viernes, 28 de junio de 2013

George Orwell: «Voy a matar fascistas porque alguien debe hacerlo»


 George Orwell: «Voy a matar fascistas 

porque alguien debe hacerlo»

Día 25/06/2013 - 08.47h


Se cumplen 110 años del nacimiento del autor de «Rebelión en la granja» y «1984», cuya intervención en la Guerra Civil española como soldado del POUM, donde fue herido en el cuello, marcó toda su obra posterior

George Orwell: «Voy a matar fascistas porque alguien debe hacerlo»
ABC

En la Navidad de 1936, George Orwell fue a visitar a su amigo Henry Miller a París con una idea muy clara: «Voy a matar fascistas porque alguien debe hacerlo». Faltaban cuatro días para que el genial autor de «Rebelión en la granja» y «1984» se enrolara como brigadista para combatir contra los franquistas en la Guerra Civil española. Miller, que no estaba en absoluto interesado en lo que acontecía en España, llegó a decirle a Orwell que su viaje era «una idiotez», tanto como su sentido de la obligación de matar a otras personas para salvar al género humano de muertes peores y más injustas. Pero nada pudo cambiar en su determinación.
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Orwell, poco después de regresar de la Guerra Civil
Cuando Orwell decidió que se marchaba a España en otoño del 36, todo parecía indicar que la decisión resultaba de ese deseo de ir a luchar por unos ideales y no para escribir un libro. Llegó a Barcelona el día después de Navidad, como lo hicieron otros británicos de clases sociales y tendencias políticas diferentes. Allí te podías encontrar desde un aristócrata al hijo de una familia obrera, pero todos con la misma intención: «Matar fascistas».
El escritor inglés, que tenía 33 años y había publicado ya cuatro novelas, era una especie de anarquista que había estudiado en el elitista colegio de Eton y coqueteado con el izquierdista Partido Laborista Independiente (ILP). También había sido policía en Birmania en los tiempos de la colonización, lavaplatos en el barrio Latino de París y había viajado al norte de Inglaterra para documentar la miseria de los mineros.
Pero de todas aquellas experiencias, la que más huella le dejó en su vida fue el paso por las trincheras españolas entre diciembre de 1936 y junio de 1937. «La guerra de España y otros acontecimientos ocurridos en 1936-1937 cambiaron las cosas, y desde entonces supe dónde me encontraba. 
Cada línea en serio que he escrito desde 1936 ha sido escrita, directa o indirectamente, contra el totalitarismo y a favor del socialismo democrático como yo lo entiendo», escribió en 1946.

Sin miedo


Llegó a la Ciudad Condal con una carta de presentación del ILP, el 26 de diciembre, y ese mismo día se alistó al Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM). «Ingresé en la milicia casi de inmediato, porque en esa época y en esa atmósfera parecía ser la única actitud concebible», aseguraba Orwell en «Homenaje a Cataluña», obra en la que narra en primera persona su experiencia durante la Guerra Civil.
George Orwell: «Voy a matar fascistas porque alguien debe hacerlo»
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Orwell, en otra imagen tras la guerra de España
Inmediatamente después partió hacia el frente, donde acumuló una serie de experiencias que son de sobra conocidas. Todos los testigos que coincidieron con él aseguraban que no tenía miedo y que arriesgaba su vida incluso para coger un saco de patatas entre las balas del enemigo.
A él le impresionaban más otras cosas que el fuego cruzado, según contaba en «Recuerdos de la Guerra Civil española»: «Es curioso, pero lo que recuerdo más vivamente de la guerra es la semana de supuesta instrucción que recibimos antes de que se nos enviara al frente»; o «una experiencia esencial en la guerra es la imposibilidad de librarse en ningún momento de los malos olores de origen humano. Hablar de las letrinas es un lugar común de la literatura bélica, y yo no las mencionaría si no fuera porque las de nuestro cuartel contribuyeron a desinflar el globo de mis fantasías sobre la Guerra Civil».
Cuentan que una noche el escritor inglés se percató de una rata que andaba molestándole, mientras se encontraba durmiendo en su campamento. Tal era su fobia a estos animales que, sin pensárselo dos veces, sacó su fusil y se lio a balazos con ella, formando tal revuelo que los dos frentes se pusieron a disparar.

Los sucesos de mayo


Tras 115 días en el frente, Orwell consiguió un permiso para ir a Barcelona a reunirse con su mujer, pero allí coincidió con el estallido de los violentos sucesos de mayo del 37, que le llevaron de nuevo a coger su arma en los durísimos enfrentamientos armados que se produjeron entre las fuerzas antifascistas que formaban el gobierno catalán. 
Fue como una guerra civil dentro de la Guerra Civil. Los comunistas del PSUC, los nacionalistas de ERC y los sindicalistas deUGT, por un lado, y los anarquistas de la CNT-FAI y el POUM de Orwell, por otro.
La causa era la lucha por el poder en la retaguardia del frente, donde unos querían ante todo la victoria, mientras los otros defendían la revolución social, como era el caso de nuestro protagonista. El escritor pasó las dos semanas que duraron los combates defendiendo con las armas la sede de su partido, en la Rambla, desde el tejado del teatro Poliorama.
Murieron más de 500 personas y otro medio centenar fue ejecutado en la represión posterior, entre los que se encontraba el líder del POUM, Andreu Nin. Y tanto el PSUC como la UGT se hicieron con el poder de la izquierda en Cataluña, que en aquel momento era el centro neurálgico de la guerra.
«La lucha entre hermanos es siempre estéril y funesta. Frente al enemigo común, es suicida. ¡Uníos trabajadores!», advertía el diario«La Vanguardia» el 5 de mayo de 1937 sobre las consecuencias de aquella rencillas internas que para muchos fue una de la causas por las que Franco ganó la guerra. Una experiencia terrible para el escritor, de donde surgió la idea para sus dos obras cumbres –«Rebelión en la granja» y «1984»– y el magnífico ensayo de «Homenaje a Cataluña», en las que denuncia el poder comunista.
Tras los sucesos de Barcelona, regresó al frente de Huesca, donde una bala le atravesó el cuello. Salvó la vida de milagro y, aunque le costó tomar esta decisión, Orwell huyó de España, en junio de 1937, para evitar la muerte que le estaba rondando.

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro