Los 4 indicios que apuntan a que EE.UU. le
hace el juego al Estado Islámico en Irak – RT
Arkadi Dziuba, columnista de la Fundación de la Cultura Estratégica (portal Fondsk), se ha fijado en cuatro señales que, según él, permiten dudar de que lo que pasa en Irak sea un fracaso de la política de Washington.
Para empezar, la insurrección de los sunitas iraquíes bajo la bandera de Estado Islámico es, en gran parte, resultado de las políticas antisunitas del primer ministro Nouri al-Maliki, que a lo largo de los últimos años ha venido expulsando a los sunitas del aparato estatal y de las estructuras de seguridad, explica.
Para empezar, la insurrección de los sunitas iraquíes bajo la bandera de Estado Islámico es, en gran parte, resultado de las políticas antisunitas del primer ministro Nouri al-Maliki, que a lo largo de los últimos años ha venido expulsando a los sunitas del aparato estatal y de las estructuras de seguridad, explica.
Nouri al-Maliki incluso disolvió la milicia sunita Sahwa, que luchaba contra los islamistas, lo que obligó a muchos de sus combatientes a unirse a sus filas.
Pero no se trata solo de las ideas antisunitas de Maliki, que desde el principio ha sido un protegido de EE.UU., sino de que Washington no ha hecho nada para detenerlo.
En segundo lugar, el columnista cree que el nivel de la cultura tecnológica del Estado Islámico es sorprendente, pues usa de manera activa Twitter y otras redes sociales, divulgando sus productos propagandísticas para las últimas aplicaciones de teléfonos inteligentes, a lo que se une su propia red de agencias de noticias.
Según el centro de investigaciones conocido como Corporación RAND, que ha tenido acceso a más de 200 documentos confidenciales del Estado Islámico, estos documentos sobrepasan, en cuanto a amplitud de cobertura y precisión de los detalles, a los informes anuales de muchas multinacionales publicados para accionistas e inversores.
Parece que la derrota del Gobierno de al-Maliki es el objetivo de EE.UU.La división política entre sunitas y chiítas y la escisión de la identidad iraquí empezó justo después de la invasión norteamericana, lo que permite presuponer que Washington habría podido hacer ciertos esfuerzos en este ámbito, sostiene Dziuba, citando a Fanar Haddad, experto en Irak de la Universidad Nacional de Singapur.
En segundo lugar, el columnista cree que el nivel de la cultura tecnológica del Estado Islámico es sorprendente, pues usa de manera activa Twitter y otras redes sociales, divulgando sus productos propagandísticas para las últimas aplicaciones de teléfonos inteligentes, a lo que se une su propia red de agencias de noticias.
Según el centro de investigaciones conocido como Corporación RAND, que ha tenido acceso a más de 200 documentos confidenciales del Estado Islámico, estos documentos sobrepasan, en cuanto a amplitud de cobertura y precisión de los detalles, a los informes anuales de muchas multinacionales publicados para accionistas e inversores.
En ellos, dice la RAND, se enumeran de forma meticulosa todas las explosiones, asesinatos, ataques contra los puestos de control, ciudades tomadas bajo su control, operaciones llevadas a cabo por suicidas, número de conversos, etc.
"Esta huella, tan propia del estilo occidental que queda de manifiesto en las actividades de EI, dice mucho más que las revelaciones más sensacionales", enfatiza Dziuba.
En tercer lugar, para el columnista el líder de este grupo yihadista, Abu Bakr Baghdadi, también despierta muchas dudas, pues resulta que ya había sido detenido por las fuerzas estadounidenses y permaneció en una prisión estadounidense de Camp Bucca, antes de ser puesto en libertad.
En tercer lugar, para el columnista el líder de este grupo yihadista, Abu Bakr Baghdadi, también despierta muchas dudas, pues resulta que ya había sido detenido por las fuerzas estadounidenses y permaneció en una prisión estadounidense de Camp Bucca, antes de ser puesto en libertad.
Según datos oficiales del Pentágono, Baghdadi estuvo prisión como un internado civil desde febrero de 2004 hasta diciembre del mismo año.
No obstante, el exjefe de la prisión, el coronel Kenneth King, asegura que permaneció retenido hasta 2009 y que luego fue entregado a las autoridades iraquíes, que lo pusieron en libertad.
Fue justo después cuando empezó su vertiginoso ascenso en las filas del EI.
Y, por último, las acciones de Washington en un momento en que su aliado sufre una derrota tras otra también son elocuentes.
Y, por último, las acciones de Washington en un momento en que su aliado sufre una derrota tras otra también son elocuentes.
Entre otras cosas, explica Dziuba, EE.UU. demora su respuesta respecto a la venta de cazas F-16 y helicópteros Apache necesarios para ayudar a Irak en su lucha contra los islamistas.
"Parece que la derrota del Gobierno de al-Maliki es el objetivo de Estados Unidos", presupone Dziuba.
RT
Corporaciones de EE.UU ya se reparten el petróleo
Posted: 04 Jul 2014 05:05 PM PDT
Mientras los medios occidentales afirman que Estado Islámico es un grupo de fanáticos inspirados por el Corán, la propia milicia ha iniciado una guerra para hacerse con el petróleo iraquí y ya ha cortado el suministro de crudo a Siria.
La venta del petróleo robado lo llevará a cabo Aramco, la petrolera dispuesta a hacer pasar este crudo por producción extra de Arabia Saudita, apunta el politólogo francés Thierry Meyssan en un artículo publicado por el rotativo sirio ‘Al Watan’ y traducido para el portal Voltairenet.
Según la interpretación de la prensa occidental, Estado Islámico (EI), que ya ha tomado el norte de Irak, no es más que una agrupación de fanáticos religiosos armados con el Corán y fusiles kaláshnikov.
Sin embargo, a juzgar por la actuación de los milicianos de este grupo en Siria, es obvio que se trata de un ejército privado integrado por mercenarios de diversas nacionalidades, llegados de todos los rincones del planeta para actuar bajo el mando de oficiales norteamericanos, franceses y sauditas.
Este ejército ha desmembrado el territorio iraquí para que fuera más fácil explotarlo siguiendo el modelo colonial, sugiere el analista.
La misma prensa occidental que insiste en que la OTAN no da amparo a Estado Islámico manifiesta que EI se ha enriquecido de la noche a la mañana gracias a la conquista de los campos petroleros.
Pero la misma situación ya tuvo lugar después de que los terroristas se adueñaran del norte de Siria; entonces el episodio fue descaradamente desdeñado por los medios occidentales, que intentaron presentar los combates entre el Frente Al Nusra y Estado Islámico como el resultado de una rivalidad avivada por el ‘régimen’ de Al Assad, mientras que en realidad lo que tuvo lugar fue una simple pugna por el control de los campos petroleros.
¿Quién sale beneficiado?
Hay una pregunta a la cual siguen siendo incapaces de responder los medios occidentales y los de los Estados del Golfo: ¿cómo pueden los terroristas vender este petróleo en un mercado internacional totalmente controlado por Washington?
La respuesta es que si el Frente Al Nusra y Estado Islámico logran vender en el mercado internacional el petróleo proveniente de los campos conquistados será con la ‘bendición’ de Estados Unidos y solo a través de compañías que operan en el sector.
El congreso anual de las compañías petroleras que transcurrió entre el 15 y el 19 de junio tuvo lugar en Moscú, con lo que todo el mundo creía que el tema estrella sería Ucrania.
Pero no fue así, sino que se habló exclusivamente sobre Siria e Irak.
Se anunció que el petróleo robado por destacamentos de Al Nusra en Siria lo comercializa Exxon-Mobil (una empresa de Rockefeller que opera en Catar), mientras que el crudo obtenido por EI lo vende Aramco (EE.UU. / Arabia Saudita).
Hay que hacer notar que
durante el conflicto de Libia, la OTAN autorizó precisamente a Catar (es decir, a Exxon-Mobil) la venta del petróleo de los territorios ‘liberados’ por Al Qaeda.
Así pues, la confrontación actual (igual que todas las guerras del siglo XX en Oriente Medio) es una batalla más de la guerra entre las compañías petroleras.
Y que EI esté financiado por Aramco explica fácilmente por qué Arabia Saudita de repente dijo estar dispuesta a compensar con su producción la caída de ventas de petróleo iraquí: la monarquía del Golfo simplemente ‘lavará’ el petróleo robado.
Por lo tanto,
las pérdidas las van a sufrir los británicos, los turcos y, sobre todo los chinos, puesto que precisamente China ha sido uno de los principales clientes de Irak.
Por su parte, los ganadores serán EE.UU., Israel y Arabia Saudita.
En referencia a las motivaciones de EI para llevar a cabo su actividad, “será lo que quieran, pero no el islam”, concluye Thierry Meyssan.
EEUU. arma al Ejército Islámico Iraquí y al Estado Iraquí en conflicto. Supremacía de la industria bélica
Y es que cuando un estado no funciona hay que reformarlo. A fondo. En este caso el estado fallido de Irak después de una ocupación de 14 años.
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Traducción de How the US is Arming Both Sides of the Iraqi Conflict | Global Research
Recordemos hace una semana Global Research publicaba el artículo "EE.UU. Comienza la entrega de aviones F-16 a Irak esta semana, una década después de erradicaran la Fuerza Aérea Irakí eng" en el que se decía:
No se sabe cuánto de este material ha caído en manos de Al Qaeda / ISIS (Ejército Islámico de Irak), aunque sí que al menos un helicóptero blackhawk iraquí fue capturado durante el asalto a Mosul.
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Traducción de How the US is Arming Both Sides of the Iraqi Conflict | Global Research
Recordemos hace una semana Global Research publicaba el artículo "EE.UU. Comienza la entrega de aviones F-16 a Irak esta semana, una década después de erradicaran la Fuerza Aérea Irakí eng" en el que se decía:
... Los EE.UU. entregarán el primero de los 36 aviones de combate F-16 a Irak en lo que el enviado de Bagdad a los Estados Unidos llama un "nuevo capítulo" en la compromiso de su país para defender sus extensas fronteras con Irán y otros países vecinos. ....
Los EE.UU. a principios de marzo proporcionaron a Irak con unos 100 misiles Hellfire, así como rifles de asalto y otras municiones.
Después, en abril los EE.UU. enviaron más armas, proporcionando a Irak 11 millones de cargadores de munición y otros suministros.
No se sabe cuánto de este material ha caído en manos de Al Qaeda / ISIS (Ejército Islámico de Irak), aunque sí que al menos un helicóptero blackhawk iraquí fue capturado durante el asalto a Mosul.
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También se sabe que, como PBS Frontline informó hace dos semanas, que mientras que la administración ha negado armar a "rebeldes" sirios estos son los mismos mercenarios de ISIS que han cruzado la frontera y ahora están luchando en Irak:
... Los propios rebeldes sirios dicen que están armados y entrenados por EE.UU. en el uso de armas sofisticadas y técnicas de combate, incluyendo, según un rebelde, "la forma de acabar con soldados que siguen vivos después de una emboscada."
Las entrevistas son la última evidencia de que después de más de tres años de guerra, los Estados Unidos ha aumentado el suministro de ayuda letal a los rebeldes, como señala el PBS "parece que el gobierno de Obama está permitiendo que grupos selectos de los rebeldes reciban misiles antitanque de fabricación estadounidense."
El comandante de la unidad también le dijo a Ali [periodista] que sus contactos norteamericanos le habían pedido que llevar de 80 a 90 miembros de su unidad a Ankara para ser entrenados. [...]. "Obama dice que no Arma a los rebeldes sirios, los rebeldes sirios dicen que si eng"En resumen: los EE.UU. están armando y entrenando indistintamente a los mismos grupos yihadistas Al Qaeda / ISIS, y proporcionan al mismo tiempo las armas a Irak para luchar [contra ellos].
Y desde que el ejército iraquí ha demostrado ser totalmente incapaz de cualquier resistencia a los ataques, EEUU envía drones para "combatir" a los mismos "rebeldes" con los que el propio EE.UU. estaba colaborando hace un mes.
El claro ganador aquí?
El claro ganador aquí?
El complejo militar-industrial EE.UU., por supuesto, así como los bancos que prestan dinero a los gobiernos para luchar contra las guerras provocadas por diversas "naciones desarrolladas" y algunas agencias de espionaje.
El daño colateral?
El daño colateral?
Millones de personas inocentes en el territorio Sirio e Irakí, y en todas partes también!
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Consideraciones
______________
Consideraciones
No hay que despreciar la capacidad del complejo armamentístico industrial americano, con un gasto del 50-60% del total mundial, y unos 3 millones de sicarios uniformados, para guiar la política y la economía actual del país, imponiendose al resto de lobbies e intereses, incluídos los petrolíferos o la banca como sucede en Ucrania, en la que prevalecieron sus intereses frente a los de estos últimos o el beneficio geopolítico.
A pesar de haber deslocalizado su producción industrial Estados Unidos, reducido a un inmenso Ejército, está dispuesto a mantener sus vías de suministro como sea.
A pesar de haber deslocalizado su producción industrial Estados Unidos, reducido a un inmenso Ejército, está dispuesto a mantener sus vías de suministro como sea.
Trabaja para las corporaciones como el policía del mundo. Y les sale más barato mantener el ejército fuera que dentro del país.
Consecuencia de ese aumento en la inversión bélica y su mercadeo interno es un abuso en las medidas marciales, lo cual ha provocado la militarización del país, incremento de las tensiones raciales y religiosas, la pérdida de libertades y un control masivo y extensivo que excede sus fronteras.
Consecuencia de ese aumento en la inversión bélica y su mercadeo interno es un abuso en las medidas marciales, lo cual ha provocado la militarización del país, incremento de las tensiones raciales y religiosas, la pérdida de libertades y un control masivo y extensivo que excede sus fronteras.
Por último perdida de posiciones geopolíticas, como el equilibrio en Asia y su competencia con Rusia, la competencia económica con China, o la reorganización de su patio trasero en Venezuela.
Estados Unidos ha estado utilizando el mundo como laboratorio.
Estados Unidos ha estado utilizando el mundo como laboratorio.
Después de años de incubación los engendros han crecido, empezando con el famoso Black Waters, ejército de alquiler genuínamente capitalista más famoso del mundo. Posteriormente parieron otros muchos monstruos.
Los más nuevos: Al Qaeda, Al Nusra, ISIS, Boko Haram, Las milicias Libias o las milicias nacionalistas ucranianas .
Nacionalismo, religión y dinero son los ingredientes necesarios para montar un ejército de diseño.
Nacionalismo, religión y dinero son los ingredientes necesarios para montar un ejército de diseño.
Los mecanísmos psicológicos de las mentes humanas indican que se necesita una motivación, una razón para luchar más allá del vil metal.
La información en titulares
- Vórtice inmediaísta: Experto: "El ejército islámico de Irak fue creado y financiado por EEUU" 13.6.2014
- Iraq crisis: UN alarmed by claims of mass execution of up to 1,700 Shia soldiers by Isis forces - Middle East - World - The Independent 3.6.2014
- Al Qaeda culpa al ISIS del desastre | Internacional | EL MUNDO 3.2.2014
- Meet Gen. David Petraeus: His Militia Strategy Plunged Iraq Into a Civil War, And Now He’s Back for More | Global Research 12.9.2012
La información en titulares
- Vórtice inmediaísta: Experto: "El ejército islámico de Irak fue creado y financiado por EEUU" 13.6.2014
- Iraq crisis: UN alarmed by claims of mass execution of up to 1,700 Shia soldiers by Isis forces - Middle East - World - The Independent 3.6.2014
- Al Qaeda culpa al ISIS del desastre | Internacional | EL MUNDO 3.2.2014
- Meet Gen. David Petraeus: His Militia Strategy Plunged Iraq Into a Civil War, And Now He’s Back for More | Global Research 12.9.2012
http://tarcoteca.blogspot.co.uk/
La crisis iraquí tiene una solución, según EEUU. Maliki debería formar un Gobierno de gran coalición que agrupe a las mayores fuerzas políticas de las tres comunidades: chiíes, suníes y kurdos.
El mayor obstáculo es el propio Maliki, que este miércoles ha cortado de raíz cualquier especulación al respecto: ”Es un intento de golpe contra la Constitución y un intento de acabar con la experiencia democrática”, ha dicho el primer ministro.
Maliki se considera ganador de las últimas elecciones legislativas, aunque la coalición que dirige sólo consiguió una tercera parte de los escaños en disputa (92 de 328).
De entrada, rechaza la idea de que esté obligado a buscar pactos con los partidos suníes.
Dedicó toda la pasada legislatura a silenciar y acosar a sus dirigentes.
El vicepresidente del país, el suní Tariq Al Hashemi, huyó a Turquía cuando el Gobierno le acusó de estar al frente de una red de milicias armadas. Luego fue condenado a muerte en ausencia en 2012.
La deriva autoritaria del Gobierno de Maliki es uno de los hechos menos sorprendentes de la política iraquí de los últimos años.
El propio Maliki podría mostrarse perplejo hasta cierto punto. Lo eligieron precisamente por eso. Se necesitaba un tipo duro y él estaba disponible.
¿Quién requirió sus servicios? Evidentemente, los sospechosos habituales.
En abril, Dexter Filkins, de The New Yorker, recordaba cómo llegó Maliki al poder.
A principios de 2006, EEUU decidió que el carácter dubitativo del primer ministro, Ibrahim Al Yafari, lo convertía en una mala elección cuando ya el país estaba en las primeras etapas de una terrible guerra civil entre suníes y shiíes.
Washington no creía que Yafari fuera a ser el tipo duro que se necesitaba en la guerra contra la insurgencia suní ni que tuviera el poder suficiente como para controlar a las milicias chiíes de Moqtada Al Sáder.
En esas fechas, el embajador de EEUU en Bagdad, Zalmay Khalilzad, recibió una llamada por videoconferencia para recibir instrucciones de George Bush y Tony Blair.
“¿Puedes deshacerte de Yafari?”, pregunto Bush a su embajador.
“Sí, pero será difícil”, respondió Khalilzad.
Se habían celebrado unas elecciones, pero eso era un detalle menor.
Al igual que ahora, la principal coalición chií había ganado en las urnas sin mayoría absoluta, y Yafari pretendía continuar en el cargo. Khalilzad confirmó a Filkins que de entrada impidió que el primer ministro pudiera formar una mayoría parlamentaria.
Esa era la parte fácil. Lo complicado vino después.
Descartado Yafari, hubo que buscar un dirigente apropiado en las filas de su partido. Había un nombre interesante, Ali al-Adeeb, pero tenía un inconveniente: su padre era iraní y, fuera o no cierto, para mucha gente era más iraní que iraquí. Filkins describe el gran momento:
Washington ya tenía a su “tipo duro”, alguien capaz de estar a la altura de las necesidades del cargo.
Lo cierto es que consiguió pronto el apoyo necesario en el Parlamento, algo en lo que había fracasado Yafari.
Khalilzad niega que fuera un dedazo, pero no hay que ser un paranoico para suponer que cuando los partidos iraquíes supieron de los deseos de EEUU llegaron a la conclusión de que resistirse no serviría de nada.
Si alguien esperaba que Maliki presidiera una época cuyo gran objetivo fuera la forja de consensos, no tardó mucho tiempo en chocar de bruces contra la realidad.
La provocación de la insurgencia suní al destruir el santuario chií de Samarra desencadenó una ola de represalias con miles de muertos.
El Ministerio de Interior permitió, cuando no organizó, la formación de escuadrones de la muerte chiíes que persiguieron a los suníes en la provincia de Bagdad. Fue un baño de sangre.
Miles de soldados norteamericanos no pudieron impedir que Bagdad fuera el escenario de una limpieza étnica casi completa que redujo la población suní de la capital del país (aunque algunos medios afirman que parte de ellos regresaron en los años posteriores).
Siempre se destaca la responsabilidad de los cascos azules holandeses en la matanza de 7.000 bosnios por las fuerzas serbias de Mladic. Hay que situar lo que no hicieron las tropas de EEUU en Bagdad en una escala mucho mayor.
Toda esa matanza no tuvo consecuencias políticas negativas para Maliki.
Le sirvió para reforzar su poder en la comunidad chií. Las tribus suníes de Anbar terminaron asumiendo que ese conflicto acabaría con ellos y se pasaron al enemigo.
Financiados por el Ejército norteamericano, formaron las milicias que frenaron a Al Qaeda, el grupo dirigido por Zarqaui, y a los baasistas.
Cuando los norteamericanos se retiraron de Irak, se acabó el flujo de dinero y Maliki se negó a mantener en nómina a decenas de miles de suníes armados.
El primer ministro contaba con un socio más fiable al otro lado de la frontera.
En Teherán estaba su aliado natural.
A pesar de todas las especulaciones sobre lo que EEUU puede hacer por Bagdad y del anuncio de Obama de que enviará 300 militares para asesorar al desprestigiado Ejército iraquí, Maliki ya está recibiendo asesoramiento de calidad. De otro lado.
Hace unos días, se informó de que el general iraní Qasim Suleimani estaba en Bagdad inspeccionando las defensas de la capital y ayudando a reorganizar las fuerzas militares de Irak.
Suleimani, jefe de la Fuerza Quds, es uno de los personajes más intrigantes de Oriente Medio.
Con responsabilidad sobre fuerzas militares y servicios de inteligencia, es responsable de la mayor parte de las intervenciones iraníes en Irak, Siria y Líbano. Cuenta con toda la confianza del líder supremo del país, el ayatolá Jamenei.
Y la prioridad del ayatolá es mantener a EEUU alejado de Irak.
Algunas informaciones indican que Suleimani continúa en Irak.
Es probable que Teherán ya haya entregado algún tipo de ayuda militar, pero no a gran escala. Todo dependerá de lo que decida el enviado iraní.
Según los norteamericanos, esa ayuda no es menor, pero tampoco la única disponible: hay diez divisiones iraníes cerca de la frontera dispuestas a intervenir si fuera necesario.
Es improbable que esa fuerza militar pueda utilizarse para recuperar Mosul y otras zonas suníes controladas ahora por el ISIS.
Maliki aún se presenta como el único líder que puede mantener unido a Irak y no puede presentarse simplemente como una marioneta de Irán.
Pero al menos es un comodín básico para descartar por completo la posibilidad de que Bagdad caiga en manos de los yihadistas.
Esta relación especial entre Bagdad y Teherán no es extraña ni ha surgido de improviso. Tanto Maliki como la mayoría de los dirigentes chiíes iraquíes pasaron años de exilio en Irán y cuentan con una amplia red de contactos en el país vecino.
Su objetivo político nunca fue plasmar las fantasías de los neoconservadores, sino asegurar el dominio de Irak por los chiíes, históricamente postergados por los suníes.
En ese horizonte estratégico, contaban y cuentan con el pleno apoyo de Irán. Si Teherán cree que al final Maliki es un obstáculo para ese plan, el primer ministro tendrá los días contados. No faltarán candidatos para sustituirlo que tengan el visto bueno iraní.
Suleimani es uno de los grandes rivales directos de EEUU en Oriente Medio, o al menos así se le define en Washington y Londres.
“Suleimani es uno de los agentes más inteligentes y fríos de Oriente Medio”, ha dicho una “fuente diplomática occidental” a The Times.
“Su influencia puede encontrarse en Afganistán, Siria, Irak y Líbano. Es difícil encontrar a una sola persona que haya hecho más por extender la influencia militar de su nación y es aún más difícil encontrar a alguien con quien sea más complicado llegar a un acuerdo”.
En cierto modo, los norteamericanos apostaron por Maliki y se han quedado con Suleimani. No ha sido un gran negocio para ellos.
—
Una demostración gráfica del impacto de la guerra civil entre suníes y chiíes en la composición demográfica de Bagdad. Todo ocurrió ante la complicidad del Gobierno de Maliki y la pasividad de las tropas norteamericanas.
El mayor obstáculo es el propio Maliki, que este miércoles ha cortado de raíz cualquier especulación al respecto: ”Es un intento de golpe contra la Constitución y un intento de acabar con la experiencia democrática”, ha dicho el primer ministro.
Maliki se considera ganador de las últimas elecciones legislativas, aunque la coalición que dirige sólo consiguió una tercera parte de los escaños en disputa (92 de 328).
De entrada, rechaza la idea de que esté obligado a buscar pactos con los partidos suníes.
Dedicó toda la pasada legislatura a silenciar y acosar a sus dirigentes.
El vicepresidente del país, el suní Tariq Al Hashemi, huyó a Turquía cuando el Gobierno le acusó de estar al frente de una red de milicias armadas. Luego fue condenado a muerte en ausencia en 2012.
La deriva autoritaria del Gobierno de Maliki es uno de los hechos menos sorprendentes de la política iraquí de los últimos años.
El propio Maliki podría mostrarse perplejo hasta cierto punto. Lo eligieron precisamente por eso. Se necesitaba un tipo duro y él estaba disponible.
¿Quién requirió sus servicios? Evidentemente, los sospechosos habituales.
En abril, Dexter Filkins, de The New Yorker, recordaba cómo llegó Maliki al poder.
A principios de 2006, EEUU decidió que el carácter dubitativo del primer ministro, Ibrahim Al Yafari, lo convertía en una mala elección cuando ya el país estaba en las primeras etapas de una terrible guerra civil entre suníes y shiíes.
Washington no creía que Yafari fuera a ser el tipo duro que se necesitaba en la guerra contra la insurgencia suní ni que tuviera el poder suficiente como para controlar a las milicias chiíes de Moqtada Al Sáder.
En esas fechas, el embajador de EEUU en Bagdad, Zalmay Khalilzad, recibió una llamada por videoconferencia para recibir instrucciones de George Bush y Tony Blair.
“¿Puedes deshacerte de Yafari?”, pregunto Bush a su embajador.
“Sí, pero será difícil”, respondió Khalilzad.
Se habían celebrado unas elecciones, pero eso era un detalle menor.
Al igual que ahora, la principal coalición chií había ganado en las urnas sin mayoría absoluta, y Yafari pretendía continuar en el cargo. Khalilzad confirmó a Filkins que de entrada impidió que el primer ministro pudiera formar una mayoría parlamentaria.
Esa era la parte fácil. Lo complicado vino después.
Descartado Yafari, hubo que buscar un dirigente apropiado en las filas de su partido. Había un nombre interesante, Ali al-Adeeb, pero tenía un inconveniente: su padre era iraní y, fuera o no cierto, para mucha gente era más iraní que iraquí. Filkins describe el gran momento:
“Frustrado, Khalilzad preguntó al analista de la CIA asignado a su oficina, alguien que hablaba muy bien árabe y cuyo trabajo consistía en conocer a los líderes iraquíes:
“¿Cómo puede ser que en un país de 30 millones la elección de primer ministro sea entre un incompetente como Yafari y un iraní como Ali Adeeb? ¿Hay alguien más?”.
“Tengo un nombre para usted”, dijo el hombre de la CIA. “Maliki”.Claro, ¿cuándo se ha equivocado al CIA a la hora de elegir a un líder extranjero eficaz y favorable para los intereses de EEUU?
Washington ya tenía a su “tipo duro”, alguien capaz de estar a la altura de las necesidades del cargo.
Lo cierto es que consiguió pronto el apoyo necesario en el Parlamento, algo en lo que había fracasado Yafari.
Khalilzad niega que fuera un dedazo, pero no hay que ser un paranoico para suponer que cuando los partidos iraquíes supieron de los deseos de EEUU llegaron a la conclusión de que resistirse no serviría de nada.
Si alguien esperaba que Maliki presidiera una época cuyo gran objetivo fuera la forja de consensos, no tardó mucho tiempo en chocar de bruces contra la realidad.
La provocación de la insurgencia suní al destruir el santuario chií de Samarra desencadenó una ola de represalias con miles de muertos.
El Ministerio de Interior permitió, cuando no organizó, la formación de escuadrones de la muerte chiíes que persiguieron a los suníes en la provincia de Bagdad. Fue un baño de sangre.
Miles de soldados norteamericanos no pudieron impedir que Bagdad fuera el escenario de una limpieza étnica casi completa que redujo la población suní de la capital del país (aunque algunos medios afirman que parte de ellos regresaron en los años posteriores).
Siempre se destaca la responsabilidad de los cascos azules holandeses en la matanza de 7.000 bosnios por las fuerzas serbias de Mladic. Hay que situar lo que no hicieron las tropas de EEUU en Bagdad en una escala mucho mayor.
Toda esa matanza no tuvo consecuencias políticas negativas para Maliki.
Le sirvió para reforzar su poder en la comunidad chií. Las tribus suníes de Anbar terminaron asumiendo que ese conflicto acabaría con ellos y se pasaron al enemigo.
Financiados por el Ejército norteamericano, formaron las milicias que frenaron a Al Qaeda, el grupo dirigido por Zarqaui, y a los baasistas.
Cuando los norteamericanos se retiraron de Irak, se acabó el flujo de dinero y Maliki se negó a mantener en nómina a decenas de miles de suníes armados.
El primer ministro contaba con un socio más fiable al otro lado de la frontera.
En Teherán estaba su aliado natural.
A pesar de todas las especulaciones sobre lo que EEUU puede hacer por Bagdad y del anuncio de Obama de que enviará 300 militares para asesorar al desprestigiado Ejército iraquí, Maliki ya está recibiendo asesoramiento de calidad. De otro lado.
Hace unos días, se informó de que el general iraní Qasim Suleimani estaba en Bagdad inspeccionando las defensas de la capital y ayudando a reorganizar las fuerzas militares de Irak.
Suleimani, jefe de la Fuerza Quds, es uno de los personajes más intrigantes de Oriente Medio.
Con responsabilidad sobre fuerzas militares y servicios de inteligencia, es responsable de la mayor parte de las intervenciones iraníes en Irak, Siria y Líbano. Cuenta con toda la confianza del líder supremo del país, el ayatolá Jamenei.
Y la prioridad del ayatolá es mantener a EEUU alejado de Irak.
Algunas informaciones indican que Suleimani continúa en Irak.
Es probable que Teherán ya haya entregado algún tipo de ayuda militar, pero no a gran escala. Todo dependerá de lo que decida el enviado iraní.
Según los norteamericanos, esa ayuda no es menor, pero tampoco la única disponible: hay diez divisiones iraníes cerca de la frontera dispuestas a intervenir si fuera necesario.
Es improbable que esa fuerza militar pueda utilizarse para recuperar Mosul y otras zonas suníes controladas ahora por el ISIS.
Maliki aún se presenta como el único líder que puede mantener unido a Irak y no puede presentarse simplemente como una marioneta de Irán.
Pero al menos es un comodín básico para descartar por completo la posibilidad de que Bagdad caiga en manos de los yihadistas.
Esta relación especial entre Bagdad y Teherán no es extraña ni ha surgido de improviso. Tanto Maliki como la mayoría de los dirigentes chiíes iraquíes pasaron años de exilio en Irán y cuentan con una amplia red de contactos en el país vecino.
Su objetivo político nunca fue plasmar las fantasías de los neoconservadores, sino asegurar el dominio de Irak por los chiíes, históricamente postergados por los suníes.
En ese horizonte estratégico, contaban y cuentan con el pleno apoyo de Irán. Si Teherán cree que al final Maliki es un obstáculo para ese plan, el primer ministro tendrá los días contados. No faltarán candidatos para sustituirlo que tengan el visto bueno iraní.
Suleimani es uno de los grandes rivales directos de EEUU en Oriente Medio, o al menos así se le define en Washington y Londres.
“Suleimani es uno de los agentes más inteligentes y fríos de Oriente Medio”, ha dicho una “fuente diplomática occidental” a The Times.
“Su influencia puede encontrarse en Afganistán, Siria, Irak y Líbano. Es difícil encontrar a una sola persona que haya hecho más por extender la influencia militar de su nación y es aún más difícil encontrar a alguien con quien sea más complicado llegar a un acuerdo”.
En cierto modo, los norteamericanos apostaron por Maliki y se han quedado con Suleimani. No ha sido un gran negocio para ellos.
—
Una demostración gráfica del impacto de la guerra civil entre suníes y chiíes en la composición demográfica de Bagdad. Todo ocurrió ante la complicidad del Gobierno de Maliki y la pasividad de las tropas norteamericanas.
Fascinating @nytimes map showing the demographic change (and rising Shiite presence) in Baghdad post-US invasion. pic.twitter.com/Ai3K6gDS6iGUERRA ETERNA
— DavidKenner (@DavidKenner) June 20, 2014
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