lunes, 10 de octubre de 2016

Yemen: una historia de violencia


Yemen: una historia de violencia

Analizar la situación actual de Yemen es tarea complicada. 
Al igual que tantos otros países de Oriente Próximo, Yemen atravesó con crudeza las revoluciones de las Primaveras Árabes, concluyendo en un periodo de inestabilidad política que acabó derribando al gobierno y desencadenando una serie de alzamientos militares que situaron al país en una efervescente guerra civil.
No obstante, hablar de que los pilares del gobierno yemení eran sólidos y antiguos o que la integridad política y religiosa de la sociedad del país se mantuvieron hasta que se desató la guerra civil sería mentir. 
La crisis yemení ha sido la explosión de un conflicto que venía arrastrándose desde la gestación del propio país y que si bien guarda similitudes con otros conflictos actuales de Próximo Oriente, como la lucha entre suníes y chiíes, tiene rasgos propios y esenciales.

El Norte contra el Sur

La emancipación de Yemen se vio trágicamente influida por la geopolítica de la Guerra Fría. Marcados por el panarabismo y el socialismo, distintos grupos armados apoyados por la Unión Soviética y el Egipto de Nasser iniciaron una revolución en la década de los sesenta contra el régimen colonial del Reino Unido. 
Mientras la metrópoli comenzaba el proceso de independencia, distintas facciones empezaron una brutal lucha por ocupar el gobierno.
En el norte, pese a los esfuerzos de Arabia Saudí y el Reino Unido por mantener al monarca Muhammad al-Badr en el poder, la paz llegó con su caída y la instauración de una república. 
En el sur del país la victoria soviética fue más evidente. Los grupos armados se habían reorganizado formando el Partido Socialista de Yemen, ocupando todas las instituciones y la administración. 
Se consolidaban así dos estados diferentes: al norte la República Árabe de Yemen, y al sur, la República Democrática de Yemen.
Los dos Yemen de la Guerra Fría. Fuente: https://chronicle.fanack.com/wp-content/uploads/sites/5/2014/10/the-yemen-arab-republic_yemen_north-south_map_400px.jpg
Los dos Yemen de la Guerra Fría. Fuente: https://chronicle.fanack.com/wp-content/uploads/sites/5/2014/10/the-yemen-arab-republic_yemen_north-south_map_400px.jpg
Aunque las relaciones entre ambos países fueron buenas en un principio, los distintos intereses geopolíticos y económicos crearon tensiones con el paso del tiempo. 
El norte, cada vez más alineado con Arabia Saudí y su antigua metrópoli, mantuvo un gobierno capitalista e islámico, que chocaba directamente con los intereses seculares y marxistas de la República Democrática de Yemen. La rivalidad desembocó en algunos episodios de combates fronterizos, aunque la verdadera guerra se desataría tras el proceso de unificación. Con la caída de la URSS, la República Democrática de Yemen empezó a verse falta de apoyos y el proceso de unificación se apresuró en 1990.
Pese a todo, aunque la unificación legal y teórica se llevó a cabo rápidamente, las tensiones entre el sur y el norte fueron a más. 
El Partido Socialista Yemení empezó a sufrir persecuciones políticas por las fuerzas norteñas y su influencia se vio duramente reducida en el nuevo gobierno. 
En 1994, cuatro años después de la unificación, los líderes socialistas yemeníes, viendo que perdían todo poder político, volvieron a proclamar la independencia, dando comienzo a una guerra civil. Curiosamente, Arabia Saudí en esta última guerra se posicionó en el lado de los socialistas, temerosos del poder de un Yemen unificado y en el que los chiíes cada vez tenían más fuerza. 
No obstante, el viejo ejército sureño fue rápidamente derrotado. Aunque el proceso secesionista se detuvo, el movimiento separatista en el sur se mantendría para siempre, desconfiando de las políticas de Saná, la capital del país.

Gobernando lo ingobernable

Tras la unificación, el militar norteño Alí Abdullah Saleh aprovechó para consolidarse en el poder. 
Elegido anteriormente como presidente de la República Árabe de Yemen (Yemen del Norte), la guerra civil le dio más poder e influencia, convirtiendo su candidatura como indisputable en las elecciones de 1999, que ganó con un 96% de los votos. 
Se iniciaba así un gobierno personalista, cuya corrupción agravó los problemas ya existentes en el país.
El caos causado por la guerra civil de los noventa y la malas infraestructuras, sobre todo en las zonas áridas y desérticas del país, favorecieron que al Qaeda estableciera diversas células en las provincias costeras del sur. 
Abandonadas desde hacía tiempo por el gobierno de Saná, este área de extrema pobreza se convirtió en un foco de yihadismo salafí desde el que se organizaron diversos atentados contra objetivos occidentales y chiíes. 
Desde 2001, Estados Unidos comenzó una campaña de represión aérea con apoyo del gobierno de Saleh contra los grupos yihadistas.
A partir de 2009 y viendo el avance de al Qaeda en la región, el gobierno decidió lanzar una campaña terrestre más intensa con la intención de frenar la expansión salafista en la región.
Por otro lado, una insurgencia totalmente opuesta se alzaba al norte del país. En junio de 2004, las tribus hutíes lideradas por el clérigo Hussein Badreddin al-Houthi comenzaron una guerrilla armada contra el gobierno de Saleh. 
Los hutíes, una minoría que forma entre el 30 y 40% de la población de Yemen, concentrada especialmente en la parte noroeste del país, pertenecen a una rama del chiísmo conocida como el Zaidismo. 
Esta rama chií destaca por tener sus orígenes en la fallida revolución contra el Califato Omeya, que se produjo a mediados del siglo VIII d.C. Usando este precedente histórico y religioso, al-Houthi llamó a un alzamiento contra el gobierno de Saleh. 
Sus demandas buscaban un mayor reconocimiento político para la marginada etnia hutí, así como el fin de la corrupción del país.
La división religiosa de Yemen. Fuente: http://www.bloomberg.com/quicktake/content/uploads/sites/2/2015/02/Yemen-Religious-Map.jpg
La división religiosa de Yemen. Fuente: http://www.bloomberg.com/quicktake/content/uploads/sites/2/2015/02/Yemen-Religious-Map.jpg
Las fuerzas gubernamentales nunca fueron capaces de subyugar la amenaza hutí pese a tener algunos éxitos militares tales como la detención y ejecución de Hussein Badreddin al-Houthi. 
Desde Saná se decidió optar la vía de la negociación en repetidas ocasiones, trazando varios alto el fuego y treguas de corta duración. Saleh acusó directamente a Irán de estar detrás del apoyo de la insurgencia, intentando convertir a Yemen en otro frente de las guerras satélite que disputa con Arabia Saudí.
El envío de tropas al norte del país para luchar contra la insurgencia hutí liberó la presión en el sureste del país, permitiendo que los grupos salafistas se reorganizaran en las provincias de Abyan, Shabwah y Hadramaut bajo el manto de al Qaeda. Nacía así Ansar al Sharia en Yemen.
El presidente Saleh empezó a ver su autoridad cada vez más mermada. En medio de todo el caos, el propio presidente luchaba contra sus rivales internos por colocar a sus hijos en el poder. 
La incapacidad de Yemen para acabar con la insurgencia era una evidencia del colapso no solo del régimen, sino del país entero. 
Los niveles de corrupción del gobierno, las luchas por el poder y la inestabilidad hicieron fracasar cualquier intento de levantar una verdadera estructura de Estado.

Una explosión esperada

Con la llegada de la Primavera Árabe en 2011, las manifestaciones se dispararon por todo el país, exigiendo la dimisión inmediata de Saleh. La oposición aprovechó la oportunidad para expandir su influencia y presionar, a la vez que los actores externos –Arabia Saudí e Irán– buscaban una oportunidad parar sus intereses en una situación que parecía a punto de desbordarse. 
Por si fuera poco, en el sur despertó el sentimiento secesionista, que aumentó con rapidez tras la represión violenta que usó el gobierno como medida para apaciguar las protestas. 
Yemen se había vuelto totalmente ingobernable.
Ante la incapacidad de poner fin al descontento el presidente aceptó la mediación del Consejo de Cooperación de los Estados Árabes del Golfo. 
Tras largas negociaciones, se consiguió un acuerdo de transición de poderes donde Saleh acabaría abandonando el poder. 
El 22 de Mayo Saleh anunciaba que no firmaría el acuerdo, hecho que desencadenó al día siguiente los primeros enfrentamientos armados con la oposición en la capital. Tan sólo unos días después, Saleh sufría un atentado en el palacio presidencial que casi acaba con su vida y sería trasladado a un hospital en Riad, Arabia Saudí.
Aprovechando el caos, las fuerzas de Ansar al-Sharia asaltan la capital de la provincia de Abyan, Zinjibar, conquistándola y estableciendo su propia administración. 
Los hutíes ya habían conquistado un mes antes la capital de Saada, haciendo exactamente lo mismo. 
Cuando Ali Abdullah Saleh regresó al país en septiembre se encontró ante una situación incontrolable donde las tropas del gobierno eran más vulnerables que nunca. 
El 23 de noviembre de 2011, Saleh firmaba definitivamente el acuerdo del Consejo de Cooperación y abandonaba el país, transfiriendo sus poderes a su vicepresidente Masur al Hadi.
Situación en Yemen a principios de 2012. Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/4/44/Yemen_division_2012-3-11.svg/2000px-Yemen_division_2012-3-11.svg.png
Situación en Yemen a principios de 2012. Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/4/44/Yemen_division_2012-3-11.svg/2000px-Yemen_division_2012-3-11.svg.png
Al Hadi empezó intentando legitimar su posición convocando unas elecciones a la presidencia en febrero de 2012 donde resultó ser el único candidato. 
Tanto los hutíes como los políticos sureños prefirieron boicotear las elecciones a proponer un candidato propio, debilitando aún más el frágil gobierno central de la capital y dejando la victoria de al Hadi, con un 99.8% de los votos a su favor, en un éxito insignificante.
No es de extrañar por tanto que el nuevo presidente demostrara una total impotencia para detener el conflicto entre los suníes salafistas y los hutíes. 
Estos últimos, tras meses de luchas, lograron la expulsión de los grupos extremistas suníes de las provincias norteñas y acto seguido, viéndose fuertes, decidieron avanzar hacia Saná. 
En septiembre de 2014, usando como excusa una nueva subida del petróleo por parte del nuevo presidente, las fuerzas hutíes tomaron la capital en tan solo cinco días. 
Posteriormente, se acusaría al expresidente Saleh de usar su influencia en las fuerzas armadas para permitirlo, quien al parecer encontró en los hutíes un nuevo aliado para volver al panorama político.
DOCUMENTAL: El auge de los hutíes (BBC)
Desde ese momento el gobierno de al Hadi se vio totalmente sometido a la voluntad de los hutíes, que aprovecharon el control de los restos de la administración para potenciar su campaña al resto del país. 
En un primer momento, los hutíes prefirieron mantener la fachada del viejo gobierno antes que derribarlo, probablemente para intentar blindarse de cara al panorama internacional y poder esquivar las acusaciones de golpe de estado que, inevitablemente, no tardarían en llegar.
Partidarios y detractores de la intervención armada en Yemen. Fuente: Al Jazeera
Partidarios y detractores de la intervención armada en Yemen. Fuente: Al Jazeera
No obstante, la ausencia de acuerdo entre el gobierno de al Hadi y los líderes chíies sobre el futuro de Yemen concluyó en la disolución del parlamento. 
Siguiendo el ejemplo de la Revolución de Irán en 1970, los hutíes establecieron un Comité Revolucionario en febrero de 2015.
Esta última acción alertó por completo al país vecino Arabia Saudí. La monarquía suní había visto sus temores cumplirse uno tras otro y decidió no quedarse de brazos cruzados ante los éxitos de los chiíes. 
Mientras los sauditas organizaban una coalición internacional para intervenir en Yemen y detener el avance hutí, el presidente al Hadi escapaba de su confinamiento y huía a finales de febrero a Adén, donde denunció el golpe de estado antes de exiliarse a Riad

Una guerra a largo plazo

Llegados a este punto, el conflicto armado de Yemen escala hasta considerarse una guerra civil total que enfrenta a varios bandos. 
Por un lado, los hutíes y las fuerzas leales al expresidente Saleh, que apoyados por Irán y con el control de facto del gobierno del país, prosiguieron su avance hacia el sur hasta asediar la ciudad de Adén. 
Por otro lado, la coalición suní dirigida por Arabia Saudí comenzó en marzo de 2015 una serie de bombardeos y posteriormente una intervención terrestre con la idea de devolver a al Hadi y sus seguidores al poder. 
Aunque esta fuerza ha contado con el apoyo de las fuerzas sureñas, sus reclamaciones independentistas se han hecho cada vez más fuertes, difiriendo con los intereses de al Hadi y los suyos. 
Por último, los grupos yihadistas suníes influidos por al Qaeda o el Estado Islámico, que han fortificado sus bastiones en la parte sureste del país.
guerraYemen
Tras un año de guerra, la situación dista mucho de mejorar. 
La coalición saudí ha logrado algunos éxitos, como la liberación de Aden, la principal ciudad del sur del país y la provincia de ad Dali, pero al Hadi ahora tiene que controlar este territorio frente a las milicias yihadistas, con las que ha habido continuos enfrentamientos, o las fuerzas separatistas sureñas. 
Por si fuera poco, la economía saudita se ha visto fuertemente sacudida por la guerra, a lo que sumado a otros factores como la caída del petróleo causó en 2015 un déficit de casi 100 mil millones de dólares – el 15% del PIB del país–.
Los hutíes, aunque han retrocedido territorio, mantienen el control de la capital y las zonas noroccidentales del país, frenando al sur a las tropas de al Hadi en la ciudad de Ta’izz y empezando una contraofensiva en enero de 2016. 
Además, las milicias chiies han llegado a atreverse a cruzar la frontera suadita, lanzando pequeñas incursiones a través de ella. Las fuerzas salafistas, lejos del centro de batalla, han aprovechado el enfrentamiento entre los hutíes y el gobierno de al Hadi para capturar nuevas ciudades pese a los bombardeos guiados por Estados Unidos.
Situación militar de Yemen. Actualizada el 3 de Febrero de 2016. Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/Yemeni_Civil_War_(2015%E2%80%93present)#/media/File:Yemen_war_detailed_map.png 
Situación militar de Yemen. Actualizada el 3 de Febrero de 2016. Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/Yemeni_Civil_War_(2015%E2%80%93present)#/media/File:Yemen_war_detailed_map.png
El conflicto, con unos intereses tan fraccionados a nivel nacional e internacional, y con una trayectoria de violencia que recorre varias décadas, dista mucho de ver su fin. Por si fuera poco, la crisis humanitaria ha llevado a la población civil del que ya era el país más pobre del Golfo a una situación extrema.
El eterno enfrentamiento, el bloqueo económico por la guerra y los continuos bombardeos de la coalición suní –acusada de usar bombas de racimo– han hecho que Yemen sea uno de los conflictos armados más trágicos y olvidados del presente.
La situación humanitaria en Yemen es en la actualidad una de las más catastróficas del mundo. Fuente: Naciones Unidas.
La situación humanitaria en Yemen es en la actualidad una de las más catastróficas del mundo. Fuente: Naciones Unidas.

http://elordenmundial.com/2016/03/yemen-una-historia-de-violencia/

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro