Posted: 27 Jun 2016
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A partir del 13 de junio de 2016 está en marcha en Orlando, Florida, un caso civil contra Pedro Barrientos, ex teniente del ejército acusado como responsable clave en el asesinato del cantautor Víctor Jara.
El militar hoy retirado ha vivido en EEUU desde 1989 y obtuvo la ciudadanía. Esta demanda es sumamente importante para Chile, para la verdad y la justicia y para la memoria histórica.
El caso ha permitido contar con muchos testimonios y revelaciones contundentes, aunque no hay muchas noticias en los periódicos chilenos.
La demanda fue introducida por Joan Jara y sus hijas Amanda Jara Turner and Manuela Bunster Turner en 2013 por medio del Center for Justice and Accountability (Centro para la Justicia y la Rendición de Cuentas) de San Francisco, con asesoramiento pro bono (gratis) de Chadbourne y Parke. Por ser caso civil y no criminal, no hay posibilidad de lograr condenas criminales. El resultado que se espera es la indemnización por daños y perjuicios causados a la familia. Pero el juicio significa más.
Lo que importa a la familia es un reconocimiento de la culpabilidad de Barrientos en el asesinato y que se haga justicia. Además, el juicio es un vehículo para iluminar lo que pasó en el Estadio Chile después del golpe, el rol de militares específicos y otros responsables por la muerte de Víctor Jara y muchas personas más.
La demanda busca demostrar la cadena de mando en el Estadio y el liderazgo que tenía Barrientos. El texto de la demanda dice, por ejemplo, “Los soldados bajo la dirección de Barrientos vendaron los ojos, esposaron, interrogaron, golpearon brutalmente y torturaron a Víctor Jara.
El teniente Barrientos ordenó a sus soldados que lo golpearan y torturaran más, para castigarlo por sus creencias políticas y su apoyo al presidente Allende”. Finalmente, el juicio podría reforzar la solicitud de extradición de Barrientos a Chile, ya que en 2012 el juez Miguel Vásquez presentó una acusación formal contra Barrientos y otros oficiales y civiles por su responsabilidad en el asesinato de Jara. Pidió su extradición en este caso criminal en Chile y la Corte Suprema de Chile la autorizó en enero de 2013.
Fue enviada a EEUU, pero todavía no ha habido una respuesta.
Víctor Jara fue uno de los miles de chilenos sujetos a represión, tortura, ejecución y/o exilio por la dictadura militar, después del 11 de septiembre de 1973. A partir del golpe más de 3.000 personas fueron desaparecidas, 40.000 torturadas, 250.000 detenidas y 200.000 exiliadas.
El asesinato de Víctor Jara fue uno de los crímenes de la dictadura más tempranos y aterradores tanto nacional como internacionalmente.
El cantautor era bien conocido no sólo como director de teatro y músico brillante de la Nueva Canción chilena, sino que también por ser militante comunista muy comprometido con las luchas populares de la época y con la Unidad Popular. Sus canciones hablaban emotivamente de las vidas, las penas y la nobleza de los campesinos y obreros y las injusticias cometidas en su contra. Su música encarnó las esperanzas y sueños de una generación.
Víctor Jara tenía un poder artístico tremendo y una humanidad notable. “Nunca olvidó sus raíces campesinas,” dijo Joan Jara en el primer día del juicio, “compuso canciones sobre las vidas de los más humildes de su país.”
Jara fue detenido con cientos de otras personas en la sede de la Universidad Técnica del Estado el 12 de septiembre y llevado al Estadio Chile, donde se congregaron 5.000 personas detenidas.
Ahí hubo mucha tortura, ejecuciones y violencia, hasta ahora bastante ocultas.
Varios testigos en el juicio dijeron que vieron a Jara en el Estadio, en muy malas condiciones. Los militares lo habían reconocido y le aplicaron especial sadismo. Jara fue torturado y eventualmente asesinado en ese recinto.
Su cuerpo mostró el impacto de 44 balas, sus muñecas y manos fueron destruidas y su cara tenía heridas profundas, como ha sido documentado previamente.
Barrientos ha negado su presencia en el Estadio. En su testimonio el 21 de junio hizo declaraciones sorprendentes. Dijo, por ejemplo, que no fue partidario del golpe en 1973 (sus abogados dijeron que solamente siguió órdenes).
A través de su defensa expresó que no conocía quién era Víctor Jara antes del año 2009 y que no sabía nada sobre las torturas en el Estadio Chile. (De hecho, según varios informes periodísticos, cuando Barrientos solicitó ciudadanía en EEUU hace más de dos décadas, informó que nunca había pertenecido al ejército chileno.) Su ex esposa, que testificó a favor de Barrientos, dijo que ella supo del golpe de Estado en Chile solamente en el año 1987.
Los abogados de Barrientos declararon al jurado que, aunque en 1973 Chile fue “invadido por comunistas desde Cuba”, su cliente no torturó ni mató a Víctor Jara.
A pesar de estas declaraciones hay testigos que han dado poderosos testimonios al contrario. Por vez primera, algunos conscriptos y sobrevivientes han dicho en un tribunal que no solo vieron a Barrientos en el Estadio sino que también fueron testigos de su rol clave ahí.
Probablemente el testimonio más explosivo fue el de un ex conscripto bajo el comando de Barrientos que testificó por video.
Él dijo que oyó a Barrientos y otro oficial, Jorge Smith Gumucio, que hablaban de la muerte de Jara. (Estos dos oficiales habían tomado cursos en la Escuela de las Américas en años anteriores.)
“Habló sobre matar a un comunista, que no quería un comunista en Chile”, dijo el ex conscripto.
Agregó que muchas veces Barrientos se jactaba de que con su pistola Luger había baleado al cantor dos veces y lo había asesinado.
El teniente hacía esto con más frecuencia y vehemencia después de tomar alcohol, el conscripto testificó. “Solía comentar que él mató a Víctor Jara, disparándole dos veces”, dijo. “Siempre mostraba su pistola y decía: ‘Con esta maté a Víctor Jara'”, repitió.
Este conscripto reveló otro crimen horroroso en el Estadio que fue cometido por Barrientos. Un soldado en el Estadio fue sorprendido cantando “El Cigarrito”, canción de Víctor Jara. Según el testimonio, Barrientos torturó a este soldado hasta la muerte (supuestamente por un infarto). “Escuchamos al Soldado Rojas gritando toda la noche”, relató el conscripto. Finalmente este ex soldado dijo que Barrientos organizaba la guardia en el Estadio.
Testificaron las hijas de Jara, la periodista Mónica González, ex alumnos y colegas del cantor y varios conscriptos y sobrevivientes. Una sobreviviente, ex estudiante en la UTE, dijo que oficiales del ejército reconocieron a Víctor Jara en la UTE y lo golpearon brutalmente.
Ella identificó a Barrientos en el Estadio y dijo que tenía un rol de liderazgo. Otro conscripto explicó que Barrientos llegaba al Estadio muchas veces con un maletín de papeles y tenía muchas reuniones con otros oficiales.
Esta semana se conocerá el veredicto en este juicio. Además del veredicto los testimonios nos han brindado nueva información valiosa.
Siempre han sido los conscriptos—no los comandantes—de las FFAA los que han iluminado los hechos de este caso. El abogado Nelson Caucoto me dijo en 2014 que las fuerzas armadas de Chile nunca habían colaborado con sus investigaciones en el caso chilena sobre el asesinato de Jara y que jamás han dado información sobre la estructura de mando en el Estadio.
Los abogados y jueces tenían que investigar y re-crear todo esto en investigaciones meticulosas realizadas a lo largo de muchos años. Caucoto había querido el testimonio de Augusto Pinochet en este caso en 2004—como Pinochet solía decir, en Chile no se movía ni una hoja si él no lo sabía–pero esto nunca sucedió y Pinochet murió en 2006.
Este juicio civil sobre el asesinato de Víctor Jara es otro paso histórico en la lucha contra la impunidad. La figura de Víctor Jara, con su consciencia social, su presencia formidable como protagonista cultural y político, y su capacidad de convocar y movilizar a muchas personas a través de su música no ha sido olvidada.
Este caso nos recuerda la represión calculada y las crueldades cometidas por los Estados de seguridad nacional (respaldados por EEUU en la época) y sus profundos costos humanos.
Todavía hay mucha información escondida y falta justicia en muchos casos, demostrando la importancia y vigencia de la búsqueda de la verdad y la justicia por tantas personas desaparecidas, torturadas y asesinadas en Chile y en América Latina.
* Por J. Patrice McSherry, profesora universitaria de ciencias políticas e investigadora que colabora con IDEA, ha escrito varios artículos en inglés sobre el caso de Víctor Jara. Es autora de un libro sobre la Nueva Canción chilena (a publicarse en castellano por Editorial Lom).
El Ciudadano
Posted: 27 Jun 2016 02:25 PM PDT
Los curas de Montreal (Canadá) tendrán prohibido estar a solas con niños, de acuerdo con un decreto firmado por el arzobispo de Montreal, Christian Lepine.
Según este decreto, se pretende “asegurar la seguridad y la integridad de la gente a la que se les da el mensaje del Evangelio y a las que se les ofrece nuestra pastoral”.
Además, agrega que con esta medida se busca “preservar la integridad, la seguridad y la buena reputación del pueblo de Dios”, tal como recoge el diario británico The Guardian.
En una carta que acompaña el decreto, Lepine ha manifestado que los “horribles casos de abusos a menores y a personas vulnerables por miembros de la Iglesia han dejado en ‘shock’ a la Iglesia, así como a toda la población”.
El Papa Francisco y sus predecesores, como Benedicto XVI, han dado claras instrucciones a cada diócesis acerca de las medidas que deben tomar para prevenir el abuso de menores y adultos vulnerables, añade la carta.
Esta medida se aplicará desde septiembre próximo en unas doce parroquias y se extenderá a todos los centros de las diócesis.
“Imagine que está solo en una habitación con un niño y le acusa de que le pegó. ¿Cómo reaccionaría?”, preguntó el canónigo Francois Sarrazin a Canadian Press.“Aunque sea verdad o no, necesitará un testigo. Por lo tanto, evitar estar a solas con una persona vulnerable es un acto de prudencia, nada más”.
De todos modos, Carlo Tarini, representante de los sobrevivientes a los abusos de curas dijo que la medida es “poca cosa y llega muy tarde”, y que a su juicio, la Iglesia está tratando de protegerse de posibles acciones legales.
Un informe presentado por expertos en seguros en una conferencia en el Vaticano en el 2012, mostró que solamente en EE.UU. aproximadamente 100.000 niños han sido víctimas de abusos de sacerdotes. En mayo de 2015, se dio a conocer una serie archivos de abusos sexuales por parte de la Iglesia católica en Los Ángeles (estado de California), en el suroeste de Estados Unidos.
En junio de 2015, el Papa Francisco ordenó la creación sin precedentes de un tribunal que permita juzgar a los obispos que cometan delitos de abuso de poder, entre ellos aquellos en contra de menores y personas frágiles.
Fuente: https://www. theguardian.com/world/2016/ jun/24/montreal-catholic- priests-alone-with-children- ban
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