La herramienta elitista occidental Angela Merkel pretende deshacerse de Internet de medios alternativos
La canciller alemana Angela Merkel ha declarado la guerra a medios de comunicación alternativos que, según ella, son responsables de subvertir el control del gobierno sobre el público.
Merkel se unió al coro de otros líderes mundiales y los medios de comunicación multinacional enormes que deseen deshacerse internet de sitios web de medios alternativos, con el pretexto de " la lucha contra la falsificación de noticias ".
Hablando en el parlamento, Merkel afirmó que la opinión pública estaba siendo balanceó lejos de la política de establecimiento, afirmando que los medios de comunicación independientes que plantea un peligro para la seguridad nacional.
Yahoo News informa:
"Algo ha cambiado - a medida que la globalización ha avanzado, el debate (político) está teniendo lugar en un entorno mediático completamente nuevo." Las opiniones no se forman como hace 25 años ", dijo.
"Hoy tenemos sitios falsos, bots, trolls, cosas que se regeneran, refuerzan las opiniones con ciertos algoritmos y tenemos que aprender a lidiar con ellos".
Merkel, de 62 años, dijo que el desafío para los demócratas era "alcanzar e inspirar a la gente - debemos enfrentar este fenómeno y si es necesario, regularlo".
Dijo que apoyó las iniciativas de su gobierno de coalición de derecha-izquierda para reprimir el "discurso de odio" en las redes sociales ante lo que dijo que era "preocupación por la estabilidad de nuestro orden familiar".
"El populismo y los extremos políticos están creciendo en las democracias occidentales", advirtió.
La semana pasada, Google y Facebook se trasladaron a recortar los ingresos publicitarios a falsos sitios de noticias después de una campaña electoral en Estados Unidos en la que la industria mundial de la desinformación pudo haber influido en el resultado de la votación.
Pero los observadores de los medios dicen que se necesita más para erradicar un poderoso fenómeno visto por algunos expertos como una amenaza para la democracia misma.
Los conservadores demócratas cristianos de Merkel son los favoritos para ganar la elección nacional alemana, prevista para septiembre u octubre de 2017.
Pero se enfrenta a un fuerte desafío de un partido populista de derecha, Alternativa para Alemania (AfD), que tiene su política liberal de refugiados y migración en su punto de mira.
En la actualidad, la encuesta es de alrededor del 12-13 por ciento, lo que podría complicar las complejas matemáticas de la construcción de la coalición después de la encuesta.
Todos los partidos principales de Alemania han descartado por ahora formar una alianza con la AfD.
Merkel se unió al coro de otros líderes mundiales y los medios de comunicación multinacional enormes que deseen deshacerse internet de sitios web de medios alternativos, con el pretexto de " la lucha contra la falsificación de noticias ".
Hablando en el parlamento, Merkel afirmó que la opinión pública estaba siendo balanceó lejos de la política de establecimiento, afirmando que los medios de comunicación independientes que plantea un peligro para la seguridad nacional.
Yahoo News informa:
"Algo ha cambiado - a medida que la globalización ha avanzado, el debate (político) está teniendo lugar en un entorno mediático completamente nuevo." Las opiniones no se forman como hace 25 años ", dijo.
"Hoy tenemos sitios falsos, bots, trolls, cosas que se regeneran, refuerzan las opiniones con ciertos algoritmos y tenemos que aprender a lidiar con ellos".
Merkel, de 62 años, dijo que el desafío para los demócratas era "alcanzar e inspirar a la gente - debemos enfrentar este fenómeno y si es necesario, regularlo".
Dijo que apoyó las iniciativas de su gobierno de coalición de derecha-izquierda para reprimir el "discurso de odio" en las redes sociales ante lo que dijo que era "preocupación por la estabilidad de nuestro orden familiar".
"El populismo y los extremos políticos están creciendo en las democracias occidentales", advirtió.
La semana pasada, Google y Facebook se trasladaron a recortar los ingresos publicitarios a falsos sitios de noticias después de una campaña electoral en Estados Unidos en la que la industria mundial de la desinformación pudo haber influido en el resultado de la votación.
Pero los observadores de los medios dicen que se necesita más para erradicar un poderoso fenómeno visto por algunos expertos como una amenaza para la democracia misma.
Los conservadores demócratas cristianos de Merkel son los favoritos para ganar la elección nacional alemana, prevista para septiembre u octubre de 2017.
Pero se enfrenta a un fuerte desafío de un partido populista de derecha, Alternativa para Alemania (AfD), que tiene su política liberal de refugiados y migración en su punto de mira.
En la actualidad, la encuesta es de alrededor del 12-13 por ciento, lo que podría complicar las complejas matemáticas de la construcción de la coalición después de la encuesta.
Todos los partidos principales de Alemania han descartado por ahora formar una alianza con la AfD.
https://www.sott.net/article/335861-Western-elitist-tool-Angela-Merkel-aims-to-rid-internet-of-alternative-media
La campaña de la OTAN contra la libertad de expresión
por Thierry Meyssan, en Red Voltaire
Es una historia que comenzó hace 15 años. La OTAN trató primero de silenciar a los ciudadanos que querían saber la verdad sobre los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Luego arremetió contra los que cuestionan la versión oficial de las «primaveras árabes» y de la guerra contra Siria.
Como una cosa lleva a la otra, después atacó a quienes denunciaban el golpe de Estado en Ucrania. Ahora, la OTAN se inventa una seudo ONG para que acuse como agentes rusos a todo el que haya hecho campaña por Donald Trump.
Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 vinieron, simultáneamente, un estado de emergencia permanente y una serie de guerras. Como escribí en aquel momento, la teoría según la cual todo fue concebido y organizado por un puñado de yihadistas desde una cueva en Afganistán no resiste el más mínimo análisis.
Todo hace pensar, por el contrario, que los atentados del 11 de septiembre fueron organizados por una facción del complejo militaro-industrial.
De ser cierto este análisis, los subsiguientes sucesos sólo podían conducir a la represión en Estados Unidos y en los países aliados de esta potencia.
Quince años después, la herida que abrí en aquel momento sigue sin cerrarse, incluso se abrió aún más a raíz de nuevos acontecimientos.
Al Acta Patriótica y las guerras por el petróleo se sumaron las«primaveras árabes».
La mayoría de la población estadounidense no sólo ha dejado de creer en lo que le dice su gobierno desde el 11 de septiembre de 2001 sino que, al votar por Donald Trump, acaba de expresar su rechazo al Sistema posterior al 11 de septiembre.
Resulta que yo abrí el debate mundial sobre los atentados del 11 de septiembre, que fui miembro del último gobierno de la Yamahiriya Árabe Libia y que tengo la oportunidad de relatar –desde el lugar de los hechos– lo que está sucediendo en la guerra contra Siria.
Al principio, la administración estadounidense creyó que podía detener el incendio acusándome de escribir cualquier cosa por dinero y atacándome donde duele, o sea el portamonedas.
Pero mis ideas han seguido extendiéndose.
En octubre de 2004, cuando 100 personalidades estadounidenses firmaron una petición reclamando que se reabriera la investigación sobre los atentados del 11 de septiembre, Washington empezó a inquietarse [1].
En 2005, reuní en Bruselas más de 150 personalidades del mundo entero –entre las que se hallaban invitados sirios y rusos, como el general Leonid Ivashov, ex jefe del Estado Mayor de las fuerzas armadas de la Federación Rusa– para denunciar a los neoconservadores mostrando que el problema estaba alcanzado proporciones globales [2].
Bajo el mandato de Jacques Chirac, los servicios de la presidencia de la República Francesa se preocuparon por mi seguridad. Pero en 2007, la administración Bush solicitó mi eliminación física al nuevo presidente francés Nicolas Sarkozy.
Cuando un amigo personal, oficial y miembro del estado mayor, me advirtió sobre la respuesta positiva de Sarkozy, supe que no tenía más camino que el exilio.
Otros amigos –en aquel momento llevaba 13 años como secretario nacional del Partido Radical de Izquierda– acogieron mi decisión con incredulidad, mientras que la prensa me acusaba de paranoia.
Pero nadie vino públicamente a prestarme ayuda. Encontré refugio en Siria y viajo por el mundo evitando cuidadosamente los territorios de la OTAN, además de haber escapado a numerosos intentos de asesinato o de secuestro.
A lo largo de 15 años, he abierto debates que se han generalizado.
Siempre me han atacado cuando estaba solo. Pero cuando mis ideas han encontrado eco, han sido miles las personas que se han visto perseguidas por haberlas compartido y desarrollado.
Fue en aquella misma época cuando Cass Sunstein –el esposo de la embajadora de Estados Unidos en la ONU, Samantha Power [3]– redactó con Adrian Vermeule un trabajo, destinado a las universidades de Chicago y Harvard, sobre cómo luchar contra las «teorías de la conspiración» [4], y así designan el movimiento que inicié. En nombre de la «Libertad» ante el extremismo, los autores de aquel trabajo definen en su texto todo un programa destinado a liquidar la oposición:
«Podemos imaginar fácilmente una serie de respuestas posibles.
1-El gobierno puede prohibir las teorías de la conspiración.
2-El gobierno pudiera imponer una especie de gravamen, financiero o de otro tipo, a quienes difundan esas teorías.
3-El gobierno pudiera implicarse en un contra-discurso para desacreditar las teorías del complot.
4-El gobierno pudiera comprometer a partes privadas creíbles para que se impliquen en un contra-discurso.
5-El gobierno pudiera implicarse en la comunicación informal con las terceras partes y estimularlas» [5].
1-El gobierno puede prohibir las teorías de la conspiración.
2-El gobierno pudiera imponer una especie de gravamen, financiero o de otro tipo, a quienes difundan esas teorías.
3-El gobierno pudiera implicarse en un contra-discurso para desacreditar las teorías del complot.
4-El gobierno pudiera comprometer a partes privadas creíbles para que se impliquen en un contra-discurso.
5-El gobierno pudiera implicarse en la comunicación informal con las terceras partes y estimularlas» [5].
La administración Obama dudó en asumir públicamente esa opción.
Pero, en abril de 2009, propuso en la Cumbre de la OTAN organizada en Strasbourg-Kehl la creación de un servicio de«Comunicación Estratégica».
Incluso expulsó de la Casa Blanca al célebre abogado Anthony Jones, en 2009, por haberse expresado sin rodeos sobre ese tema [6].
El proyecto de creación del servicio de comunicación estratégica de la OTAN estuvo engavetado hasta que obtuvo el apoyo del gobierno letón.
Y finalmente ese servicio se instaló en Riga, bajo la dirección de Janis Karklins –por demás responsable en la ONU de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información y del Foro sobre la Gobernanza de Internet.
Concebido por los británicos, ese servicio cuenta con la participación de Alemania, Estonia, Italia, Luxemburgo, Polonia y el Reino Unido.
Al principio, se limitó a incrementar los estudios sobre el tema.
Pero todo cambió en 2014, cuando el think tank de la familia Khodorkovsky, el Institute of Modern Russia (Instituto sobre la Rusia Moderna), con sede en Nueva York, publicó un análisis de los periodistas Peter Pomerantsev y Michael Weiss [7].
Según ese informe, Rusia ha desplegado en el exterior un vasto sistema de propaganda.
Pero, en vez de tratar de construirse una imagen favorable –como en tiempos de la guerra fría–, Moscú ha decidido ahora inundar Occidente con «teorías conspirativas» para sembrar confusión.
Los autores del trabajo afirman que esas «teorías» ya no abordan solamente el tema del 11 de septiembre sino también la cobertura periodística de la guerra contra Siria.
En un esfuerzo por reactivar el antisovietismo de la guerra fría, ese informe marcaba el inicio de una inversión de valores.
Hasta entonces, la clase dirigente estadounidense sólo trataba de disimular el crimen del 11 de septiembre atribuyéndolo a unos cuantos barbudos sin importancia.
Ahora se trata de acusar a un Estado extranjero de ser responsable de los nuevos crímenes que Washington ha cometido en Siria.
En septiembre de 2014, el gobierno británico creó la 77ª Brigada: una unidad encargada de contrarrestar la propaganda extranjera.
Esa 77ª Brigada británica se compone de 440 militares y más de un millar de civiles provenientes del ministerio británico de Exteriores, así como del MI6, del organismo de cooperación externa y de la Stabilisation Unit. Y no se conocen sus objetivos.
Esa brigada trabaja con la 361st Civil Affairs Brigade del Ejército de Estados Unidos, con bases en Alemania e Italia.
Ambas unidades militares estaban siendo utilizadas para sabotear los sitios web occidentales que tratan de dar a conocer la verdad sobre el 11 de septiembre y sobre la guerra contra Siria.
A principios de 2015, Anne Applebaum –esposa del ex ministro de Defensa de Polonia Radosław Sikorski– creó en el Center for European Policy Analysis (Centro de Análisis de la Política Europea), con sede en Washington, una unidad designada como Information Warfare Initiative (Iniciativa sobre la Guerra de la Información) [8].
Su objetivo inicial era contrarrestar la información rusa en el centro y el este de Europa.
La señora Applebaum puso esa iniciativa en manos del ya mencionado Peter Pomerantsev y de Edward Lucas, uno de los jefes de redacción de la conocida publicación The Economist.
Aunque Pomerantsev es a la vez coautor del informe del Institute of Modern Russia y uno de los dos principales responsables de la Information Warfare Initiative, ahora resulta que ya no habla del 11 de septiembre y que tampoco considera ya la guerra contra Siria como un tema central sino sólo como un tema recurrente que permite “percibir” la acción del Kremlin.
Este personaje concentra sus ataques sobre el canal de televisión Russia Today y la agencia de prensa Sputnik, dos órganos de prensa públicos rusos.
En febrero de 2015, le llega a la Fondation Jean Jaures –think tank del Partido Socialista francés y contacto de la National Endowment for Democracy (NED)– su turno de publicar una Nota tituladaConspirationnisme, un état des lieux [9].
Pasando por alto todo lo sucedido alrededor de Rusia, esa Nota toma el debate en el punto donde lo había dejado Cass Sunstein y propone simple y llanamente prohibir que los «conspiracionistas» puedan expresarse.
Por su parte, la ministra de Educación de Francia organiza talleres en las escuelas para advertir a los alumnos en contra de los«conspiracionistas».
El 19 y el 20 de marzo de 2015, el Consejo Europeo pide a la Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini, que prepare un plan de«comunicación estratégica» para denunciar las campañas de desinformación de Rusia sobre Ucrania.
El Consejo no mencionaba ya ni el 11 de septiembre, ni la guerra contra Siria sino que cambiaba de objetivo para concentrarse en Ucrania
En abril de 2015, la señora Mogherini crea un Servicio Europeo para la Acción Exterior (EEAS, siglas en inglés) que no es otra cosa que una unidad de Comunicación Estratégica dentro de la Unión Europea [10].
Esa estructura está bajo la dirección de un británico agente del MI6, Giles Portman, y distribuye a numerosos periodistas europeos, dos veces por semana, toda una argumentación que supuestamente demostraría la mala fe de Moscú, argumentos que posteriormente aparecen publicados en los medios de difusión europeos.
A partir de su creación, el Centro de Comunicación Estratégica de la OTAN se vincula a un servicio del Atlantic Council: el Digital Forensics Research Lab.
La OTAN redacta un Manual de Comunicación Estratégica, cuyo objetivo es coordinar y reemplazar todo el dispositivo anterior en materia de Diplomacia Pública, de Relaciones Públicas (Public Affairs), de Relaciones Públicas Militares, de Operaciones sobre los Sistemas Electrónicos de Comunicación (Information Operations) y de Operaciones Sicológicas.
Bajo la inspiración de la OTAN, Anna Fotyga, la ex ministra de Exteriores de Polonia, ahora convertida en eurodiputada, lleva al Parlamento Europeo una resolución –adoptada el 23 de noviembre de 2016– sobre «la comunicación estratégica de la Unión [Europea] tendiente a contrarrestar la propaganda dirigida contra ella por terceros» [11].
Obsérvese que existe un nuevo desplazamiento del blanco: ya no se trata de contrarrestar el cuestionamiento sobre el 11 de septiembre –asunto de hace 15 años–, ni tampoco el cuestionamiento de la guerra contra Siria sino de crear una mescolanza entre la impugnación de los acontecimientos en Ucrania y el discurso del Emirato Islámico (Daesh).
Y se vuelve así al punto inicial: quienes cuestionaban el 11 de septiembre trataban, según la OTAN, de rehabilitar a al-Qaeda; quienes le hacen el juego a Rusia tratan de destruir a Occidente, como lo hace Daesh. Pero no importa que la OTAN esté apoyando a al-Qaeda en el este de Alepo.
Dado a conocer el 24 de noviembre de 2016 en un sonado artículo del Washington Post [12], un misterioso grupo llamado Propaganda or Not? ha elaborado una lista de 200 sitios web –entre ellos Voltairenet.org– a los que el Kremlin supuestamente ha confiado la tarea de repercutir la propaganda rusa y confundir a la opinión pública estadounidense hasta el extremo de llevarla a votar por Donald Trump.
Propaganda or Not? no publica los nombres de sus responsables, pero dice reunir en su seno a 4 organizaciones: Polygraph, The Interpreter, el Center for European Policy Analysis y el Digital Forensic Research Lab.
– Polygraph es un sitio web de la Voice of America [13], la radio y televisión pública de Estados Unidos bajo control de la Broadcasting Board of Governors.
– The Interpreter es la revista del Institute of Modern Russia, ahora difundida por la Voice of America.
– El Center for European Policy Analysis es un apéndice de la National Endowment for Democracy (NED) dirigido por Zbigniew Brzezinski y Madeleine Albright.
– Digital Forensic Research Lab es un programa del Atlantic Council.
– Polygraph es un sitio web de la Voice of America [13], la radio y televisión pública de Estados Unidos bajo control de la Broadcasting Board of Governors.
– The Interpreter es la revista del Institute of Modern Russia, ahora difundida por la Voice of America.
– El Center for European Policy Analysis es un apéndice de la National Endowment for Democracy (NED) dirigido por Zbigniew Brzezinski y Madeleine Albright.
– Digital Forensic Research Lab es un programa del Atlantic Council.
En un documento divulgado por Propaganda or Not?, esta falsa ONG nacida de varias asociaciones financiadas por la administración Obama señala al enemigo: Rusia.
Y acusa a ese país de haber dado origen al movimiento a favor de la verdad sobre los atentados del 11 de septiembre y de los sitios web de apoyo a Crimea y Siria.
El 2 de diciembre de 2016, el Congreso de Estados Unidos votó un ley que prohíbe toda cooperación militar entre Washington y Moscú. En pocos años, la OTAN ha reactivado el maccarthysmo.
Documentos adjuntos
[1] «100 personalidades impugnan la versión oficial sobre el 11 de septiembre», Red Voltaire, 25 de noviembre de 2004.
[2] «Axis for Peace», Red Voltaire.
[3] «La cara oculta de la administración Obama», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 10 de noviembre de 2015.
[4] También llamadas indistintamente «teorías del complot», «teorías conspirativas», «teorías conspiracionistas» o «teorías complotistas». Nota del Traductor.
[5] «Conspiracy Theories», Cass R. Sunstein y Adrian Vermeule, Harvard Law School, 15 de enero de 2008.
[6] «11 de septiembre: Obama se separa de uno de sus consejeros», Red Voltaire, 14 de septiembre de 2009.
[7] «The Menace of Unreality: How the Kremlin Weaponizes Information, Culture and Money», Peter Pomerantsev & Michael Weiss, The Interpreter/ Institute of Modern Russia, 2014.
[8] Information Warfare Initiative, sitio web oficial.
[9] «El Estado contra la República», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 9 de marzo de 2015.
[10] «La propaganda de la Unión Europea contra Rusia», Red Voltaire, 5 de julio de 2016.
[11] «Resolución del Parlamento europeo sobre la comunicación estratégica de la Unión para contrarrestar la propaganda de terceros en su contra», Red Voltaire , 23 de noviembre de 2016.
[12] “Russian Propaganda Effort Helped Spread ’Fake News’ During the Election, Experts Say”, Craig Timberg, The Washington Post, 24 de noviembre de 2016
[13] El autor se refiere a La Voz de los Estados Unidos de América, también conocida en español como La Voz de América o La Voz de las Américas. Nota de la Red Voltaire.
http://sakerlatam.es/anglosionismo-fascismos-1porcien/la-campana-de-la-otan-contra-la-libertad-de-expresion/
Referencias-Notas:
1. Social networks unite with global newsrooms to take action against misinformation online. FIRSTDRAFTnews. 13.9.2016.
2. Ulson Gunnar. Facebook, Twitter, Western Media Attempt to Reassert Monopoly Over "Truth". Land Destroyer. 3.10.2016.
URL original:http://miguel-esposiblelapaz.blogspot.com.es/2016/12/la-corporocracia-teme-la-libertad-de.html
La corporocracia teme a la libertad de expresión
Vivimos un tiempo de cambio, de posible cambio hacia el final del dominio casi absoluto que está estableciendo en nuestro mundo la corporocracia.
Es decir, el poner coto y a ser posible eliminar la tiranía política, económica o mediática ejercida por las familias más ricas poseedoras de las corporaciones industriales y financieras.
Es en esta última tiranía, la mediática, y en la primera, la política, donde muestran gran preocupación estos verdaderos dictadores de nuestras sociedades; en la económica también existe esa desasosiego, al ser consecuencia de las otras.
La primera deviene por el rechazo hacia aquellos partidos y personas que como títeres han seguido las órdenes de tan egoístas grandes propietarios, triunfando ahora los que apuestan por devolver al estado su función, los nacionalistas.
Función que había sido arrebatada por exclusivos intereses de los más opulentos y menos morales.
Como ninguna sociedad basada en las profundas desigualades y en la descarnada explotación puede mantenerse si no recurre al engaño, resultan de inevitable presencia los medios y formas con que este se extenderá e inculcará.
Es la labor fundamental y principal a desempeñar por los medios de comunicación en nuestra sociedad.
Por estos motivos mencionados, resulta de importancia capital el crear una visión artificial del mundo que concuerde con los intereses de los dirigentes, embaucando al mismo tiempo que distrayendo y alienando a la opinión pública.
Sin embargo, y pese al no solo abrumador sino dominio total de los media por parte de las corporaciones, ocurre que no todo el mundo es engañable.
Como dice el dicho:
puedes engañar a algunos siempre, a una mayoría cierto tiempo, pero no a todos todo el tiempo.
Y ante el hartzago por las continuas, graves y contrastadas falsedades; ante el ver que lo que por las más variopintas formas de comunicación se expone no tiene nada que ver con el mundo que uno vive; entonces una mente cuerda y lógica buscará, como busca, otras fuentes con las que poder obtener información fiable y, en consecuencia, tener base para poder tomar decisiones cabales.
Esta búsqueda de nuevas fuentes la vemos allí donde queda algún residuo de acceso a la libertad y la democracia en las vías de comunicación e información, ocurre en internet.
Aquí una persona sensata y honesta puede comprobar y demostrar las continuas falacias y miserias profesionales y personales en que incurren los denominados periodistas; palabra grande esta para quienes no son sino siervos que denigran su profesión.
Y es esta acción responsable y honesta de las personas que no gozan del privilegio la que realmente irrita y preocupa a esta nueva inquisición corporativa.
No pueden tolerar que se les deje en evidencia ante sus continuas y groseras mentiras, ante su carencia de cualquier valor humano verdadero, ante su aversión a cualquier atisbo de participación real y crítica de la población en los asuntos políticos y económicos.
Una población así ya no es un ente estúpido, sino un conjunto de personas pensantes que pretenden y están decididos a organizar sus vidas para poder llevar una existencia digna.
Ya no son esos meros consumidores pasivos, explotados hasta límites increíbles que en su alienación carecen de cualquier opinión o decisión social congruente.
De ahí la preocupación del inquisidor y de ahí su respuesta.
La podemos ver en la red de unión que han desarrollado medios de comunicación y organizaciones "humanitarias", todos ellos corporativos, para según su opinión combatir la "desinformación" y establecer relaciones de cooperación entre ellos.
1 - Esta "desinformación" de la que hablan procede de las vías que estos casi todopoderosos medios no pueden controlar completamente.
Pretenden llamar desinformación a las rigurosas argumentaciones y pruebas que exponen al verdadero rostro de los reales desinformadores profesionales que no son sino ellos mismos.
Es este en realidad un intento, vano, de censura y descrédito hacia la persona informada y objetiva que desmonta con tan pocos medios y tan fácilmente el entramado de falsedad del mundo de la comunicación.
Que exista esa unión entre medios y esas apodadas como organizaciones "humanitarias" no hace sino mostrar una vez más el carácter tan deshonesto como fraudulento de tal dúo.
Que otras corporaciones, como Google o Facebook (tan inmorales y poco éticas), estén en ese juego, no hace sino mostrar la farsa y mala intención de tal propósito.
2 - Ambas fomentaron, por ejemplo, el despiadado ataque que sufrieron y sufren las poblaciones de Oriente Medio y del norte de África en la recolonización occidental llamada "Primavera Árabe".
Están preocupados, y tienen motivos para estarlo, por la creciente respuesta popular a crear información y compartirla, con el fin de combatir la masiva desinformación que estas gigantescas y adineradas empresas extienden.
Es una guerra que estan perdiendo batalla a batalla y este es, como decía, un intento poco limpio de desacreditar y censurar a sus valerosos oponentes. Un borrón más en su oscuro historial al servicio no del periodismo, menos de la ética y de la objetividad, sino al de los intereses de sus tiránicos dueños.
1. Social networks unite with global newsrooms to take action against misinformation online. FIRSTDRAFTnews. 13.9.2016.
2. Ulson Gunnar. Facebook, Twitter, Western Media Attempt to Reassert Monopoly Over "Truth". Land Destroyer. 3.10.2016.
URL original:http://miguel-esposiblelapaz.blogspot.com.es/2016/12/la-corporocracia-teme-la-libertad-de.html
Por Jason Hirthler / dissidentvoice.org
Las noticias falsas no son noticias. Se trata de una estrategia que ya fue utilizada quizás en la antigua Atenas. Platón consideraba a los sofistas, rivales de Sócrates, como unos charlatanes, es decir una primera versión del engaño y del disimulo mediático.
Este problema también hizo acto de presencia en la América colonial.
Escuche si no lo que dijo Thomas Jefferson al respecto:
“Los mecanismos más eficaces para mantener la paz en una nación son los medios públicos de comunicación… Un Gobierno despótico mantiene siempre a un ejército permanente de periodistas que, sin considerar la verdad o lo que podría ser la verdad, inventan y escriben aquello que pueda servir a su Régimen. Esto es suficiente para la gente que no sabe distinguir lo falso de las noticias ciertas de un periódico”.
Uno podría añadir también que la información pública es un motor muy eficaz para provocar indignación en una nación, como ya demostró la Comisión Creel de Woodrow Wilson.
Pero se han añadido nuevos artefactos en esta sórdida historia de propaganda, creados por nuestra prensa liberal que se autocongratula.
Los medios de comunicación dominantes han publicado últimamente un aluvión de información sobre las noticias falsas: Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, se ha comprometido a acabar con las noticias falsas; el Presidente Obama alertó en Alemania sobre los peligros del periodismo ajeno a los hechos y demonizan a personas e instituciones.
Se trata, por supuesto de una de las mayores hipocresías del impulsor de una Segunda Guerra Fría.
Sin embargo, esta estrategia supone una amenaza, ya que podría servir fácilmente como pretexto para silenciar a los medios alternativos y combatirlos más activamente en Internet.
Este podría ser el resultado de este ciclo electoral: unas serie de medidas estatales para imponer un control del pensamiento en la red.
Podría servir muy bien de ejemplo de lo que Naomi Klein denomina “doctrina del shock”: la élites en los momentos de crisis aturden a la población para provocar una serie de cambios ideológicos impulsados bajo el paraguas del populismo.
Oportunismo en el momento más adecuado. Como después de un tsunami los magnates de los bienes inmuebles se apropian de las valiosas propiedades de los pescadores frente al mar.
Después de un ataque terrorista, se usa la Seguridad como pretexto para avanzar hacia un Estado de emergencia o para aumentar el aparato de vigilancia.
Y después del período de aturdimiento electoral, se utiliza el pretexto de las noticias falsas en Internet para censurar la prensa digital diciendo que se trata de una forma de proteger la Democracia.
Dios los cría y ellos se juntan
El asunto de las noticias falsas circula por los medios de comunicación corporativos, y es una señal, independientemente de algún mea culpa en algunos editoriales sobre las erróneas interpretaciones del público estadounidense, de que no han aprendido absolutamente nada, ni nunca han tenido la mínima intención de hacerlo.
Ahora The New York Times pide la censura de las “noticias falsas” y su columnista Nicholas Kristof cree que el principal problema con los medios de comunicación es que no mantienen contacto con la clase obrera.
Es cierto, pero Kristof dice esto en medio de un anuncio que denuncia las noticias falsas en los medios alternativos, sin que aborde las mentiras desenfrenadas en los medios corporativos.
Pero, claro, estas noticias falsas deben pasarse por alto porque sirven para ocultar los delitos de los poderosos intereses de estos medios de comunicación.
Como escribió recientemente el periodista Glen Greenwald: “La religión suprema de la prensa estadounidense es la reverencia al poder”.
Al mismo tiempo que esta crítica de los medios de comunicación corporativos sobre las “noticias falsas”, también existe un miedo a la propaganda rusa, que se confunde con noticias falsas, bajo la rúbrica de un Internet peligroso y oscuro.
Pero un ejemplo de una tergiversación más descarada es la que ofrece la portada del Washington Post, que da crédito a la teoría de la conspiración por parte de Vladimir Putin como una estrategia de propaganda nefasta que ha logrado “sembrar la desconfianza en la Democracia estadounidense y en sus líderes”.
A continuación hace referencia a un par de oscuros Informes de este complot del Kremlin que amenaza a la gente.
Uno de los Informes pertenece a un grupo llamado PropOrNot, donde se dice que se trata de investigadores “independientes”, que parecen considerar que cualquier reportaje no hostil a la política exterior de Moscú es propaganda rusa.
No ofrece ningún hecho para invalidar el contenido de estos sitios: como no se trata de propaganda proimperialista, a favor de la guerra y pro-Washington, entonces se trata de mentiras.
En ese Informe se ofrece un listado de varios sitios web de la izquierda, que no serían otra cosa que agentes soviéticos, tales como truthdig.org, truth-out.org, greanvillepost.com, counterpunch.org, globalresearch.ca y muchos otros.
Por supuesto, el artículo del Washington Post da una visión muy favorable del periodismo, del que dice que es de interés público.
PropOrNot define la propaganda como:
PropOrNot define la propaganda como:
“Una forma sistemática de persuasión que intenta influir en las emociones, las actitudes, las opiniones y las acciones de determinado grupo de gente con fines políticos, ideológicos y religiosos, a través de la transmisión controlada de mensajes falsos, selectivamente omitidos y unilaterales (que pueden ser o no actuales) a través de los canales de los medios de masas o directamente”.
Esta definición absurdamente inclusiva acusa a cada corriente del país y cualquier medio alternativo de izquierdas o derechas que posea unos valores de antemano.
En otras palabras, la opinión misma se convierte en vil propaganda. Entonces, ¿quién debe informar u opinar sobre las noticias?
¿Se puede confiar en alguien para presentar hechos objetivos sin que se produzca un sesgo en determinada dirección? ¿Y quién decidirá?
¿No se trata en realidad de un ataque directo a la libertad de prensa, a la libertad de expresión?
Otro gesto de gran hipocresía es el del Parlamento Europeo que codificó la propaganda occidental en una resolución que denuncia la desinformación y la propaganda hostil y señala que la propaganda rusa socava la noción misma de información objetiva y la ética del periodismo.
Alguien debiera decir a la UE que quien socava la ética del periodismo son aquellos que difunden propaganda en masa a través de grupos occidentales, tales como Robert Creel, Walter Lippmann y Edward Bernays. La UE también debiera recordar que debe su existencia a la propaganda masiva a favor de la UE, que disipó los temores públicos de que las naciones perdieran su soberanía bajo el paraguas de la UE, que es precisamente lo que sucedió.
Del mismo modo, la propaganda rusa sería cualquier información que se niegue a adoptar un punta de vista anti-ruso, o critique las política imperial de Washington.
Pero hay mucha gente que no cae en la trampa de esas artimañas. ¿Recuerda el ejército permanente de periodistas de Jefferson? Ron Paul se tomó la molestia de hacer una lista.
Sin duda, cualquier lista seria de medios que publican noticias falsas tendría que comenzar con los siguientes medios de comunicación, entre otros muchos:
- The New York Times
- The Washington Post
- Fox News
- CNN
- MSNBC
Pero cuando hablamos de noticias falsas no estamos hablando de medios panfletarios de supermercado que afirman que Michelle Obama ha sido secuestrada por extraterrestres, o sobre el plan de Obama de convertir Estados Unidos en un gran califato islámico.
Es mucho más sutil que todo eso.
El periodista Jay Tabar escribe:
“Aunque los medios de comunicación convencionales informan, no resulta comprensible esa información, dejando fuera lo que es esencial para un conocimiento que permitiría a los lectores formar su propio juicio, en lugar de consumir las distorsiones corporativas y la propaganda estatal”.
Otro efecto adverso de este pernicioso concepto no es sólo que puede fomentar la censura de los sitios alternativos de noticias, sino que puede implicar, aunque sea por extensión, que sólo los medios corporativos son los que ofrecen noticias reales.
Resulta difícil mantener este argumento después de décadas de dirigismo corporativo y la absoluta falta de escrúpulos para demonizar a los enemigos.
La idea es empujar a las Empresas de los medios digitales y redes sociales, tales como Twiter, Google y Facebook, hacia una autocensura.
Cualquiera que haya trabajado alguna vez en una Corporación sabe que no existe el discurso libre dentro del Santuario corporativo, al menos sin repercusiones graves por desafiar las líneas del partido. Lo cual nos lleva a otro asunto que todavía colea después de los años pasados: la era McCarthy.
Difamando a los medios estatales
En la era del Gobierno de las Corporaciones, la idea de que los medios de propiedad estatal son más peligrosos o partidistas que los medios de propiedad Corporativa no debiera ser motivo de la mínima atención.
Pero esta miserable afirmación sigue circulando, y la última vez en boca del portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, ante las preguntas de un periodista de RT sobre sus acusaciones contra Rusia.
En primer lugar, se negó a dar pruebas para respaldar sus afirmaciones de que los rusos atacan los hospitales sirios.
Luego, como periodista estadounidense, se alzó para defender su derecho a plantear dicha cuestión, pero Kirby saca de repente a colación los medios nacionales para desacreditar a RT.
¿Cuál es exactamente, señor Kirby, la diferencia entre los medios de propiedad estatal y los de propiedad corporativa?
¿Por qué se desprecia a los primeros y a los segundos se los trata como si fueran un faro de pureza periodística?
A pesar de mi repugnancia por la ineficacia de los Gobiernos contra la corrupción, hay que admitir que los medios corporativos son los falsificadores más eficientes y persuasivos de la realidad.
Décadas de hostilidad y falsedades han dado a las Corporaciones una ventaja comparativa en el negocio de la manipulación. La propaganda estatal sigue siendo algo más torpe en este sentido.
Resulta aún más absurda cuando se piensa en la miríada de órganos de propaganda del Estado estadounidense, que dicen ser ONG, entre ellas la Fundación Nacional para la Democracia y sus excrecencias capilares, como el Instituto Republicano Internacional (IRI) y el Instituto Nacional de la Democracia (NDI). Pero estas organizaciones, nominalmente no partidistas, están infestadas por ideólogos del Congreso y están financiadas por el Departamento de Estado.
La verdad es que cualquier medio corporativo, o del Estado, o medio alternativo, desde el Washington Post a RT, desde Black Agenda Report a Counterpounch, debieran escudriñarse para comprobar la veracidad de sus contenidos.
El intento de Kirby de lanzar sospechas sobre los medios estatales puede ser un hecho aislado, pero usó esta estrategia para desviar la atención antes su falta de pruebas.
Sesgo en las confirmaciones y adicción a las falsedades
Como consecuencia de los ritos funerarios y las lágrimas derramadas después de las elecciones, se ha producido un raquítico aumento en el número de suscripciones al Establishment de las publicaciones liberales. The Atlantic, The New York Times, The Nation y Mother Jones, han recibido, de una a otra costa, numerosas voces clamando una respuesta.
El pensamiento de estas gentes de las Corporaciones que se dirigen hacia espacios ideológicos seguros, resulta hasta divertido, hasta que usted piensa en lo que realmente está sucediendo.
Estos medios canalizan a sus aterrorizados acólitos hacia los pliegues de la Democracia, habiendo de por medio cuatro años de una demente desregulación republicana para apuntalar el cadáver momificado del Partido Demócrata.
Los votantes nunca aprenderán mientras se aferren al megáfono de los medios corporativos.
A menos que la burguesía (empresarios liberales) no se liberen de su dosis de MSM IV, las campañas como las de Jill Stein no alcanzarán el umbral de 5%, el cambio radical seguirá en el limbo, sólo un ruido de fondo detrás del estruendo de las reformas simbólicas proclamadas por los demócratas del futuro.
Un círculo vicioso
Afortunadamente, sólo el 32% de la gente de este país tiene una fuerte confianza en los medios de comunicación.
Algo parecido parece que está sucediendo con las gentes de otros países [en España, según un estudio realizado por el Instituto Reuter para el Estudio del Periodismo, y publicado en junio de este año, el nivel de confianza de los españoles en los medios de comunicación sólo alcanzaría el 34%].
Sin embargo, si los monolitos corporativos lograsen arrinconar a los medios alternativos, entonces los Demócratas lograrían hacerse de nuevo con el poder.
Hay una grieta que se ha abierto en el complejo de los medios de comunicación, donde una corriente, que si bien es dominante, está desacreditada, sumida en su propia ignorancia y en su autocontemplación, y que dice querer hacer otro tipo de periodismo, una promesa que nadie se cree.
La línea de falla puede abrirse por la izquierda o por la derecha. Pero se dispone de poco tiempo.
Las fuerzas que están detrás de los medios corporativos ya están utilizando el pretexto de las noticias falsas para poner palos en las ruedas de los medios disidentes.
¿Qué nuevas medidas se adoptarán para frenar aún más la libertad de expresión e imponer formas de control del pensamiento?
Los llamados medios liberales quien construir un muro, no entre México y los Estados Unidos, sino entre los votantes y la verdad, y lo que es más importante, la libertad de búsqueda de la verdad.
Se supone que el Cuarto Estado debe rendir cuentas.
Como lo expuso Joseph Pulitzer:
“consolar al afligido y afligir al acomodado”.
Lo irónico es que los medios de comunicación dominantes han abdicado de su propósito original, y ahora ofrecen consuelo al acomodado y ocultan la condición abyecta de los afligidos.
La disidencia es el hilo de Ariadna de la Democracia.
Si perdemos este hilo, nos encontraremos perdidos en un laberinto de desinformación, que la corriente dominante presente arramblar, pero sin herramientas para ofrecer alternativas de un pensamiento más libre.
Jason Hirtler es escritor, un veterano que lleva trabajando 15 años en la Industria de la Comunicación. Ha escrito en diferentes medios de comunicación. Vive y trabaja en la ciudad de Nueva York. Puede ponerse en contacto con él en: jasonhirthler (a) gmail.com
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