En Japón, el general MacArthur permitió que Yoshio Kodama gozara de la inmensa fortuna que adquirió saqueando China.
Este nacionalista yakusa emplazó a sus hombres en todos los sectores claves del país, transformando las nuevas instituciones democráticas en simples fachadas.
Con mano de hierro, veló por el respeto de la línea atlantista (OTAN) hasta el momento de su caída, durante el escándalo de la Lockheed, a finales de los años 70.
Kodama a la salida del tribunal, en enero de 1984, luego de su única comparencia por el escándalo de la Lockheed
Después de la capitulación de Japón, el 14 de agosto de 1945, los principales jefes ultranacionalistas responsables de la militarización del país son arrestados por las autoridades militares estadounidenses del general MacArthur, nuevo amo del imperio vencido.
La purga dura poco pues, en el contexto de la guerra fría, los ocupantes tienen la intención de convertir a sus antiguos enemigos en actores de la reconstrucción del país.
Los criminales de guerra van a convertirse en los principales artífices de la «democracia» nipona.
La trayectoria política de Yoshio Kodama, del ultranacionalismo a la CIA, revela las estrategias de los servicios secretos estadounidenses que actúan en Japón mediante jefes de bandas yakusas.
Del fanatismo ultranacionalista al saqueo de China
A fines de los años 1920, Yoshio Kodama se une a la Sociedad del Océano Negro (Genyosa), grupo ultranacionalista fundado en 1881 por el carismático Mitsuru Toyama [1].
La organización aporta a grandes empresas mineras e industriales rompehuelgas y guardaespaldas, generalmente yakusas miembros de las bandas que controla Toyama.
Los objetivos políticos de la Genyosa son, por un lado, el restablecimiento de los valores tradicionales que encarna el Emperador y, por el otro, la militarización del país.
Para Toyama, la misión de su país es dominar el continente asiático («el océano negro» designa los tres pasos que unen Japón, China y Corea).
Prontamente apoyada por la Sociedad del Río Amur -más conocida con el nombre de Dragón Negro y fundada por el brazo derecho de Toyama, Ryohei Uchida- la organización trabaja en estrecha colaboración con los servicios secretos japoneses proveyéndoles informaciones recogidas por redes de espías establecidos en Manchuria y Corea.
Pero las actividades de la Sociedad no se limitan a misiones de inteligencia.
En 1895, el ministerio de la Guerra acude a la Genyosa y esta envía a Corea un equipo de ninjas encargado de provocar un incidente -el asesinato de la reina- para justificar la invasión japonesa.
Vínculo entre la tradición samurai y el militantismo moderno, la Sociedad del Océano Negro adiestra a numerosos yakusas, entre los cuales se encuentra el joven Kodama, que tendrán la ocasión de ejercer sus talentos como jefes guerreros, sobre todo en Manchuria.
Sociedad del Dragón Negro. Mitsuru Toyama (con barba en primera fila) y Yoshio Kodama (también en primera fila, segundo de derecha a izquierda).
En 1929, Yoshio Kodama se une a la Asociación de Fundadores de la Nación (Kenkoku kai), organización mafiosa notoria por sus métodos violentos . Trata de acercarse al emperador Hiroito, acción que le cuesta seis meses de prisión.
Al salir de la cárcel, crea su propio grupo, la Sociedad de la Juventud por la Independencia (Dokuritsu Seinen Sha) y, en colaboración con la Sociedad para la Acción Celeste (Tenko kai), prepara un amplio programa de asesinatos de ministros, entre ellos el del primer ministro, el almirante Saito (1934).
Es arrestado y encarcelado en la penitenciaría de Fuchu hasta 1937.
Al salir de prisión, Kodama se incorpora al ejército japonés y se convierte después en un eficaz agente del servicio de inteligencia del ministerio de Relaciones Exteriores.
De 1939 a 1941, mientras que las tropas japonesas ocupan parte de China, Kodama dirige un grupo de espías manchúes .
Gracias a los contactos establecidos en Manchuria, es autorizado a abrir en Shanghai la Agencia Kodama (Kodama kikan) que le permitirá amasar una enorme fortuna en pocos años.
Oficialmente la agencia provee materias estratégicas a Japón.
Gracias a esa cobertura, Kodama saquea los recursos chinos, con la ayuda de otros grupos armados como la milicia fascista de Ryoichi Sasakawa trafica con opio y supervisa el tráfico de armas [5].
En 1945, el Kodama kikan acumula fondos evaluados en 175 millones de dólares en platino y diamantes.
Fruto de cuatro años de saqueo, esa fortuna le ha permitido financiar en Shanghai, a cambio de la aprobación de las autoridades japonesas, la Kenpei tai, una policía secreta [6].
Al final de la guerra, Kodama regresa a Japón y se convierte en el principal consejero del primer ministro, el príncipe Higashiku.
Lógicamente, en 1946 es arrestado por las autoridades estadounidenses y encarcelado en la prisión de Sugamo.
MacArthur recluta a los criminales de guerra
En Washington, sin embargo, el debate se centra en el peligro soviético. Incluso antes de que el presidente Truman tome la decisión final, la CIA se prepara para combatir la URSS reclutando a los cuadros del Eje.
En Europa, James J. Angleton, a la cabeza de la unidad X-2, recicla fascistas y nazis.
En Asia, el general Willoughby hace lo mismo con los imperialistas nipones en el marco del G-2.
En Sugamo, 250 prisioneros de guerra esperan juicio.
Entre ellos está Yoshio Kodama, considerado con toda justeza como «criminal clase A».
Los servicios de inteligencia del ejército de ocupación, el G-2 dirigido en Japón por el general Charles Willoughby, establecen sobre Yoshio Kodama un retrato especialmente perspicaz:
«Kodama es un hombre doblemente peligroso.
Su largo y fanático compromiso con las actividades ultranacionalistas caracterizadas por la violencia y su influencia en la juventud hacen de él un hombre que representaría, en libertad, una grave amenaza.
Además, todo indica que su estrecha cooperación con el empeño japonés en la guerra le ha permitido adquirir una gran fortuna que le permitiría financiar cualquier tipo de actividad.
Podría, por consiguiente, convertirse en uno de los grandes artífices de la reconstrucción de Japón».
En vez de juzgar a Kodama, el G-2 prefiere proponerle un trato: liberarlo si acepta cooperar.
MacArthur [8], nombrado comandante supremo de las fuerzas aliadas (SCAP), planea, conforme a las directivas de Truman, hacer de Japón un bastión del intervencionismo estadounidense en el sudeste asiático.
En un primer tiempo, el general realiza una campaña de limpieza política de la que son víctimas los miembros de ciertas sociedades ultranacionalistas, como la Sociedad del Dragón Negro o la Sociedad de la Virtud Militar (Butokukai), considerados responsables de la militarización de Japón.
Pero, a partir de 1947, cuando se establece la teoría estratégica del containment [9], abandona ese proyecto y trata de convertir a sus enemigos, y sus fortunas, en los pilares de la reconstrucción de Japón.
Solamente 28 acusados son condenados durante el juicio de Tokio, equivalente japonés del proceso de Nuremberg que, teóricamente, debía sacar definitivamente de la escena política a los ultranacionalistas nipones.
La mayoría de los criminales «clase A» son liberados después de haber pasado a penas dos años de prisión en Sugamo.
Ryoichi Sasakawa dirá posteriormente de su estancia en Sugamo que fueron «unas vacaciones ofrecidas por dios».
No será Yoshio Kodama, uno de sus compañeros de celda, quien lo contradiga. Los años de prisión le permitieron escribir dos libros -Yo fui vencido y Diario de Sugamo- y entrar en contacto con otros criminales de guerra «clase A» quienes jugarán un papel decisivo en la construcción, bajo la dirección de Estados Unidos, de la democracia japonesa.
Kodama se relaciona con el futuro primer ministro Nobusuke Kishi, ex-ministro de Municiones del gobierno de guerra del general Tojo. Al liberarlo, el G-2 convierte a Kodama en un agente especialmente poderoso.
Antes de ser arrestado Kodama había confiado su inmensa fortuna a otro líder de la extrema derecha, Karuko Tsuji.
El botín de guerra será invertido en la fundación de un gran partido de derecha, el Partido Liberal que, al fusionar en 1955 con el Partido Demócrata, se convertirá en el Partido liberal demócrata, organización política que dirigirá Japón durante medio siglo.
El mayor general Charle Willoughby
El principal artífice de esta alianza entre los yakuzas y la diplomacia secreta de Estados Unidos es un colaborador cercano de Douglas MacArthur, el responsable del G-2 Charles Willoughby.
Este oficial de origen prusiano (su verdadero nombre es Adolf Tscheppe-Weindenbach) sirvió en Filipinas y tiene mucho en común con los ultranacionalistas japonses.
Fascista notorio, estableció en Manila estrechos contactos con los falangistas españoles.
Después de la guerra, se convertirá en uno de los consejeros del general Franco; apoyará, en Estados Unidos, la campaña anticomunista de Joseph MacCarthy; se relacionará con personalidades de extrema derecha, como Haroldson Hurt, John Rousselot, Billy James Hargis, y colaborará en el periódico The American Mercury.
De 1946 a 1948, organiza en Sugamo el reclutamiento de hombres encargados de luchar activamente contra el comunismo.
En el contexto de la posguerra, los servicios secretos estadounidenses prefieren por consiguiente la colaboración con los nacionalistas responsables de la agresión japonesa [10].
Willoughby recluta al general Seizo Arisue, ex-jefe de la inteligencia del Estado Mayor; a Ryoichi Sasakawa, jefe de una milicia fascista; a Nobusuke Kishi, colaborador cercano del general Tojo y a Yoshio Kodama.
El G-2 quiere que Kodama reactive sus redes, en Japón, para luchar contra los sindicatos de izquierda y, en Manchuria, para montar operaciones de espionaje.
En 1949, los servicios secretos le piden que acabe con los sindicatos en las minas de carbón.
Los rompehuelgas dirigidos por Kodama fracasan ante los decididos mineros. El G-2 acude más tarde a él para realizar en China una operación que consiste en enviar a Shanghai un barco-espía como si fuera un simple mercante.
Desconfiados, los chinos interceptan la nave. A pesar de estos dos primeros fracasos, el G-2 le confía una nueva misión.
Kodama recibe 150 000 dólares para el transporte de un cargamento de tungsteno proveniente de China.
Nuevo fracaso. Kodama tendrá más suerte en la política.
La «democracia» bajo el control del hampa Desde 1954, Kodama prepara la creación del gran partido conservador.
Él mismo es uno de los miembros del comité de grandes electores que elige a Ichiro Hatayoma, quien se convierte en primer ministro en 1954.
Paralelamente mantiene los contactos con sus amigos yakusas, entre ellos Haroko Tsuji e Hisayuki Machii, quienes controlan los clubes nocturnos de de Ginza, y con sus aliados ultranacionalistas, como Bin Akao, apodado el «Hitler japonés».
En 1955, el Partido demócrata liberal, resultado de una fusión cuyo principal artesano no es otro que Nobusuke Kishi, es creado mayormente gracias al dinero de los criminales de guerra reclutados por el G-2.
A fines de los años 50, Kodama retoma contacto con los servicios secretos estadounidenses. La batalla del Ampo, le abrirá una posibilidad de reunir las diferentes bandas de Tokio en una sola organización anticomunista.
En 1967, su amigo Nobusuje Kishi , después de haber ocupado el puesto de secretario general del PLD, se convierte en primer ministro y comienza a recompensar a sus amigos de siempre.
El yakusa Ichiro Kono, miembro de la Dieta, es nombrado ministro de Agricultura mientras que el monopolio de la gestión de las apuestas en las carreras de lanchas con motor fuera de borda es entregado a Ryoichi Sasakawa.
Durante la misma época, Kodama participa en la creación de la Liga Anticomunista de los Pueblos de Asia (People’s Anti-Communist League, APACL) que dará lugar a la aparición de la Liga Anticomunista Mundial (World Anti-Communist League, WACL) .
En 1960, cuando los pocos movimientos de izquierda que aún existen tratan de oponerse a la ratificación de un nuevo tratado de seguridad que autorizaría Estados Unidos a instalar armas atómicas en territorio japonés , Kishi recurre a Kodama para mantener a raya el Consejo del Pueblo Contra la Revisión del Tratado de Seguridad (Ampo).
A pesar de la oposición, Kishi fuerza la ratificación del tratado impidiendo que los socialistas tengan acceso al parlamento.
Pero, el juego no se ha terminado aún. Falta asegurar un digno recibimiento al presidente Eisenhower, «sin quedar mal».
Para ello Kishi proyecta contratar yakusas para contener al Ampo. Yoshio Kodama organiza la intervención del hampa reuniendo por primera vez a los principales padrinos de Tokio: Kakuji Inagawa, jefe del Kinsui-kai; Yoshimitsu Sekigami, patrón del Kinsui-kai y Kinokuse Ozu.
La misión de estos será combatir, junto a veteranos de la Segunda Guerra Mundial, a los militantes del Ampo. Yakusas y ultranacionalistas convierten las manifestaciones en verdaderas batallas.
El 15 de junio de 1960, estudiantes miembros del Ampo se reúnen ante el parlamento. La carga de las tropas de choque deja varios heridos y una estudiante muerta. Nobusuke Kishi se ve obligado a dimitir y se cancela la visita de Eisenhower.
Pero, para satisfacción de los halcones estadounidenses, el sucesor de Kishi mantiene el tratado de seguridad.
Kishi se ve momentáneamente marginado a causa del fracaso, que permite sin embargo a Kodama aumentar su control sobre las bandas.
Participa activamente en la fundación de la Zen ai kaigi (Consejo General de Organizaciones Patrióticas), legado directo de la batalla del Ampo, y después trata, en 1963, de reunir todas las bandas en un grupo político único, el Kanto-kai, cuyo objetivo oficial es la lucha contra el comunismo.
A pesar de la habilidad del padrino, su proyecto enfrenta la hostilidad de Kazuo Taoka, el jefe de la banda de Osaka. La unión planteada por Kodama es dirigida por Kakuiji Inagawa y reúne finalmente siete bandas, sin salir de los límites de Tokio.
En poco tiempo, los conflictos entre las bandas provocan la ruptura de la alianza. El Kanto-kai se disuelve en 1965.
Este fracaso no reduce la considerable influencia de Kodama sobre el hampa japonesa. A menudo, junto a su amigo Sasakawa, Kodama sirve de árbitro en las guerras entre bandas.
El escándalo Lockheed: la CIA desenmascarada
El escándalo Lockheed revelará, en 1967, los lazos de Kodama con la CIA. Todo comienza en 1957, cuando John Kenneth Hull, representante de la firma Lockheed, se instala en Japón con el objetivo de vender al ejército el avión de combate Startfighter.
Al principio, se pone en contacto con Taro Fukuda, amigo personal de Kodama (se conocieron en Manchuria.
Kakuei Tanaka
En 1958, Kodama hace un trato con Lockheed.
Su papel consiste en utilizar sus relaciones para que la Agencia Nacional de Defensa nipona se decida por el caza Startfighter en vez del Grumman F-11F.
Kodama recurre a sus dos aliados más importantes: Nobusuke Kishi, a la sazón primer ministro, y Bamboku Ohno, vicepresidente del Partido liberal-demócrata. La operación es un éxito. En total, Lockheed logra vender 230 Startfighters.
La firma se dirige de nuevo a Kodama para vender su nuevo avión civil de transporte, el Tristar L-1011.
Kodama recurre esta vez a su amigo Kenji Osano, familiar del ministro de Comercio Exterior e Industria, el futuro primer ministro Kakuei Tanaka. También obtiene de Sasakawa el silencio de las asociaciones de vecinos.
A su llegada al cargo de primer ministro, Tanaka acepta el trato de Lockheed, que vende así varias decenas de Tristar. Kodama recibe más de 3 millones de dólares por los servicios prestados. Otras ventas le reportan 9 millones de dólares.
Este caso de corrupción saca a la luz las actividades de la CIA en Japón. En efecto, el envío secreto de fondos se hizo a través de corredores monetarios especializados al servicio de la CIA.
La firma newyokina Deak and Company, fundada antes de la Segunda Guerra Mundial por Nicholas Deak, emigrante húngaro reclutado por el Office of Strategic Service (OSS), garantizó el traslado «discreto» de los capitales de Suiza a Japón.
No es sorprendente que, al estallar el escándalo de la Lockheed, Henry A. Kissinger declare que la divulgación de todos los elementos del caso perjudicaría la seguridad nacional estadounidense.
El escándalo estalla en 1976 y provoca la dimisión de Tanaka. En 1977, Kodama se ve en una posición difícil. Por primera vez desde 1934, se ve obligado a comparecer ante la justicia japonesa y cae irremisiblemente.
Víctima de una serie ataques, se refugia en su residencia privada para descansar fuera del alcance de la prensa que presenta el escándalo Lockheed como el símbolo de la corrupción de las elites políticas japonesas.
Uno de sus admiradores, Maeno, trata de matarlo estrellando un avión contra la residencia de Kodama en Tokio. El padrino en desgracia escapa al kamikaze.
Kodama fallece en su cama, el 17 de enero de 1984, sin haber tenido nunca el coraje de morir según el código samurai.
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