sábado, 24 de septiembre de 2016

La relación entre EE.UU. y el asesinato de líderes sociales en Honduras


Jorge Cabrera Reuters

La relación entre EE.UU. y el asesinato de líderes sociales en Honduras

Publicado: 24 sep 2016
El crimen de Berta Cáceres a principio de año fue el de mayor relevancia, pero tras el golpe de Estado en 2009 decenas de activistas han sido asesinados en Honduras.
Dana Frank, profesora de historia en la Universidad de California (Estados Unidos), ha publicado un artículo en el 'New York Times' en el cual vuelve a poner encima de la mesa el rol de EE.UU. en los crímenes políticos cometidos en Honduras. 
Frank, especializada en el estudio de la política de Washington hacia ese país centroamericano, recuerda el asesinato de la activista Berta Cáceres en marzo de 2016 y remarca la "política represiva" del Gobierno hondureño.
"Tuvo que morir asesinada Berta Cáceres para que, por fin, se abriera un debate público en EE.UU. sobre la financiación que la Administración Obama ofrece a las peligrosas fuerzas de seguridad de Honduras", señala esta analista.

Jorge CabreraReuters
Frank recuerda que, en junio, un grupo de congresistas estadounidenses propuso impulsar la llamada 'Ley Berta Cáceres para los derechos humanos en Honduras'. Esta normativa exigía suspender todo tipo de ayuda económica en materia de seguridad al país centroamericano. Sin embargo, la legislación no fue aprobada.
"Proporcionamos millones de dólares para asistencia en seguridad a Honduras, pero estas mismas fuerzas de seguridad se han creado para atacar y matar a activistas ambientales, laborales y de derechos humanos, como Cáceres, sin ninguna respuesta efectiva de las autoridades", declaró a 'The Guardian' el congresista Hank Johnson.

Asesinatos políticos sistemáticos

Apenas tres meses después de la muerte de Cáceres, Lesbia Yaneth Urquía, también militante del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh), apareció muerta.
Antes, un exsoldado de las Fuerzas Especiales del Ejército hondureño develó que Berta Cáceres estaba en una lista negra de su comando de élite, lo cual involucró de manera directa en el crimen a las autoridades militares y políticas de Honduras.
Lesbia Yaneth Urquía
Lesbia Yaneth UrquíaEdgard GarridoReuters
Dana Frank subraya que, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en lo que va de año han sido asesinados un mínimo de ocho activistas, que se suman a  las muertes violentas de periodistas críticos con el poder. En 2015 ya fueron asesinados 10 trabajadores de prensa, ubicando a Honduras en segundo lugar de esa clasificación latinoamericana, detrás de México.

Un país clave en la geopolítica estadounidense

"El golpe de Estado de 2009 contra Manuel Zelaya es, de alguna manera, el comienzo de una contraofensiva imperial, que estamos viviendo muy claramente en estos días", aseguró el periodista y analista internacional Fernando Vicente Prieto a RT.
De acuerdo con este columnista de TeleSUR, "durante todo el siglo XX Honduras fue un bastión para Washington en la región", "desde allí desarrolló la guerra de los Contras hacía la Nicaragua sandinista" y en el territorio posee "una de sus bases militares más importantes".

Jorge CabreraReuters
Prieto hizo hincapié en que "a partir de la desclasificación de documentos, salió a la luz que los asesores de la que fuera secretaria de Estado, Hillary Clinton, le plantearon la necesidad de reconocer que hubo un golpe en Honduras y de disminuir la ayuda" a ese país. Sin embargo, la actual candidata a la Casa Blanca "hizo lo posible para que ese golpe fuera exitoso" y lo legitimó "mediante unas elecciones controladas por el mismo régimen golpista".

La represión como herramienta de control

Fernando Vicente Prieto destacó que hoy "vemos una Honduras controlada por la extrema derecha", donde se da "un gran nivel de agresión de las transnacionales sobre el territorio". 
Al mismo tiempo, en el país se lleva adelante "una militarización al servicio de la geopolítica continental de EE.UU." y para "garantizar la represión interna mediante el asesinato de activistas de organizaciones populares, periodistas y todo aquel que se oponga a este modelo de neoliberalismo extremo".
Esta analista consideró que "EE.UU. tiene una responsabilidad fundamental en esta situación a pesar de que, como hace habitualmente, intenta camuflarla diciendo que es para el bien de Honduras" y denunció que "lo que ellos llaman ayuda humanitaria" es parte de un combo, que trae aparejado "la pérdida de soberanía, el control territorial y el establecimiento de gobiernos que se ponen en contra de la población".
"Por eso es un argumento muy hipócrita, justamente porque la ayuda de EE.UU. es a las transnacionales y al Gobierno golpista", concluyó Prieto.
Santiago Mayor en RT

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Nuevo “éxito” en Honduras después 
del golpe: ¿Fútbol con asesinos?

Posted: 24 Sep 2016


Respuesta Sonia Nazario: New ‘Success’ in Post-Coup Honduras: Soccer with Assassins?
Al leer artículo de opinión de Sonia Nazario el 11 de agosto de 2016 en el New York Times, titulado: 
“Cómo el lugar más peligroso del mundo se ha vuelto más seguro: Los programas financiados por los Estados Unidos están ayudando a transformar Honduras. ¿Quién dice que el poder estadounidense ha muerto?” [1]
Me sentí muy indignada por la construcción [de Nazario] de una Honduras imaginaria, una que “es más segura” con los programas de asistencia de Estados Unidos, y sentí la necesidad de contextualizar el sector de la Rivera-Hernández dentro de San Pedro Sula, Honduras y la trivialidad de su seguridad.
En primer lugar, Nazario toma el sector de la Rivera-Hernández fuera de su contexto histórico -un contexto en el que las huellas de los Estados Unidos, muy difíciles de ocultar, están profundamente arraigadas a su apoyo del mal gobierno y con ello a la corrupción de Honduras.- 
Al contar los relatos que ella ha elegido de forma selectiva, que no alcanzan cubrir la gran la realidad dominante en que la región está sumergida por la corrupción y la violencia que prolifera a lo largo y ancho de todas las esferas del gobierno, lo que al final de cuentas permite el régimen del narcotráfico y pandillas.
El sector de la Rivera-Hernández es parte de la interminable expansión del cordón de miseria de la ciudad de San Pedro Sula, poblada por aquellos que no podían permitirse el lujo de vivir en la ciudad, después de haber emigrado del campo a la ciudad, y terminado en los barrios de sectores periféricos como éste, u otros como él.  
Estos barrios alimentan la máquina maquiladora con mujeres jóvenes trabajadores para satisfacer las ventas de regreso a la escuela en los EE.UU., o las empacadoras de banano que suministran el desayuno de primera en el mundo.
Durante el huracán Mitch en 1998, en la Rivera-Hernández el agua alcanzó los tejados y muchas vidas fueron devastadas. 
Ahí, mi tío resistió el Mitch, que lo dejó con una enfermedad permanente de la piel y un profundo trauma después de haber perdido todo, incluso su casa. Mi prima también educó ahí en la escuela, y por muchos años pagó un impuesto de guerra a las pandillas, y los maestros han pagado “peajes” a los pandilleros para entrar y salir de la zona; la policía no hizo nada para evitar cualquiera de esas “transacciones comerciales” de las pandillas.
Al seleccionar sólo las mejores o más adecuadas historias bonitas de la Rivera Hernández, es como los políticos tradicionales escogen la cereza que está de acuerdo con ellos y eso hace la pieza de Nazario errar al afirmar que Honduras es “un poco más seguro” debido a los programas de asistencia de Estados Unidos, cuando todas las pruebas demuestran lo contrario. 
En general el país ha caído en un estado de anarquía e impunidad desde 2009, de hecho, en los periódicos locales todos los días hay noticias de asesinatos violentos en San Pedro Sula o Tegucigalpa. 
De acuerdo con los informes del Gobierno (Secretaría de Seguridad), de enero a julio, 917 personas fueron asesinadas. 
Una semana después de mi reciente visita a San Pedro Sula el mes de julio, cuatro mujeres transgénero fueron asesinadas, un organizador de la comunidad fue muerto, una mujer transexual huyó del país para escapar de las amenazas de muerte… todo ello a unas cuadras de distancia de donde me alojaba.
Encima de todo, esa misma semana la esposa del Presidente, fue citada diciendo que ella estaba enviando a su hija a los EE.UU. “de la manera regular no con un coyote”[2] (contrabandista de personas), dejando a la gran mayoría de los hondureños sentir que están viviendo en un universo paralelo donde el escape a los EE.UU. es más bien un deseo de muerte o una aventura. 
Claramente, esta élite hondureña, que representa el más alto cargo en la nación, simplemente no entiende el problema de la migración y los desafíos comunes y peligrosos que la mayoría de los potenciales migrantes o refugiados enfrentan en la obtención de visados y salvoconductos.
El artículo de Nazario no aborda las violaciones de los derechos humanos que plagan a Honduras, o los vínculos claros con los narcotraficantes de una amplia variedad de funcionarios del gobierno, que muchas veces hacen igualmente corrupto y barbárico cualquier negocio con ese gobierno putrefacto como pactar con las pandillas locales. 
Ella tampoco mencionó que para realmente detener la migración de hondureños a los EE.UU. se requieren cambios estructurales, junto con el regreso a sistemas democráticos participativos y prósperos, no controlados por la ayuda y vigilancia de Estados Unidos.
A pesar de la afirmación del embajador de Estados Unidos que el suministro de uniformes de fútbol y café para los funerales a través de grupos religiosos locales “no es caridad”, pero la contextualización de la Rivera-Hernández muestra eso, la caridad al estilo Estados Unidos, es decir, con una fuerte dosis de autointerés “americano”.  
Estos programas de asistencia proporcionan “servicios” que no conducen a la transformación real, sino más bien a la dependencia; esta es la caridad y una forma perdurable de oportunismo político practicado por los EE.UU. en la región y en el mundo después de su participación en desacreditar las instituciones de gobierno democráticas y la “reconstrucción” de los gobiernos en su propia imagen.
Honduras es lo que es ahora, un país violento plagado por la corrupción política y económica, debido a la política exterior de Estados Unidos, y en gran medida a la “virtud” de Hillary Clinton durante el golpe de Estado de 2009, y que encima de todo estimuló las vociferaciones inhumanas para deportar a los niños de América Central en la frontera.
Este artículo de Nazario trata de limpiar el involucramiento mortal de los EE.UU. en Honduras y la región, queriendo así borra efectivamente la historia. 
Los hondureños no necesitan más intervención de EE.UU., tienen que tener la libertad de elegir a un gobierno progresista, donde se escuchen las voces de los ciudadanos y que ellos se sientan parte del futuro y la ruta de su nación. 
En este momento, los ciudadanos hondureños están huyendo de una vida de inestabilidad generada por el golpe de Estado de 2009, y las políticas neoliberales impulsadas por el régimen de Juan Orlando Hernández. 
Mientras Nazario promueve pequeños programas caritativos como modelos de éxito que se necesitan en mayor número y alcance, la realidad es que Honduras seguirá con la misma violencia, a menos que haya una purga de funcionarios públicos corruptos, empezando por policías y militares contagiados y viciados.
Mientras que los funcionarios del ICE de Estados Unidos están viendo una disminución en los cruces fronterizos de Centroamericanos, ellos mismos reconocen que los números siguen siendo altos,[3] con 28,808 deportaciones este año.[4]  
No es porque los pequeños programas de caridad en Honduras están funcionando, que los números han disminuido, sino más bien debido a una mayor vigilancia policial y las detenciones en México, que está dando lugar a la desviación de los niños antes de que lleguen a los EE.UU. 
Los Estados Unidos están proporcionando fondos para que el gobierno mexicano deporte a los centroamericanos que cruzan la frontera, aunándose a ello el peligroso viaje a través de México, que se ha vuelto aún más costoso ya que las autoridades migratorias de México también se dedican a la explotación de menores. 
De hecho, las deportaciones de centroamericanos desde México aumentaron drásticamente a 118,000 de enero a septiembre de 2015. [5]
La migración de Honduras a los EE.UU. comenzó ya en la vuelta del siglo 20, alcanzando su máxima expresión después del huracán Mitch en 1998 y de las políticas neoliberales de los años 90 y principios de 2000. 
Pero su migración alcanzó niveles agudas posteriores al 2009. 
Los datos del Observatorio de la Violencia de la UNAH[6] muestra que en 2011, 2 años después del golpe de Estado, fueron los años más violentos en la historia. 
La escalada de violencia y la corrupción local llevó la migración forzada de las mujeres y los niños hasta la frontera entre Estados Unidos y México. 
El análisis sesgado de Nazario sobre los programas de asistencia de Estados Unidos a las iglesias, son los que están en alineados con la retórica de Juan Orlando Hernández, y más bien parece como un intento de validar la función del departamento de Estado de Estados Unidos en la desestabilización del país desde 2009.
Entre 2009 y 2013, después del golpe de estado que derrocó al presidente elegido democráticamente, el país se ha visto envuelto en escándalos de corrupción cada vez más profundos que conducen a los pasillos presidenciales y la escalada de flagrantes violaciones a los derechos humanos. 
En 2013, cuando Juan Orlando Hernández -un defensor de las políticas neoliberales en línea con las empresas transaccionales estadounidenses- se impuso en su camino hacia la presidencia, no por el voto popular, sino por el fraude, con lo que las violaciones de los derechos humanos aumentaron al igual que la violencia local en general, debido que dio vía al poder policial, asimismo a la policía y otras fuerzas militares en toda la región. 
El primer acto de Juan Orlando Hernández en el cargo fue la instalación de la policía militar, animado por la Embajada de Estados Unidos, que sólo sirvió para envalentonar a los abusos policiales y que aumentaron más violaciones de los derechos civiles y humanos en todo el país. 
En 2013, hubo un aumento de la violencia a un máximo de 90.4 por cada 100,000 personas, el más alto del mundo.[7]  
Con el fin de mejorar su imagen, el régimen de Juan Orlando Hernández ajustó en 2013 cómo los actos violentos debían ser reportados al Observatorio de la Violencia de la UNAH, los cuales ya no proporcionaban los datos en bruto de cada comisaría de policía, lo que cambiaron con un informe centralizado de la Policía Nacional en Tegucigalpa, la capital, que “resume” todas las muertes violentas del país al mes, un informe que a menudo se entrega tarde. 
Ahora, en lugar de tener estudiosos capacitados para descifrar los datos en bruto según lo informado por precinto, los datos se presentan por una agencia central de policía, con procesos obscuros y de poca confianza y credibilidad. 
Ensombreciendo los datos en bruto que sin duda los estudiosos pudieron analizar y generar números más acertados, de nuevo se enturbia la realidad. 
El informes de Nazario de que la violencia se redujo a 62 por ciento pueden ser un reflejo de la manipulación de esos números.
Honduras tiene un problema claro y bien conocido con la investigación y el enjuiciamiento de crímenes, incluyendo homicidios y sobre todo los incidentes por motivos políticos. 
Por otra parte, en el mejor caso la policía carece de formación en evaluación y notificación de las escenas del crimen. 
En el peor caso, la policía ha sido conocida por violar los reglamentos de aplicación de la ley y procedimientos, por ejemplo han manipulado escenas del crimen en sí y con muchos problemas reportados, como vimos en la escena del crimen de Berta Cáceres, y también las declaraciones incorrectas de cómo las escenas son catalogados y documentadas.  
En última instancia, la policía corrupta y la policía militar deben ser purgados de la fuerza. Esto no está sucediendo, dejando a los ciudadanos y defensores de los derechos humanos en peligro.
Para el caso cuando trabajaba en estrecha colaboración con un hombre activista transgénero en San Pedro Sula, sólo me trajo a la memoria la precaria situación que todos los días enfrentan los activistas sociales y organizadores. 
El activista ,me explicó que no podía denunciar toda la violencia diaria sin que la mismo tiempo su vida esté en peligro. 
A veces es mejor simplemente trabajar en estrecha colaboración con las unidades de investigación hasta que algo se pueda hacer, pero a menudo los casos siguen estancados. 
Él habla de su experiencia por la pérdida de miembros de su organización, algunos asesinados y otros que huyen y solicitan asilo por sus vidas.
En 2015 surgió evidencia de corrupción que comprometía a la oficina de Juan Orlando Hernández y su partido, el Partido Nacionalista, por el robo de más de 90 millones de dólares de la Administración de Seguridad Social, y pese a las protestas, él se mantuvo en el cargo sin ninguna investigación o enjuiciamiento oficiales. 
En lugar de ello, Hernández ha establecido un impuesto “obscuro” de seguridad  a los ciudadanos, del que no está obligado a informar a la gente cómo se implementan y utilizan esos fondos. 
Honduras no es más seguro. 
Es más bien una cortina de humo para permitirle continuar beneficiándose de la ayuda estadounidense, principalmente militar. 
Es terrible que Nazario esté echando porras a este gobierno asesino y corrupto.
Recientemente, estudiosos de Centroamérica analizan el discurso de dos caras de la campaña de Hillary Clinton sobre la cuestión del asilo a los refugiados centroamericanos, muchos de ellos niños, mujeres y personas LGBTI. [8]  
La frustración de estos estudiosos hace eco en toda América Latina, como la mayoría de los expertos y los estudiosos están de acuerdo en que los niños están huyendo de la violencia y la inseguridad económica y merecen refugio y asilo. 
No están mintiendo acerca de la violencia y la inseguridad económica que enfrentan. 
De hecho, las personas están siendo detenidos en México, enfrentando condiciones inhumanas de detención, para luego ser echados de regreso a la frontera con Honduras. 
Sólo para volver a intentarlo.
El artículo de Nazario proporciona un argumento neoliberal de un tibio apoyo, nada novedoso y de simple caridad, que deja de lado los cambios estructurales más profundos y necesarios en Honduras.
Si bien es encomendable y sin duda impactante que un líder Bautista de la comunidad esté trabajando en el campo de mejorar la misma, lo que no es una panacea para los grandes problemas, mucho menos un modelo integral para replicar en todo el país. 
Por último, la escabrosa, simplista y cuasi pornográfica forma de la brutalidad y violencia que describe Nazario al escribir, “pandilleros jugando al fútbol con la cabeza decapitada de alguien que han ejecutado”; o “un juego entre el equipo de Casa de la Esperanza y él de asesinos -20 sicarios o asesinos…” que supuestamente agotará a los pandilleros “por lo que ellos no van a matar a nadie esa noche” o no tendrán un cuerpo descuartizado en una cesta de bicicleta”; o que no harán “la violación de una joven durante varios días … y que grita mientras la destazan hasta la muerte, mientras su sangre se restriega del suelo”
- Estas son historias problemáticas ya que son escritas en detalles tan gráficos sólo para lograr el máximo efecto, “propagandístico, alarmar”.  
Ello da una pinta de que los hondureños son víctimas desesperadas y patéticamente deshumanizadas. 
A pesar de que Nazario escribe de una Honduras más segura, sólo se alimenta de la sangre y el terror que los hondureños y centroamericanos han conocido demasiado bien.
Los lectores son manipulados o conducidos a la fijación y fascinación de este tipo de violencia.  Peor aún, cuando ella dice “¡Miren!” que es mejor ahora… pero a la vez indica “Ve hacia otro lado, no hay nada que ver aquí-todo está mejor.”
Ese es exactamente el mensaje equivocado y contradictorio en el asunto. Alerto así a que ella y todos nosotros demos una mirada más profunda a dicha normalización de la violencia, a esa condición inherente del neoliberalismo y su violenta guerra de baja intensidad, lo que requiere un cambio real y fundamental. 
La violencia en Honduras no es insignificante; no se forra ni envuelve con los valores fantasmagóricos y su contra choque con el primer mundo, ni tampoco es cosa del pasado. 
El cambio que la gente necesita no se logra viendo una película de Disney en la esquina del barrio, ni jugando al futbol con “homicidas y asesinos”.
Suyapa Portillo
Pitzer College
[6] Universidad Nacional Autónoma de Honduras

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro