¿Por qué el estrés es malo para tu cerebro?
El estrés, asociado a la vida moderna, puede ser el causante de trastornos mentales y enfermedades autoinmunes, dermatológicas y degenerativas, como la demencia.
Los expertos, entre ellos el doctor Juan Carlos Leza, de la Universidad Complutense de Madrid, coinciden en señalar que el mejor tratamiento es la prevención y que una vez que se padece, hay que intentar superarlo cuanto antes.
Los expertos, entre ellos el doctor Juan Carlos Leza, de la Universidad Complutense de Madrid, coinciden en señalar que el mejor tratamiento es la prevención y que una vez que se padece, hay que intentar superarlo cuanto antes.
Fatiga crónica
El término estrés significa cualquier experiencia interna de inestabilidad psicológica, como resultado de factores ambientales externos.
Esta enfermedad es una fuente de patología y produce efectos a corto, medio y largo plazo.
Además, puede dañar el cerebro a nivel molecular y desde ahí, extender su daño a través de las hormonas al resto del cuerpo.
Por tanto, el mejor tratamiento es prevenirlo y una vez que se padece, intentar superarlo cuanto antes.
Así lo consideran destacados especialistas en la materia, entre ellos tres investigadores del CIBERSAM
(Centro de Investigaciones Biomédicas en Red de Salud Mental): los doctores Celso Arango, del Hospital General Universitario
“Gregorio Marañón” y secretario de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB); Juan Antonio Micó, de la Universidad de Cádiz yJuan Carlos Leza, de laUniversidad Complutense de Madrid.
Esta enfermedad es una fuente de patología y produce efectos a corto, medio y largo plazo.
Además, puede dañar el cerebro a nivel molecular y desde ahí, extender su daño a través de las hormonas al resto del cuerpo.
Por tanto, el mejor tratamiento es prevenirlo y una vez que se padece, intentar superarlo cuanto antes.
Así lo consideran destacados especialistas en la materia, entre ellos tres investigadores del CIBERSAM
(Centro de Investigaciones Biomédicas en Red de Salud Mental): los doctores Celso Arango, del Hospital General Universitario
“Gregorio Marañón” y secretario de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB); Juan Antonio Micó, de la Universidad de Cádiz yJuan Carlos Leza, de laUniversidad Complutense de Madrid.
Entre las causas desencadenantes del estrés están las que alteran el equilibrio del organismo, el exceso de información, el daño, el aislamiento, la presión grupal y la frustración.
Su presencia se puede manifestar en varias etapas, desde los primeros síntomas de alarma derivados de la tensión muscular, a la etapa de resistencia con el síntoma de tensión psíquica. Si persiste en el tiempo, puede degenerar en agotamiento, con síntomas físicos somáticos.
Entre los síntomas psíquicos del estrés se encuentran el nerviosismo, la alerta, el insomnio, la falta de concentración y memoria, la irritabilidad, tristeza, falta de energía, disminución de la sociabilidad y desmotivación; y como manifestaciones físicas destacan la sensación de ahogo, rigidez muscular, pupilas dilatadas, tensión alta, úlceras, cefaleas, etc.
En cuanto a las consecuencias fisiológicas varían desde cerebro activado permanentemente para la acción, sentidos alerta, hormonas, aceleración del pulso, respiración más profunda y músculos tensos, entre otros.
Si esta situación se prolonga, puede desembocar en un trastorno de ansiedad.
Su presencia se puede manifestar en varias etapas, desde los primeros síntomas de alarma derivados de la tensión muscular, a la etapa de resistencia con el síntoma de tensión psíquica. Si persiste en el tiempo, puede degenerar en agotamiento, con síntomas físicos somáticos.
Entre los síntomas psíquicos del estrés se encuentran el nerviosismo, la alerta, el insomnio, la falta de concentración y memoria, la irritabilidad, tristeza, falta de energía, disminución de la sociabilidad y desmotivación; y como manifestaciones físicas destacan la sensación de ahogo, rigidez muscular, pupilas dilatadas, tensión alta, úlceras, cefaleas, etc.
En cuanto a las consecuencias fisiológicas varían desde cerebro activado permanentemente para la acción, sentidos alerta, hormonas, aceleración del pulso, respiración más profunda y músculos tensos, entre otros.
Si esta situación se prolonga, puede desembocar en un trastorno de ansiedad.
Por otro lado, el estrés puede variar además según sea el entorno que lo causa, su duración, la intensidad de éste y las consecuencias clínicas.
Por la naturaleza del entorno, cabe distinguir el “síndrome del quemado” o mobbing en el contexto laboral; tener padres mayores, enfermos crónicos o hijos problemáticos, en el entorno familiar; tener altas expectativas, incapacidad, abuso, acoso, exceso de responsabilidad o agendas cargadas en el terreno escolar; y además están los clásicos problemas económicos o con los vecinos, por ejemplo, en el ámbito social.
Por la naturaleza del entorno, cabe distinguir el “síndrome del quemado” o mobbing en el contexto laboral; tener padres mayores, enfermos crónicos o hijos problemáticos, en el entorno familiar; tener altas expectativas, incapacidad, abuso, acoso, exceso de responsabilidad o agendas cargadas en el terreno escolar; y además están los clásicos problemas económicos o con los vecinos, por ejemplo, en el ámbito social.
Si consideramos el estrés desde la perspectiva de la duración del estresor, se habla de estrés agudo cuando deriva de un acontecimiento puntual, como puede ser una muerte, una separación o un accidente.
El estrés se convierte en crónico si la situación estresante se prolonga en el tiempo; ejemplos de esto son el ya citado “síndrome del quemado” o el acoso escolar.
El estrés se convierte en crónico si la situación estresante se prolonga en el tiempo; ejemplos de esto son el ya citado “síndrome del quemado” o el acoso escolar.
En cuanto a la intensidad del estresor, se pueden encontrar diferentes tipos de estrés:leve, coincidiendo con una gripe, una época de más trabajo o la enfermedad de un compañero; moderado, producido por un vecino problemático o la muerte anunciada de un familiar mayor; o bien grave, producido por una catástrofe, un atentado terrorista o una violación, por poner algunos casos de situaciones estresantes de diferentes niveles.
Dependiendo de las consecuencias clínicas el estrés puede ser causante de patologías, desencadenante de las mismas o bien perpetuarlas.
Atendiendo a esta clasificación, puede ser la causa de patologías agudas, como los trastornos adaptativos, en los que hay estresor agudo e intensidad moderada.
En estas situaciones se presentan síntomas de ansiedad, depresión, conductuales o bien mixtos, que son leves y recortados en el tiempo y no duran más de unos meses.
Atendiendo a esta clasificación, puede ser la causa de patologías agudas, como los trastornos adaptativos, en los que hay estresor agudo e intensidad moderada.
En estas situaciones se presentan síntomas de ansiedad, depresión, conductuales o bien mixtos, que son leves y recortados en el tiempo y no duran más de unos meses.
Pero también el estrés puede ser causa de patologías subagudas, como los trastornos por estrés postraumático (en los que hay un estresor muy agudo y muy grave, con síntomas intensos al cabo de mese y persistentes en el tiempo, con duración indefinida) y los trastornos afectivos, que son la prolongación del trastorno adaptativo por intensidad o duración del estresor o vulnerabilidad del sujeto. Los síntomas persisten más de 6 meses.
Finalmente, el estrés puede dar origen también a patologías crónicas,
como el síndrome de
fatiga crónica, fibromialgia y trastornos somatomorfos ,
en los que el estresor es crónico y leve a moderado y los síntomas permanecen durante largo tiempo.
como el síndrome de
fatiga crónica, fibromialgia y trastornos somatomorfos ,
en los que el estresor es crónico y leve a moderado y los síntomas permanecen durante largo tiempo.
Por otro lado,
el estrés puede desencadenar patologías en el propio individuo, como son
los trastornos mentales (episodios depresivos, maníacos y psicóticos),
las enfermedades autoinmunes (lupus, espondilitis anquilopoyética y colitis ulcerosa)
y las enfermedades dermatológicas (psoriasis y dermatitis en general),
así como las enfermedades degenerativas como las demencias.
el estrés puede desencadenar patologías en el propio individuo, como son
los trastornos mentales (episodios depresivos, maníacos y psicóticos),
las enfermedades autoinmunes (lupus, espondilitis anquilopoyética y colitis ulcerosa)
y las enfermedades dermatológicas (psoriasis y dermatitis en general),
así como las enfermedades degenerativas como las demencias.
Según los expertos, para superar el estrés lo mejor es evitarlo con modos sanos de vida, comunicarlo, resistirlo creyendo en uno mismo, limitarlo y tratarlo con ayuda profesional.
Una vez que se padece, hay que intentar superarlo lo antes posible, pues cuanto más se prolongue en el tiempo más patologías puede desencadenar llegando a perpetuarlas.
+ información:
» CIBERSAM (Centro de Investigación Biomédic en Red de Salud Mental)
Hospital Gregorio Marañón.
Pabellón de Gobierno 1ª Planta | Dr. Esquerdo 46 | 28007 Madrid
María Miret García
Responsable de Comunicación y Marketing
TLF. 91 5570812
comunicacion@cibersam.es
Hospital Gregorio Marañón.
Pabellón de Gobierno 1ª Planta | Dr. Esquerdo 46 | 28007 Madrid
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» Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB)
Nuria Salas/ Eva Manzano/ Cristina Robledano.- tel. 91 702 10 10
Nuria Salas/ Eva Manzano/ Cristina Robledano.- tel. 91 702 10 10
Autor:
» Prof. Juan Carlos LezaDepartamento de Farmacología
Facultad de Medicina
Universidad Complutense de Madrid
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Universidad Complutense de Madrid
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