sábado, 28 de mayo de 2016

Sherlock Holmes y el Enigmático Caso de las Nuevas Elecciones

Sherlock

Sherlock Holmes y el enigmático caso de las nuevas elecciones

Por Carmen Sereno @spicekarmelus
Sherlock
– ¡Ya voy! ¡Ya voy! ¡Válgame el cielo, Holmes! Si sigue aporreando la puerta de esa manera, va a conseguir echarla abajo.
Watson abrió la puerta del 221B de Baker Street y se topó con un Sherlock jadeante y de tez sonrosada.
– ¿Ha vuelto a olvidar las llaves Holmes? -inquirió Watson con un dejo de impaciencia en la voz.
– No haga… preguntas…. impertinentes… Watson -contestó Sherlock con la voz entrecortada, mientras se sacaba su invernal abrigo de franela y lo colgaba del perchero que la señora Hudson, la casera, había acomodado convenientemente en el recibidor-. He llamado a la puerta, ergo no llevo las llaves encima. La propia lógica responde a su cuestión -añadió algo más calmado. Subió con presteza las escaleras de dos en dos hacia la sala de estar y se dejó caer exhausto sobre el mullido sillón Chesterfield de piel.
– ¡¿Es que no piensa venir?! – chilló exasperado a los pocos segundos.
Escuchó los gruñidos ininteligibles de Watson y sus pasos arrastrándose peldaño a peldaño, y sonrió para sí.
– Ya era hora -dijo con aspereza cuando Watson irrumpió en la estancia.
– Por si no lo recuerda, soy un pobre veterano de guerra lisiado e impedido -replicó Watson apuntándole al pecho con su bastón.
– Su prometida no parece opinar lo mismo.
– No vamos a hablar de mi prometida, Holmes -le espetó Watson fulminándolo con una mirada que destilaba ira.
– Está bien, está bien -se defendió Holmes alzando las manos-. No se altere y haga el favor de sentarse, Watson. Hay algo de lo que tenemos que hablar sin más dilación.
Watson se desabotonó su sobria americana de tweed marrón, dejó el bastón a un lado del sofá que pensaba ocupar -menos sofisticado y bastante más destartalado que el Chesterfield de piel que el mismo Sherlock se había adjudicado para sus ejercicios deductivos-, y se sentó cruzando las manos sobre sus piernas con elegancia.
– Antes dígame una cosa, Holmes. ¿Eso de lo que usted y yo debemos departir tiene algo que ver con el estado de agitación con el que ha llegado a casa?
Sherlock esbozó una sonrisa de soslayo.
– Realmente me fascina usted, Watson. Sus dotes de observador nato son cada vez más prolijos.
Watson le sostuvo la mirada intentando calibrar el trasfondo de sus palabras. Casi nunca conseguía diferenciar su sarcasmo habitual de las contadas muestras de gentileza referidas hacia su persona, por lo que decidió que lo más sensato sería callar, y se limitó a servirse una taza del reconfortante té Earl Grey que la señora Hudson había tenido a bien preparar aquella tarde para complacer a sus estimados inquilinos.
– ¿Y bien, Holmes? Soy todo oídos -dijo reclinando la espalda contra el sofá y sosteniendo la taza por el asa con delicadeza.
– Mi querido Watson: He tenido una revelación -confesó Sherlock con un brillo especulativo en la mirada.
– ¿Una revelación? ¡¿Pero cómo que una revelación?! -exclamó Watson con un ademán tan brusco que por poco vertió el contenido de la taza sobre sus pantalones-. Oh, Holmes… -un atisbo de alarma impregnó su tono de voz-. ¿No habrá vuelto usted a hacer un uso indebido del opio, verdad?
– ¡Naturalmente que no! -exclamó Sherlock incorporándose irritado.
Watson respiró aliviado y dio un pequeño sorbo a su té.
– Entonces, explíquese.
– He ido al Congreso, Watson. Y tenía tantas ganas de exponerle a usted la conclusión a la que he llegado, que he venido corriendo, excitado como un niño pequeño. De ahí mi apariencia sofocada.
– Entiendo. ¿Y puede saberse qué conclusión es esa que lo ha instado a prescindir de los cómodos servicios de un taxi? -quiso saber Watson.
– Que la culpa de que no haya gobierno la tiene la pinza formada por el PSOE y Ciudadanos.
Watson enarcó una ceja con aire de incredulidad, y depositó su taza de té sobre la mesa de cristal tapizada con un mantón de Cachemira que separaba a ambos sofás.
– Por favor, Holmes, no sea críptico y desarrolle su teoría, ¿quiere? No tengo tiempo para sus jueguecitos -le instó Watson con impaciencia.
– No faltaba más, mi querido amigo.  Verá, si recuerda usted, el PSOE firmó un acuerdo de pacto de gobernabilidad con Ciudadanos -comenzó a relatar Sherlock mientras caminaba hacia un lado y otro de la habitación con los brazos anudados a la espalda.
Watson emitió un resuello de burla.
– Como para no acordarse. Un partido que se hace llamar socialista y obrero negocia con un partido de derecha, o de centro derecha, llámelo como quiera. Esas cosas no se olvidan fácilmente, Holmes.
– Entonces recordará usted qué pasó a continuación.
– Por supuesto. Rivera se negó a cambiarle ni una sola coma a ese, si me permite la expresión, fatídico acuerdo, y de paso rechazó de pleno cualquier diálogo con Podemos.
– ¿Y no le resulta a usted extraño, Watson, que el PSOE no haya querido explorar ni por un momento la posibilidad de un acuerdo con la izquierda antes de lanzarse a pactar con sus oponentes ideológicos? -inquirió Sherlock.
– En otra coyuntura, puede. Pero dadas las circunstancias diría que el pacto PSOE-Ciudadanos les viene muy bien a algunos para culpar a Podemos del desgobierno que asola el país.
– Elemental, querido Watson. Veo que me sigue usted. Sírvame un poco de té, ¿quiere? ¿Recuerda cuántas veces fue rechazado ese llamativo pacto por el resto de fuerzas del Parlamento, Watson? -inquirió Sherlock.
– Dos, si no me equivoco -respondió Watson incorporándose para tenderle la taza de té que le había pedido-. Aquí tiene. Con dos terrones de azúcar, como a usted le gusta.
– Gracias -dijo Sherlock llevándosela a los labios-. Humm… Está realmente delicioso; recuérdeme que felicite a la señora Hudson por tan magnífica elección. Pero sigamos. De modo que el señor Rivera veta al señor Iglesias y acto seguido dice que habría que incorporar al señor Rajoy en las negociaciones.
– Del que por cierto renegó en campaña -apostilló Watson antes de volverse a sentar.
– Muy buena observación, mi querido amigo. ¿Y no es menos cierto que a pesar de todo lo mencionado anteriormente, el señor Rivera y sus correligionarios han llegado a acusar a Podemos de ser los responsables de un eventual nuevo gobierno del señor Rajoy?
– En efecto, Holmes.
Sherlock se detuvo en seco y miró fijamente a Watson a los ojos.
– Ergo, todos los indicios evidencian, o parecerían evidenciar -remarcó Sherlock-,  que la causa última de que más de 100 días después no se haya constituido un gobierno es Pablo Iglesias.
– Sí, lo que usted diga, Holmes, pero de todas formas, sigo sin entender porqué el PSOE se negó a dialogar con Podemos.
– ¡No sea ridículo, Watson! -protestó Sherlock haciendo aspavientos-. ¿Es que no ha aprendido nada en todo el tiempo que llevamos juntos?
Watson torció el gesto en una mueca desdeñosa y acercó su cojera al hogar para calentarse las manos.
– En primer lugar, mi querido Watson, Pedro Sánchez no ejerce ninguna autoridad en el PSOE. Ese hombre no es más que un títere de los verdaderos próceres a la sombra: la dulce Susana y sus barones. ¿Y quién cree usted que sería el pretendiente ideal para la dulce Susana, Watson? ¿Quién agrada más a los barones? ¿El amigo de Venezuela o el del IBEX35?
Watson suspiró de puro agotamiento.
– ¿A dónde quiere ir a parar, Holmes? -preguntó volviéndose parar mirarlo de hito en hito.
Sherlock apoyó las manos sobre el respaldo del mullido sillón Chesterfield de piel y zarandeó sus dedos con parsimonia mientras una sonrisa de aire sarcástico se perfilaba en sus labios.
– Como le dije antes, Watson, todos los indicios apuntan a que la culpa de este desbarajuste la tiene Pablo Iglesias. O al menos, es lo que quieren hacer creer a la opinión pública PSOE y Ciudadanos con su gran mascarada, y así, cuando vuelvan a celebrarse los comicios , el pueblo llano se mostrará implacable con la formación morada.
– ¡Formidable, Holmes! ¿Así que usted sabía que habría elecciones de nuevo?
– Naturalmente, Watson.  De la misma manera que lo sabían quienes están bloqueando la situación desde el principio.
Escrito por Carmen Sereno @spicekarmelus
Ilustración de Javier F. Ferrero @SrPotatus

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro