miércoles, 3 de julio de 2013

El presidente Mursi se queda solo frente a la segunda parte de la revolución egipcia



 


El presidente Mursi se queda solo frente a la segunda parte de la revolución egipcia
MANUEL MARTORELL | 2 DE JULIO DE 2013

Manifestantes egipcios muestran el símbolo de los Hermanos Musulmanes tras asaltar e incendiar su principal sede en El Cairo. / Khaled Elfiqi (Efe)

Todas las comparaciones son odiosas y en este caso en mayor medida porque la Rusia de 1917 nada tiene que ver con la actual situación de Egipto, pero como ocurrió con Kerenski y los mencheviques entre febrero y octubre de ese trascendental año, en solo unos meses Mohamed Mursi y los Hermanos Musulmanes se han quedado solos ante el impresionante impulso popular del movimiento Rebelión, al que ya se considera la segunda parte de laRevolución de la Plaza Tahrir.

Mursi, a su manera, también tuvo la oportunidad que le daba el triunfo en las elecciones presidenciales hace un año de recoger aquel espíritu revolucionario del 25 de enero de 2011, pero ha sido incapaz de aprovechar este precioso tiempo para encontrar una fórmula de Gobierno que responda a las aspiraciones mayoritarias de la población.

Desde entonces, los sectores fundamentalmente juveniles que protagonizaron la primera fase de la revolución yque parecían haber sido neutralizados por el triunfo islamista, primero en las elecciones constitucionales y después en los comicios a la Presidencia, han ido acumulando fuerzas hasta imponerse de nuevo en la calle,ahora bajo el nombre de Rebelión, con las impresionantes concentraciones de masas del pasado domingo.

Más que el inicio de una nueva escalada en la crisis egipcia, las multitudinarias marchas del 30 de junio han supuesto la culminación de esa progresiva acumulación de fuerzas por parte de los “rebeldes” a lo largo y ancho de todo el país, a través de miles de pequeños actos y manifestaciones, hasta conseguir los 22 millones de firmas que les permiten cuestionar la legitimidad democrática del Gobierno islamista.

Mursi, empeñado en imponer unos esquemas ideológicos anclados en el pasado a una población compuesta mayoritariamente por jóvenes, solo ha conseguido situar a la Hermandad Musulmana como blanco de la ira popular. 

Ante la imparable fuerza de esta segunda Revolución de Tahrir, el constante deterioro de las condiciones de vida de la población y la incapacidad para resolver la profunda crisis institucional, los Hermanos Musulmanes han ido perdiendo todos los apoyos que les podían mantener en el poder, incluso el del Ejército y la Policía que, hasta ahora, los consideraban una garantía para frenar la descomposición social de Egipto.

Ni siquiera y pese a su incuestionable implantación social, sobre todo fuera de las grandes metrópolis del Delta, han podido los Hermanos Musulmanes responder, como han hecho en otras ocasiones, con contramanifestaciones más numerosas a las convocadas por los partidos de la oposición, aglutinados en el Frente de Salvación Nacional.

También resulta más que sorprendente que en numerosas ciudades las sedes de los Hermanos Musulmanes y de su marca política –el Partido de la Justicia y la Libertad- hayan sido asaltadas ante una notoria ausencia de las unidades policiales que debieran dar protección a la organización que dirige el Gobierno.

No menos significativo es el abandono del principal partido salafista –Al Nur-, que ha preferido negociar por su cuenta una salida a la crisis con la citada coalición de partidos democráticos y progresistas liderada por Hamdin SabahiAmer Musa y Al Baradeicontrincantes suyos en las Presidenciales, quienes, como los jóvenes deRebelión, cuestionaron, desde el principio, la estrategia de imponer un sistema islamista con el que no está de acuerdo la mitad de la población.

Ahora, abandonado por todos y ante la amenaza de una intervención del Ejército, Mursi y su Hermandad Musulmana no tendrán más remedio que buscar el consenso con la oposición, a no ser que prefiera dirigir al país por la senda del enfrentamiento civil, como ya está ocurriendo en muchas zonas de Egipto, y, por lo tanto, hacia un inevitable golpe de Estado. 

Un Gobierno formado por técnicos hasta que se convoquen elecciones anticipadas parece ser la medida más razonable para ahuyentar el peligro de una guerra fraticida.

Lo que desde luego ya no podrá evitar Mursi es el desprestigio de su experimento islamista precisamente donde nació, hace casi un siglo, la organización política islámica que ha servido de modelo para los movimientos integristas de todo el mundo, un hecho que, junto con el semejante fracaso de la vía reformista intentada por Tayip Erdogán enTurquía, tendrá una indudable repercusión en el resurgimiento que el integrismo ha tenido en algunos países musulmanes al amparo de la denominada Primavera Árabe.


¿Fin prematuro de los Hermanos Musulmanes?
2 DE JULIO DE 2013

Santiago Alba Rico *

Las cosas van muy deprisa. Hace apenas un año un modelo parecía imponerse de manera irresistible en el nuevo mundo árabe en gestación a partir de las intifadas populares: el que debía llevar al poder, por la vía democrática, a los islamistas “moderados” asociados a la constelación de losHermanos Musulmanes. 

Así ocurrió en Túnez con Nahda y en Egipto con Justicia y Libertad; en Libia no ganaron las elecciones, pero constituyen sin duda la fuerza mejor articulada y la más influyente; en Siria, dominan también la oposición en el exilio.

Este modelo es apoyado desde Qatar, enano aupado en enormes zancos financieros, y sobre todo desde Turquía,país gobernado por el islamista AKP al que la “primavera árabe” brindó la oportunidad de restablecer su influencia regional histórica, en un viraje político que muchos analistas han llamado “neo-otomano”. 

La imparable ascensión de los Hermanos Musulmanes -en cierto sentido, normalización de una relación de fuerzas reprimida o clandestina- explica también, por ejemplo, el cambio de posición de la organización palestina Hamas frente al régimen de Bachar Al-Assad, del que era aliado hasta hace poco más de un año.

Pero este modelo, que prometía democratizar y estabilizar la región sin rupturas económicas y que contaba por eso con el apoyo de las potencias occidentales, ha revelado muy pronto sus limitaciones bajo la triple presión de la crisis económica global, los conflictos geoestratégicos y la movilización popular.

Naturalmente no podemos inscribir las protestas del mes pasado en Turquía en la “onda larga” de la llamada “primavera árabe”. 

Pues si es verdad que unas y otra -como el 15-M, Occupy Wall Street o ahora Brasil- se asientan en la misma “falla tectónica” del capitalismo, hay entre la intifada turca y las árabes -digámoslo así- quince años de diferencia. 

Pero, más allá de las especificidades, lo que es innegable es la repercusión de esa revuelta turca sobre el mundo árabe, en el sentido de que ha erosionado gravemente el prestigio de un “modelo de transición democrática”, el de Erdogan y el AKP, que parecía conciliar limpiamente democracia, tradición y crecimiento económico.

El modelo turco o, lo que es lo mismo, el modelo de los Hermanos Musulmanes se descascarilla muy rápidamente, como lo demuestra también la abdicación del emir qatarí Hamad Al-Thani en su hijo Tamim.

En Túnez las últimas encuestas revelan el desgaste de Nahda, que habría perdido en torno a 10 puntos respecto de las elecciones de octubre de 2011.

Y en Egipto, una movilización popular sin precedentes, más multitudinaria aún que la que derrocó a Moubarak, tiene estos días a Mohamed Mursi y su gobierno contra las cuerdas.

A los que, desde la izquierda, hemos anunciado y deseado esta deriva, la noticia debería alegrarnos. Nos alegra.

Pero al mismo tiempo es difícil no plantearse la cuestión: ¿no es demasiado pronto?

¿No es demasiado rápido?

En Túnez, donde la movilización social ha disminuido, pero la polarización política aumenta, la alternativa a Nahda no es el Frente Popular, la coalición de la izquierda, sino Nidé Tunis, el partido de los nostálgicos del bourguibismo y de los fulul del RCD (el partido de Ben Ali), al que se suman las fuerzas laicas islamofóbicas, las cuales -por ejemplo- han votado contra la llamada Ley de Protección de la Revolución, que impide a los ministros y dirigentes de la dictadura ocupar cargos públicos durante 7 años (ojalá en España hubiéramos tenido una ley así tras la muerte de Franco).

Más a la derecha, también en la oposición, tenemos a los salafistas, cada vez mejor organizados en los barrios populares, donde ganan apoyo precisamente entre los jóvenes que hicieron la revolución (tengo amigos de la Qasbaque coquetean hoy con Ansar-Acharia).

Al contrario que en Egipto, el ejército tunecino no es una institución “política”, pero muchos analistas se han sentido alarmados por el reciente discurso de despedida, entre amenazador y solemne, de Rachid Ammar, el jefe de Estado Mayor, ahora jubilado, que alcanzó gran notoriedad y prestigio por su negativa a disparar sobre el pueblo durante la revolución.

sede Hermanos Musulmanes
La sede central de los Hermanos Musulmanes, en El Cairo (Egipto), tras ser incendiada y saqueada por opositores al Gobierno de Morsi. / Khaled Elfiqi (Efe)
En Egipto las movilizaciones son descomunales, emocionantes, esperanzadoras, pero también inquietantes.

Fruto del malestar creciente de una población que ha visto traicionadas todas sus esperanzas democráticas y económicas, reúnen a toda la oposición: desde los infatigables jóvenes revolucionarios y numerosos votantes desencantados a lospartidos de izquierda y los fulul de la dictadura. 

Su legitimidad deriva de su número, su amplitud, su transversalidad, pero parece dejar pocas salidas.

Al contrario que en Túnez, el ejército egipcio es el pilar político y económico del Estado y su tradición es antidemocrática y pro-estadounidense. 

Y hay una gran diferencia entre un ejército cuyos soldados se niegan a disparar contra el pueblo y se unen a un movimiento revolucionario y una cúpula militar que da un ultimátum a un gobierno legítimamente elegido en elecciones democráticas.

Eso se llama golpe de Estado y el comunicado emitido ayer por la jefatura del Estado Mayor -en el que se da a Mursi un plazo de dos días para satisfacer “las demandas del pueblo”- es en realidad una amenaza de golpe militar que -como lo indican las declaraciones de Obamacuenta con respaldo estadounidense.

EEUU no puede querer eso ahora y se trata sólo, muy probablemente, de una estrategia destinada a hacer presión sobre las dos partes, pero produce una cierta inquietud el grito de júbilo de Tahrir ante la declaración del ejército, así como el inmediato comunicado de Tamarrud (Rebelión), el movimiento que convocó a las manifestaciones y que saluda con entusiasmo la intromisión militar.

Este derrumbe “demasiado pronto” y “demasiado rápido” del modelo ikhuani (de los HHMM) amenaza con devolver el mundo árabe a un estado “pre-primaveral”, con un enfrentamiento entre autoritarismos laicos e islamismos radicalizados, del que la izquierda -junto a los pueblos- sería una vez más la víctima.

Bachar Al-Assad se debe estar frotando las manos de satisfacción, pues ésa ha sido, desde el principio, su estrategia: la de inmovilizar o revertir el tiempo de los pueblos en favor del tiempo de las geoestrategias y los dilemas sectarios (el General Mal Menor, que diría Bernanos).

Hay pocos espectáculos más repugnantes -aparte los golpes en el pecho, hipócritas y retóricos, de los que dicen apoyar la revolución siria desde Occidente y el Golfoque el apoyo de la dictadura aasadista a los revolucionarios de Tahrir.

Mientras nuestros afines en Siria, los que estarían en Taqsim, en Sol, en Tahrir, siguen luchando al mismo tiempo contra Assad y contra Al-Nusra (las manifestaciones en las zonas liberadas son sistemáticamente silenciadas por nuestros medios) esta “solidaridad” del asesino de demócratas sirios con los demócratas egipcios (que se dejan tentar por el ejército) da toda la medida de la complejidad de la situación y de los muchos peligros que amenazan a los movimientos populares.
(*) Santiago Alba Rico es escritor y filósofo.

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro