martes, 10 de enero de 2017

Yemen: una guerra deliberadamente olvidada


La población civil de Yemen lleva 19 meses aguantando una brutal agresión por parte de Arabia Saudí y sus aliados. A pesar de alcanzar casi los diez mil muertos, cerca de cuarenta mil heridos y casi tres millones de desplazados, es un conflicto que está pasando desapercibido, básicamente porque los grandes medios parecen haber hecho un pacto de silencio alrededor de todo lo que envuelve a esta guerra que va en camino de convertirse en un nuevo genocidio.

El conflicto interno, derivado por las reclamaciones de algunas minorías étnicas y religiosas que consideraban que estaban siendo maltratadas por un gobierno dedicado más a servir a intereses extranjeros que a atender a las necesidades de su población, se recrudece tras la toma de Sanaa -capital yemení- por parte de los combatientes hutíes lo que obliga al presidente Hadi a negociar el fin de la violencia. 

Las diferencias políticas y el intento de dividir el país en diferentes zonas -y con un gobierno cada vez más debilitado- provoca que un grupo de hutíes tomen el complejo presidencial y detengan a Hadi, que finalmente escapa, refugiándose en el sur de Yemen, desde dónde proclama un gobierno en el exilio y solicita ayuda a Arabia Saudí. 

Hay que recordar que Hadi gana unas elecciones en las que es el único candidato y que la situación económica del país -de extrema pobreza- lo tenían convertido desde hacía años en un pequeño polvorín.

No se puede entender lo que está ocurriendo en Yemen sin conocer la relación que mantiene con Arabia Saudí, EEUU, Reino Unido, Francia y España, sus mayores proveedores de armamento, aunque -en nuestro caso- la venta se haga a través de terceros países.

El régimen saudí es el mejor cliente de la industria militar española fuera de Europa. En 2015 compró material bélico al gobierno español por valor de 540 millones de euros (el 15% del total) y esta relación se remonta ya a varias décadas.

El informe de Comercio sobre exportación de material de Defensa español en 2015 asegura que “todas las licencias de munición -para Arabia Saudí- fueron acompañadas de certificados de último destino con estrictas cláusulas de no reexportación o uso fuera del territorio del país” . 

El cómo este armamento ha acabado en manos del gobierno yemení o de los terroristas sirios es todo un misterio.

Lo cierto es que en la última década las exportaciones de armamento han aumentado casi un 400% y están dirigidas, principalmente, a países del golfo pérsico con los que la Casa Real española mantiene unas excelentes y cordiales relaciones.

Pero no es únicamente el gobierno español quien las mantiene con el gobierno saudí. En septiembre del 2015, seis meses después de iniciarse la guerra, el régimen wahabí fue “premiado” por la ONU con la presidencia del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. 

En junio de 2016, este mismo organismo, decidió retirar a Arabia Saudí de la lista negra de uno de sus informes llamado “Niños y Conflicto Armado”, en el que la monarquía saudita había sido incluida acusada de asesinar a cientos de niños con sus bombardeos sobre Yemen. 

El secretario general de la ONU por aquel entonces, Ban Ki-Moon, reconoció haber recibido durísimas presiones por parte del gobierno wahabí para tomar esta decisión.

Yemen no es un país rico, no produce apenas nada, pero se encuentra en una posición privilegiada por dónde transitan los petroleros de los países del Golfo Pérsico hacia Occidente y Oriente. 

Junto a Yibuti y Eritrea se sitúa en el estrecho de Bab el-Mandeb, uno de los puntos más importantes del mundo -en lo que se refiere al petróleo- por los millones de barriles que lo atraviesan. Unos 3,8 millones diarios.

Poco o nada le importa a sauditas y aliados las consecuencias de sus continuos bombardeos. Si los rebeldes hutíes se hicieran con el control del país, impactaría en la relación que este mantiene con las empresas petroleras de los países situados en el Golfo Pérsico y supondría unas cuantiosas pérdidas económicas para ellos y sus aliados.

Nuevamente son los intereses imperialistas los que se anteponen a cualquier otra consideración y de nuevo es la población civil la gran víctima de ello.


Lola Soria es licenciada en historia, natural de Barcelona y residente en Almería. Ha trabajado como cooperante en Nicaragua y es miembro de la Comisión del Centenario de la Revolución Socialista de Octubre.

Fuente: LA REPÚBLICA

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro