Las plantas transgénicas producen proteínas distintas a lo que era de esperar.
Entrevista al Dr. Thierry Vrain
El Dr. Thierry Vrain, exbiólogo del suelo y científico genético, trabajó en el Ministerio de Agricultura de Canadá durante 30 años.
Fue designado portavoz de seguridad de los cultivos transgénicos.
Desde que se retiró hace 10 años, después de reconocer las pruebas científicas que antes ignoraban los promotores de la Industria Biotecnológica y las Agencias de regulación del Gobierno, el Dr. Vrain ha cambiado su posición y ahora advierte de los peligros de los transgénicos.
Tsiporah Grignon: ¿ Se produjo algún acontecimiento crucial
para que cambiase su posición sobre los transgénicos?
Dr. Thierry Vrain: Como científico que trabajaba para
el Gobierno, yo no cuestionaba el status quo ni los dogmas.
Hacía mi trabajo y fui la persona designada por el Instituto para tranquilizar al público, de modo que estaba muy ocupado.
Cuando me jubilé, mi esposa y yo comenzamos a cultivar una granja ecológica, y fue cuando empecé a descubrir nuevas cosas sobre la biología del suelo, algo que nunca me habían enseñado en la escuela de posgrado.
Al no estar en nómina, pude leer diferentes fuentes y mirar
la Ingeniería Genética desde otro punto de vista.
Así fue como me di cuenta de que los transgénicos
no eran ni perfectos ni pintaban un mundo de color rosa.
Tsiporah Grignon: Es asombroso que la gente no cuestione la idea de alterar el ADN.
Cuando Monsanto y otras empresas afirman que un organismo modificado genéticamente es sustancialmente equivalente a las planta convencional, no dejo de pensar en lo ilógico de esto, porque
cuando se altera el ADN, la planta entera se altera.
No es lo mismo, y ciertamente no es algo natural.
Dr. Thierry Vrain: Eso depende de su visión del mundo.
Como científico, cuando se añade el gen de una bacteria a una planta o un gen vegetal a un pez, o un gen humano al maíz, o se cultivan 10.000 hectáreas de maíz para producir insulina, lo considero un progreso.
Así que si una planta tiene un gen bacteriano, todavía se parece mucho a una planta de tomate. Mucho se podría decir sobre el sabor de ese tomate, pero es fácil creer en la equivalencia sustancial.
Tsiporah Grignon: ¿Qué piensa de las afirmaciones de la Industria Biotecnológica al decir que tiene respuesta a la alimentación en el mundo, con el aumento del rendimiento de los cultivos y la disminución en el uso de pesticidas y herbicidas, y la disminución en los costes?
Dr. Thierry Vrain: Charles Benbrook ( Corrección de GMWatch: debe referirse al Dr. Doug Gurian-Sherman), jefe de la Unión de Científicos Preocupados de California, que elaboró las estadísticas de la USDA para comprobar el aumento de los rendimientos, y descubrió que no hay aumento en el rendimiento, y de hecho, hay una ligera disminución, ya que algunos cultivos transgénicos no son tan buenos como los cultivos convencionales. El uso de herbicidas está aumentando.
Los agricultores también están preocupados por la aparición de malezas resistentes a esta tecnología. Los herbicidas usados en los cultivos transgénicos resultan inútiles cuando las malas hierbas se vuelven resistentes.
Esto ya fue predicho hace 25 años. Lo mismo ocurrió con la resistencia de los insectos. […] Ahora se anima a los agricultores a rociar insecticidas en los cultivos BT para que los insectos no se hagan resistentes a la tecnología de la Ingeniería Genética… ¡Es una locura!
Tsiporah Grignon: Como biólogo del suelo, ¿cuáles
son los efectos de los cultivos transgénicos en el suelo?
Dr. Thierry Vrain:
Roundup (el herbicida de Monsanto) es un quelante,
de modo que retiene el manganeso, el magnesio
y algunos otras minerales, así que
la planta, básicamente, se muere de hambre.
Es posible que también se las prive de otras sustancias necesarias, pero no creo que esté documentado.
Tsiporah Grignon: ¿Ha leído la investigación del Prof. Huber sobre el glifosato, el principal ingrediente activo del herbicida Roundup de Monsanto?
Dr. Thierry Vrain: Don Huber estudió el efecto de Roundup en la disminución de los nutrientes en la planta.
Pasé un tiempo con él hace dos años, así que estoy bastante familiarizado con lo que ha escrito.
Es interesante constatar el efecto de la planta modificada genéticamente en el suelo.
La planta modificada genéticamente es una planta con un nuevo gen que se ha insertado en algún lugar
y por lo general con un gen que la dota de un nuevo rasgo, por ejemplo, un gen bacteriano que produce una proteína que mata a las orugas.
Pero se trata de un proceso aleatorio.
Usted necesita una forma de insertar ese gen en la planta.
Y hasta hace poco, la manera de hacerlo era insertar otro gen, un gen resistente a los antibióticos, por lo general genes bacterianos.
Y ese gen de resistencia a los antibióticos se encuentra en el genoma, por tanto en las raíces,
de modo que puede ir al suelo, y ser recogido por la bacterias del suelo.
Hay una publicación en China, de la Universidad de Sichuan, en la que
los investigadores demuestran
que todos los ríos de donde se cogió agua
contenían genes de resistencia a los antibióticos,
que con toda probabilidad
provenían de las plantas transgénicas cercanas.
Tsiporah Grignon: ¿Qué descubrió el Proyecto del Genoma Humano?
Dr. Thierry Vrai:
En todas las células de todos los organismos vivos
se encuentran los tres principales tipos de moléculas:
hidratos de carbono, que se producen por fotosíntesis
en las plantas gracias a la radiación solar,
los lípidos y las proteínas.
Los hidratos de carbono y los lípidos no se mueven,
sino que se asientan en un lugar.
Las proteínas hacen el trabajo porque se desplazan.
Cada molécula de proteína se puede mover, y de ese movimiento se puede obtener algo.
Esa molécula puede provocar una reacción en otras moléculas y afectar a la célula.
Eso es lo que hacen las proteínas.
Las proteínas son las que dan vida, porque la vida es movimiento.
Así que cuando se quiere diseñar una planta,
lo que realmente se está haciendo
es Ingeniería de una proteína,
para que esa proteína haga algo nuevo en la planta,
tales como la resistencia a herbicidas o a los insectos.
El Proyecto Genoma Humano finalizó en 2002.
Se tardaron 10 años en obtener la secuencia de todo el genoma de una persona.
Todo el genoma está descifrado.
Fue algo muy importante, ya que las funcionen del cuerpo humano son mantenidas por cerca de 100.000 proteínas.
Ya se conocía desde la década de 1940
que el ADN sintetiza proteínas, y la hipótesis de esa década
era que cada gen sintetizaba una determinada proteína.
Así que si tenemos 100.000 proteínas en nuestro cuerpo, deberíamos tener 100.000 genes o más.
Pero cuando se completó el Proyecto del Genoma Humano, nos dimos cuenta de que sólo teníamos 20.000 genes en nuestro cuerpo.
¿Y 20.000 genes pueden producir 100.000 proteínas?
Las matemáticas no cuadran y eso es a lo que me refiero.
De hecho, en 2002, el dogma de una gen una proteína se
terminó, y se vio que las cosas no funcionan de esa manera.
Lo que hemos descubierto es que
el genoma de cualquier organismo vivo
es un ecosistema mucho más complejo, en el que el 95%
del ADN regula el otro 5% que codifica las proteínas.
El resto no tenemos ni idea de cómo funciona.
Cuando estaba en la Universidad, y cuando más tarde
fui Ingeniero Genético, se le denominó ADN basura.
Cuando un Ingeniero Genético pone un gen extraño en una planta, ese gen va a producir una proteína, gen que puede ir a cualquier parte de la planta, ya que no hay control sobre ello.
Puede ir a cualquier parte del genoma, a cualquier parte del cromosoma.
Y ese gen está ahora bajo una secuencia reguladora que no estaba regulada naturalmente con anterioridad.
Hay un buen número de estudios que muestran ahora
que las plantas transgénicas producen
unas proteínas que son muy diferentes de las proteínas
que se esperaban, llamadas proteínas anormales.
Esas proteínas pueden funcionar como proteínas que matan
las orugas, por ejemplo, pero puede que no. Son proteínas
diferentes, y esas diferencias no se han estudiado.
El dogma sería:
usted inserta un gen y obtiene la proteína que desea.
Tanto es así, que las agencias de regulación, cuando quieren poner a prueba la seguridad de los cultivos transgénicos, todo lo que necesitan es mostrar que la proteína que se insertó en la planta es segura, pero no prueban la nueva proteína que en realidad se ha creado en la planta.
Tsiporah Grignon:
Entonces, estas secuencias no deseadas
ni siquiera se observan, se ignoran por completo.
Dr. Thierry Vrain: Totalmente.
Tsiporah Grignon: Entonces,
¿cómo se puede decir que los transgénicos son seguros?
Dr. Thierry Vrain:
Antes de que finalizase el Proyecto Genoma Humano,
un gen una proteína, esa era la teoría.
Los científicos pensaban que simplemente
se cogía un gen de una bacteria y se ponía en otra bacteria,
y así se obtenía la proteína deseada.
De ahí que se considerase sustancialmente equivalente.
Tsiporah Grignon:
¿Se han ignorado
los resultados del Proyecto Genoma Humano?
Dr. Thierry Vrain: Creo que las consecuencias del Proyecto Genoma Humano son convenientemente ignoradas.
Tan pronto como se empiece a cuestionar esto,
que puede
haber más proteínas en la planta que las deseadas,
usted coge los reglamentos de la FDA, que son muy claros:
si usted pone en el mercado algo
que no es sustancialmente equivalente,
algo que es diferente, algo que tiene una nueva proteína
o proteínas algo diferentes, o los nutrientes son diferentes,
entonces de modo automático se deben hacer estudios.
Desde 1996,
ha renunciado por completo a esta responsabilidad,
diciendo que son sustancialmente equivalentes,
alegando que no hay diferencias, de modo que las empresas
ni siquiera tienen que hacer prueba alguna de seguridad.
Las grandes empresas de Biotecnología
compran Tribunales, Gobiernos y Parlamentos (Parte II)
Tsiporah Grignon:
En el documental “El mundo según Monsanto”
se expusieron las puertas giratorias
entre la Industria Biotecnológica y los Gobiernos.
Thierry Vrain: He leído que
al Dr. Shiv Chopra le ofrecieron un millón de dólares
a cambio de que cerrase los ojos en el asunto
de la hormona de crecimiento bovino recombinante (RGBH),
pero se negó y fue despedido por no callarse.
(Nota del editor de GMWatcfh: Los doctores Shiv Chopra, Margaret Haydon y Gérard Lambert fueron los científicos despedidos del Servicio de Salud de Canadá por insubordinación en el año 2004, después de haber manifestado públicamente serias reservas sobre la aprobación de estos productos al creer que se producirían daños en la cadena alimentaria y eso iba a repercutir en la salud de las personas.
Tiene previstas el Dr. Vrain una serie de conferencias por Canadácon el Dr. Chopra, actualmente en fase de planificación, pero que seguramente sean en la segunda quincena de noviembre).
Tsiporah Grignon: ¿Sigue en contacto con alguno de sus colegas de de Ingeniería Genética y son conscientes de su giro?
Thierry Vrain: No, y uno se da cuenta ahora cómo los científicos ignoran las principales fuentes de información.
Tsiporah Grignon: ¿
Cómo pueden los científicos actuar de forma independiente
cuando su sueldo depende
de apoyar o no un determinado punto de vista?
Thierry Vrain: Cuando empecé hace 30 años, trabajé como asistente técnico en un laboratorio y con un presupuesto muy escaso, y básicamente consistía en trabajo de laboratorio y en la publicación del mayor número posible de artículos.
En aquella época decíamos: publicar o perecer.
Pero hace 25 años, la cosa cambió.
Cuando empecé
no se permitía el patrocinio de las Corporaciones.
No se podía acudir a Monsanto y decir: “¿Está usted interesado en que haga un trabajo para usted en mi laboratorio a cambio de una pequeña subvención?”.
Pero hace 25 años, eso se permitió
y alentó la financiación por parte de las empresas.
Cuanto más interesada estuviese la Industria en el proyecto, más dinero entraba.
Eso quería decir que se estaba haciendo un buen trabajo, de modo que con los fondos adicionales el Gobierno no tenía que aportar fondos para el laboratorio.
Y poco a poco se convirtió en algo normal, y había
grandes cantidades de dinero para la Biología molecular.
Otros se quejaron de que todo el dinero iba hacia la Biología molecular en los años 80 y principios de los noventa.
No sólo eso, si se realizaba un buen proyecto los resultados se podían patentar. Así que de publicar o perecer pasamos a patentar y hacerse rico.
Ahora muchos científicos reciben subvenciones
de las empresas de Biotecnología.
Cuando se consigue una subvención de un millón de dólares, se tienen cinco estudiantes de posgrado, tres doctores y un gran laboratorio, ahora es usted un gran profesor porque tiene un laboratorio enorme y mucho dinero que fluye.
Pero si publicase resultados
que no fuesen aceptables para empresas como Monsanto,
las ayudas de las Corporaciones se iban a cortar.
Tsiporah Grignon: He leído en “Semillas de la decepción” sobre la inserción aleatoria de genes, ya que no hay forma de ser preciso, lo que usted ya ha confirmado anteriormente. Entonces, ¿por qué los científicos afirman que alteran genéticamente con precisión la naturaleza?
Thierry Vrain: Por dinero. Es muy importante para la empresas de Biotecnología acallar los estudios que no confirman su línea corporativa o cuestionan la seguridad. Pero aún es más sencillo. La mayoría de los inversores en las empresas de Biotecnología lo que quieren es ganar dinero… eso es lo fundamental. Si pueden llegar muy lejos con las ventas, ¿por qué no hacerlo?
Tsiporah Grignon: ¿Se siguen saliendo con la suya?
Thierry Vrain: Se siguen saliendo con la suya.
Usted puede cuestionar lo que hacen, usted puede intentar evitar los transgénicos, y quizás estemos desgastando un poco a estos gigantes.
Pero en realidad,
con toda franqueza,
ya que no tienen vergüenza,
compran Tribunales, Gobiernos y Parlamentarios.
Tsiporah Grignon: Pero no dominan absolutamente todo, por ejemplo en Europa, donde hay una fuerte resistencia.
Thierry Vrain: No, no dominan toda Europa, pero seguro que lo intentarán.
Son cinco los países en todo el mundo que acaparan
la totalidad de los cultivos transgénicos:
India, Argentina, Canadá, Estados Unidos, Sudáfrica.
Y quizás un par de ellos más,
y son 20 los países que no exigen el etiquetado
por la presencia de transgénicos en los alimentos
y no imponen ningún tipo de restricciones.
Si se etiquetasen no habría más transgénicos,
porque la gente no los quiere.
Tsiporah Grignon: En Canadá estamos luchando por detener
la alfalfa transgénica o la manzana que no se oscurece.
Thierry Vrain: La manzana que no se oscurece comenzó a desarrollarse en mi laboratorio, en Summerland.
Alguien tuvo la brillante idea de cómo podíamos ganar dinero.
Estábamos en el país de la manzanas, así que ¿ qué tal si silenciábamos el gen que oscurece las manzanas y conservan su aspecto?
Sin embargo, los productores están en contra de ella y los productores ecológicos están en pie de guerra.
Tsiporah Grignon:
Usted ha hecho referencia a un estudio de 120 páginas
titulado “Mitos y Verdades sobre los transgénicos”,
que fue hecho público en junio de 2012.
Thierry Brain: Es un documento que fue elaborado por Ingenieros de genética, Dr. Michael Antoniou y el Dr. John Fagan con Claire Robinson, periodista de investigación.
Consiste en una recopilación de artículos e informes de los Gobiernos, la mayoría de los cuales cuestionan la seguridad de los transgénicos.
Fue publicado en junio, por lo que el estudio de Séralini todavía no había aparecido.
Representa una gran cantidad de trabajo, la mayoría realizado por laboratorios independientes de Europa, y se asegura que los cultivos transgénicos no pueden dan mayor rendimiento.
Entra en lo que yo denomino contaminación genética;
los cultivos transgénicos liberan su polen y los genes
al medio ambiente, ya se trate de bacterias u otras plantas.
Tsiporah Grignon: Si tiene genes Terminator, ¿polinizan?
Thierry Vrain: Los genes Terminator forman parte de una tecnología de interferencia en la que las semillas o el polen se vuelven no fértiles.
Tsiporah Grignon:
O sea, ¿que es posible transmitir la infertilidad?
Thierry Vrain: Sí, lo es. Este es el motivo por el que muchas personas están preocupadas. Imagínese si usted tiene un campo de maíz con el gen de la infertilidad y se extiende por toda la superficie agrícola y se transmite a otros cultivos.
Tsiporah Grignon: En otras palabras, el polen de una planta Terminator puede convertir a otra planta también en Terminator…
¿ Eso podría ser el fin de la vida en la Tierra
tal y como la conocemos?
Thierry Vrain: Ese fue el motivo por el que se detuvo a Monsanto, que quería probarlas y comercializarlas.
Los cultivos transgénicos están patentados,
de modo que las empresas no quieren que la gente tenga
sus propias semillas, los agricultores las suelen guardar,
ya que el titular de la patente pierde dinero.
Usted tiene que comprar las semillas año tras año. Al ser las semillas estériles, nadie conserva estas semillas. Estamos hablando de hambre… otra locura.
Pero Monsanto ha adquirido la tecnología Terminator y puede volver a intentarlo.
Tsiporah Grignon: La gente interesada en alimentos de calidad y en su cultivo, ¿tiene esperanzas?
Thierry Vrain: Mi esposa tiene un herbolario… porque creemos que una dieta saludable es muy importante. Existe una conexión entre lo que comemos y lo que somos. Si vas a la tiende y compras la comida más barata llena de calorías pero con pocos nutrientes, entonces vas a enfermar.
Conclusión
Esta conversación con un antiguo informante de los transgénicos fue muy aleccionadora.
Ahora conocemos verdades incómodas sobre los transgénicos y la empresas de Biotecnología, que se benefician de ellos.
En esta entrevista, nos enteramos de que la Ingeniería Genética es muy imprecisa, carece de pruebas de seguridad, que los cultivos transgénicos contaminan otros cultivos, y la forma en que el mundo científico se pudre por el dinero.
El Dr. Thierry Vrain cambió
y ahora es un agricultor ecológico.
Se dio cuenta de que la forma de alimentar al mundo es la de crear y apoyar las explotaciones sostenibles, trabajando conforme a la naturaleza.
Es nuestro deber detener este crimen biotecnológico contra la naturaleza.
Infórmese y participe. No estamos solos.
Millones de personas están llamadas a participar en el Día Mundial de Acción contra los transgénicos en más de 600 ciudades de todo el mundo el próximo 12 de octubre.
Es el mayor evento en la historia para oponerse a la empresas de Biotecnología:
Más información aquí
Información
Libre de Transgénicos y Greenpeace Vancouver han publicado “Alimentos modificados genéticamente y salud humana”, donde comparten preocupaciones sobre los alimentos modificados genéticamente.
El Dr. Thierry Vrain es un ex científico genético del Departamento de Agricultura de Canadá, durante 30 años; el Dr. Chopra es un científico que trabajo en el Servicio de Salud de Canadá durante 35 años, un protector incansable de los alimentos en todo el mundo.
Los nuevos transgénicos necesitarán más agrotóxicos
ECOagricultor el 26 septiembre, 2013
Al contrario de lo que prometen las empresas: Los nuevos transgénicos necesitarán más agrotóxicos, y más dañinos
Un estudio científico encontró alteraciones en el ADN de trabajadores de la soja expuestos a agrotóxicos de la localidad de Espumoso, en Rio Grande do Sul, uno de los estados de Brasil en que el cultivo de la oleaginosa está más extendido.
A finales de agosto de 2007 Dow AgroSciences, subsidiaria de la estadounidense Dow Chemical Company, prometió un maíz Bt con tolerancia al herbicida 2,4-D para 2012 y una nueva versión de soja transgénica entre 2013 y 2014.
El director ejecutivo de Dow AgroSciences, Jerome Peribere, sostuvo entonces que “la rápida adopción de los eventos tolerantes al glifosato en los últimos años, tecnología desarrollada por la estadounidense Monsanto, promovió de manera creciente situaciones de resistencia a ese herbicida en malezas clave”.
Lo que molesta en realidad a Dow es la expansión de la soja de Monsanto, tolerante al glifosato, que en cierta manera le quitó participación a sus propios herbicidas.
Además de competir con Monsanto, Dow apunta a ofrecer nuevos herbicidas más poderosos que el glifosato, como el 2,4D y el glufosinato de amonio.
En marzo de este año, Dow solicitó la aprobación del cultivo comercial de la soja DAS-44406-6, modificada genéticamente para resistir aplicaciones de los agrotóxicos 2,4-D, glufosinato de amonio y glifosato, en Estados Unidos, Argentina, Brasil y Canadá, y la aprobación de las importaciones de ese producto en Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Unión Europea, Japón, Sudáfrica, Corea del Sur y Uruguay.
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Australia, Nueva Zelanda, Japóny Sudáfrica aprobaron el pedido, lo que podría generar un efecto dominó sobre otros países, como Brasil, Argentina, Estados Unidos y Uruguay.
La realidad demuestra que estos nuevos eventos transgénicos están diseñados, al contrario de lo que afirman las compañías que los producen y comercializan, para usar más agrotóxicos y más potentes.
Peor aún: en vez de utilizarse un solo agrotóxico, se deberá recurrir a un cóctel.
2,4-D
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El herbicida 2,4-D, que se presenta en forma de sal de amonio o de éster, se ha transformado en uno de los matamalezas más empleados desde su aparición en la década de 1940.
Su ingrediente activo es un poderoso irritante para los ojos que ha demostrado alterar los sistemas hormonales y puede causar otros efectos crónicos sobre la salud e incluso cáncer. Es mutágeno y daña los cromosomas de células humanas.
Sus sales son absorbidas rápidamente por las raíces, en tanto que los compuestos orgánicos (ésteres) lo son por las hojas. El ingrediente activo es transportado luego a través de toda la planta, actuando como un inhibidor del crecimiento.
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La combinación de los herbicidas 2,4-D y 2,4,5-T, por partes iguales y en concentraciones muy superiores a las usadas en la agricultura, constituyó una potente arma química muy empleada por el ejército de Estados Unidos en la guerra de Vietnam, el llamado “agente naranja”, empleado como defoliante mediante aspersiones aéreas.
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Este herbicida se encuentra prohibido en varios países de Europa y partes de Canadá.
Glufosinato de amonio
Es un herbicida de amplio espectro.
A pesar de que se lo ha utilizado en relativamente pequeñas cantidades desde la década de 1980, la llegada de los cultivos transgénicos tolerantes al glufosinato incrementó significativamente su empleo.
De acuerdo a la hoja técnica de seguridad de Bayer Environmental Science, en estudios de toxicidad crónica en ratas, ratones y perros el glufosinato de amonio produjo daños en los riñones de los animales y/o altas tasas de mortalidad.
Glifosato
Es uno de los agrotóxicos más empleados en el planeta, al punto que representa aproximadamente el 25 por ciento del mercado global de herbicidas.
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Desarrollado para la eliminación de hierbas y de arbustos, en especial las perennes, es absorbido por las hojas y no por las raíces.
La aplicación de glifosato mata las plantas debido a que suprime su capacidad de generar aminoácidos aromáticos.
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El glifosato es el principio activo del herbicida Roundup de Monsanto, cuya patente expiró en 2000.
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Monsanto patentó en algunos países la soja transgénica
Roundup Ready, con tolerancia al glifosato.
Existen actualmente otros tipos de cultivos transgénicos
resistentes al glifosato, como el maíz, el algodón y la canola.
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El glifosato produce enormes alteraciones dérmicas, oculares, edema pulmonar, neumonitis tóxica aguda, dolores abdominales, taquicardia, hipertensión, destrucción de glóbulos rojos, entre otros efectos.
Se ha cobrado víctimas fatales por envenenamiento.
Estudios recientes señalan que puede producir malformaciones neuronales, cardíacas e intestinales, y también distintos tipos de cáncer.
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Entre 2012 y 2013, DASAgro Uruguay S.A, solicitó al Instituto Nacional de Semillas de ese país la autorización de cultivos experimentales de soja y maíz transgénicos tolerantes a distintos herbicidas, para su comercialización y, en el caso de la soja, para su exportación a Estados Unidos.
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Todas las solicitudes fueron concedidas, sin que hubiera evaluación alguna sobre los potenciales efectos de esos eventos sobre la salud de quienes los consuman y sobre el ambiente.
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Debate mundial:
Sudáfrica es el mayor productor de transgénicos
Tenemos Todo el Derecho a Saber Que Comemos
Uno de los principales problemas que enfrenta el país, es el aumento de la resistencia de plagas en los cultivos genéticamente modificados
El gobierno de Sudáfrica abre cada vez más la puerta a los organismos modificados genéticamente (OMG), junto a las cuestiones que plantea a medida que surgen arrebatadores cambios a la industria agrícola del país.
Muchas naciones africanas desconfían de la acogida de los OMG. Sudáfrica, sin embargo, es ahora el octavo productor de OMG más grande del mundo, con 2,9 millones de hectáreas (4,9 millones de acres) de maíz transgénico, soya y algodón cultivado en el 2012.
Uno de los principales problemas que enfrenta Sudáfrica,
es el aumento de la resistencia de plagas
en los cultivos transgénicos.
El mal uso de la tecnología sería el factor determinante, dicen algunos investigadores.
Resistencia de plagas y mal uso de la biotécnica
Las plagas han sido un gran problema en Sudáfrica durante décadas, y cuando los cultivos transgénicos se introdujeron por primera vez, se vieron como una nueva y necesaria solución al problema.
A pesar del alto costo de la semillas transgénicas, la adopción por muchos agricultores fue rápida, constante, y generalizada.
Los primeros cultivos transgénicos, híbridos de maíz amarillo de Monsanto, se introdujeron en 1997.
Para el 2009, el 98% de algodón, el 85% de soya,
y el 73% de maíz ya se cultivaban en el país con OMG.
Durante la transición en masa, sin embargo, se pasó por alto algunas regulaciones y controles, y el resultado fue el desarrollo de resistencia por parte de las plagas y toxinas producidas por las plantas modificadas genéticamente.
A las plantas se las diseñó genéticamente para matar plagas.
Áreas de refugio se supone deben instaurarse, donde un cierto número de plagas pueden vivir, para que no se desarrolle resistencia.
Johnnie Van den Berg, de la Facultad de Ciencias Ambientales y Desarrollo de la Universidad North-Westtrabajó con investigadores para estudiar a 105 agricultores comerciales.
La mayoría de agricultores no cumplieron los requisitos en las zonas de refugio.
A causa de este error crítico,
el parásito, atacó y perforó los tallos del maíz GM,
y desarrolló una resistencia extendiéndose a los cultivos.
“Este estudio demuestra la irresponsable gestión en la tecnología de cultivos GM por parte de los agricultores, químicos, y empresas de semillas”, dijeron los investigadores en el informe de 2010.
Los agricultores tuvieron diversas opiniones sobre la creciente resistencia del perforador de tallos. En Christiana, una de las seis zonas encuestadas, los granjeros estuvieron altamente conscientes de la resistencia, y sólo el 34% dijo que plantarían maíz Bt en el futuro.
En las otras cinco áreas, la gran mayoría del (70% al 100%) dijo que plantarán maíz Bt en el futuro, aunque por lo menos el 45% en cada área, dijo que la creciente resistencia del perforador de tallos puede impedir que lo hagan.
Al mismo tiempo, la mayoría de los agricultores expresaron una actitud general positiva hacia el maíz Bt,asociándolo con el aumento de productividad y fácil administración.
¿Los alimentos GM son necesarios en Sudáfrica?
El Profesor Van den Berg escribió en un correo electrónico a La Gran Época, que hay muchos beneficios para cultivos modificados genéticamente, incluyendo ahorro de dinero por parte de los agricultores, menos gastos en fertilizantes y otros insumos, así como mayor rendimiento.
Sin embargo, las plagas desarrollaron resistencia tanto contra el algodón Bt y el maíz en algunas zonas de Sudáfrica, lo cual significa que “el valor de la tecnología GM” se perdió en estas áreas, dijo.
“El principal mensaje que enviamos a la industria y comunidad agrícola, es que la administración de tecnología GM es muy importante, y no debe utilizarse como un método de destrucción, sino como parte integrada contra plagas y una estrategia en el manejo de la maleza”, indicó.
Las empresas privadas, tales como Monsanto, desarrollan tecnologías GM que determinarán el futuro de los cultivos transgénicos en Suráfrica, puntualizó Berg.
La creciente resistencia de las plagas
es parte de un fenómeno en todo el mundo.
En un análisis de 77 estudios realizados en ocho países,
un equipo de científicos estadounidenses y franceses
encontró que casi la mitad de las principales especies
de plagas se volvieron resistentes al Bt en el algodón
o en plantas de maíz, incluyendo las de Sudáfrica.
“Adoptar medidas más estrictas para retrasar la resistencia, como requerir más refugios, o probablemente la plaga desarrollará resistencia rápidamente”, dijo Bruce Tabashnik, profesor de laUniversidad de Arizona y autor principal del estudio publicado en la revista Nature Biotechnology.
Por otro lado, el desarrollo de resistencia en plagas
es inevitable, incluso con plaguicidas convencionales,
dijo Karl Kunert, profesor del Departamento de Ciencia de Plantas del
Instituto de Biotecnología Agrícola y Forestal de la Universidad de Pretoria.
Mientras que la “resistencia ocurra definitivamente” con todos los pesticidas, incluyendo los producidos por los transgénicos, la correcta aplicación de la tecnología GM “retrasa tal desarrollo de la resistencia, lo que sin duda habla para la tecnología”, escribió en un correo electrónico.
Dijo que Sudáfrica todavía no tiene la experiencia necesaria para hacer frente a cultivos transgénicos, pero los cultivos podrían tener beneficios más allá de producir alimentos, tales como proporcionar oportunidades económicas y beneficios de salud en las zonas menos desarrolladas.
“Un ejemplo sencillo es el algodón con mejor calidad de fibra”, dijo.
Se “refiere a la necesidad de mejorar la nutrición, que no puede fácilmente resolverse simplemente aumentando la comida en África”.
Por lo tanto, el asunto de si es necesario que los cultivos transgénicos se cultiven allí, “es más bien una situación de beneficio y demanda para agricultores y consumidores”.
Watchdog Biowatch Sudáfrica OMG tiene una perspectiva diferente.
Rose Williams, directora de Biowatch, escribió en un correo electrónico a La Gran Época, que los cultivos transgénicos no son necesarios.
Ellos socavan la soberanía alimentaria para el país, dijo.
Williams citó cuatro razones
por las que los cultivos transgénicos no son necesarios.
En primer lugar, las semillas están patentadas, es decir,
los agricultores tienen que comprar semillas cada año,
en lugar de volver a usarlas.
En segundo lugar,
el riesgo relativo de los cultivos transgénicos contamina
altamente a los cultivos no modificados genéticamente.
En tercer lugar, la falta de biodiversidad en el modelo
industrial del monocultivo donde los transgénicos son parte.
Por último, los productos químicos utilizados
en producción OMG “envenena la tierra” y “no forman
parte de los alimentos sanos y culturalmente apropiados”.
Un ciclo negativo
Mariam Mayet, abogada ambientalista que representa a Biowatch Sudáfrica, habló del aumento del uso de pesticidas y herbicidas.
La creciente resistencia de plagas, obligó a Monsanto, uno de los principales productores de cultivos transgénicos y pesticidas, a vender más productos químicos a los agricultores para el control epidémico, dijo.
Monsanto abandonó por completo la variedad de maíz que se utiliza e introdujo otra variedad.
“Esto también dará lugar a la evolución de insectos, lo cual exige un mayor uso de pesticidas, por lo que ‘la cinta’ continuará”, dijo vía correo electrónico.
Mayet también está en desacuerdo con las declaraciones habituales de que los cultivos GM disminuyen el uso de plaguicidas, conducen a un mejor rendimiento y son menos susceptibles a las plagas y la sequía.
En Estados Unidos, por ejemplo, introducir cultivos transgénicos se tradujo en un aumento neto del uso de pesticidas, dijo Mayet, citando una investigación del Centro Orgánico.
De 1996 a 2009, la aplicación de pesticidas se incrementó en 144.000 toneladas.
En Brasil, las ventas de plaguicidas aumentaron en un 72% desde 2006 hasta 2012.
“Parece que estamos imitando estas tendencias aquí en Sudáfrica.
Más de la mitad de nuestro maíz GM ahora es tolerante al herbicida glifosato y doméstico [un tipo de herbicida],en consecuencia su uso se disparó de 12 millones de litros [3 millones de galones] en 2006, a 20 millones de litros[5 millones de galones] en la actualidad.
Además, entre 2007 y 2011 las importaciones de glifosato aumentaron en un 177%”, indicó Mayet.
“Esto en un caso especialmente preocupante para Sudáfrica, ya que está claro que nuestras autoridades de seguridad alimentaria no tienen la capacidad de controlar adecuadamente los niveles de residuos de plaguicidas en alimentos”, dijo la abogada ambientalista.
Postura del gobierno en los reglamentos
La página web del Departamento de Asuntos Ambientales del país describe los posibles beneficios de los cultivos transgénicos, entre ellos, un mayor rendimiento y un menor uso de herbicidas.
Sin embargo, el departamento también describe sus principales preocupaciones, incluyendo los riesgos potenciales para la salud humana y animal.
Los cultivos transgénicos son investigados por varias agencias antes de ser aprobados para la producción comercial.
En particular, un tipo de desarrollo local de papa GM fue rechazado en 2009, a pesar de que 49 variedades de canola, algodón, maíz, arroz y soja, fueron aprobados en el país.
Además, granos importados de Estados Unidos no son permitidos en Sudáfrica, a menos que acompañe un permiso certificando que el grano está molido y no debe ser plantado en el país.
El maíz de Estados Unidos no es aceptado en absoluto.
Tenemos Todo el Derecho a Saber Que Comemos
El maíz es una planta que necesita de la mano del hombre para cultivarse, no se da en la naturaleza por si mismo.
Durante 9,000 años fue cultivado, mejorado, diversificado en diferentes tipos y características.
Llega Monsanto y demás transnacionales y se roban el genoma del maíz, creado por las manos indígenas y patenta el trabajo de 9,000 años de nuestros ancestros indígenas, sin pagar un solo centavo a los creadores, al contrario ahora los quiere despojar de las semillas nativas obligándolos a usar semillas patentadas y poniendo como delincuentes a quien ose usar semillas orgánicas.
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