Misil balístico ruso Rubezh, protege a Siria con disuasión nuclear
El misil balístico ruso RS-26 Rubezh: Protección a Siria con disuasión nuclear
En mi blog anterior mencioné sobre la posibilidad que Rusia despliegue su nuevo misil balístico intercontinental (ICBM) RS-26 Rubezh (“Frontera” en ruso), en el sur de Rusia para ofrecer desde su territorio un paraguas de disuasión nuclear a favor de Siria en el teatro de operaciones del Cercano Oriente.
De ser desplegado el misil Rubezh en la región de la ciudad rusa de Krasnodar, no lejos del Mar Negro y donde Rusia además desplegaría su misil balístico de corto alcance (SRBM) Iskander-M, cubriría también con su alcance el teatro de operaciones de Europa para contrarrestar la amenaza que la defensa antimisil europea de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) representa para Moscú, contra sus fuerzas de misiles balísticos intercontinentales basados en la Rusia europea, al oeste de los Montes Urales.
El misil RS-26 sería así utilizado como si fuese un misil balístico de teatro de operaciones (TBM por sus siglas en inglés).
Cabe añadir que los misiles Iskander-M desplegados en Siria tendrían una función de misil balístico de teatro de operaciones (MBTO). Dicho sea de paso, el despliegue del misil Iskander-M en Krasnodar tendría la finalidad como misil de teatro de operaciones militares de contrarrestar los sistemas de defensa antimisil que EE.UU. y la OTAN desplegarían en la región del Mar Negro, en Rumanía y Turquía y en navíos de guerra con capacidad de defensa antimisil.
De ser desplegado en la región de Krasnodar, el misil balístico Rubezh ofrecería una defensa escalonada de Siria y de los misiles balísticos Iskander-M allí desplegados, garantizando con su disuasión nuclear y paraguas nuclear la disuasión posiblemente nuclear que los misiles balísticos de corto alcance rusos Iskander-M proporcionan al país árabe, estrecho aliado de Moscú desde el siglo XX.
Tanto la disuasión nuclear que pueden proporcionar los misiles Iskander-M como los misiles crucero Iskander-K (basados en el misil crucero Club 3M14 de ataque a blancos terrestres) basados en Siria, como la disuasión nuclear del misil balístico intercontinental Rubezh desplegado en el sur de Rusia y al norte de las montañas del Cáucaso, cubriendo a Siria con su paraguas nuclear, tendrían la intención de advertir con la amenaza de un contragolpe nuclear a países que entretuviesen invadir o llevar a cabo un ataque aéreo y de misiles masivo contra Siria.
Dichos países en particular son Turquía, Israel, Arabia Saudita y EE.UU., países que como he mencionado antes están entre los principales patrocinadores del terrorismo radical sunita que ha destruido internamente a buena parte de Siria, al intentar dichos países derrocar al Gobierno Sirio, destruir al Ejército Sirio, destruir al Estado Sirio y fragmentar su territorio por medio del terrorismo.
Otros países que se han afanado en patrocinar al terrorismo radical sunita en Siria, en estrecha colaboración con las mencionadas potencias, son Qatar, Reino Unido, Francia, Alemania, Jordania, la Libia post-Gadafi, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait.
El argumento detrás del despliegue ruso de los misiles Iskander-M en Siria – y potencialmente también los Iskander-K – sería para disuadir a Turquía, Israel, Arabia Saudita, EE.UU. y otros de los estados mencionados, de que no atrevan a invadir o atacar a Siria, en un desesperado intento de tumbar al Gobierno Sirio con una ofensiva militar para así lograr militarmente lo que no lograron al patrocinar al terrorismo radical sunita por ya más de cinco años desde 2011.
La lógica de la disuasión nuclear sería que de atreverse los estados patrocinadores del terrorismo mencionados a invadir o atacar a Siria, Rusia respondería contra ellos con ataques de misiles balísticos de corto alcance Iskander-M – y posiblemente también de misiles crucero Iskander-K – armados potencialmente con ojivas nucleares.
No debe de olvidarse en este contexto, que Siria para Rusia es un aliado vital e importante para sus intereses en la región del Cercano Oriente, como Corea del Sur lo es para EE.UU. en el Extremo Oriente.
Pero en caso de que dichos países -Turquía, Israel, Arabia Saudita, EE.UU. - atacasen primero a los misiles Iskander-M en suelo sirio para que al destruirlos no obstaculizasen sus planes de invasión o de ataque a Siria, Rusia podría lanzar un ataque punitivo de teatro de operaciones con los misiles balísticos intercontinentales RS-26 Rubezh basados en Rusia, ataque que sin duda sería nuclear.
Tomando en cuenta estas consideraciones, Moscú podría desplegar en el sur de Rusia a los misiles Rubezh para respaldar con su paraguas nuclear a Siria y a las fuerzas rusas en este país, incluyendo a los misiles balísticos Iskander-M para hacer su disuasión más creíble.
Se estima que el RS-26 Rubezh es un misil balístico que fue desarrollado por la Federación Rusa para reemplazar al misil de alcance intermedio soviético SS-20 (según el sistema de identificación de la OTAN) de 5,500 km de alcance, que fue eliminado por el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF) de 1987 firmado por el líder soviético Mijail Gorbachev y por el Presidente de EE.UU. Ronald Reagan.
El misil Rubezh tendría un alcance de 6,000 km, pero podría alcanzar objetivos a 7,500 km de distancia si se considera que el Rubezh sería un sucesor del misil SS-20, habiéndose reportado que antes de ser el SS-20 eliminado por el Tratado INF de 1987, iba a ser sucedido por una versión más avanzada y con mayor alcance, misil que la OTAN en aquel entonces llamó SS-28 y que habría tenido un alcance de 7,500 km.
De Rusia desplegar el misil balístico móvil Rubezh en la región de Krasnodar, y de éste misil poseer un alcance máximo de 7,500 km, podría ampliamente cubrir con su alcance a toda Europa, pudiendo por ejemplo alcanzar a las Islas Azores – donde se halla la Base Aérea de Lajes usada por EE.UU. - sin problemas a unos 5,300 km de distancia.
El misil Rubezh se usaría en el teatro de operaciones europeo, entre otros objetivos militares, para derrotar a la defensa antimisil de la OTAN.
Aunque se sabe poco del misil Rubezh, arma secreta rusa, se ha reportado que el misil poseerá la capacidad para evadir sofisticadas defensas antimisiles, que incluye el uso de vehículos de reentrada maniobreros (MARV) que maniobrarían tanto en el espacio exterior como dentro de la atmósfera terrestre para evadir defensas antimisiles, según se deduce de los datos sobre el nuevo misil balístico intercontinental ruso RS-24 Yars en el libro IHS Jane’s Weapons: Strategic 2012-2013 por Duncan Lennox.
El misil RS-26 Rubezh es también llamado Yars-M al ser una versión más moderna del misil balístico RS-24 Yars, aunque de menor peso y dimensiones que el misil Yars de 120 toneladas de peso de lanzamiento del misil, de acuerdo al Comandante de las Fuerzas de Misiles Estratégicos de Rusia, el Coronel-General Sergei Karakayev.
El misil Rubezh tendría un peso de lanzamiento menor de 80 toneladas, y sus menores dimensiones en comparación al misil Yars facilitarían su camuflaje, aumentando su supervivencia antes de ser lanzado por su vehículo transportador-erector-lanzador (TEL), añadiendo además Karakayev que el nuevo misil RS-26 podrá ser “desplegado además sobre suelos diferentes y en diferentes áreas de posicionamiento”.
El RS-26 Rubezh puede ir armado con un solo vehículo de reentrada MARV o por ojivas múltiples MARV. Según se deduce de Lennox en IHS Jane’s Weapons: Strategic 2012-2013, podría estar armado de 3 MARV – el misil SS-20 que reemplazaría también iba armados de tres ojivas nucleares - acompañados de señuelos para confundir las defensas antimisiles.
Las tres ojivas nucleares MARV tendrían una potencia de 150 kilotones ó 150,000 toneladas de TNT cada una, la misma potencia de las ojivas en los vehículos de reentrada múltiple que hacen blanco de manera independiente (MIRV) del ya inexistente misil SS-20.
En base a datos sobre el misil balístico intercontinental ruso RS-12M2 Topol-M según Lennox en IHS Jane’s Weapons: Strategic 2012-2013, misil en base al cual se habría desarrollado el más reciente misil RS-24 Yars, los MARV con ojivas nucleares del misil RS-26 Rubezh (Yars-M) también podrían soportar una explosión nuclear a menos de 500 metros de distancia sin ser inutilizados y podrían ser reprogramados en plena trayectoria hacia un objetivo para cambiar de blanco.
Según los datos recogidos de Jane’s y de Sputnik, el misil RS-24 Yars, de mayor peso de lanzamiento y dimensiones que el Rubezh (Yars-M), podría llevar de 4 a 6 MARV con una potencia de 150 a 300 kilotones.
La precisión de los MARV con ojivas nucleares del misil Rubezh podría ser de un error circular probable (CEP) de 2 a 5 metros como la del MARV del misil Iskander-M, éste último dato según Lennox en IHS Jane’s Weapons: Strategic 2012-2013.
Tal precisión le permitiría al misil Rubezh ser también un misil balístico antinavío (ASBM), precisión que podría obtenerse con un sistema de guía terminal a base de radar láser (LADAR ó LIDAR) e imagen por infrarrojo (IIR) y con un sistema de navegación que incluiría navegación inercial y por satélite.
Con un alcance de 7,500 km y operando desde la región de Krasnodar en Rusia, el misil RS-26 Rubezh cubriría todo el Cercano Oriente, pudiendo alcanzar blancos estratégicos en Turquía, Israel, Arabia Saudita e inclusive en la Isla de Diego García en el Océano Índico, isla donde hay importantes bases de EE.UU., de sus fuerzas aéreas, navales y espaciales.
De tener un alto nivel de precisión, el Rubezh podría atacar barcos enemigos en el Mar Mediterráneo y el Mar Rojo, en el Golfo Pérsico y el Océano Índico, como también en el Océano Atlántico Norte, incluyendo a portaaviones de propulsión nuclear, a portaaeronaves de guerra anfibia, y a cruceros y destructores de misiles teledirigidos utilizados para el sistema de defensa antimisil europeo.
Tampoco podría Israel interceptar al misil Rubezh con su nuevo misil de defensa antimisil (ABM) Arrow 3, cuya capacidad de intercepción se limitaría a misiles balísticos enemigos con entre 1,500 y 2,500 km de alcance, de acuerdo a Lennox en IHS Jane’s Weapons: Strategic 2012-2013.
Rubezh tendría un alcance de 6,000 a 7,500 km. Con el misil balístico intercontinental Rubezh, el paraguas nuclear ruso protegería a Siria, Irak e Irán, dejando a cualquier agresor expuesto a la lluvia radioactiva de su fuerza disuasoria.
El misil balístico RS-26 Rubezh en el Caribe: ¿Ficción o futuro?
Un motivo para el desarrollo del misil balístico intercontinental (ICBM) RS-26 Rubezh, de fabricación rusa, habría sido la de crear un arma que reemplazase al misil balístico de alcance intermedio soviético SS-20.
Una razón para el desarrollo por parte de Rusia del misil balístico intercontinental (ICBM) RS-26 Rubezh, también conocido como Yars-M por estar basado de forma más avanzada en el nuevo misil balístico intercontinental ruso RS-24 Yars, habría sido la de crear un arma que reemplazase al misil balístico de alcance intermedio soviético SS-20 – eliminado por el Tratado INF de 1987 – como misil balístico de teatro de operaciones militares (aunque tuviese el mayor alcance de un misil balístico intercontinental).
Ante las acusaciones de Washington de que el nuevo misil Rubezh violase el Tratado INF, que eliminaba misiles ofensivos con alcances desde 500 km hasta 5,500 km que fuesen lanzados desde tierra contra blancos terrestres, Moscú responde que el misil RS-26 no viola el tratado por no ser un misil balístico de alcance intermedio (IRBM), categoría eliminada por el mencionado tratado, sino que es un misil balístico intercontinental, tipo de misiles no cubierto por el acuerdo entre la antigua Unión Soviética y EE.UU.
Otra razón que tendría Rusia para desarrollar el misil Rubezh sería para introducir un nuevo misil capaz de derrotar los actuales y futuros sistemas de defensa antimisil de EE.UU., desplegados o que se planea desplegarlos particularmente en Europa en países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), sistema de defensa antimisil europeo que Rusia ve como una amenaza a su fuerza disuasoria estratégica de misiles balísticos intercontinentales desplegados mayormente en la parte europea de Rusia, al oeste de los Montes Urales.
El argumento sería que la fuerza de misiles estratégicos rusa disuade a EE.UU., por ejemplo, de un día llevar a cabo un ataque sorpresa contra Rusia con sus misiles balísticos intercontinentales y bombarderos estratégicos porque de hacerlo, Rusia respondería castigando al agresor con un contraataque nuclear con sus misiles balísticos.
Esta realidad disuadiría a un potencial agresor a atacar, sabiendo que el contraataque nuclear punitivo ruso lo destruiría también. Este temor a ser destruido de atacar a una potencia nuclear poseedora de una fuerza nuclear con la credibilidad de poder llegar al objetivo y destruir al agresor es elemento medular del concepto de la disuasión nuclear.
El temor ruso con la defensa antimisil europea de la OTAN y EE.UU. es que, en un escenario hipotético, de Rusia ser atacada por las fuerzas nucleares de la OTAN con EE.UU. a la cabeza, y en consecuencia de Rusia querer castigar dicha agresión nuclear con un contraataque de retaliación nuclear lanzando sus misiles balísticos basados en la Rusia europea, dichos misiles, que tendrían que llevar una trayectoria de vuelo no sobre el Polo Norte (esta sería la trayectoria para misiles basados en Siberia o lanzados desde submarinos operando en el Océano Ártico que atacasen objetivos estratégicos en el interior de EE.UU. en sus regiones Centro Noroeste y en los Estados Montañosos norteños de su Región Oeste) sino sobre el Océano Atlántico Norte para impactar blancos en la costa este de EE.UU., podrían ser interceptados en Europa por los misiles del sistema de defensa antimisil desplegado por EE.UU. en países aliados europeos de la OTAN, usando así a Europa como primera línea defensiva contra un ataque de misiles balísticos rusos dirigido contra la costa este de EE.UU., donde se hallan las ciudades de Washington DC, Nueva York, Filadelfia y Boston.
Esta capacidad potencial, y si no actual sí futura, para interceptar y derribar a los misiles balísticos rusos lanzados desde su territorio europeo contra blancos en la costa este de EE.UU. y su interior, es vista por Moscú como una amenaza a la credibilidad de la capacidad de disuasión estratégica nuclear de su fuerza de misiles balísticos intercontinentales.
El argumento de EE.UU. y de la OTAN para desplegar el sistema de defensa antimisil estadounidense en Europa, que es para defenderla de una futura amenaza de misiles de Irán y Corea del Norte, aparte de carecer credibilidad - en todo caso la amenaza de misiles vendría de la fuerza de misiles balísticos intercontinentales de Israel, en particular contra Alemania como un futuro acto de venganza por el genocidio del Holocausto judío de la Segunda Guerra Mundial – ya que Irán no tiene intensiones agresoras – no ha sido un país que ha atacado ni invadido a otros como son los casos del régimen de Israel, EE.UU., la antigua Unión Soviética, el Irak de Saddam Husein y Arabia Saudí - ni atacaría a sus socios comerciales europeos, de gran importancia para las relaciones diplomáticas y económicas de Teherán. Corea del Norte, por otro lado, tendría a EE.UU. Corea del Sur y Japón en la mira de sus misiles y no a Europa, que también está mucho más lejos.
Además, de Corea del Norte lanzar misiles balísticos intercontinentales contra Europa, tendrían que seguir una trayectoria sobrevolando la China y países miembros de la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva (CSTO), ésta última liderada por Rusia, siendo tanto la China como Rusia muy importantes socios comerciales de Europa.
Además, las defensas antimisiles rusas y chinas interceptarían cualquier misil balístico no autorizado que sobrevolase su territorio, potencialmente amenazándolo.
Moscú cabe decirlo, no ha sido persuadida por los argumentos esgrimidos por Washington en favor de su sistema de defensa antimisil desplegado en Europa.
De recibir una invitación del Gobierno Venezolano para hacerlo, Rusia, de estar de acuerdo, podría desplegar misiles balísticos RS-26 Rubezh en territorio venezolano.
Caracas buscaría esta opción en última instancia para garantizar su seguridad nacional por medio de la disuasión nuclear rusa, de sentirse amenazada de ser atacada o invadida por EE.UU. y sus aliados regionales. En este sentido, el motivo sería parecido al que impulsó al Gobierno Cubano a solicitar ayuda a la Unión Soviética y su protección por medio del despliegue de misiles balísticos soviéticos de alcance medio y de alcance intermedio en su territorio, lo que provocó en 1962 la llamada Crisis de los misiles en Cuba.
Rusia estaría interesada en desplegar misiles balísticos como el Rubezh en Sudamérica para que así parte de su fuerza de disuasión nuclear evitase la defensa antimisil de la OTAN en Europa, manteniendo una fuerza disuasoria estratégica que apuntase a EE.UU. desde lo que Washington ha considerado su patio trasero.
Esto forzaría a EE.UU. a desplegar defensas antimisiles considerables en su territorio o cerca de éste, en América, pero no en Europa, donde se alega que amenazarían al grueso de la fuerza de misiles balísticos intercontinentales rusos, desplegados en la parte europea rusa.
Esencialmente, se intentaría así forzar a Washington a replegar sus sistemas de defensa antimisil a América de Europa para defender el propio territorio continental de EE.UU., amenazado por misiles balísticos móviles RS-26 Rubezh basados en territorio sudamericano.
Armados con una ojiva nuclear en un vehículo de reentrada maniobrero (MARV) para evadir las defensas antimisiles o portando 3 MARV con una potencia nuclear de 150 kilotones (150 mil toneladas de TNT) cada una - las bombas atómicas americanas que destruyeron a las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en 1945 tenían una potencia de unos 20 kilotones, misiles balísticos Rubezh desplegados en Venezuela en un escenario hipotético, por su alcance de 6,000 km ó de hasta 7,500 km podrían atacar cualquier objetivo dentro del territorio continental norteamericano de EE.UU. y sus 48 estados contiguos, desde su costa atlántica hasta su costa del Pacífico, excepto Alaska.
Asumiendo que cada MARV del Yars-M (Rubezh) tenga un alto nivel de precisión, inclusive con un error circular probable (CEP) de tan solo 2 a 5 metros, cada ojiva podría también impactar silos reforzados de misiles balísticosintercontinentales americanos Minuteman III, no necesitando tener tanto poder explosivo nuclear para destruirlos en vista de su gran precisión de impacto sobre el objetivo.
Debido a dicha precisión, los MARV del misil Rubezh podrían también atacar como misiles balísticos antinavío (ASBM) buques de guerra de alto valor como portaaviones tanto en sus bases de EE.UU. como en alta mar.
El despliegue de misiles Rubezh en Sudamérica sería jaque mate a la defensa antimisil europea que pretendería utilizar a Europa como primera barrera defensiva de la costa este de EE.UU. y su interior, ante la fuerza de misiles balísticos intercontinentales rusa basada al oeste de los Urales.
Posiblemente una solicitud de asistencia y protección por parte de Caracas, de estar un día Venezuela al borde de un conflicto con EE.UU. – lo que de momento es improbable – sería atendida por Moscú, particularmente si la OTAN se expande a Sudamérica de admitir en un futuro a Colombia como miembro de pleno derecho.
El despliegue de misiles balísticos intercontinentales RS-26 Rubezh en Sudamérica podría forzar a Washington y a la OTAN a negociar con Rusia el desmantelamiento de la defensa antimisil europea o su renegociación como una fuerza conjunta con los rusos, a cambio de la remoción de los misiles Yars-M de América y de una declaración pública y un acuerdo formal de que Venezuela no sería nunca agredida ni invadida por EE.UU., como se hizo con Cuba tras la crisis de los misiles de 1962. Moscú podría exigir también la resurrección del Tratado ABM de 1972, abandonado por EE.UU. unilateralmente bajo el presidente George W. Bush, o la negociación de un nuevo tratado para limitar las defensas antimisiles de EE.UU. y Rusia.
Rusia podría también exigir la inclusión de los arsenales nucleares estratégicos británicos y franceses, actualmente desplegados en submarinos de propulsión nuclear armados de misiles balísticos, en nuevas conversaciones de desarme nuclear entre EE.UU. y Rusia, en vista de la proximidad geográfica de dichos arsenales a la propia Rusia – y ante la cercanía de misiles Rubezh desplegados en Sudamérica al mismo EE.UU.
Rusia probablemente también podría exigir la eliminación del arsenal nuclear estratégico del régimen de Israel, el cual apunta con misiles balísticos a Rusia desde tiempos de la antigua Unión Soviética, constituyendo una seria amenaza a la seguridad nacional rusa por su potencia nuclear y su relativa proximidad geográfica.
Rusia en todo caso trataría de evitar una guerra con EE.UU. y éste tomaría todas las medidas a su disposición para impedir el despliegue de misiles balísticos rusos en Sudamérica. Venezuela tampoco desea una guerra y ante todo evitaría darle una excusa a Washington para intervenir.
Ciertamente, el escenario de misiles balísticos rusos en Venezuela pertenece más al ámbito de la ficción y se presenta sobre todo como un caso hipotético de estrategia nuclear que probablemente nunca se materializará. La historia, sin embargo, ocasionalmente también ha demostrado sorpresas.
Actualmente y dado el gran desarrollo tecnológico de Rusia en materia militar, ésta, no necesitaria como en el caso de Cuba instalar misiles nucleares en ningun pais Latino Americano, para asestar un golpe mortal a EE.UU desde su propio territorio. Los proximos misiles hipersonicos en desarrollo ya,entrarán en servicio en 5 años. Misiles capaces de alcanzar una velocidad superior a Mach 8 e inalcanzable para cualquier sistema antimisil actual, podrian impactar en EE.UU en menos de 30 minutos.
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