Un asesor de Netanyahu pide a las potencias occidentales que no acaben con el Estado Islámico
JERUSALÉN.- Uno de los ideólogos más cercanos del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha escrito un artículo en el que pide a Occidente que no acabe con el Estado Islámico puesto que esta organización tiene más valor para Occidente viva. Además, recalca, el “gran enemigo” de Occidente es Irán, algo que, a su juicio, no se reconoce.
El profesor Efraim Inbar, director de BESA, el “centro de estudios estratégicos” de la Universidad ortodoxa Bar-Ilan de Tel Aviv, es un influyente académico que realiza trabajos de asesoramiento retribuidos para el gobierno de Israel, el ejército israelí y la OTAN, y sus opiniones cuentan con un gran ascendiente en la política exterior de Israel y Occidente con respecto a Oriente Próximo.
Otra de las estrellas del centro es Mordejai Cedar, un académico israelí que una vez defendió la violación como arma de guerra para ser utilizado contra las familias de los presuntos atacantes palestinos. En declaraciones a un programa de radio de Israel en 2014, dijo, “lo único que les disuade es si saben que su hermana o su madre serán violadas en el caso de que hayan sido capturadas. ¿Qué se puede hacer?, esa es la cultura en la que vivimos”.
“La existencia continuada del Estado Islámico sirve a nuestros intereses” y “puede servir como herramienta para socavar los planes de Irán, Hizbolá, Siria y Rusia”
“Barack Obama no quiere implicarse en Oriente Próximo y no creo que vaya a cambiar de actitud. Es cierto que está luchando contra el Estado Islámico pero simplemente lo hace para justificar su acuerdo con Irán.
Dice que quiere acabar con el Estado Islámico pero no envía tropas y se niega a reconocer que el principal problema de Occidente es Irán”, declara Inbar a Público.
El profesor está considerado una “autoridad en guerra y estrategias de Oriente Próximo” y colabora con numerosos “centros de estudios estratégicos” de todo el mundo, especialmente de Israel, Estados Unidos, Reino Unido y Australia, creando opinión en las esferas de influencia y de información.
Es director de BESA desde 1992 y ha recibido un sinfín de galardones, uno de ellos de la OTAN.
Su artículo titulado La destrucción del Estado Islámico es un error estratégico constituye el primer caso en que una personalidad israelí tan influyente defiende de manera abierta que Occidente mantenga vivo al Estado Islámico. Sin embargo, con anterioridad otros creadores de opinión israelíes ya se habían manifestado en esa línea.
“La existencia continuada del Estado Islámico sirve a nuestros intereses estratégicos” y “puede servir como herramienta para socavar los planes de Irán, Hizbolá, Siria y Rusia” para conquistar Oriente Próximo, escribe el director de BESA, un centro que afirma que su objetivo es profundizar en una “agenda sionista conservadora y realista”.
Según Inbar, Estados Unidos está cometiendo una “locura estratégica” al mostrar la inclinación de colaborar con Rusia contra el Estado Islámico y sin atender a que el gran problema de Occidente es Irán.
El gobierno de Netanyahu no se cansa de repetir esta posición, aunque el martes, el director de Mosad hasta el pasado mes de junio rechazó esta opinión.
Tamir Pardo, que mientras dirigió el Mosad no se cansó de repetir hasta la saciedad que Irán era el gran peligro para Israel y Occidente, ha dicho ahora, sólo unas semanas después de dejar el cargo, que el gran peligro para Israel no es Irán sino las derivas de la sociedad israelí que, en su opinión, pueden conducir a una “guerra civil”.
“Si una sociedad dividida cruza cierta línea, se puede llegar a una guerra civil en casos extremos. Me da miedo de que nosotros marchemos en esa dirección”, ha advertido Pardo, para quien la distancia entre la situación actual en Israel y un conflicto bélico interno es cada vez menor.
Sin embargo, el profesor Inbar sigue defendiendo la misma línea que Pardo antes de dejar el Mosad, que es la línea oficial, en el marco de la campaña de hasbara, es decir de “propaganda” contra Irán característica de todos los estamentos oficiales israelíes, desde el gobierno hasta el ejército pasando por los numerosos “centros de estudios estratégicos” financiados por el gobierno o el ejército.
Se da la circunstancia de que, como en el caso de Israel, el Estado Islámico es un mortal enemigo de Irán: ha matado a un gran número de chiíes en Irak y ha expulsado a otros de sus hogares en operaciones de limpieza étnica. Arabia Saudí, como Israel y el Estado Islámico, también considera que Irán, y no el Estado Islámico, es su peor enemigo.
Inbar, ante la idea de que la desaparición del Estado Islámico haría un Oriente Próximo más estable, sostiene que “la estabilidad no es un valor en sí mismo y sólo es deseable si sirve a nuestros intereses”
Una opinión ampliamente extendida en Occidente es que la desaparición del Estado Islámico haría un Oriente Próximo más estable.
Con respecto a este punto, Inbar sostiene que “la estabilidad no es un valor en sí mismo y sólo es deseable si sirve a nuestros intereses”, una declaración que coincide con las ideas de los ideólogos neoconservadores estadounidenses que se están aplicando en Oriente Próximo desde la invasión de Irak de 2003.
En su artículo, el profesor Inbar defiende que sería una buena idea prolongar la guerra en Siria, una posición que ya mantuvo un general israelí hace varios años cuando dijo: “Lo que hay en Siria no nos conviene; lo que va a venir tampoco nos conviene, así que lo mejor es que continúe el conflicto”. La guerra siria ha causado la muerte de cientos de miles de personas y ha desplazado a más de la mitad de la población del país.
Otro miembro destacado del Centro BESA, David Weinberg, ha respaldado las ideas expresadas por Inbar. En un artículo titulado ¿Debería desaparecer el Estado Islámico?, Weinberg sostiene que el Califato le interesa a Occidente ya que el Estado Islámico es “un tonto útil”. Este artículo se ha publicado en Israel Hayom, el diario del magnate judío americano Seldon Adelson que defiende las posiciones de Netanyahu.
Esta no es la primera vez que israelíes influyentes y poderosos han argumentado a favor de usar Estado islámico como una manera de atacar indirectamente a Irán. En enero, el ministro de Defensa, Moshe Yaalon, dijo en una conferencia que si tuviera que escoger entre Irán y Estado Islámico: “Escogería al Estado Islámico”. “Nuestro mayor enemigo es el régimen iraní”, aseguró entonces.
En la misma conferencia, el ex comandante del ejército israelí Yoav Galant argumentó que “el desarrollo de los lazos entre los aliados y los enemigos de Israel, ya que se unen para luchar contra Daesh representa una amenaza para Israel”, y que la alianza de facto entre Irán y varios países occidentales de para combatir ISIS en Siria e Irak “crea nuevos retos para Israel”.
Su lógica entonces, era muy similar a la de Inbar. Michael Oren, el ex embajador de Israel en EE.UU, dijo en 2014 que Israel quiere “dejar que el mal suní prevalezca” frente al “mal mayor” de Irán. Hablando como lo hacía en el contexto de una matanza de soldados iraquíes, parecía argumentar que Israel debería permitir que el “Estado Islámico” ganase.
Con todo, es muy similar a la estrategia de alianza tácita entre Israel y el grupo extremista conocido formalmente como el Frente Al-Nusra –
Publicado en SIONISMO
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