LA AGENDA OCULTA DE LA PATRONAL
LA AGENDA OCULTA DE LA PATRONAL
¿QUÉ PIDE REALMENTE?
Los sueños cumplidos...
1. PRIVATIZACIÓN de TODA ACTIVIDAD HUMANA, incluyendo el gobierno, la policía y el ejército. SUPRESIÓN de la SEGURIDAD SOCIAL y la SANIDAD PÚBLICA.
Las LEYES las elaborará la CEOE.
2. En lugar de jornada laboral habrá JORNADA DE DESCANSO: 7 HORAS PARA DORMIR, COMER y DESPLAZARSE, y el resto para trabajar.
3. NI VACACIONES ni fines de semana ni FESTIVOS.
4. Autorización del TRABAJO INFANTIL a partir de los 5 años (antes no rinden). Como en los buenos tiempos del capitalismo industrial y como practicamos con la GLOBALIZACIÓN.
5. SUPRESIÓN del SALARIO, pagándose todo trabajo en especie, que decidirá el empresario, tanto el género (se recomienda trigo sin moler y algodón en rama) como la cantidad.
6. Reimplantación del látigo de 7 colas en centros de trabajo.
7. Prohibición de que el trabajador cese en la empresa sin despido previo del empresario.
8. DESPENALIZACIÓN del MOBBING y del ACOSO y ABUSO SEXUAL, que pasarán a ser derechos del emprendedor. Oponerse a estos requerimientos se castigará con cárcel.
9. Toda movilización contra las normas anteriores se castigará con pena de muerte.
UN PROGRESO MORAL TRUNCADO
En 1930, John Maynard Keynes predijo que, en el año 2030, las horas de trabajo remunerado se reducirían a 3horas diarias, una semana laboral de 15 horas, porque gracias al crecimiento y la productividad de las economías desarrolladas la gente, ya “tendría suficiente” para llevar “una buena vida”.
Este crecimiento de la economía sería “suficiente” para que los seres humanos dirigieran su atención a cosas “más agradables”.
Esta menor necesidad de trabajar se utilizaría para mejorar y enriquecer las relaciones personales y sociales, tender a una mayor cooperación y ayuda mutua.
Hace más de 80 años Keynes abogaba por potenciar “vínculos u obligaciones o lazos” ahogados en el culto al crecimiento y el dinero. “Vinculos”, para él, fundamentales en el desarrollo de las comunidades y las personas.
Pero, los supuestos ‘expertos’ contradicen a la ‘solución humana’ de Keynes.
Lo importante para ellos es la movilidad de los trabajadores. Movilidad, que no se dice, destruye comunidades, vínculos familiares y relaciones.
Movilidad que multiplica las enfermedades mentales en las personas y la inseguridad en los barrios.
Pero, los planteamientos de Keynes han chocado con la realidad imperante. Lo que para él era “suficiente” para otros no es, ni será, de hecho, bastante.
A pesar, del crecimiento constante de la productividad y la riqueza, el desempleo, la jornada laboral, la pobreza y la desigualdad social no han parado de aumentar desde los años 80.
Desde la imposición del neoliberalismo; que no es sino, la última máscara del sueño de algunos por dominar y explotar en provecho propio a la mayoría de los seres humanos; el crecimiento de la productividad y la riqueza no se han repartido entre todos.
No es que la productividad sea baja ni que seamos pobres, es que unos pocos se quedan con el esfuerzo de todos.
No es que la productividad sea baja ni que seamos pobres, es que unos pocos se quedan con el esfuerzo de todos.
La avaricia y la codicia extrema de una minoría les han llevado a apropiarse de los beneficios del trabajo y el conocimiento de todos.
En un año tan temprano como 1848, John Stuart Mill ya escribía “El estado estacionario de la población y de lariqueza no implica el estancamiento del progreso humano.
Habría más espacio que nunca para todo tipo de cultura moral y de progreso moral y social; mucha más disponibilidad para mejorar el arte de vivir y muchas más probabilidades de verlo realmente mejorado si los espíritus quedasen libres del afán de adquirir riquezas.
Las artes industriales podrían ser cultivadas de manera tan seria y con el mismo éxito que ahora, con la única diferencia de que, en lugar de no tener otra finalidad que la adquisición de la riqueza, los perfeccionamientos de esas artes alcanzarían su objetivo, que es la disminución del trabajo”.
Los sueños se han truncado…
Nuestra sociedad ha optado por obviar el progreso moral y humano. Se ha embarcado en una carrera suicida hacia el abismo de la productividad.
No importa que producir ni cómo sino, simplemente, producir, producir y producir a cualquier precio humano y natural para vender y vender.
Nuestra sociedad ha optado por obviar el progreso moral y humano. Se ha embarcado en una carrera suicida hacia el abismo de la productividad.
No importa que producir ni cómo sino, simplemente, producir, producir y producir a cualquier precio humano y natural para vender y vender.
No importa cómo vender, simplemente, importa vender. Los engaños y las estafas, sus consecuencias en la vida de las personas, son secundarias.
Se ha creado una parafernalia que enmascara con bellas palabras – libertad, responsabilidad y esfuerzo – los objetivos y las acciones de los mismos seres reaccionarios y voraces que, siempre han aborrecido estas palabras, que lo siguen haciendo y, que han pisado y continúan pisando la libertad y derechos de la mayoría de los seres humanos.
En sus bocas las palabras se pervierten: la libertad es libertinaje, que pisotea los derechos de los seres humanos; la responsabilidad es irresponsabilidad, que no asume el coste ni las consecuencias de sus acciones; y, el esfuerzo es explotación de los seres humanos y los recursos naturales.
Han creado una sociedad tan inmoral como lo son ellos. En la sociedad de consumo se ha impuesto el insaciable apetito de ganar más y más dinero.
Este apetito voraz destruye vidas y el planeta. Se fomenta la superficialidad, elegoísmo y la competitividad. Una competitividad que no entiende de normas.
Unos se enriquecen y se apropian de todo a costa del dolor y la humillación de otros.
Se usa a las personas como si no tuvieran valor ni dignidad. Privatizan la naturaleza y disponen de la vida de las personas. Crean escasez para después vender su remedio a quien pueda pagarlo.
Han tomado la educación, la universidad y las instituciones para vender las virtudes de la empresa privada. Una iniciativa privada que esconde su verdadero rostro y sus crímenes.
Se promete un trabajo y la felicidad a cambio de no pensar, ser servil y comprar…
Se inyecta en vena la cultura de la empresa – secta.
Desde todos sitios se nos inculca cual es ‘la vida perfecta’. Una vida donde las necesidades materiales – gracias al poder de la publicidad y su capacidad para vender ilusiones –se multiplican y no dejan de crearse constantemente otras nuevas para inducir a la gente a trabajar y ganar dinero para satisfacerlas.
Pero, esta sociedad consiste en una carrera sin llegada porque su secreto es no acabar de satisfacer nunca esas necesidades.
DE LA LIBERTAD LABORAL…
Posted: marzo 4, 2013 in Capitalismo, Globalización, Mercado de Trabajo, Neoliberalismo
“Donde no hay ley no hay libertad. Pues la libertad ha de ser el estar libre de las restricciones y la violencia de otros, lo cual no puede existir si no hay ley; y no es, como se nos dice, “una libertad para que todo hombre haga lo que quiera”. Pues ¿quién pudiera estar libre al estar dominado por los caprichos de todos los demás?”
John Locke (1632–1704)
En 1819, entre gran polémica, el Parlamento británico aprobaba una legislación para prohibir el trabajo de los niños más pequeños – menores de 9 años – aunque sólo en las fábricas de algodón, que eran“excepcionalmente peligrosas”.
Los defensores del libre mercado arremetieron contra la propuesta porque “socavaba la santidad de la libertad de contratación y destruía los cimientos del libre mercado”.
Algunos Lores esgrimían que “tiene que haber libertad laboral”.
Si “los niños quieren (y necesitan) trabajar y los dueños de las fábricas quieren darles trabajo. ¿Dónde está el problema?”.
Hasta finales del S.XIX, no empezó a reglamentarse sensatamente el trabajo infantil ni la jornada laboral y, sólo en los países más ricos donde los sindicatos eran poderosos.
Aunque “muchas personas respetables veían su legislación como algo contrario a los principios del libre mercado”.
Parece que para los defensores del libre mercado, todas las acciones y medidas en pos de la necesidad de “restringir las acciones que perjudican a los demás, intencionadamente o no”, curiosamente, van contra la libertad…
Estos hechos parecen encontrarse lejos en el tiempo, pero, no es así. Las corporaciones se han exiliado a países donde se les permite explotar el trabajo infantil, donde pueden explotar a los trabajadores, donde la necesidad de la personas para ellos es virtud.
La esclavitud existe en muchos lugares alentada por “respetables” dirigentes corporativos.
Esto se hace con la complicidad de nuestros gobiernos y de grandes economistas – nobeles y futuros nobeles –, incluso, patrios; que justifican el trabajo infantil como una mejora para la economía familiar.
Como vemos barbaridades que muchos creen antiguas siguen muy presentes en el “libre mercado”.
Algunos, en nombre de la libertad y la rentabilidad, parecen querer justificar los abusos de poder más abyectos.
A lo largo de estos años, tras muchísimas luchas – y muchísimos asesinados – se consiguió proteger – mal que bien – a los trabajadores. Se intentó someter la rentabilidad empresarial a la libertad y la dignidad de las personas.
Pero, se está perdiendo toda la libertad por la que tanto lucharon algunos.
Se ha creado la escasez y la indefensión necesarias para que las personas tengan que aceptar la explotación laboral para sobrevivir.
Mientras, en los países más ricos las condiciones sociales de la mayoría se deterioran – en España, a pasos agigantados – en los países más pobres y en desarrollo los dirigentes sociales, campesinos y sindicales son amedrentados y, en última instancia, asesinados.
Pero, se está perdiendo toda la libertad por la que tanto lucharon algunos.
Se ha creado la escasez y la indefensión necesarias para que las personas tengan que aceptar la explotación laboral para sobrevivir.
Mientras, en los países más ricos las condiciones sociales de la mayoría se deterioran – en España, a pasos agigantados – en los países más pobres y en desarrollo los dirigentes sociales, campesinos y sindicales son amedrentados y, en última instancia, asesinados.
Cuando se habla de la máxima rentabilidad y eficacia debemos traducir al lenguaje llano y claro lo que significan estas palabras.
Rentabilidad ¿para quién? ¿Qué tipo de rentabilidad? ¿Quién soporta los costes? ¿Pasando por encima de qué y de quién? ¿Cómo se calcula esa rentabilidad?
Vemos que en pos de la rentabilidad unos pocos se están comiendo el presente y el futuro de todos, de nuestra generación y de las generaciones futuras.
Los mares están siendo esquilmados ante la falta de regulación, los bosques deforestados, los trabajadores explotados, los consumidores estafados, los ciudadanos desheredados, los recursos finitos y no renovables menoscabados, el aire y el agua contaminados, etc.
El planeta pronto será un enorme vertedero.
Es una rentabilidad falaz, sus cálculos son espurios, tan sesudos matemáticos y economistas externalizan unos costes que recaen sobre la mayoría y sobre el planeta para que unos pocos se enriquezcan.
Puesto que no hemos sido unos consumidores informados y responsables ¿cuándo vamos a abandonar nuestra infantilidad?
¿Cuándo vamos a ser unos ciudadanos? Ciudadanos adultos y críticos.
La crisis financiera – más correctamente, estafa financiera – nos ha explotado en las manos. La crisis energética y medioambiental – si no ponemos los medios necesarios para evitarla o limitarla – está a las puertas.
Postdata: Si queréis saber más de este tema: “23 cosas que no te cuentan sobre el capitalismo” Ha–Joon Chang.
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