domingo, 17 de septiembre de 2017

Los trastocados Objetivos de los Bancos Centrales

Los trastocados objetivos de los bancos centrales


El tema de la reunión del mes pasado de directores de bancos centrales de todo el mundo en Jackson Hole (Estados Unidos) tuvo poco que ver con la política monetaria. No es que "Fomentar una economía global dinámica" no sea importante. 
Pero es llamativo que también el Banco Central Europeo haya elegido, para su propia reunión anual, un tema igualmente "no monetario": "Inversión y crecimiento en los países avanzados".
No está mal que los bancos centrales analicen problemas en áreas como el crecimiento, el comercio internacional y la inversión. 
Pero a los bancos centrales se los hizo independientes, precisamente, para que pudieran hacerse cargo del objetivo propio de mantener la estabilidad de precios, cualquiera fuera la tasa de crecimiento subyacente de la economía. 
Así que, ¿por qué habrían de preocuparse por cuestiones externas en vez de concentrarse en su área de responsabilidad?
La respuesta parece ser que no pueden explicar muy bien lo que están haciendo ahora.
Las condiciones para la política monetaria hoy son muy favorables, particularmente para el BCE: basta echar un vistazo a la historia. 
Desde la creación de la Unión Económica y Monetaria (UEM) en enero de 1999, el Banco Central Europeo tuvo la responsabilidad exclusiva de determinar la política monetaria de aquella entidad (las monedas nacionales siguieron circulando hasta 2002, pero los tipos de cambio se fijaron en forma "irrevocable" a partir de 1999).
La tarea del BCE fue difícil desde el inicio. 
Al momento de la creación del euro, los mercados financieros globales estaban alterados por la crisis asiática de 1997 y la cesación de pagos de Rusia en 1998. 
El índice de volatilidad bursátil VIX llegó al 44 por ciento en agosto de 1998, y durante los primeros años de vida del euro, osciló entre el 25 y 30 por ciento (la cifra actual es cercana al 12 por ciento). 
Si bien el desempleo en la eurozona estaba en disminución, todavía andaba cerca del 10 por ciento, y se mantuvo por encima del nivel actual (9,3 por ciento) durante todo 1999.
La política monetaria también tenía que hacer frente a la herencia deflacionaria de la crisis financiera. 
Cuando se creó la eurozona, los precios venían creciendo a menos de 2 por ciento, y la inflación general no se movía del 1 por ciento. Esos dos importantes indicadores de la política monetaria son casi iguales ahora, pero los mercados financieros están mucho más estables.
En 1999, con inflación ligeramente inferior a la meta, alto desempleo y volatilidad financiera, el Consejo de Gobierno del BCE ni siquiera se planteó aplicar tipos de interés nulos o negativos, mucho menos políticas no convencionales. 
En cambio, su primera medida fue fijar la tasa de referencia principal en el 2 por ciento.
Más tarde, ese mismo año, el BCE recortó 50 puntos básicos la tasa de referencia, hasta un inédito (para entonces) 1,5 por ciento. Pero lo hizo solo para dar a la economía una oportunidad de recuperarse. 
Pocos meses después invirtió el rumbo: a fin de año volvió a llevar la tasa de referencia al 2 por ciento. 
Al año siguiente la subió al 3,75 por ciento, pese a que la inflación apenas había crecido unos pocos puntos básicos.
Hoy, el BCE tiene ante sí una situación mucho más cómoda. 
Si bien a la inflación le falta un trecho similar para llegar a la meta del 2 por ciento, el mercado laboral parece estar en mejor estado. ¿Pero es así? 
Suele darse por sentado que una recesión profunda induce a muchos de los desempleados a perder las esperanzas de encontrar empleo.
 Si muchas personas abandonaron el mercado laboral, que la tasa de desempleo vuelva a niveles anteriores a la recesión puede ser engañoso. Por eso este indicador se debe analizar en combinación con la tasa de participación en la fuerza laboral.
Según este criterio, la eurozona realmente está mucho mejor que en 1999. 
La tasa de participación es cinco puntos porcentuales más que entonces, así que parece evidente que hay menos trabajadores sin esperanzas de encontrar empleo que cuando recién se había creado la Unión Económica y Monetaria, de modo que no hay tanto potencial subutilizado en la economía.
En este contexto, no se entiende que el BCE siga insistiendo en que se necesitan políticas monetarias no convencionales (por ejemplo, tipos de interés negativos y mantener los programas de compra de bonos). 
Aunque hoy los pronósticos de inflación a largo plazo tal vez sean un poco más inciertos, ¿son algunos puntos básicos en unas (imprecisas) expectativas de inflación a largo plazo motivo valedero para una flexibilización cuantitativa a gran escala y una tasa de referencia 250 puntos inferior que la aplicada en un momento de mayor debilidad fundamental del mercado?
Esta incongruencia no sólo existe en Europa. También en Estados Unidos hallamos una combinación similar de cifras de inflación y desempleo hoy y hace veinte años. 
En 1999, con una tasa de inflación subyacente cercana al 2 por ciento y de desempleo inferior al 5 por ciento, la Reserva Federal consideró apropiada una tasa de referencia del 5 por ciento (y un balance "normal").
Hoy, la Reserva Federal mantiene la tasa de referencia por debajo del 1,5 por ciento (350 puntos básicos menos que en 1999) y postergó la reducción de su inflado balance.
En Japón, la inflación actual es mayor que después de la crisis financiera asiática; el nivel de desempleo es el más bajo de los últimos 50 años; y la tasa de participación en la fuerza laboral sigue alcanzando récords. 
Pero Japón, como Estados Unidos y Europa, insiste en una quijotesca tendencia a luchar contra molinos de viento deflacionarios, con tipos de interés ínfimos y compras masivas de títulos públicos.
Nadie discute que las autoridades de los bancos centrales quieran una economía global dinámica. 
Pero no es algo en lo que puedan influir mucho. 
En vez de debatir cuestiones que no tienen relación con ellos, deberían concentrarse en explicar por qué cambiaron tanto sus objetivos, y si no será hora de que vuelvan a ser los que eran.

---------------------------
Es muy fácil criticar omitiendo la verdad... 
de todo el mundo financiero es sabido que si los bancos centrales suben los tipos de interés las deudas soberanas y demás serían impagables y todo el sistema se iría al carajo.
Llevan ya años mareando la perdiz y al gente, con unas hipotéticas subida de los tipos de interés cuando ellos mismos saben que no pueden hacerlo.

Armak de Odelot

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro