MOSCÚ (Sputnik) — El mundo financiero siguió con expectativa la campaña electoral de EEUU, convertida en un duelo de los dos principales enfoques de la economía y el comercio mundiales.

El republicano Donald Trump apuesta por los negocios a nivel nacional.
Aboga por poner freno a la globalización para defender lo doméstico, posición que él define como "americanismo" frente al "globalismo", comenta a RIA Novosti Serguéi Millian, experto en las relaciones Rusia-EEUU.
En caso de llegar a la presidencia revisaría o suspendería algunos acuerdos vigentes, como el NAFTA (tratado de libre comercio entre EEUU, Canadá y México), que a su juicio perjudica a los ciudadanos por trasladar la producción a países como México para reducir los costos laborales y dejar sin trabajo a los estadounidenses.
El otro caballo de batalla de Trump es el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), que para él beneficia los intereses de China.
También propone sustituir el Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés) por acuerdos bilaterales con cada país.
Hillary Clinton defiende la globalización y los compromisos asumidos por EEUU en los acuerdos comerciales suscritos, aunque cambió su postura respecto al TPP (al plantear en campaña revisarlo) lo cierto es que los expertos ven aquí una decisión meramente electoral.
En este contexto, Christine Lagarde, presidenta del FMI, alerta que la llegada de Trump al poder repercutiría en la economía mundial.
Cualquier tipo de proteccionismo, advierte, "es contraproductivo" y "entorpece el desarrollo económico".
Por su parte, un informe del banco Societe Generale precisa que el proteccionismo de Trump podría afectar al comercio mundial, pero su repercusión en EEUU y en el dólar "resulta menos clara".
La bolsa aguarda el resultado
A pesar de los pronósticos favorables a Clinton, los expertos no descartan la probabilidad de que pueda ocurrir algo similar al Brexit, que todas las encuestas daban por imposible.
© REUTERS/ Carlo Allegri
Si ganara Clinton, auguran los expertos, los mercados financieros se verían estimulados; una victoria de Trump sin embargo podría desestabilizarlos.
"Los inversores cuestionan la viabilidad de las propuestas radicales (de Trump)", destaca Societe Generale.
El economista principal de Smith's Research & Gradings, de Washington, Scott McDonald, advierte que el triunfo del multimillonario provocaría "una caída del mercado de acciones y empujaría la economía hacia una recesión prematura".
Para él, "la victoria de Clinton repercutirá, casi seguro, de forma positiva en el mercado financiero".
Los riesgos
Ese efecto positivo, en la subida del dólar y de los índices bursátiles, no durará mucho, asegura uno de los principales expertos rusos en economía internacional, Vladímir Vozhanovski, y desaparecerá "como resultado de la falta de un programa claro de reformas".
La agencia Bloomberg considera que tanto la economía mundial como la de EEUU están al borde de un ciclo, tras el cual nos aguarda una nueva crisis financiera.
Uno de los indicios de ello es la "burbuja inmobiliaria" en EEUU, donde los precios de los inmuebles alcanzan los niveles previos a la crisis de 2007.
"Gane quien gane, en noviembre deberá encarar el problema del bajo crecimiento económico mundial y las contradicciones geopolíticas, incluido el empeoramiento de las relaciones con Rusia", asegura McDonald que observa "la posibilidad real de recesión".
Pero las "cláusulas de la política económica de Clinton, casi de seguro, serán contrarias al mundo de los negocios", y agrega que el choque por el triunfo de Trump podría mitigarse si este contara con un Gobierno de profesionales.
Un país en deuda
A la estela de Barack Obama, Clinton tendrá que aumentar el gasto social, algo que subirá aún más la deuda exterior de EEUU.
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Las Vegas Review-Journal destacó que la política de Obama endeudó a los hijos y nietos de los estadounidenses, política que pretende seguir Clinton.
Se envolverá en las mismas medidas y estrategias de Washington "como si se tratara de una vieja manta", señaló la revista.
La deuda alcanza el 105% del PIB, o 19,7 billones de dólares y durante el Gobierno de Obama casi se duplicó, pues antes era de 10,6 billones de dólares.
El Bipartisan Policy Center calcula que en tan solo dos meses el país superará los 20 billones de dólares y alcanzará el tope de la deuda.
Al mismo tiempo, los expertos del centro advierten que cualquier intento de reestructurar esa deuda pondría en peligro la economía mundial.
La solución a la que podría recurrir el próximo Gabinete sería la de siempre: imprimir más dólares.
Ataque contra los productores de petróleo
Clinton apoya de lleno el acuerdo de París sobre el cambio climático y planea bajo su mandato que la economía pase a utilizar al ciento por ciento fuentes renovables de energía, según WikiLeaks.
"Estamos exterminando el negocio energético en nuestro país", señaló Trump durante su campaña electoral, al referirse a la estrategia económica de Obama.
Los productores de carbón, entre ellos los gigantes Arch Coal y Peabody Coal, sufren las consecuencias del acuerdo climático y suman pérdidas colosales.
En caso de la victoria de Clinton, quien desde el inicio de su campaña criticó la producción de crudo de esquisto, los productores de petróleo podrían convertirse en el siguiente blanco de la Casa Blanca.
El vicedirector de Fearn Oil Inc, Michael Moore opina que la llegada de Clinton a la Casa Blanca representará el cese de la extracción de petróleo en Nigeria, en Noruega y en Europa en general.
"Para Rusia y Arabia Saudí, por lo visto, se exigirá el pago de altos aranceles de importación por tratarse de un combustible contaminante", dijo.
El experto recuerda que la Administración actual votó por la independencia energética de Washington, por lo que la política de Clinton al respecto seguiría el mismo rumbo.
El poder de EEUU en declive
Aunque EEUU siga imponiendo sus reglas del juego, su protagonismo internacional continuará reduciéndose, proceso que irá adelante independientemente de quien salga presidente el próximo 8 de noviembre.
"El mundo se encuentra en el umbral de nuevos modelos económicos, en los que EEUU ya no tendrá un papel tan importante", subraya el presidente de la consultora Eurasia Group, Ian Bremmer.
La culpa, agrega, es del propio Washington, "que con extrema insistencia impone a los demás países sus reglas de juego".