miércoles, 14 de septiembre de 2016

El TTIP tal vez esté muerto, pero nos espera algo peor

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El TTIP tal vez esté muerto, pero nos espera algo peor

Por George Monbiot

Los gobiernos y los lobistas de las grandes corporaciones buscan nuevas formas de blindar la privatización y esquivar el proceso democrático.

¿Estamos ante su muerte? ¿Será cierto? Si lo es, se trata de una gran victoria para una campaña que parecía no tener ninguna posibilidad y que se enfrentaba a un impenetrable muro construido por la élite política, económica y burocrática.
Todo parece indicar que el Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión (en inglés, Transatlantic Trade and Investment Partnership o TTIP) ha muerto. 

El ministro de Economía de Alemania, Sigmar Gabriel, ha indicado que las negociaciones con Estados Unidos han fracasado. El primer ministro francés, Manuel Valls, ha anunciado su “interrupción”. Los ministros belgas y austriacos se han manifestado en el mismo sentido. La ciudadanía ha ganado. Al menos, de momento.
Sin embargo, los lobistas que reclamaban un tratado que blindara los derechos de las grandes corporaciones no se rendirán tan fácilmente. 
En realidad, 
este acuerdo ha sido expulsado del escenario por otro que 
tendrá el mismo impacto y que se esconde detrás del telón.
De hecho, se trata de una versión mejorada y solo le falta la aprobación final. Si se aprueba antes de que el Reino Unido salga de la Unión Europea, nos atará de pies y manos durante 20 años.
El Acuerdo integral de Economía y Comercio (Comprehensive Economic and Trade Agreement, CETA) es un tratado de libre comercio entre la Unión Europea y Canadá
Probablemente se pregunten cómo nos podría perjudicar Canadá. 
En la práctica, permite que cualquier empresa que tenga operaciones en ese país, aunque no tenga su sede allí, pueda demandar a un gobierno ante un tribunal internacional especialmente creado para este fin. Este acuerdo quiere terminar con todas las leyes que nos protegen de los abusos de las multinacionales y evitar que los parlamentos de ambos lados del Atlántico puedan aprobar legislación que nos ampare.
Afirmar que los gobiernos no tienen el mandato de la ciudadanía para cerrar este tipo de acuerdos sería quedarse corto: los ciudadanos les pidieron que hicieran todo lo contrario. 
Cuando a regañadientes la Unión Europea hizo una consulta en torno a la propuesta del TTIP relativa a otorgar nuevos derechos a las empresas, recibió 150.000 respuestas; el 97% estaba en contra. Lo que ocurre es que cuando compramos mantequilla podemos elegir, pero cuando se tienen que tomar grandes decisiones no nos tienen en cuenta.
No está claro que los parlamentos nacionales puedan vetar este acuerdo. 
El Comisario Europeo de Comercio ha indicado que no será necesario: el texto puede presentarse ante el Parlamento Europeo sin necesidad de pasar por los parlamentos nacionales. E incluso si los parlamentos nacionales pudieran debatir la necesidad de este acuerdo, solo podrían aprobarlo o rechazarlo. 
El contenido ya está cerrado.
La Comisión Europea no ha publicado el texto del acuerdo hasta que las autoridades europeas y canadienses no han dado la negociación por cerrada y el contenido del acuerdo se ha filtrado. 
Tiene 1.600 páginas y carece de una lista de contenidos o de un texto explicativo. 
Desde un punto de vista de transparencia, paridad y de inteligibilidad, se asemeja a los tratados sobre posesión de tierra que los líderes tribales africanos tuvieron que firmar en el siglo XIX. Es difícil entender cómo los parlamentarios podrían tomar una decisión fundamentada.
Si quieren comprar un coche de segunda mano, tal vez el vendedor del concesionario intente engatusarlos para llevarlos a su terreno, pero las leyes de la UE de protección del consumidor lo obligan a explicar los riesgos de la operación. 
Si quieren conocer las ventajas y los inconvenientes de “comprar” este nuevo acuerdo, no quedan amparados por leyes similares. La página web de la Unión Europea afirma que se trata de un vehículo maravilloso pero no advierte de los riesgos que conlleva conducirlo.
Aquí tienen la respuesta a la pregunta de si las negociaciones del CETA se hicieron en secreto: “en absoluto, durante los cinco años de negociaciones, la comisión organizó varios encuentros con representantes de la sociedad civil”. 
Proporciona un enlace que a su vez informa de los cuatro encuentros que se organizaron, todos en Bruselas y todos controlados por asociaciones comerciales que, en cualquier caso, probablemente están a favor de este tratado. ¿Cómo se anunciaron estos actos? ¿Qué esfuerzos hicieron para intentar generar un debate en otros países? ¿por qué no se organizaron más debates para que la sociedad pudiera dar su opinión, ya no digamos dar su aprobación? Si esto es transparencia, no quiero ni imaginarme qué consideran secretismo.
Tras intentar durante horas comprender el acuerdo, acepté que era imposible entender las implicaciones que puede tener. Tuve que fiarme de las opiniones de los expertos que trabajan para grupos como Attac, en Alemania, y el Centro Canadiense para Políticas Alternativas.
Al igual que el TTIP, el CETA quiere blindar la privatización e imposibilitar cualquier intento de renacionalización (por ejemplo, de la red de ferrocarriles del Reino Unido) o de volver a asumir unos servicios que están mal gestionados (como hizo Joseph Chamberlain en la ciudad de Birmingham en el siglo XIX, lo que permitió levantar los fundamentos de las prestaciones sociales que tenemos en la actualidad).
Al igual que el TTIP, tiene una definición muy amplia de los términos “inversión” y “expropiación” para que las empresas puedan demandar a los gobiernos si creen que una nueva ley amenaza sus beneficios futuros.
Como el TTIP, limita las formas que tiene el gobierno para proteger a la ciudadanía. 
Por ejemplo, prohíbe la normativa que evitaría que los bancos crecieran en exceso. 
El acuerdo también parece ser una amenaza para nuestras leyes de ordenación y otras protecciones del más elemental sentido común.
El acuerdo cubre todo lo que no está expresamente exento. En otras palabras, si los gobiernos no prevén un posible riesgo, luego estarán atados de pies y manos. A título de ejemplo, la Unión Europea parece haber renunciado a la posibilidad de que la banca comercial y la de inversión sean dos entidades que funcionen por separado.
La CETA se autodefine como un tratado comercial pero lo cierto es que muchas de sus cláusulas no tienen nada que ver con el comercio. Más bien quieren someter la democracia al imperio del poder empresarial. Millones de personas en Europa y en Canadá quieren dejar atrás la era neoliberal. Este tipo de tratados no harán más que impedirlo y permitirán que los políticos que no hemos querido en el gobierno ahora nos gobiernen eternamente.
Si los parlamentos rechazan este acuerdo, redactarán otro, como por ejemplo, el Acuerdo sobre servicios comerciales que la UE está negociando simultáneamente con Estados Unidos y otros 21 países. El gobierno de Theresa May ha mostrado su entusiasmo: “el Reino Unido mantiene su compromiso con este acuerdo”. Se nota que están intentando recuperar el control sobre el país tras el Brexit.
Los lobistas que trabajan para las empresas y sus gobiernos rehenes han intentado imponer este tipo de tratados durante más de 20 años, empezando con el Acuerdo Multilateral sobre Inversiones (como el TTIP, las protestas ciudadanas masivas consiguieron pararlo en 1998). 
Trabajando en secreto, sin haber alcanzado previamente un consenso democrático, siguieron insistiendo, con la esperanza de derribar los muros de resistencia.
Cuando nos dicen que el precio que tenemos que pagar por la libertad es tener que permanecer constantemente atentos se refieren precisamente a situaciones como esta. Será una vigilancia perpetua; una lucha que tendremos que librar el resto de nuestras vidas. Tenemos que ganar cada vez que lo intenten porque, de lo contrario, con una sola victoria ellos habrán conseguido lo que se proponen. Nunca bajen la guardia. Nunca les dejen ganar.
Traducción de Emma Reverter

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro