Paul Joseph Goebbels fue un político alemán que ocupó el cargo deministro para la Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich entre 1933 y 1945.
Uno de los colaboradores más cercanos de Adolf Hitler.
Sus adversarios políticos lo consideraron un peligroso demagogo y agitador de masas.
Sin lugar a dudas Goebbels fue uno de los individuos más oscuros, manipuladores y monstruosos que rodearon al dictador alemán; su final indica mucho de su perfil: se suicidó después de matar a sus seis hijos y a su mujer.
Pues bien, este personaje, siendo ministro de Hitler basaba su acción política en 11 principios de propaganda de los que posiblemente todos hemos oído hablar en algún momento, sobre todo del que deriva la famosa frase “Si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad”; algo totalmente vigente en nuestro país ya que muchos políticos lo utilizan con el mismo fin que lo utilizó Goebbels, y, aunque no con consecuencias tan graves, sí con el fin de llevarse “el gato al agua” sin mucho esfuerzo, simplemente indicando a sus seguidores o compañeros que repitan las consignas una y otra vez hasta que queden establecidas como grandes verdades.
Paso a analizar uno por uno dejando a vuestro libre criterio encajar o no en vuestro entorno cada una de ellas.
1- Principio de simplificación y del enemigo único.
Se intenta adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.
Lo que hoy llamamos la polarización en los diferentes procesos electorales ya que algunos consideran que diversificar no interesa, aunque sea lo más democrático.
2- Principio del método de contagio.
Reunir diversos adversarios en una sola categoría. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
Siguiendo con lo primero, polarizar, polarizar y polarizar los procesos y confrontaciones de índole social y política.
3- Principio de la transposición.
Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo con el ataque.
El también llamado “efecto espejo”, rasgo que la mayoría de los maltratadores utilizan contra las mujeres.
“No hay mejor defensa que un buen ataque” es a mi entender propio de cobardes.
El argumento es el sistema correcto para responder a un adversario político, lo demás no se trata más que de un burdo intento de anular la inteligencia de seguidores o votantes.
4- Principio de la exageración y desfiguración.
Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea en amenaza grave. Algo que vivimos constantemente en política.
La exageración de un hecho objetivo en principio sin consecuencias, tienden a convertirlo en el peor rasgo de su competidor.
5- Principio de la vulgarización.
Goebbels entendía que toda propaganda debía ser popular y populista, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida.
Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño tendría que ser el esfuerzo mental a realizar considerando que la capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa.
Deberíamos reflexionar e intentar localizar este tipo de mensajes que todos los días escuchamos con referencia a la actualidad política en diferentes ámbitos.
La manera de combatir el populismo y el mensaje fácil es la información; beber de más de una fuente es necesario para poder crearse un criterio propio y, aunque lo más fácil sea quedarse con el mensaje inicial, somos seres racionales dotados de inteligencia para discernir perfectamente, a poco que nos esforcemos, la verdad de la media verdad con fines manipuladores.
6- Principio de orquestación.
También consideraba este personaje, que la propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas.
“Si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad”. No hace falta explicar mucho más sobre este principio, es algo que todos sufrimos a diario y espero que la mayoría lo tenga identificado.
7- Principio de renovación.
Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa.
Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
Así es, cada día algunos y algunas son víctimas de acusaciones que reúnen las características de los Principios de Propaganda que utilizaba el régimen fascista de Hitler que por la rapidez con la que van surgiendo, por muchos intentos que se hagan para rebatir, pronto hay otra acusación o media verdad en el candelero que requiere respuesta rápida, pero ante semejante ataque es complicado hacer frente a todo.
8- Principio de la verosimilitud.
Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones fragmentarias.
La manera de hacer frente a este principio desde la mente inteligente de cualquier ciudadano es buscar ante la verosimilitud, la veracidad.
Insistiendo en que la información contrastada y el conocimiento en primera persona los hechos de manera directa o a través de quien nos ofrece confianza, es la manera de crearse un criterio propio lejos de las manipulaciones de las que somos objeto.
9- Principio de la silenciación.
Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
Lo vemos en los medios de comunicación, en redes sociales y hasta en grupos de WhatsApp. Se tapan las noticias positivas de unos publicitando de inmediato otras más impactantes -que no más importantes- de los adversarios políticos o de un tema que no viene a colación en ningún caso.
10- Principio de la transfusión.
Por regla general, decía Goebbels, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales.
Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
Nada que explicar, de esto tenemos ejemplos a diario.
11- Principio de la unanimidad.
Llegar a convencer a mucha gente de que piensa “como todo el mundo”, creando una falsa impresión de unanimidad.”
O dando imagen de “ganador o ganadora” en un proceso electoral o acontecimiento político, aunque la historia reciente nos demuestra que no es lo más efectivo.
Y como reflexión final termino parafraseando a Punset, “Aislamiento, control, incertidumbre, repetición del mensaje y manipulación emocional son técnicas utilizadas para lavar el cerebro.”
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