martes, 9 de mayo de 2017

La huelga de hambre de los presos palestinos y la bancarrota moral de Israel

La huelga de hambre de los presos palestinos y la bancarrota moral de Israel

El 17 de abril, Día Internacional de las y los Presos Políticos Palestinos, más de 1.500 prisioneros iniciaron una huelga de hambre colectiva. 
Se trata de la medida más numerosa y plural llevada adelante en las cárceles de la ocupación colonial israelí en muchos años, y ha recibido la adhesión de todos los partidos políticos palestinos: nacionalistas, marxistas e islamistas.
Bajo la consigna “Libertad y Dignidad”, los presos no piden otra cosa que respetar sus derechos fundamentales establecidos en el derecho internacional. 
Por un lado, exigen cambios en las condiciones de reclusión: acceso a lectura y estudios universitarios, dos visitas mensuales de una hora de duración (actualmente es una sola de 45 minutos), condiciones humanas en los traslados, atención médica adecuada y liberación de enfermos terminales o discapacitados; 
y por otro, poner fin a las inhumanas políticas de detención: la tortura, el régimen de aislamiento prolongado, la detención ‘administrativa’ (sin juicio y por tiempo indefinido) y el traslado de los detenidos a Israel −en violación de la IV Convención de Ginebra−, lo que dificulta severamente las posibilidades de visitas familiares.
Según la organización Addamir, hay 
unos 6.300 presos y presas, incluyendo 500 en detención ‘administrativa’, 300 menores de edad, 61 mujeres y niñas, 13 parlamentarios y 28 periodistas. 
Al menos 1.000 tienen prohibido recibir visitas por “motivos de seguridad” (sobre todo los de Gaza), y entre 15 y 20 permanecen en total aislamiento. 
En 50 años desde la ocupación de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, más de 800.000 personas han sido detenidas por Israel, lo que equivale al 40 por ciento de la población masculina palestina.

EL ‘MANDELA PALESTINO’

No es la primera huelga de hambre masiva de presos palestinos; pero lo que hace especial a ésta es que su líder y vocero es Marwan Barghouti (57), dirigente y parlamentario de Fatah, preso desde hace 15 años y condenado a cinco cadenas perpetuas por su papel en la resistencia durante la segunda intifada (un juicio plagado de irregularidades, en el cual el acusado rechazó la asistencia legal y la legitimidad del tribunal del ejército de ocupación).
Marwan Barghout
Barghouti es el preso más famoso y carismático dentro y fuera de las cárceles, y se lo conoce como “el Mandela palestino”. 
Una campaña por su libertad iniciada en 2013 −simbólicamente, desde Roben Island, la prisión sudafricana donde Mandela pasó su largo cautiverio− ha recibido el apoyo de cientos de parlamentarios y personalidades y de varios premios Nobel de la Paz. 
En una carta publicada en The New York Times, Barghouti explicó las razones de esta huelga de hambre y denunció las permanentes violaciones de los derechos humanos que Israel comete contra los presos y sus familias.
“Tenía tan solo 15 años cuando fui encarcelado por primera vez. Apenas tenía 18 cuando un interrogador israelí me forzó a abrir las piernas mientras estaba desnudo en la sala de interrogatorio, para golpear mis genitales. 
Me desmayé del dolor, y la caída resultante dejó una cicatriz perenne en mi frente. El interrogador más tarde se burló de mí, diciendo que yo nunca procrearía, porque las personas como yo sólo engendran terroristas y asesinos”, escribió.
Barghouti acusa a Israel de mantener un sistema “inhumano de ocupación colonial y militar” y de “apartheid jurídico” que busca “romper el espíritu de los prisioneros y de la nación a la que pertenecen, infligiendo sufrimiento a sus cuerpos, separándolos de sus familias y comunidades, utilizando medidas humillantes para obligarnos al sometimiento. 
A pesar de semejante tratamiento, no nos rendiremos”.
Imagen de Marwan Barghouti en el Muro junto al checkpoint que separa a Jerusalén de Ramala

LA MEDIDA SE EXTIENDE Y CRECE EL APOYO POPULAR

El apoyo a la huelga de hambre continúa creciendo dentro y fuera de Palestina, y cada día más presos y prisiones se suman a la medida. Hasta ahora son siete las presas que se unieron a la protesta desde la cárcel de Hasharon. 
La huelga general convocada para el jueves 27 de abril en los territorios ocupados tuvo prácticamente un 100 por ciento de acatamiento, incluso en Jerusalén y en comunidades palestinas de Israel. 
El viernes 28, la población convocó a un ‘día de ira’, con numerosas protestas que fueron brutalmente reprimidas por las fuerzas israelíes; se reportaron decenas de manifestantes heridos o detenidos. 
Las protestas generalizadas y la respuesta represiva se repitieron el viernes 5 de mayo en todas las ciudades de Cisjordania. 
En las principales universidades y plazas palestinas se han levantado carpas de solidaridad, y grupos de familiares y estudiantes se han sumado al ayuno. 
Uno de los hijos de Marwan Barghouti convocó por las redes sociales al desafío de beber agua y sal en apoyo a los presos políticos, generando respuestas individuales y colectivas en todo el mundo.
El 1º de mayo, la Federación Sindical Mundial emitió una declaración de apoyo a los presos palestinos, a la cual se unió la Confederación Sindical Internacional. 
El mismo día los sindicatos palestinos llamaron a unirse al movimiento BDS, boicoteando las empresas israelíes e internacionales que son cómplices de la ocupación, el colonialismo y el apartheid, y presionando a los gobiernos para que corten relaciones militares y comerciales con Israel. 
“Reiteramos nuestro llamado al boicot contra Histadrut, el sindicato oficial israelí, por su complicidad con las violaciones del derecho internacional y su negativa a tomar una postura clara de apoyo a los derechos del pueblo palestino”, agregaron.
Desde las prisiones de Ramle y Ramon, también enviaron mensajes a la clase trabajadora los dirigentes del FPLP en huelga de hambre Kamil Abu Hanish y Ahmad Saadat. 
“Hoy les llamamos (…) a redoblar su apoyo a nuestra lucha, al pueblo palestino y a los prisioneros. Les instamos a que actúen para aislar al Estado ocupante y hacerlo responsable por 70 años de crímenes contra el pueblo palestino. 
Les instamos a intensificar el movimiento de boicot, desinversión y sanciones contra el Estado ocupante y contra corporaciones como Hewlett-Packard y G4S que lucran con el encarcelamiento, el apartheid y el colonialismo. 
Los movimientos (…) de los oprimidos pueden y deben participar en esta batalla en todo el mundo, como parte integral de la lucha contra el racismo, el imperialismo y el capitalismo.”, escribió Abu Hanish. 
Saadat también llamó a “enfrentar las fuerzas salvajes del capitalismo, la ocupación, el colonialismo y el racismo. (…) Una de las tareas comunes es defender los derechos de las personas refugiadas y migrantes, y de las clases empobrecidas, en cualquier parte del mundo”.
El jueves 4, al entrar en el 18º día de huelga de hambre, más prisioneros se sumaron a la protesta, incluyendo a líderes de primer nivel de todos los partidos palestinos: 
el secretario general del marxista FPLP, Ahmad Saadat y su compañero Ahed Abu Ghoulmeh; los líderes de Hamas: Abbas el-Sayyed, Ibrahim Hamed y Hasan Salameh; el líder de la Yihad Islámica Ziad Bseiso. También se participan en la huelga el líder del FDLP: Wajdi Jawdat, el líder del Partido del Pueblo (comunista) Bassam Kandakji, y los presos palestinos más antiguos: Nael Barghouthi y Karim Younes.
El compromiso de unidad se anunció en conferencias de prensa simultáneas en Gaza y Ramala, y fue recibido con manifestaciones populares masivas en ambos territorios ocupados. 
Ante miles de personas congregadas ante la estatua de Mandela en Ramala, Fadwa Barghouti leyó un mensaje de su esposo desde la cárcel:
“Israel no puede silenciarnos, ni aislarnos, ni rompernos. Nuestra voluntad es sólida e inquebrantable; la ocupación lo probó una y otra vez y fue incapaz de someternos o subyugarnos: continuamos rebelándonos contra nuestro cautiverio y los intentos de humillarnos (…)
Confiamos en que la fidelidad de los prisioneros a su pueblo y a su país será recibida con lealtad, y que esta batalla sea parte integrante de la batalla de nuestro pueblo por la libertad y la dignidad. Nos encontraremos pronto, en libertad.”
En el Reino Unido, estudiantes de la universidad de Manchester se unieron a la huelga de hambre. 
Cientos de instituciones y profesionales del Derecho de todo el mundo expresaron su solidaridad en una declaración  iniciada en Estados Unidos por el National Lawyers Guild
También emitieron declaraciones de apoyo el bloque de izquierdas del Parlamento Europeo y la Asociación Parlamentaria del Mediterráneo. 
La organización Samidoun registró 161 acciones de apoyo a los presos palestinos entre el 14 de abril y el 7 de mayo en todo el mundo.

LA RECETA ISRAELÍ: MÁS REPRESIÓN

Mientras el apoyo popular a la protesta crece en Palestina y en el mundo, las autoridades israelíes han respondido con la única arma que conocen: 
la violencia represiva, dentro y fuera de las cárceles. 
Los líderes de la protesta fueron puestos bajo total aislamiento y están siendo trasladados de una prisión a otra. 
A los huelguistas les han confiscado pertenencias personales (en algunas prisiones incluso la sal que ingieren con agua), les han prohibido ver las noticias o comunicarse y han suspendido las visitas, tanto familiares como legales. 
Por este motivo, los defensores de presos boicotearon los tribunales militares, negándose a asistir a las audiencias. 
Sólo integrantes del Comité Internacional de la Cruz Roja han sido autorizados, en algunas prisiones, a visitar a los presos en huelga de hambre.
A su vez, la amenaza de alimentación forzada se cierne sobre los huelguistas: el Ministerio de Salud Pública de Israel ha coordinado con la Policía y el Servicio de Prisiones el eventual traslado de presos a hospitales militares. 
Se busca así evitar que sean transferidos a centros públicos, donde el personal médico se ha negado a aplicar la ley de 2015 que permite la alimentación forzada (ratificada por la Corte Suprema), ya que viola el código de ética y es considerada tortura en las declaraciones de Malta y de Tokio de la Asociación Médica Internacional. 
Previendo estas dificultades, el gobierno israelí está considerando la posibilidad de traer médicos extranjeros para alimentar por la fuerza a los huelguistas.
El 4 de mayo un tribunal israelí accedió a la solicitud de organizaciones de derechos humanos y autorizó que los huelguistas pudieran recibir visitas de sus abogados -aunque no de las familias. 
Sin embargo, al día siguiente las abogadas de Addamir denunciaron que se les había prohibido visitar a los huelguistas, desconociendo la resolución judicial; sólo pudieron ver a otros presos que no están ayunando y obtener información indirecta a través de ellos. 
Los prisioneros confirmaron el aumento del hostigamiento y las agresiones de las autoridades penitenciarias contra los huelguistas: penosos traslados de una prisión a otra, requisas nocturnas, despojo de pertenencias y provocaciones constantes. 
Los huelguistas, cuya salud se deteriora aceleradamente, se encuentran recluidos en total aislamiento, sin comunicación alguna con el exterior, sin otra ropa que el uniforme penitenciario, sin ningún material de lectura, teniendo que tomar agua del grifo, y hasta se les ha prohibido hacer las oraciones diarias.
Por otro lado, varios dirigentes de la huelga denunciaron intentos divisionistas de negociar con ellos excluyendo a Marwan Barghouti, a lo cual todos se negaron categóricamente. 
Ahmad Saadat, el respetado secretario general del FPLP, rechazó dialogar con las autoridades y les remitió a Marwan Barghouti, líder de la huelga. 
Abdel Mayid Shadid, dirigente de Fatah, denunció que las autoridades del Servicio de Prisiones habrían ofrecido un acuerdo sólo a los huelguistas de las cárceles de Nafha y Ramon -que también fue rechazado por los presos.
Concentración en el centro de Nablus en solidaridad con los presos políticos (Ahmad Al-Bazz).

POTENCIAL PELIGROSO

La cuestión de los presos y presas políticas es una de las más sensibles en Palestina −un país donde el 21% de la población ha estado o está en la cárcel. 
La huelga de hambre y la represión despiadada que las fuerzas sionistas están desplegando dentro y fuera de las cárceles acelera el imparable deterioro de la image n internacional de Israel, que no tiene argumentos convincentes para justificar la tortura y el encarcelamiento masivo, los tribunales militares para niños o la detención indefinida sin juicio. 
Como tampoco puede justificar que la mitad de los seres humanos (más de seis millones) que viven bajo su dominio carezcan de derechos fundamentales por el simple hecho de ser palestinos/as.
La lucha de los presos también tiene un potencial político: para una población tan desgastada por la brutalidad impune de la ocupación como desesperanzada por la corrupción y las divisiones de sus dirigentes, el llamado que sale de las cárceles a la unidad por encima de sectarismos puede levantar la moral y empoderar a la gente. 
Un movimiento de resistencia civil masiva, creciendo de abajo hacia arriba, con un liderazgo potente como el de Marwan Barghouti, estaría en las antípodas de las estériles gestiones de Mahmoud Abbas buscando el apoyo de los gobiernos occidentales. 
No es difícil comprender la preocupación del desprestigiado ‘Presidente’ palestino ante el aumento de la popularidad de su rival, así como de una agitación popular que difícilmente podrá controlar.
Al entrar en el día 20º, los presos en huelga de hambre hicieron un llamado a redoblar la solidaridad y la movilización, advirtiendo que muchos de ellos están sufriendo un grave deterioro de su salud. 
También alertaron sobre la inminencia de una embestida feroz del régimen para quebrar la resistencia de los prisioneros, incluyendo la alimentación forzada. A su vez, representantes del gobierno israelí han declarado que no importa si algunos mueren, porque no hay lugar para tantos presos en las cárceles.
Israel ciertamente tiene un historia criminal y perverso en desactivar la resistencia palestina cuando ésta alcanza niveles significativos de unidad y movilización, como está ocurriendo con esta huelga de hambre. 
En junio de 2014, cuando los prisioneros estaban tomando una medida similar, y los dirigentes de Fatah y Hamas habían alcanzado un histórico acuerdo de unidad, el régimen sionista desató una brutal cacería en Cisjordania (usando como pretexto el secuestro de tres colonos); y un mes después inició el ataque más sanguinario de su historia sobre la bloqueada población de Gaza, bombardeando y destruyendo la infraestructura civil de la Franja, asesinando a 2.200 personas y dejando heridas y con lesiones permanentes a más de 11.000.
¿Qué precio tuvo que pagar Israel por la masacre de 2014? 
En la era de Trump, ¿alguien duda de que el régimen sionista estaría dispuesto a utilizar todo su poder letal para quebrar un liderazgo palestino fuerte y unido e impedir cualquier mínima victoria de la resistencia?

¿HASTA CUÁNDO?

Israel pretende desacreditar al movimiento de prisioneros y a su líder acusándoles de “terroristas”
Dejando de lado que la mayoría de quienes han pasado por las cárceles jamás tomó un arma, o que cada año 700 niños palestinos son juzgados en tribunales militares por tirar piedras, quienes vivimos bajo dictaduras y conocimos los tribunales militares sabemos que la distinción entre unos presos políticos y otros es fútil. 
¿Con qué autoridad se puede condenar la resistencia de un pueblo que viene soportando un régimen colonial por 69 años y una ocupación militar por 50? 
En una reciente entrevista con el Washington Post, la parlamentaria y ex presa palestina Jalida Yarrar afirmó: “El problema no son las acciones del pueblo ocupado, sino la ocupación misma. La gente sólo está reaccionando contra ella. Hay que conocer mejor lo que sufre el pueblo palestino a diario por falta de libertad, por los checkpoints, por las colonias, por no poder acceder a sus tierras, a su agua… ¿Qué esperan que haga un pueblo que soporta todo esto?” 
El propio Marwan Barghouti, quien en su momento censuró los atentados contra civiles israelíes, afirmó no obstante en su juicio que “no habrá paz ni seguridad sin el fin de la ocupación”.
Una verdad demasiado obvia, que sin embargo parece necesario recordar a los gobiernos occidentales que repiten como un mantra el dogma de la propaganda sionista para justificar décadas de atrocidades contra el pueblo palestino: “Israel tiene derecho a defenderse”. 
La afirmación carece de toda validez en el derecho internacional humanitario, que por el contrario establece claramente los deberes de la potencia ocupante hacia la seguridad y bienestar de la población ocupada. 
El primero de ellos, que 
toda ocupación debe ser temporal. 
Cincuenta años parece demasiado tiempo para seguir tolerando la impunidad de israelí. Y menos aún sus vanas justificaciones. Los presos palestinos están diciendo BASTA con la única arma que tienen: sus estómagos vacíos.
María Landi es una activista de derechos humanos latinoamericana, comprometida con la causa palestina. 
Desde 2011 ha sido voluntaria en distintos programas de observación y acompañamiento internacional en Cisjordania
EAPPI (en Yanún/Nablus), CPT (Al-Jalil/Hebrón), IWPS (Deir Istiya/Salfit) y Kairos Palestine (Belén). 
Es columnista del portal Desinformémonos, corresponsal del semanario Brecha, y escribe en varios medios independientes y alternativos.

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro