El 25-S convoca un #JaquealRey, al que acusan de complicidad con el 23-F y los últimos fusilamientos de Franco
ANÍBAL MALVAR | 3 DE JULIO DE 2013
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El 25-S apunta ahora más arriba y convoca un #JaquealRey.
Será el próximo 28 de septiembre en la Plaza de Oriente, ante el Palacio Real.
Tras las sucesivas convocatorias Rodea el Congreso concitando el descontento popular con la clase política española, e intentando impulsar un nuevo proceso constituyente para regenerar la democracia,
ahora se busca ponerle rostro multitudinario al creciente rechazo popular que se ha despertado contra la monarquía sobre todo tras los últimos escándalos:
la imputación de Iñaki Urdangarin y el extraño limbo judicial en el que se mantiene su esposa, la infanta Cristina; los compadreos de la amigaCorinna von Sayn-Wittgenstein con la trama Gürtel, que al parecer le pagaba los vuelos privados; los elefantes abatidos en Africa mientras en España la gente pasa hambre y algunas cosas más.
En todo caso, la convocatoria del 25-S no se formula solo en función de un presente más o menos embarrado, opaco, judicializado o insolidario.
Se presenta como un referéndum callejero de lo que opina el pueblo español sobre el origen de la monarquía.
Dice la convocatoria:
“De todo el entramado institucional del actual Régimen,
la monarquía es el elemento que tiene menor legitimidad;
por su origen, ya que Juan Carlos fue nombrado por Franco
como su sucesor a título de rey; y también porque nunca
ha tenido tipo alguno de refrendo popular”.
“La cabeza de la monarquía, el rey, ha sido a lo largo de estas décadas todo un exponente de los rasgos más nefastos del sistema: participación en los últimos fusilamientos de la dictadura; implicación en el pronunciamiento militar del 23-F, contribución en diversos casos de corrupción, aprovechamiento privado permanente de su condición de Jefe de Estado…”, señala el texto difundido por la Coordinadora 25-S.
El recuerdo de los fusilamientos de 1975, con un Francisco Franco preagónico justificándolos junto al entonces príncipe Juan Carlos, y con Sofía, ante una multitud, aun duelen mucho en la memoria de cierta izquierda no amaestrada.
Las ejecuciones se produjeron el 27 de septiembre de aquel año.
Las víctimas fueron tres militantes del FRAP y dos de ETA, juzgados sin ninguna garantía procesal por un tribunal militar en Consejo de Guerra.
Hasta el papa Pablo VI solicitó a Franco clemencia.
México propuso la expulsión de España de Naciones Unidas.
La Federación Internacional de Derechos del Hombre calificó el proceso como “simulacro” y “siniestra farsa”.
La Comunidad Económica Europea y Naciones Unidas exigieron el indulto.
La Alianza Atlántica conminó a sus estados miembros a que frenaran cualquier gesto que favoreciera el ingreso deEspaña en dicho organismo.
Y hubo hasta sectores vaticanos que sugirieron al Papa amenazar al Caudillo con la excomunión si seguía adelante con los asesinatos.
Todo inútil.
Ante tal movilización internacional, tras consumar los asesinatos, Franco convocó el primero de octubre una concentración multitudinaria en apoyo a la razzia.
“Españoles: Gracias por vuestra adhesión y por la serena y viril manifestación pública que me ofrecéis en desagravio a las agresiones de que han sido objeto varias de nuestras representaciones diplomáticas y establecimientos españoles en Europa, que nos demuestran, una vez más, lo que podemos esperar de determinados países corrompidos, que aclara perfectamente su política constante contra nuestros intereses.
No es la más importante, aunque se presenta en su apariencia, el asalto y destrucción de nuestra Embajada en Portugal, realizada en un estado de anarquía y de caos en que se debate la nación hermana, y que nadie más interesado que nosotros en que pueda ser restablecido en ellos el orden y la autoridad.
Todo obedece a una conspiración masónica izquierdista de la clase política en contubernio con la subversión comunista-terrorista en lo social, que si a nosotros nos honra, a ellos les envilece.
Estas manifestaciones demuestran, por otra parte, que el pueblo español no es un pueblo muerto, al que se le engaña.
Está despierto y vela sus razones y confía en que la valía de las fuerzas guardadoras del Orden Público, y suprema garantía de la unidad de las Fuerzas de Tierra, Mar y Aire, respaldando la voluntad de la Nación, permiten al pueblo español descansar tranquilo.
Evidentemente, el ser español ha vuelto a ser hoy algo en el mundo. ¡Arriba España!”, discurseó Franco
A su lado, Juan Carlos de Borbón, complicidad impasible, paciente, uniformada y nada incómoda.
En la misma plaza de Oriente donde ahora convoca el 25-S su #JaquealRey.
“En un momento económico y político tan delicado como el que estamos viviendo, es especialmente doloroso ver a diario el boato, el despilfarro y el blindaje judicial del que hace gala la familia real, ante la mirada atónita de sus súbditos y la complicidad del sistema.
Para dar un paso adelante en un proceso de empoderamiento del Pueblo (única forma a su vez de avanzar en un auténtico Proceso Destituyente-Constituyente), es necesario conseguir la abolición de la monarquía”, concluye el comunicado del 25-S.
El 28 de septiembre -38 años y un día después de aquellas ejecuciones- es la fecha escogida por el 25-S para ver si la gente aun conserva, o le interesa conservar, memoria de aquellos acontecimientos.
Y quizá, también, de recordar que esos fusilamientos postreros dejaron flotando una canción de Luis Eduardo Auteque hoy todavía se titula Al alba.
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