El presidente de facto de Brasil, Michel Temer, reconocía, hace unos días, en un discurso en New York, cuál fue la verdadera razón para deponer a la presidenta electa Dilma Rouseff.
Ante miembros de corporaciones multinacionales y analistas de política exterior de EEUU, afirmaba: “hace doce meses, lanzamos un documento llamado `Un puente para el futuro´
Sugerimos al gobierno que adoptase sus tesis pero, como no sucedió, iniciamos un proceso que culminó con mi instalación como Presidente de la República”.
El texto no es secreto, está disponible en la página web del Gobierno de Brasil. Sin embargo, ninguno de los medios del poderoso Grupo Globo, ni el mayor periódico de Brasil, Folha, han hecho la menor mención a esta confesión. Todo ha quedado en la prensa alternativa.
Recordemos que estos grandes medios de Brasil actuaron como un poderoso partido único que impuso, finalmente, el impeachment parlamentario contra Dilma, alegando violaciones presupuestarias (no corrupción). Y consiguieron así su objetivo.
Pero ahora que el Presidente de facto ha reconocido que dichas “violaciones presupuestarias” no fueron la razón de fondo, sino más bien un mero instrumento, se ha impuesto el apagón informativo.
Como se pueden imaginar, el mencionado programa “Un Puente para el Futuro” apuesta por el regreso a las privatizaciones y por los recortes sociales. 
Incluso propone una ley que fije un techo al gasto público.
Es decir, que lo que derrocó a Dilma no fueron irregularidades administrativas. Fue su negativa a aceptar un plan neoliberal de corte clásico, con recortes drásticos en salud, educación y derechos sociales.
Por cierto, la conferencia de Michel Temer fue ante la Americas Society/Council of the Americas, cuyo Presidente Honorario es David Rockefeller y en cuyo staff tenemos, entre muchos otros capos, a John Negroponte, uno de los arquitectos de la guerra sucia de EEUU en Centroamérica en los años ochenta.
¿Ahora lo entienden todo un poco mejor?
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