El exsargento primero Rodrigo Cruz de las Fuerzas Especiales del Ejército del Honduras confesó este martes que su unidad recibió la orden de asesinar a varios dirigentes sociales en su país, entre ellos la luchadora ambientalista Berta Cáceres, según publicó The Guardian.
Cruz reveló que Cáceres estaba en la lista negra para ser asesinada, porque los militares hondureños contaban con información de todos los activistas sociales y tenían órdenes específicas de asesinar a cada objetivo.
El exmilitar manifestó que sus compañeros pudieron ser asesinados, debido a que el jefe de la unidad declaró que no seguiría adelante con la matanza, porque en la lista figuraban personas que luchaban por sus comunidades, por lo que días después huyó del Ejército.
Cruz confirmó que no era la primera vez que veía una lista de objetivos, porque días antes de observar la lista en la que aparecía Cáceres, pudo notar que en el chaleco de un comandante habían caras conocidas, como los líderes del Bajo Aguán.
El dato
Cada uno de los implicados en el crimen de Berta Cáceres habría recibido 2 mil 200 dólares, según una publicación del diario El Heraldo.
Por su parte, Annie Bird, representante de una ONG dedicada a informar las violaciones de derechos humanos en Honduras, aseguró que el testimonio del soldado Cruz alude a que varios escuadrones de la muerte apuntan a la oposición política del país.
La especialista explicó que la realidad del país centroamericano es compleja debido a que está roto el sistema judicial, lo cual dificulta investigar personas directamente implicadas en casos de corrupción.
Tras las declaraciones del exmilitar, Bertita Zuñiga manifestó que el caso del crimen de su madre sea investigado por una comisión internacional, para encontrar la verdad de quiénes son los autores de la masacre.
En contexto
El pasado 3 de marzo, la líder indígena y coordinadora del Consejo de Pueblos Indígenas de Honduras (Copinh), Berta Cáceres, fue asesinada por sujetos desconocidos en el interior de su vivienda, ubicada en el sector La Esperanza, departamento del Intibucá del sur-occidente del país.
Cáceres había denunciado una semana antes de su muerte, el asesinato de cuatro dirigentes indígenas de la comunidad lenca.
Fue una de las fundadoras en 1993 del Copinh. Por su lucha en defensa de los recursos naturales, en el occidente de Honduras en 2015, fue galardonada con el Premio Medioambiental Goldman.
Familiares de la líder indígena, presidentes y líderes del continente americano junto a organismos internacionales han demandado justicia por su asesinato.
(Con información de Telesur)
Cruz reveló que Cáceres estaba en la lista negra para ser asesinada, porque los militares hondureños contaban con información de todos los activistas sociales y tenían órdenes específicas de asesinar a cada objetivo.
El exmilitar manifestó que sus compañeros pudieron ser asesinados, debido a que el jefe de la unidad declaró que no seguiría adelante con la matanza, porque en la lista figuraban personas que luchaban por sus comunidades, por lo que días después huyó del Ejército.
Cruz confirmó que no era la primera vez que veía una lista de objetivos, porque días antes de observar la lista en la que aparecía Cáceres, pudo notar que en el chaleco de un comandante habían caras conocidas, como los líderes del Bajo Aguán.
El dato
Cada uno de los implicados en el crimen de Berta Cáceres habría recibido 2 mil 200 dólares, según una publicación del diario El Heraldo.
Por su parte, Annie Bird, representante de una ONG dedicada a informar las violaciones de derechos humanos en Honduras, aseguró que el testimonio del soldado Cruz alude a que varios escuadrones de la muerte apuntan a la oposición política del país.
La especialista explicó que la realidad del país centroamericano es compleja debido a que está roto el sistema judicial, lo cual dificulta investigar personas directamente implicadas en casos de corrupción.
Tras las declaraciones del exmilitar, Bertita Zuñiga manifestó que el caso del crimen de su madre sea investigado por una comisión internacional, para encontrar la verdad de quiénes son los autores de la masacre.
En contexto
El pasado 3 de marzo, la líder indígena y coordinadora del Consejo de Pueblos Indígenas de Honduras (Copinh), Berta Cáceres, fue asesinada por sujetos desconocidos en el interior de su vivienda, ubicada en el sector La Esperanza, departamento del Intibucá del sur-occidente del país.
Cáceres había denunciado una semana antes de su muerte, el asesinato de cuatro dirigentes indígenas de la comunidad lenca.
Fue una de las fundadoras en 1993 del Copinh. Por su lucha en defensa de los recursos naturales, en el occidente de Honduras en 2015, fue galardonada con el Premio Medioambiental Goldman.
Familiares de la líder indígena, presidentes y líderes del continente americano junto a organismos internacionales han demandado justicia por su asesinato.
(Con información de Telesur)
El 28 de febrero, Hillary Clinton dijo a la audiencia desde el púlpito de una iglesia de Memphis:
Estos benévolos sentimientos recuerdan aquel objetivo nacional establecido por el Presidente George H. W. Bush en 1989, poco antes de aplastar Irak. Dijo:
Clinton, por supuesto, cuando habla de América se refiere por supuesto a la del norte, es decir, más concretamente, a Estados Unidos. Para otros lugares de América reserva poca bondad y amor. Consideremos, por ejemplo, el caso de Honduras.
El 28 de junio de 2009, el Presidente de Honduras, Manuel Zelaya fue secuestrado a punta de pistola por soldados enmascarados y obligado a exiliarse. Desde su expulsión, en el país se han ido deteriorando los derechos humanos y la seguridad ha caído en una sima: "el golpe militar abrió las puertas al aumento del tráfico de drogas y la violencia y... desatando una continua represión estatal". En 2012, Honduras registró una tasa de homicidios de 90,4 por cada 100.000 habitantes, la tasa más alta del mundo. En 2006, tres años antes del golpe militar, la tasa de homicidios se encontraba en 46,2 cada 100.000 habitantes.
Los años transcurridos desde 2009 han visto un enorme aumento de los megaproyectos que destruyen la tierra, desplazando a las comunidades indígenas. Casi el 30% de la superficie del país está destinada a concesiones mineras, creándose una demanda de energía barata para abastecer a las futuras operaciones mineras. Para satisfacer esta necesidad, el Gobierno aprobó cientos de proyectos de presas por todo el país, con la privatización de ríos, de la tierra y el desarraigo de las comunidades. En el año 2015,Global Witness informaba que Honduras era "el país más peligroso para los defensores del medio ambiente".
Berta Cáceres, madre de cuatro hijos, fue cofundadora y coordinara general del Consejo Cívico de Honduras de Organizaciones Populares Indígenas (COPINH), grupo que se opone a la explotación Corporativa que permite el Estado. El año pasado, Cáceres fue galardonada con el Premio Ambiental Goldman, el premio más importante del mundo que reconoce el ecologismo de base, por su trabajo de oposición a un importante proyecto de construcción de una presa. Muchos de los líderes del COPINH han sido asesinados en los últimos años. En el año 2013, Berta Cáceres dijo:
La semana pasada, en la noche del 3 de marzo, hombres armados entraron por la puerta trasera de la casa de Berta y le dispararon cuatro veces, matándola cuando se encontraba en su cama. El sitio web estadounidense Fairness and Accuracy in Reporting (FAIR) comentaba:
Confidencial - El punto de vista de la Embajada
Tras el golpe de Estado de 2009, las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea, condenaron el golpe de Estado y el exilio forzoso de Zelaya. Un mensaje confidencial de la Embajada, publicado por Wikileaks,decía:
Eso a puerta cerrada. En público, quince demócratas del Congreso de Estados Unidos instaron al régimen estadounidense a que reconociese plenamente que se había producido un golpe de Estado y... "que cancelase totalmente las ayudas no humanitarias, como así lo establece la ley". Lo explicó con detalle Alexander Main en Common Dreams:
El Departamento de Estado, con Hillary Clinton al frente, se negó a hacerlo, reconociendo así de manera implícita el Gobierno surgido del golpe militar. Se ha dicho en FAIR que Clinton deja claro en sus memorias que no tenía ninguna intención de devolver el poder al Presidente Zelaya:
En septiembre de 2009, funcionarios del Departamento de Estado de Estados Unidos, bloquearon en la reunión de la OEA una resolución que habría rechazado la legitimidad de las elecciones hondureñas realizadas bajo una dictadura, dando así el sello final de aprobación al golpe de Estado por parte de Estados Unidos.
El derrocado Presidente Manuel Zelaya, dijo el año pasado:
Y Zelaya añadió:
Alexander Main llegaba a la siguiente conclusión:
Una afirmación que es apoyada por el aumento de la ayuda militar estadounidense a Honduras, incluso a pesar de que ha aumentado en gran medida la violencia corporativa y Estatal. Así lo explica Noam Chomsky:
Un asunto interno - La respuesta de los medios de comunicación
Los medios de comunicación Corporativos, por supuesto, no se han cansado de proclamar y proteger las actuaciones de Occidente en Irak, Libia y Siria. ¿Cómo han respondido estos medios al asesinato de esta activista, respetada y asombrosamente valiente? FAIR comenta que existen abrumadoras evidencias del apoyo estadounidense al golpe de Estado:
El mismo día en que apareció el artículo en FAIR, se publicó en el Reino Unido la primera y única referencia a estas verdades que se ocultan, registrada por la base de datos Nexis, redactada por Jonathan Watts en The Guardian:
Watts cita a International Rivers, una ONG que trabajó con Cáceres:
Aunque no sea exhaustivo, esta parece ser la única mención que sobre estos temas hemos podido encontrar en la presa Corporativa del Reino Unido. Un artículo más reciente del corresponsal en Washington de The Guardian, David Smith, menciona el golpe, pero no la participación de Estados Unidos. Con una conmovedora ingenuidas, Smith observa que "Estados Unidos está decidido a detener el influjo de inmigrantes ilegales procedentes de América Central, razón por la que está destinando dinero al aparato de seguridad de Honduras".
En The Times, tan propenso a defender las intervenciones occidentales para proteger los derechos humanos, destina 68 palabras al asesinato, recogiendo lo escrito por la Associated Press. The Telegraph sólo hace una ligera mención. En The Indepedent, Phil Davison escribía de Cáceres:
Sin embargo, en marcado contraste con la valía de Cáceres y otros muchos hondureños, Davison no fue capaz de la tiranía que se ha establecido en Honduras, respaldada por la gran superpotencia de la región. Tampoco en The Independent, Caroline Mortimerhizo ninguna mención a la complicidad de Estados Unidos en el golpe. Tampoco, como era de esperar, la BBC lo hizo en dosinformaciones sobre el asesinato.
Como casi siempre, muestras de compasión, que parecen estar muy arraigadas. Si un enemigo del oficialismo hubiese sido el responsable de la muerte de Cáceres, los gritos de indignación, de horror y denuncia habrían inflamado las primeras páginas de los medios corporativos y las pantallas de televisión. Se habría exigido una acción enérgica, incluso una intervención. Pero cuando el horror ha sido perpetrado por un sirviente fiel, corrupto y brutal del Imperio, con la complicidad del llamado mundo libre, ninguno de los resortes de la vasta máquina de propaganda salta, y esta noticia queda rápidamente relegada a los abismos de la historia.
No hace falta decir, que la conciencia de clase que aquí se ofrece amenaza ese tópico de la compasión que acompaña a la propaganda corporativa, algo que debe ser escrupulosamente ignorado e incluso ridiculizado.
Estos benévolos sentimientos recuerdan aquel objetivo nacional establecido por el Presidente George H. W. Bush en 1989, poco antes de aplastar Irak. Dijo:
Clinton, por supuesto, cuando habla de América se refiere por supuesto a la del norte, es decir, más concretamente, a Estados Unidos. Para otros lugares de América reserva poca bondad y amor. Consideremos, por ejemplo, el caso de Honduras.
El 28 de junio de 2009, el Presidente de Honduras, Manuel Zelaya fue secuestrado a punta de pistola por soldados enmascarados y obligado a exiliarse. Desde su expulsión, en el país se han ido deteriorando los derechos humanos y la seguridad ha caído en una sima: "el golpe militar abrió las puertas al aumento del tráfico de drogas y la violencia y... desatando una continua represión estatal". En 2012, Honduras registró una tasa de homicidios de 90,4 por cada 100.000 habitantes, la tasa más alta del mundo. En 2006, tres años antes del golpe militar, la tasa de homicidios se encontraba en 46,2 cada 100.000 habitantes.
Los años transcurridos desde 2009 han visto un enorme aumento de los megaproyectos que destruyen la tierra, desplazando a las comunidades indígenas. Casi el 30% de la superficie del país está destinada a concesiones mineras, creándose una demanda de energía barata para abastecer a las futuras operaciones mineras. Para satisfacer esta necesidad, el Gobierno aprobó cientos de proyectos de presas por todo el país, con la privatización de ríos, de la tierra y el desarraigo de las comunidades. En el año 2015,Global Witness informaba que Honduras era "el país más peligroso para los defensores del medio ambiente".
Berta Cáceres, madre de cuatro hijos, fue cofundadora y coordinara general del Consejo Cívico de Honduras de Organizaciones Populares Indígenas (COPINH), grupo que se opone a la explotación Corporativa que permite el Estado. El año pasado, Cáceres fue galardonada con el Premio Ambiental Goldman, el premio más importante del mundo que reconoce el ecologismo de base, por su trabajo de oposición a un importante proyecto de construcción de una presa. Muchos de los líderes del COPINH han sido asesinados en los últimos años. En el año 2013, Berta Cáceres dijo:
La semana pasada, en la noche del 3 de marzo, hombres armados entraron por la puerta trasera de la casa de Berta y le dispararon cuatro veces, matándola cuando se encontraba en su cama. El sitio web estadounidense Fairness and Accuracy in Reporting (FAIR) comentaba:
Confidencial - El punto de vista de la Embajada
Tras el golpe de Estado de 2009, las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea, condenaron el golpe de Estado y el exilio forzoso de Zelaya. Un mensaje confidencial de la Embajada, publicado por Wikileaks,decía:
Eso a puerta cerrada. En público, quince demócratas del Congreso de Estados Unidos instaron al régimen estadounidense a que reconociese plenamente que se había producido un golpe de Estado y... "que cancelase totalmente las ayudas no humanitarias, como así lo establece la ley". Lo explicó con detalle Alexander Main en Common Dreams:
El Departamento de Estado, con Hillary Clinton al frente, se negó a hacerlo, reconociendo así de manera implícita el Gobierno surgido del golpe militar. Se ha dicho en FAIR que Clinton deja claro en sus memorias que no tenía ninguna intención de devolver el poder al Presidente Zelaya:
En septiembre de 2009, funcionarios del Departamento de Estado de Estados Unidos, bloquearon en la reunión de la OEA una resolución que habría rechazado la legitimidad de las elecciones hondureñas realizadas bajo una dictadura, dando así el sello final de aprobación al golpe de Estado por parte de Estados Unidos.
El derrocado Presidente Manuel Zelaya, dijo el año pasado:
Y Zelaya añadió:
Alexander Main llegaba a la siguiente conclusión:
Una afirmación que es apoyada por el aumento de la ayuda militar estadounidense a Honduras, incluso a pesar de que ha aumentado en gran medida la violencia corporativa y Estatal. Así lo explica Noam Chomsky:
Un asunto interno - La respuesta de los medios de comunicación
Los medios de comunicación Corporativos, por supuesto, no se han cansado de proclamar y proteger las actuaciones de Occidente en Irak, Libia y Siria. ¿Cómo han respondido estos medios al asesinato de esta activista, respetada y asombrosamente valiente? FAIR comenta que existen abrumadoras evidencias del apoyo estadounidense al golpe de Estado:
El mismo día en que apareció el artículo en FAIR, se publicó en el Reino Unido la primera y única referencia a estas verdades que se ocultan, registrada por la base de datos Nexis, redactada por Jonathan Watts en The Guardian:
Watts cita a International Rivers, una ONG que trabajó con Cáceres:
Aunque no sea exhaustivo, esta parece ser la única mención que sobre estos temas hemos podido encontrar en la presa Corporativa del Reino Unido. Un artículo más reciente del corresponsal en Washington de The Guardian, David Smith, menciona el golpe, pero no la participación de Estados Unidos. Con una conmovedora ingenuidas, Smith observa que "Estados Unidos está decidido a detener el influjo de inmigrantes ilegales procedentes de América Central, razón por la que está destinando dinero al aparato de seguridad de Honduras".
En The Times, tan propenso a defender las intervenciones occidentales para proteger los derechos humanos, destina 68 palabras al asesinato, recogiendo lo escrito por la Associated Press. The Telegraph sólo hace una ligera mención. En The Indepedent, Phil Davison escribía de Cáceres:
Sin embargo, en marcado contraste con la valía de Cáceres y otros muchos hondureños, Davison no fue capaz de la tiranía que se ha establecido en Honduras, respaldada por la gran superpotencia de la región. Tampoco en The Independent, Caroline Mortimerhizo ninguna mención a la complicidad de Estados Unidos en el golpe. Tampoco, como era de esperar, la BBC lo hizo en dosinformaciones sobre el asesinato.
Como casi siempre, muestras de compasión, que parecen estar muy arraigadas. Si un enemigo del oficialismo hubiese sido el responsable de la muerte de Cáceres, los gritos de indignación, de horror y denuncia habrían inflamado las primeras páginas de los medios corporativos y las pantallas de televisión. Se habría exigido una acción enérgica, incluso una intervención. Pero cuando el horror ha sido perpetrado por un sirviente fiel, corrupto y brutal del Imperio, con la complicidad del llamado mundo libre, ninguno de los resortes de la vasta máquina de propaganda salta, y esta noticia queda rápidamente relegada a los abismos de la historia.
No hace falta decir, que la conciencia de clase que aquí se ofrece amenaza ese tópico de la compasión que acompaña a la propaganda corporativa, algo que debe ser escrupulosamente ignorado e incluso ridiculizado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario