11 periodistas asesinados en lo que va de año sin ninguna condena de los medios occidentales
La mayor cifra de asesinatos después de la Revolución mexicana
El asesinato este martes del periodista mexicano de 29 años Juan Carlos Hernández Ríoseleva la cifra de corresponsales muertos en el país azteca a manos del crimen organizado a 11 en lo que va de año.
Hernández fue asesinado la noche del martes de un disparo, en el momento en el que salía de su casa Guanajuato. Los testigos confirmaron que el ataque lo realizaron dos hombres vestidos de negro que portaban armas de grueso calibre.
Inútil resultó la rápida intervención de los vecinos que acudieron en su auxilio para trasladarlo de urgencia al hospital, pues falleció durante el trayecto.
Juan Carlos Hernández Ríos contaba al morir con 29 años de edad y se desempeñaba como fotógrafo en el periódico La Bandera, portal de noticias de Guanajuato. Como en otros casos anteriores, durante los últimos meses el reportero había denunciado ante las autoridades que había recibido amenazas relacionadas con su trabajo de periodismo e investigación. Responsabilizaron por estas agresiones al gobierno municipal del Partido Verde Ecologista de México.
En ningún caso es posible aceptar que estas muertes sean producto del azar. Este asesinato forma parte de una espiral de violencia contra periodistas y activistas sociales que empezó en el marco de la “guerra contra el narco” y del empeoramiento de condiciones laborales de los trabajadores de prensa, amenazados por el crimen organizado y por las patronales.
En este sentido es preciso señalar que la inmensa mayoría de los periodistas asesinados son integrantes de medios alternativos o comunitarios.
Pero la preocupación de los trabajadores de la prensa mexicana no proviene proviene solamente de los sectores antes señalados. También desde el gobierno se atenta contra el ejercicio profesional de los periodistas.
Así lo hizo saber en junio pasado un informe publicado por The New York Times, donde se daba cuenta de que en México los teléfonos de periodistas, investigadores y defensores de derechos humanos habían sido infectados por un programa informático para ser espiados.
De acuerdo con el diario estadounidense, el programa conocido como Pegasus -que la firma NSO Group únicamente vende a gobiernos nacionales- permite un control a distancia de toda la información privada que se tenga en el móvil.
Estas han sido las razones por las que los trabajadores de prensa y medios independientes se han organizado para enfrentar la ofensiva contra las condiciones laborales del sector y los ataques contra periodistas y la inacción del Gobierno.
Sin embargo, aunque el país azteca viva –como reconocen varios analistas- “la peor crisis de violencia y violación de derechos humanos de su historia en cien años”, con la mayor cifra de asesinatos en un año -23.000- después de la Revolución mexicana, los medios occidentales no dicen sobre ello una solo palabra.
Por CARLOS RAFAEL RODRÍGUEZ / CANARIAS SEMANAL
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