reserva de energía social positiva en direcciones consistentes.
Estas son algunas explicaciones de la formación y crecimiento de este movimiento social, pero el movimiento de los alimentos no existe para sí mismo: como cualquier movimiento social aspira a resolver los problemas del conjunto de la sociedad. Cuando el movimiento de los alimentos se enfrenta con ahínco a un problema, las características indicadas anteriormente pueden llegar a hacerse sumamente activas y presentes.
Generalmente no se toman decisiones como tal (porque normalmente no hay un líder), sino que la filosofía subyacente conduce a las personas a utilizar todos los recursos que están en su mano de la manera más apropiada. Se argumenta, se escriben cartas, se hacen llamadas, se evitan ciertos productos, se comparte información,l etc, dondequiera que perciben la necesidad o la oportunidad de crecer, del mismo modo que las hormigas o las abejas de la colonia hacen su trabajo sin que se las dé órdenes explícitas. Para las Corporaciones Multinacionales la actividad de este movimiento puede parecerles un frenesí de pirañas alimentándose. Los argumentos se agudizan; de las protestas se informa en los medios de comunicación; llegan los ataques y enconadas protestas, se arraciman los periodistas oportunistas, también, quizás, los legisladores, hasta que finalmente se produce alguna modificación, un etiquetado, se retira un producto, un ingrediente o una publicación.
Este es el conglomerado del movimiento de los alimentos y es lo más parecido a una democracia directa.
Siguiendo su propia filosofía, los alimentos se convierten en una guía para la acción. Usando la racionalización ilustrada, un Gobierno puede instruir a la gente, por ejemplo, diciendo que los alimentos irradiados o los transgénicos son seguros para su consumo. Pero no puede obligar a que los consuman. La resistencia basada en la lógica de la alimentación es probable que supere la lógica de la Ilustración, ya que el tema de la comida es a la vez una cuestión racional y es relativamente fácil que las personas formen sus propias opiniones y destinen su dinero a consumir otro tipo de alimentos. El sistema de alimentación es quizás el único dominio en el que la gente conserva un cierto poder, sin duda más de lo que se puede hacer en cualquier otro ámbito de la vida pública.
Como consecuencia, una y otra vez aparecen los argumentos del movimiento de los alimentos: sobre la seguridad de los transgénicos, los beneficios de los alimentos ecológicos, los peligros del uso de antibióticos para la cría del ganada, los aditivos alimentarios, el etiquetado de los productos transgénicos, y así sucesivamente. Todo ello ha ganado espacio en el dominio público ( sin embargo, no siempre en las políticas públicas que se llevan a cabo). La combinación de una sólida lógica y de poder práctico es algo difícil de contrarrestar. A través de su filosofía, el movimiento de los alimentos está teniendo éxito en su autoconstrucción y obteniendo victorias prácticas.
En los años 80 leí el libro Dieta para un pequeño planeta, de Frances Moore Lappé, como suelo decir, con lápiz y subrayando. Su lectura me causó impacto, tengo que admitir, ya que explica con sus datos y número en la mano como el hecho de alimentar animales para consumo humano parece ser lo menos ineficiente del mundo. Algunas afirmaciones de Frances Moore Lappé:
* Hace falta 10 kg. de grano (maíz, soja…) para producir 1 kg. de carne.
* 3/4 partes del terreno cultivado del mundo con variedades alimenticias está dirigido a producir alimentos para animales, que nos devuelven solo un 17% de las calorías consumidas. * De la totalidad de calorías consumida por una vaca a lo largo de su vida, sólo proporciona el 3% en forma de carne. Otros animales son más eficientes. * Producir un kilo de carne necesita 50 veces más de agua que producir un kilo de verduras, 40 veces más que patatas u otras raíces/tubérculos, 9 veces más que grano. |
Así que uno puede observar cómo las cuestiones alimentarias son el principio de organización de un gran movimiento social. De hecho, los éxitos del movimiento de los alimentos son más evidentes que los logrados por el viejo movimiento ecologista, o los movimientos a favor de la salud y el bienestar, e incluso el movimiento obrero ha comenzado a replantear sus actividades acercándose al sistema alimentario. Algunos han emigrado de estos movimientos al movimiento de los alimentos. Por ejemplo, la Coalición de Trabajadores de Inmmokalee es mucho más conocida por la gente y ha tenido más éxitos desde que ha establecido conexiones con la alimentación que a través de su sindicato. En gran medida, los movimientos sociales, una vez desgajados, convergen para convertirse en ramas del movimiento de los alimentos.
Podemos resumir este complejo estado de cosas diciendo que la alimentación se ha convertido en un lugar de reunión de extraordinario éxito.
Este enfoque resulta novedoso dentro de la mayor parte de los asuntos humanos, con una perspectiva muy distinta de los principios económicos de la Ilustración y alejado del darwinismo social, pero también puede actuar como un principio organizador de las personas y actuar a su alrededor.
El movimiento de los alimentos adquiere relevancia en el marco conceptual, ya que sus ideas son antropocéntricas y veraces, y tiene éxito como principio organizativo porque los alimentos establecen vínculos entre cuestiones prácticas y biofísicas.
Así, mientras que la mayoría de las Ideologías se construyen en base a realizaciones mentales artificiales, sin ninguna base biológica o física subyacente, el movimiento de los alimentos crea una urdimbre que refleja con precisión una realidad biológica clave, en un requerimiento que es diario y universal para toda la humanidad: los alimentos, los buenos alimentos.
Y lo mismo puede decirse del resto de especies.
Por lo tanto, la buena alimentación conlleva buenos alimentos…
Cualquier persona que adopta esta lógica tiene una gran ventaja, no sólo en la comprensión de cómo funciona el mundo, sino también en cómo actuar gracias a la información de que se dispone.
¿Cuál es el impacto
en la sociedad del movimiento de los alimentos?
Las ideas son una fuente de poder.
El filósofo Peter Singer escribió el libro Liberación animalen el año 1975, dando lugar a un movimiento internacional a favor de los derechos de los animales y surgieron debates en toda la sociedad sobre el uso que hacen los hombres de los animales, sea para investigación o su consumo.
Cuarenta años más tarde, la creciente popularidad del veganismo muestra que sus ideas todavía tienen presencia.
El logro de Singer fue el mostrar que los pensadores de la Ilustración intentaron racionalizar el concepto de excepcionalidad humana, algo que se remonta a ese dominio sobre la tierra concedido por Dios que aparece en la Biblia.
Pero de un solo mazazo, Singer logra destruir los argumentos enarbolados para el maltrato animal y proporciona un perfecto ejemplo de cómo el racionalismo de la Ilustración ha actuado como límite del pensamiento moderno, y muy especialmente contra el potencial humano para hacer el bien.
Ya que van mucho más allá del tratamiento que damos a los animales, extendiéndose al resto de organismos, las ideas del movimiento de los alimentos ahondan más para lograr modificar esta sociedad sometida a un reduccionismo mecanicista.
Gran parte de la Economía, de la Biología, tales como el Neodarwinismo (el gen egoísta) y el determinismo genético, la Biología reduccionista y la Medicina, todo ello son las piezas centrales de la educación occidental, que, consideradas bajo una nueva luz, resultan irrelevantes para explicar el funcionamiento de sistemas enteros. Esto es lo que se denominan tumores filosóficos, y que se interponen en el camino del desarrollo humano.
Para los cientos de personas que sospechan que el pensamiento Ilustrado es el motor que impulsa nuestras sociedades sobre un abismo ecológico, la filosofía del movimiento de los alimentos ofrece otro marco conceptual completamente distinto.
En aquel texto, yo señalaba con insistencia que a pesar de las diferencias obvias entre los animales humanos y los no humanos, compartimos con ellos la capacidad de sufrir, y que esto significaba que ellos, como nosotros, tenemos intereses. Si ignoramos o no tenemos en cuenta sus intereses basándonos simplemente en que no son miembros de nuestra especie, la lógica de nuestra posición se hace similar a la de los más obvios racistas o sexistas, que piensan que aquellos que pertenecen a su raza o sexo tienen un estatuto moral superior simplemente en virtud de su raza o sexo, y sin respeto por otras características o cualidades.
A pesar de que la mayor parte de los humanos pueda ser superior en cuanto al razonamiento y otras capacidades intelectuales respecto de los animales no humanos, esto no es suficiente para justificar la línea que hemos trazado entre humanos y animales.
Algunos humanos –los niños y quienes tienen severas disfunciones intelectuales– tienen capacidades intelectuales inferiores a las de algunos animales, pero nos sentiríamos escandalizados, y con razón, si alguien propusiera que infligiéramos muertes penosas y lentas a esos humanos intelectualmente inferiores con la finalidad de probar la seguridad de los productos que se compran para el hogar.
Tampoco toleraríamos, por supuesto, que se los confinara en jaulas pequeñas y que luego se los carneara para comerlos.
El hecho de que estemos preparados para hacer este tipo de cosas a los animales no humanos es entonces signo de “especismo”, un prejuicio que sobrevive porque es conveniente para el grupo dominante, en este caso ya no blancos o personas de sexo masculino, sino todos los seres humanos.
– Peter Singer sobre su libro Liberación Animal
|
Con el pensamiento ilustrado surgió durante el período de la industrialización una serie de pensadores que forjaron la base para una sociedad meritocrática y mercantilizada como reemplazo del feudalismo, pero la gran ironía es que ellos mismos no adquirieron aceptación únicamente por sus méritos, sino más bien por su carácter utilitarista.
Sus ideas justificaban los conceptos necesarios de la nueva sociedad: la mecanización, el individualismo y la competencia.
Los filósofos de la Ilustración pertenecían en su mayoría a la clase que dio forma al pensamiento establecido.
Hoy en día, se sigue recurriendo a sus ideas para preservar ese orden, pero dada la incomprensión que se está manifestando para entender las crisis ecológicas y el actual orden social, el mismo proceso se está produciendo a la inversa.
Pero hay una cuestión que se viene dirimiendo desde hace mucho tiempo: ¿qué otra forma de pensamiento va a ocupar su lugar?
Cuando estaba terminando este artículo consulté la Historia de la filosofía occidental de Bertrand Russell.
Ya en 1946, Russell vio que una resolución filosófica satisfactoria del problema de cómo reconciliar el poder y los beneficios de la cohesión social con la libertad individual todavía no se había alcanzado.
Al final de la introducción a su libro, escribe que las más recientes iniciativas científicas no es que se inclinen hacia el lado del poder, sino que también suponen una forma de locura, ya que se da prioridad a la utilización de los medios más extremos. Sin un antídoto filosófico, este desequilibrio se convertirá en peligroso. Concluye: “”Para lograr esto es necesaria una nueva filosofía”.
Las ideas de la Ilustración se vienen desarrollando desde hace unos 400 años. Y vemos lo erradas que eran, incluso cuando fueron concebidas.
Hay dos buenas razones por las cuales éstas no han sido revisadas, ni siquiera durante los movimientos sociales de los años 1960 o los movimientos ecologistas que surgieron en la década de 1970.
En primer lugar, porque no hay una filosofía adecuada que la sustituya. Y en segundo lugar por una razón estrictamente política: ninguna fuerza política o movimiento social las ha puesto en entredicho. El movimiento de los alimentos, sin embargo, cumple ambos requisitos, por lo que supone una revolución social pacífica de pensamiento y acción.
– Evita alimentos que citen cualquier clase de azúcares (o edulcorantes) entre sus tres primeros ingredientes:Suele querer decir que contienen demasiada cantidad. Los ingredientes se ordenan por proporciones, de más a menos.
– Evita productos que tengan más de cinco ingredientes en su composición:la probabilidad de que estén altamente procesados es muy elevada. Pero sobre todo evita las bebidas refrescantes, “el antialimento por excelencia”.
– Evita productos que afirmen ser saludables: “para poder afirmarlo necesitan como soporte una etiqueta y un envase, y todo lo envasado casi siempre equivale a procesado. (…) Además, sólo los grandes productores disponen de medios para conseguir que las autoridades sanitarias les aprueben esos lemas… afirmaciones que suelen estar fundadas en datos incompletos y en investigaciones deficientes”. La comida sana no tiene apenas dinero para publicitarse.
– Evita productos que contengan ingredientes que un niño de primaria no pueda pronunciar: lo simple ofrece muchas más garantías.
– Evita alimentos que veas anunciados en televisión: bastante más de las dos terceras partes de los anuncios de tv en EE.UU son de productos procesados.
– Come únicamente alimentos cocinados por seres humanos: es más seguro, y hay que pensar que una de las claves del éxito de los alimentos procesados es su durabilidad.
“Las grandes corporaciones aspiran a que sus productos sean inmortales”, lo que implica alteraciones, adiciones.
– Compra en las zonas periféricas del super y aléjate del centro (habitualmente los productos frescos se colocan en las zonas laterales).
– Come solo alimentos que acabarán pudriéndose:
Con algunas excepciones, como la miel, “la comida de verdad está viva… tiene que morir”. Los alimentos que más tardan en caducar son los menos nutritivos y más procesados.
– No ingieras nada que haya sido cocinado en lugares donde todo el mundo tiene que llevar mascarilla quirúrgica.
– Si te lo sirven por la ventanilla del coche, no es comida.
– Si se llama igual en todos los idiomas, no es comida (piensa en Big Mac, Cheetos o Pringles).
– No desayunes cereales que cambien el color de la leche (muy procesados, llenos de carbohidratos refinados y aditivos químicos)
– Toma una copa de vino con la cena.
– Paga más y come menos.
– Come muy poco o nada de carne.
– Come comida de verdad, con moderación, y sobre todo vegetales. “De los 75 o 100 elementos que necesitamos para mantenernos sanos, casi todos están en las plantas”.
– Pasa tanto tiempo disfrutando de la comida como el que ha tardado en prepararse.
– Come siempre sentado a la mesa.
– Cocina. Hay estudios que demuestran cómo la salud de la gente que cocina en casa es bastante mejor que la de la gente que come habitualmente fuera.
– Cultiva tus propios alimentos. “Todos deberíamos cultivar, aunque sea en la ventana o en los balcones”.
– Michael Pollan en su libro 64 reglas básicas para aprender a comer bien
en Ecoagricultor.
|
Análisis final
En este artículo he tratado de explicar cómo y por qué puede surgir un movimiento social de cierta importancia, que incluso no debiera denominarse un movimiento social, al carecer de todos los apoyos y atributos de los movimientos sociales tradicionales: un fuerte liderazgo, estructuras organizativas, programas formales de divulgación, dinero, etc.
Este análisis atribuye el éxito del movimiento de los alimentos en gran parte a factores internos. Sus miembros comparten una visión que es contagiosa y constructiva, fácil de poner en práctica, sin clases, sin hacer distinción de razas y con una filosofía armoniosa.
También es realista, ya que es de naturaleza biológica.
Así que mientras el resto de la sociedad se aleja del contacto con el mundo natural mediante la adopción de dispositivos cada vez más elegantes, nuevas aplicaciones de Internet, viajes a alta velocidad, Pokemon Go, etc, el movimiento de los alimentos se ocupa de establecer contactos con ese mundo y alcanzar logros mediante su trabajo.
Una cuestión ausente que no se ha tratado en este análisis es el cambio climático. El movimiento de los alimentos no viene a resolver este problema, sin embargo, cree que dispone de herramientas para resolver este problema en gran medida.
Las razones son simples.
En primer lugar, hasta el 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero resultan de las actividades del sector industrial de la alimentación.
En segundo lugar, el carbono puede ser captado del aire y almacenado en el suelo, creando ese tipo de suelo que es deseado por los agricultores ecológicos.
Estos agricultores todavía están desarrollando sus técnicas de captura de carbono, pero las evidencias sugieren que se puede captar carbono en el suelo, muchas toneladas por hectárea de suelo, y al mismo tiempo producir alimentos.
Por lo tanto, como señalan dos recientes informes, el sistema de alimentación que desea el movimiento de los alimentos puede hacer que nuestro problema con la presencia de carbono en la atmósfera se pudiera resolver por completo.
Esta información no parece haberse tenido en cuenta por los principales movimientos relacionados con el cambio climático.
Los líderes de estos movimientos creen que podrán encontrar soluciones en acciones de carácter técnico o social, pero los aerogeneradores, la energía solar, los coches eléctricos, las presas, la desinversión, las protestas contra las infraestructuras, etc, todo ello serían más bien acciones simbólicas.
A diferencia de la reducción en el consumo energético mediante la reforma y desarrollar un sistema alimentario local o el almacenamiento de carbono en el suelo, las otras soluciones no logran necesariamente reducir el uso de combustibles fósiles ni impiden la emisión de gases de efecto invernadero, perturbando los ecosistemas.
Y lo que es peor, se consumen muchos recursos para generar y almacenar energía. Las soluciones tecnológicas como TECHNOFIX acarrean muchas consecuencias negativas.
Con suerte, más pronto que tarde, el bien intencionado pero equivocado movimiento climático llegará a entender esos errores en los que ha caído ( por lo general como consecuencia del pensamiento Ilustrado) al señalar formas específicas de luchar contra las emisiones de CO2 y metano y unirse al movimiento a favor de los alimentos. Si no, el movimiento de los alimentos puede resolver el problema del cambio climático sin su presencia.
Podemos decir, que el crecimiento del movimiento de los alimentos es la respuesta de la gente ante las ideas defendidas por el reformismo ilustrado.
Representa el alineamiento de las fuerzas tectónicas que subyacen en nuestra sociedad y supone un choque de ideas más profundo de lo que se haya visto hasta ahora desde el colapso del feudalismo y la revolución industrial.
El resultado de este choque determinará no sólo el futuro de nuestra sociedad, sino también si nuestros descendientes llegaran a vivir en una tierra tal y como la conocemos hoy en día.
Los presagios son buenos.
El movimiento de los alimentos se está imponiendo, ya que aprovecha las sinergias y potencialidades inherentes a los sistemas biológicos, mientras que las ideas de la Ilustración ignoran, niegan y suprimen estas potencialidades. De hecho, se trata de una hermosa lucha para hacer realidad estas ideas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario