miércoles, 13 de septiembre de 2017

De 70 millones de drogadictos a ninguno. En 3 años China lo consiguió con solo hacer una cosa: Abolir el Capitalismo

Resultado de imagen de Cómo la Revolución china acabó con la adicción a las drogas

Cómo la Revolución china acabó con la adicción a las drogas

9 de cada 10 habitantes eran adictos a las drogas. 
Sin embargo, la adicción a las drogas se erradicó en pocos años con ayuda de la fuerza de las masas. 
¿Cómo ocurrió esto?
El objetivo de acabar con la adicción a las drogas parecía imposible. 
Los reaccionarios de todo el mundo afirman estar “luchando contra las drogas” junto con la policía, la religión y con todo tipo de terapias e inútiles campañas tipo “dí no a las drogas”. 
Resultado de imagen de Cómo la Revolución china acabó con la adicción a las drogas
A pesar de todo esto, el problema de las drogas, que se experimenta en todo el mundo, no desaparece. ¿Porqué? 
La respuesta es simple; Porque las fuerzas reaccionarias en el sistema se benefician con el comercio de drogas. 
Este comercio es una consecuencia natural del capitalismo.
El cambio increíble
La producción, transporte y venta de drogas es una industria que increíblemente cuesta muchos millones. 
Los grandes comerciantes capitalistas, con vínculos en el gobierno estadounidense, en la CIA y en la policía, están a la vanguardia del narcotráfico en el mundo. 
Mientras, al mismo tiempo, los reaccionarios le echan la culpa a las personas empobrecidas por el problema de las drogas.
Puede parecer desolador; Como si nada pudiera resolver esta crisis. Los comunistas durante la revolución china creían que todas las formas de opresión, todos los tipos de grilletes que mantienen al pueblo hundido, incluyendo la adicción a las drogas, podían ser abolidos.
Cuando el ejército popular revolucionario venció a las fuerzas reaccionarias que gobernaban China, sólo tres años pasaron antes de que dejaran de existir la adicción a las drogas, las drogas, los narcotraficantes, las plantaciones de opio y el contrabando de drogas. 
Resultado de imagen de Cómo la Revolución china acabó con la adicción a las drogas
En 3 cortos años China pasó de 70 millones de drogadictos a ninguno.
Resultado de imagen de Cómo la Revolución china acabó con la adicción a las drogas
Un retrato histórico
Antes de la revolución de 1949, el pueblo vivía bajo una pobreza extrema y fue reprimido por un puñado de señores de la guerra ricos, capitalistas extranjeros y otros reaccionarios. 
Debido a la pobreza extrema, a las miserables condiciones de vida, además de a la constante guerra durante varios períodos de tiempo, el pueblo consumía opiáceos como un intento de escapar de la realidad. 
Consumieron opio, heroína y morfina, pero sobre todo opio.
Resultado de imagen de Cómo la Revolución china acabó con la adicción a las drogas
El opio tiene una larga historia en China. Antes de la revolución, China tenía el mayor problema de drogas del mundo. 
Floreció en 1770, cuando Inglaterra colonizó la India y Birmania. Gran Bretaña necesitaba enormes cantidades de dinero para colonizar las vastas áreas terrestres. 
La solución fue el opio. 
Los impuestos sobre el opio trajeron consigo los enormes beneficios que Gran Bretaña requería, y decidió iniciar la venta en “el mercado más práctico”: China. 
Desde 1770 hasta 1858 el suministro de opio que inundó China fue aumentando de 220 a 70.000 cofres.
Debido a que la adicción a las drogas finalmente entró en condiciones de crisis, el emperador Dao Guang se dio cuenta de que comenzaba a convertirse en un problema sustancial y prohibió toda importación de opio al país. 
Sin embargo, con la ayuda de contrabandistas locales, los capitanes británicos se opusieron a la prohibición y continuaron importando grandes cantidades de opio a China.
El opio estaba tan extendido que en 1838 funcionarios de las provincias de Guandong y Fujian informaron que 9 de cada 10 habitantes eran adictos al opio. 
El emperador tomó medidas ascendiendo a Comisario Superior a un hombre de nombre Lin Zexu. Éste recibió órdenes estrictas de deshacerse del opio en todo el país para siempre. 
Comenzó por confiscar y destruir todos los suministros de opio y las pipas vendidas por los comerciantes chinos. Lin presionó a los contrabandistas para que le entregaran el opio. 
Esto condujo a la tensión entre China y Gran Bretaña, y finalmente desembocó en las Guerras del Opio que duraron de 1839 a 1842, y de 1856 hasta 1858. Debido al poder de armamento superior de Gran Bretaña, China se rindió y por tanto se vio obligada a eliminar la prohibición.
El revolucionario americano Malcolm X escribió lo siguiente con respecto a las guerras del opio: “¡Imagínate! ¡Declarar la guerra a alguien que se opone a ser narcotizado!”
Como telón de fondo de las guerras, Gran Bretaña afirmó que enseñarían a los chinos una lección sobre el “libre comercio”. 
Lo que querían decir con esto quedó claro no mucho después, cuando los buques de opio volvieron a dirigirse a China. 
Los británicos vendieron el opio barato, debido al enorme excedente de opio y para una vez más, obtener un fuerte control sobre el mercado.
Desde 1880 China importó 6500 toneladas de opio cada año y el cultivo de opio a nivel local también había comenzado. 
A principios del 1900, la cantidad de opio había aumentado a 22.000 toneladas cada año, lo que llevó a China a convertirse en el mayor productor mundial de opio. 
Muchos de los reaccionarios que explotaron esta situación, eran de un sindicato de nombre “La banda verde”, el cual unía a todas las bandas en un gran sindicato de drogas.
El presidente de China durante esa época, Chiang Kai-Shek, temblaba de miedo ante la idea de una revolución comunista y por tanto se alió con “La banda verde” en la batalla contra los revolucionarios. 
En nombre de Chiang Kai-Shek y del gobierno nacionalista, “La banda verde” sacrificó a miles de comunistas, sindicalistas e inocentes proletarios. Como agradecimiento, varios miembros de “La banda verde” fueron nombrados asesores en el gobierno nacionalista, entre ellos su líder, Du Yuesheng.
La situación era tan extrema que los trabajadores hambrientos abusaban del opio para escapar del dolor causado por el hambre y la desesperación. Todas las personas, incluidos los niños, eran adictos al opio en varias zonas. 
Pequeñas botellas de opio se vendían en las esquinas de las calles como si fueran helados, y muchas personas empobrecidas usaban en las pipas el poco dinero que tenían en vez de en comida. 
Los adictos abandonaban a sus hijos y aún peor; Vendían a sus hijos para financiar su adicción.
Las mujeres adictas al opio fueron a menudo obligadas indirectamente a convertirse en prostitutas y muchas murieron de enfermedades. 
China fue forzada a esta miseria por los ricos colonizadores de Europa y América, por grandes comerciantes capitalistas que hicieron enormes cantidades en la venta de drogas y por la necesidad de dinero para continuar colonizando y tomando el control de China. Todo con la ayuda de los corruptos funcionarios del gobierno chino.
De esta manera, la clase dominante estadounidense continúa expandiendo el tráfico de drogas a todos los niveles. En todo momento, la clase dominante la organiza, la financia y la defiende. 
En los años 60, la CIA inundó de heroína barrios empobrecidos para financiar la participación estadounidense en la Guerra Civil de Laos y para acabar con los disturbios. 
Resultado de imagen de Cómo la Revolución china acabó con la adicción a las drogas
En los años 80, bajo el gobierno de Reagan, la CIA expandió el comercio de cocaína para financiar la guerra contra Nicaragua. 
Los reaccionarios en Estados Unidos y en todo el mundo se benefician del comercio de drogas.
Una China socialista – Una China sin adicción a las drogas
Cuando la revolución china triunfó en 1949, la sociedad experimentó un cambio total de poder. 
Por primera vez había un gobierno en el poder que servía al pueblo: gente común, proletarios y campesinos. 
Había muchos problemas de la vieja sociedad y uno de los mayores problemas era la adicción al opio. 

El presidente Mao erradicó este problema rapidamente. 
En los periódicos y en la radio, las drogas se retrataban como un elemento destructor perteneciente a la vieja sociedad, un obstáculo para el éxito y una herramienta para los reaccionarios que obligan al pueblo a arrodillarse. 

Y así comenzó la gran movilización del pueblo y la lucha revolucionaria contra las drogas que habían galopado por el país como un caballo.
En esta época había más de 10 millones de personas drogadictas en el país. El nuevo gobierno asumió la tarea de abordar este enorme problema y se tomaron varias medidas. 
Ya en los primeros meses, los revolucionarios comenzaron a constituir líneas de masas para combatir la adicción a las drogas. 
Los comunistas dependían de la propia movilización y organización de las masas para vencer los grilletes que mantenían al pueblo hundido, lo que incluía la lucha socialista contra el opio.
Educar al pueblo
Se pidió a los campesinos de todas partes que cultivaban opio que arasen sus cultivos de opio para sembrar trigo o arroz. Los barrios fueron movilizados por un gran programa educativo popular que educó al pueblo sobre los peligros de las drogas. 
Los comités en cada barrio, que dirigieron estas campañas, organizaron círculos de estudio sobre el tema. 
Los adictos a la droga estaban sorprendidos de que no fueran responsabilizados ni avergonzados por su adicción en la nueva sociedad que estaba creciendo. 
Por el contrario, se les pidió que buscaran ayuda y fueron elogiados por todo progreso. Junto con la ayuda recibieron formación y trabajos remunerados. Muchos fueron contratados por el gobierno para trabajar con otras personas drogadictas.
Los comunistas organizaron a la gente para destruir las redes de empresas que envenenaban al pueblo con drogas. 
La lucha contra las drogas se había convertido en un movimiento de masas a gran escala. 
La razón era que había gente, principalmente pobre, que era adicta a las drogas, y debido a esta división de clase, las personas adictas a las drogas no eran arrestadas cuando estaban en público. Eran continuamente elogiados cuando participaban en la lucha revolucionaria. Ya no tenían miedo de buscar ayuda porque el poder estaba en manos del pueblo.
Los drogadictos en rehabilitación recibieron plazos de varios meses para liberarse de las drogas. 
En este período también recibieron inyecciones en pequeñas dosis para aliviar los calambres musculares debido a la disminución del uso de drogas. 
La presión se centró en los vendedores. 
Aquellos que cedieron a la presión, fueron aceptados y bien recibidos por la sociedad. Además recibieron formación para tener un trabajo útil y se les dio empleo. 
A los pequeños vendedores se les dio una oportunidad; Ellos obtendrían la libertad si ayudaban a poner fin al tráfico de drogas. 
El gobierno chino también compró todo el opio en manos de los vendedores, a cambio los vendedores tendrían que detener el desarrollo del opio para siempre. 
Los vendedores a gran escala, que hicieron una fortuna en arruinar la vida de la gente, fueron llevados a los tribunales populares donde las víctimas de adicción al opio testificaron contra ellos. 
A diferencia del antiguo gobierno, que estaba completamente corrupto, el nuevo gobierno (controlado por el Partido Comunista) se basó en la conciencia de clase y la disciplina. Para los vendedores a gran escala esto hizo imposible poder sobornar a los funcionarios.
Una economía socialista lucha contra el malestar social
El desarrollo de una economía socialista permitió ofrecer puestos de trabajo para todos y erradicar la pobreza que había obligado al pueblo a comenzar con el narcotráfico. 
La Nueva China (Agencia Oficial de Noticias de China, también llamada Xinhua) declaró que desde 1951 la República Popular de China prácticamente había eliminado su problema de drogas en el norte de China (que fue el primero en ser liberado). 
Aproximadamente algo menos de un año pasó antes de que las partes meridionales de China también estuvieran completamente libres del problema de las drogas. 
Deshacerse de la crisis fue duro, así como la drogadicción y el problema de las drogas; Pero lo lograron a través de la línea de masas y una masiva movilización revolucionaria del pueblo.
La situación actual
Acabar con el problema de las drogas fue parte de la lucha de clases contra la vieja sociedad. 
Los vendedores a gran escala eran vistos como enemigos del pueblo, que envenenaban a las masas, mientras que las personas drogadictas eran vistas como víctimas del sistema. 
Este es el enfoque opuesto al de los utilizados por los cerdos policías y predicadores religiosos, los cuales afirman que el sistema no tiene defectos y tratan a las personas adictas como basura humana y criminales. 
A las personas empobrecidas drogodependientes se les dio una oportunidad en China, y se les ofreció una manera de salir de la drogadicción. 
Se les ofrecieron puestos de trabajo y fueron invitados a participar en la lucha por una nueva y próspera sociedad. 
Los antiguos vendedores a gran escala que huyeron a Taiwán fueron despues enviados a China entre 1962 y 1967 para investigar como espías de la CIA. 
Concluyeron y reportaron a la CIA que los cultivos legales se estaban desarrollando en áreas donde anteriormente había cultivo de opio. 
No encontraron un solo rastro de crecimiento de opio.
La China de hoy no es la China de Mao
China estuvo libre de drogas durante más de 20 años, hasta el golpe revisionista en 1976, donde Deng Xiaoping llegó al poder y restableció el capitalismo. Investigaciones a partir de 2003 mostraron que había 4 millones de drogadictos en China, y de acuerdo con “The Diplomant”, este número está en aumento. 
Una nueva epidemia de drogas se está extendiendo en China.
Según las estadísticas publicadas por el Tribunal Supremo de China en 2012, la delincuencia sobre drogas ha superado el doble entre el período 2006-2011 y el número de informes aumentó de 31.350 a 69.751. 
La delincuencia relacionada con las drogas ha aumentado en un promedio del 15% cada año desde 2007-2011. 
En 2015, Lie Yuejin, vicepresidente de la Comisión Nacional de Control de Narcóticos de China, comentó a Xinhua que se estima que más de 14 millones de chinos son ahora adictos a las drogas. Por la dirección que las cosas están tomando ahora parece que este número va en aumento. 
Esta es una amarga prueba de cómo el pueblo no puede ser liberado de los grilletes de la droga sin abolir primero el capitalismo.
La “Guerra contra las drogas” dirigida por Estados Unidos es una “Guerra contra los pobres”
Las experiencias de la “Guerra contra las drogas” de Estados Unidos y las experiencias de China muestran cómo el sistema actual no puede resolver el problema de la adicción a las drogas. 
El sistema está causando sufrimiento y aislamiento, lo que hace que la gente quiera escapar de la realidad con las drogas. 
El capitalismo usó la adicción a las drogas para debilitar al pueblo y esclavizarlo. Todo tipo de grandes comerciantes capitalistas ganan enormes cantidades de dinero en drogas. 
Para resumir todo; El sistema causa la adicción a las drogas y se beneficia de ella. La revolución china rechazó el enfoque burgués del problema de la droga. 
El socialismo no trata de dar más dinero al estado para programas de rehabilitación, como hacen los gobiernos capitalistas. 
El socialismo no trata de llenar las cárceles de gente adicta a las drogas, mientras que los grandes comerciantes capitalistas, que se hacen más ricos con el narcotráfico, caminian libres. 
Se trata de dar ayuda real a las personas adictas a las drogas, y darles un sentido en la vida; Para construir una nueva y próspera sociedad.
El cambio real requiere de la abolición del capitalismo
El debate actual en la sociedad sobre cómo deshacerse de la adicción a las drogas, sin una revolución proletaria, es sólo un deseo. Se trata de detener la esclavitud que conduce a las drogas y detener el gran comercio capitalista de drogas que se beneficia del sufrimiento de la gente. 
Las masas revolucionarias en China se deshicieron de la adicción a las drogas, la prostitución, la venta de niños, la pobreza desesperada, el analfabetismo, el abuso a las mujeres, la brutalidad policial y mucho más. 
La revolución cambió las vidas y cambió completamente el modo de pensar de millones de personas. Llevó al pueblo a algo que era impensable pocos años atrás: deshacerse de la adicción a las drogas mediante la abolición del sistema capitalista.

Imagen relacionada

La guerra del Opio 

¿se repetirá la historia? 

Como ya dije en una entrada anterior, buena parte de la situación económica y geopolítica que estamos viviendo ahora mismo viene motivada por la pérdida de poder de una de las monedas más populares de la historia, el dólar estadounidense

El valor de una divisa viene dado por su popularidad, y cuando más usada sea esta, mayores bienes y servicios podremos permitirnos con ella. Materias primas, combustibles, maquinaria….todo progreso económico necesita de una divisa que sea valiosa para otros, y sea fácilmente vendible. 

Cuando una divisa deja de ser interesante para los compradores, el poseedor de esa divisa puede verse en serios problemas: productos que le cuestan más caros, dificultad para financiarse en el exterior…y la historia nos enseña que cuando un gran poder siente que peligra, peleará hasta las últimas consecuencias.

Uno de los aspectos más interesantes de esta historia es cómo se desató, y fue a través de un instrumento utilizado muy frecuentemente por los círculos de poder: el narcotráfico.

toma-opio

La droga que hizo ganar la gran guerra de divisas

Las potencias europeas durante el siglo XVIII, grandes triunfadoras de la Revolución Industrial y deseosas de comerse el Nuevo Mundo que ahora estaba más cerca que nunca, se lanzaron a los océanos a ampliar sus mercados hacia el lejano Oriente. 

Allí les esperaba China, donde Portugal, con su colonia Macao y España desde Filipinas, llevaban comerciando desde hace tiempo, pese a las grandes trabas administrativas que el imperio chino imponía, como limitar el comercio al puerto de Cantón y a través de un cuerpo de funcionarios chinos conocidos como Cohong. Los comerciantes europeos calificaban a los mismos como unos profesionales cohongudos.

tumblr_ncnrscGC6g1s9y3qio2_250
¿No os ha hecho gracia? En mi cabeza sonaba más gracioso
Reino Unido era un cliente habitual de la antigua China, a la que compraba seda, porcelana y , como no podía ser de otra manera, té, mucho té con el que distribuir a los habitantes del extenso imperio británico, tan yonkis de la teína como el inglés más inglés de toda Inglaterra. Por el contrario, los chinos no compraban prácticamente nada a los británicos

Los asiáticos tenían más que suficiente en sus propios mercados y lo único que les interesaba de los ingleses era el opio, utilizado en pequeñas cantidades con fines terapéuticos y algún que otro uso para disfrute personal.

Esta balanza comercial tan desequilibrada llevaba a Reino Unido a una situación delicada: sus reservas de plata salían a raudales hacia los mercados chinos mientras que su capacidad de recuperar esa misma plata era mucho menor, ya que el gigante asiático apenas les compraba y les exigía todos los pagos en plata.

William Daniell
Puerto de Canton según el pintor William Daniel, A view of the European Factories at Canton

Dado que el único producto de interés para los chinos era el opio, Gran Bretaña comenzó a exportarlo masivamente desde la India Británica esquivando el puerto de Cantón para contrarrestar este desequilibrio de plata

Empezando con precios bajos o dosis gratuitas hasta tener un público adicto capaces de pagar cualquier precio con tal de saciarse, se pasó de 200 cajas de opio al año en 1729 a 40.000 hacia 1838

Ese mismo año, las autoridades chinas, alarmadas por los 2 millones de adictos que asolaban su país y el desequilibrio en la balanza comercial que estaban teniendo por culpa de una droga que no hacía más que perjudicarles, tomó medidas drásticas.

Se sentenció con pena de muerte a todo aquel traficante de opio que fuera descubierto, y el emperador en persona envió una carta a la Reina de Inglaterra, que se dice que nunca le llegó. 

Ante la falta de respuesta oficial, el bloqueo fue a más, y se prohibió directamente la entrada de barcos ingleses al puerto de Cantón, único punto de acceso al comercio chino. 

La escalada de tensiones acabó en la primera guerra del opio, entre 1839 y 1842 y, no contentos con las más que ventajosas condiciones de redención que firmó China tras la derrota, una segunda guerra entre 1856 y 1860.

what-shall-we-do-with-our-boys-3-march-1882
La guerra se desató, de cara a la opinión pública, como una ‘defensa por el libre comercio’ y por ‘el honor de Inglaterra’. Algo así como los bombardeos a paises petrolíferos en Oriente Medio para traerles la democracia a casa.

Consecuencias de la primera guerra

En la guerra comercial Reino Unido sabía que no tenía nada que hacer, asi que tanto el escenario de narcotráfico como el de una guerra, en la que podían superar ampliamente al ejército chino, eran dos situaciones igualmente favorables para ellos. Tras la victoria inglesa en la primera guerra del opio, se firma el tratado de Naknín con el que, China cedía la isla de Hong Kong al Reino Unido (que no fue devuelta hasta 1997, bien entrado el siglo XX) y aceptaba la apertura de sus puertos al comercio internacional. Aprovechando esta posición de debilidad de China, tanto Estados Unidos como Francia se apresuraron a firmar acuerdos de comercio en similiares condiciones que los británicos.

Los británicos, pese a lo favorecidos que habían salidos tras el acuerdo de 1842, pidieron renegociar el tratado durante la década de los 50 con condiciones todavía más abusivas

Las demandas británicas incluían que pudieran ejercer el libre comercio en toda China, legalizar la comercialización del opio, abolir los impuestos a extranjeros para el tránsito interno, suprimir la piratería, regular el tráfico de culíes (trabajadores semiesclavos)y permitir al embajador británico residir en Pekín.
tumblr_n9hlb7rHSG1rhpn4yo1_400
Metáfora sobre la respuesta de China a las exigencias inglesas
Los ingleses, que querían repetir la historia anterior, buscaron el más leve incidente como desencadenante de la segunda guerra del opio

En 1856, un barco de dueños chinos que había partido de Hong Kong (recordamos, en posesión de los británicos, cuyos registros aduaneros no serían precisamente rigurosos) y era sospechoso de piratería y contrabando, fue registrado en el puerto de Cantón, donde se arrestó a doce tripulantes chinos. 

Los británicos aprovecharon este incidente para calificarlo como ”un insulto a la bandera” (ya ni se molestaron en buscar una excusa más elaborada) y se desató la Segunda guerra del Opio, que concluiría en 1860. 

En esta segunda guerra, se sumaron a la firma del tratado, además de Inglaterra, Francia, Estados Unidos y Rusia (estos dos últimos por cierto, ni siquiera participaron en la guerra)

La nueva derrota china propició unas condiciones más favorables aún para las potencias ganadoras

220px-China_imperialism_cartoonPara que os hagáis una idea de lo lucrativo y ventajoso que fue el narcotráfico y estas guerras para Gran Bretaña y las potencias ganadoras, imaginaros la inmensa cantidad de dinero que ganaron los comerciantes ingleses de opio para que, hoy en día, en pleno 2014, dos siglos después de aquellos conflictos, algunas de las empresas fundadas a raíz de aquel comercio todavía existen.

La primera de ellas, Jardine Matheson, fundada en 1832 por William Jardine,‘comerciante’ ingles de Opio instalado en Hong Kong. Todavía activa, la empresa es ahora un holding financiero con sede social en las Bermudas ( EJEM EJEM). 

El logotipo de la empresa representa una flor de Papaver Somniferum, la planta de la que se extrae el opio con el que levantaron su imperio.

351px-Jardine_Matheson_Holdings_logo.svg

La segunda quizás os suene más. Presente en todo el mundo, The Hong Kong and Shangai Banking Corporation HSBC, banco fundado en 1865 y que nunca ha ocultado que se fundó gracias a las enormes ganacias que obtuvieron del tráfico de opio y las tremendamente favorables condiciones que se dieron tras las guerras del opio para el comercio occidental. 

El banco con sede en Londres es la segunda empresa más grande del mundo en acciones.

Olympian_City_HSBC_Centre

Entre sus muchos nobles logros se encuentra haber sido reconocida como blanqueadora de dinero de los cárteles mexicanos y de otras organizaciones criminales de Rusia, Irán, Arabia Saudita y Bangladesh, así como estar implicada en la manipulación del LIBOR, un escándalo financiero con el que se apropiaron de miles de millones de dólares manipulando el tipo de interés con el que concedían préstamos por todo el mundo. 

Gracias a una multa de 1.920 millones de dólares, lograron evitar cargos en la investigación criminal y con ello se libraron los responsables de los delitos de responsabilidad penal.

La historia no se repite, pero rima

Como os podéis imaginar China quedó muy tocada tras estas dos guerras, cuyas condiciones de rendición les supuso una ruina económica tremenda y una desmoralización importante, al ver cómo sus leyes, sus normas y sus tradiciones fueron aplastadas de una forma tan rastrera y miserable. 

Estos ‘tratados injustos’ firmados tras las guerras del opio fueron una de las revindicaciones en la que haría hincapié el Partido Comunista Chino que, tras la Primera Guerra Mundial, ganaría una tremenda popularidad que le llevó al poder más adelante, donde cometería más atrocidades contra su población con tal de restaurar los agravios del pasado. 

Por mucho que uno no sea amante de la China actual, ni de sus métodos ni de sus actitudes (como es mi caso), con esta historia es fácil entender su desprecio hacia los occidentales y su celo en recuperar esa política económica proteccionista de antaño, tal y como están haciendo ahora.

China lleva varios años seguidos encadenado un superávit comercial. Como antaño, el gigante asiático vuelve a ser un mercado que exporta a toneladas, y su mercado interno le permite abastecerse a si mismo sin importaciones, a las cuales pone muchas trabas burocráticas y administrativas. 

Y esta vez, tienen un poderio energético, financiero y comercial que ninguna potencia militar se atreverá a plantarle cara. 

O tal vez sí, porque como hemos visto hoy, cuando una nación poderosa es incapaz de ganar la batalla mercantil, puede optar por las vías más violentas e inmorales con tal de no perder su poder…

A diferencia de lo que se repite en los textos, en los que se expone la guerra del opio como la primera gran guerra de las drogas, yo la señalaría como el enésimo caso de guerra de divisas

http://www.alitadepollo.net/4997-guerra-del-opio/

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro