Ha sido Isis… si pero… ¿quién es Isis?
Vaya por delante nuestra más energica repulsa por este atentado terrorista, sin justificación moral alguna.
¿Moral? si decimos moral, porque para algun@s si puede tener una justificación geoestratégica, por ejemplo si se quiere que la población vea con buenos o malos ojos determinadas culturas con las que parece rentable un futuro conficto…. por ejemplo.
¿Quién puede financiar un ejercito entero, con última tecnología occidental?
no habrá muchas fortunas en el mundo capaces de “hacerse” con los servicios de miles de mercenarios europeos que están siendo reclutados en la propia europa, si… con minusculas por motivos evidentes… si en Libia el nº de “rebeldes” era casi cómico, comparado con los “extranjeros”, lo de Siria ya es querer hacernos comulgar con ruedas de molino.
Si alguién cree en las rocambolescas versiones oficiales que salen en la TV, no sabe lo que hace, porque cuando un truco funciona se repite, una y otra vez, cada vez más brutal y cada vez menos racional.
Si quieres que posibles nuevos atentados no sucedan pidamos las cabezas de quienes han armado a estos grupos “fantasma” con misiles anti-tanque de última generación, de quienes les amparan politicamente o les dan cobertura mediática, si se hubieran castigado las mentiras claras de diferentes medios, las manipulaciones probadas con animo de dolo e iniquidad que provocaron guerras con mentiras de guardería… no volvería a ocurrir porque si no nos lo creemos no tiene sentido continuar,
Si alguién quiere saber que se pensaba oficialmente en 1966 de todo esto, quizás se nos desnuble la mente con tanta maldad, siendo frí@s y analizando con perspectiva los hechos, calma y perspectiva….
Informe Iron Mountain –
Sobre la posibilidad y conveniencia de la paz, 1966
– Extracto Nº10
Informe Iron Mountain – Sobre la posibilidad y conveniencia de la paz, 1966 – Extracto Nº10
La necesidad psicológica individual de lealtad hacia una sociedad y sus valores. La lealtad requiere de una causa; una causa requiere de un enemigo.
Hasta aquí lo obvio; el punto critico radica en el hecho de que el enemigo que define la causa debe percibirse como realmente formidable.
En términos generales, el poder que se presume de semejante “enemigo” debe ser lo suficientemente importante como para generar un sentido individual de lealtad hacia una sociedad y debe ser proporcional al tamaño y complejidad de esa sociedad.
Hoy en día, por supuesto, ese poder debe ser de una magnitud y terror sin precedentes.
Tampoco deja nada que desear este…
Informe Iron Mountain
Sobre la posibilidad y conveniencia de la paz, 1966 –
Extracto Nº 9
Seguramente no constituye ninguna exageración decir que una condición de paz mundial
generalizada conduciría a cambios revolucionarios en las estructuras sociales de las naciones del mundo de una magnitud sin paralelo histórico.
generalizada conduciría a cambios revolucionarios en las estructuras sociales de las naciones del mundo de una magnitud sin paralelo histórico.
El impacto económico del desarme general, para nombrar tan solo la consecuencia más obvia de la paz, modificaría los patrones de producción y distribución en todo el planeta hasta un grado tal que haría que los cambios de los últimos cincuenta años parezcan insignificantes…….
Se trata de una misma fuente que genera un ambiente de irrealidad que pervade a todos estos planes.
Se trata de la presunción incorrecta de que la guerra, como institución, se encuentra subordinada a los sistemas sociales a los que supuestamente sirve.
Los sistemas económicos, las filosofías políticas y los cuerpos jurídicos sirven y amplían al sistema de guerra y no a la inversa.
Se debe enfatizar que el potencial de hacer la guerra dentro de una sociedad precede y se ubica por encima de sus otras características; no surge como resultado de la “amenaza” que se presume existente en un momento determinado y que proviene de otras sociedades.
Esto es el reverso de la situación básica. Las “amenazas” en contra del “interés nacional” usualmente son generadas o aceleradas para satisfacer las necesidades cambiantes del sistema de guerra.
Las guerras no son “ocasionadas” por conflictos de intereses internacionales. Una secuencia lógica correcta indica que más a menudo resulta preciso decir que las sociedades guerreras requieren – y por ende deben generar – tales conflictos.
La capacidad de una nación de hacer la guerra expresa el mayor poder social que pueda ejercer; hacer la guerra, activamente o contemplada, es un asunto de vida o muerte en la mayor escala sujeta al control social.
Por ende, no debe sorprendernos que las instituciones militares en cada sociedad reclamen las máximas prioridades.
En el caso del “desperdicio” militar existe, en verdad, una mayor utilidad social. Se deriva del
hecho de que el “desperdicio” de la producción de guerra se ejerce enteramente fuera del marco de la economía de oferta y demanda.
hecho de que el “desperdicio” de la producción de guerra se ejerce enteramente fuera del marco de la economía de oferta y demanda.
Como tal, provee el único segmento de envergadura y critico de la economía total que se encuentra sujeto a un control central completo y arbitrario
La naturaleza arbitraria de los gastos de guerra y de las demás actividades militares transforma a
éstas en instrumentos ideales para controlar las relaciones esenciales entre las clases.
éstas en instrumentos ideales para controlar las relaciones esenciales entre las clases.
Obviamente, si el sistema de guerra fuera descartado, se requeriría inmediatamente el uso de nuevos mecanismos políticos para cumplir esta sub-función vital.
Hasta tanto se hayan desarrollado, la continuidad del sistema de guerra debe verse asegurada,aunque tan solo sea para preservar la calidad y el grado de pobreza que una sociedad requiere como un incentivo, como así también para mantener la estabilidad de su organización interna del poder.
La necesidad psicológica individual de lealtad hacia una sociedad y sus valores. La lealtad requiere de una causa; una causa requiere de un enemigo.
Hasta aquí lo obvio; el punto critico radica en el hecho de que el enemigo que define la causa debe percibirse como realmente formidable.
En términos generales, el poder que se presume de semejante “enemigo” debe ser lo suficientemente importante como para generar un sentido individual de lealtad hacia una sociedad y debe ser proporcional al tamaño y complejidad de esa sociedad.
Hoy en día, por supuesto, ese poder debe ser de una magnitud y terror sin precedentes.
Un sustituto viable para la guerra como sistema social no puede limitarse a una
mera farsa simbólica.
mera farsa simbólica.
Debe involucrar un riesgo autentico de destrucción personal y a una escala
consistente con el tamaño y complejidad de los sistemas sociales modernos.
consistente con el tamaño y complejidad de los sistemas sociales modernos.
La clave es su credibilidad. Sea ese sustituto de naturaleza ritual o de funcionamiento concreto, a no ser que brinde una amenaza de vida o muerte creíble, no servirá para la función social organizadora que cumple la guerra.
La existencia de una amenaza externa aceptada, entonces, resulta esencial para lograr la cohesión social como así también la aceptación de la autoridad política.
Esta amenaza debe ser creíble, debe ser de una magnitud consistente con la complejidad de la sociedad amenazada y debe aparecer, como mínimo, afectando a la sociedad en su conjunto.
¿Quién es Isis? ¿No lo tienes ya claro?
Si alguién quiere hacer algo ya sabe por donde empezar y no es junto a los instigadores intelectuales de los mismos atentados, eso no es lo justo, eso no se hace, STOP Falsas Banderas. No nos las creemos Nunca Más
Los Orígenes Ocultos de ISIS
Video original de StormCloudsGathering: http://scgnews.com/the-covert-origins…
Subtitulado por Melvecs | La Verdad Nos Espera
Mas actualizaciones en Twitter: @Melvecs
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