Anfetaminas y esteroides:
Cómo luchaban los soldados de EEUU en la Guerra de Vietnam
Durante la Guerra de Vietnam el Gobierno de EEUU abastecía a sus militares con anfetaminas, esteroides, analgésicos y otras drogas para fortalecerlos y reducir el impacto negativo del combate.
El alto nivel del consumo de sustancias psicoactivas entre los militares durante la Guerra de Vietnam no tenía precedentes en la historia de Estados Unidos, sostiene Lukasz Kamienski, autor de la publicación en la revista ‘The Atlantic’, quien califica el conflicto asiático como “la primera guerra farmacológica”, recordando las palabras de David Grossman, de que Vietnam fue “la primera guerra donde las fuerzas de la farmacología moderna estaban dirigidas a fortalecer al soldado”.
Según el informe de 1971 del Comité Selecto sobre Delincuencia, desde 1966 hasta 1969 las fuerzas armadas consumieron 225 millones de tabletas de estimulantes, en mayor medida, Dexedrina, un derivado de la anfetamina cuyo efecto es dos veces más fuerte que el de la Benzendrina utilizado durante la Segunda Guerra Mundial. “Teníamos las mejores anfetaminas a nuestra disposición y fueron suministradas por el Gobierno estadounidense”, afirmó Elton Manzione, miembro de una patrulla de reconocimiento de largo alcance, conocida como Lurp.
Citando a un veterano, Kamienski destaca que los combatientes tomaban anfetaminas “como si fueran bombones” e indica que rara vez seguían las instrucciones estándares y no prestaban mucha atención a las recomendaciones de la administración sobre la dosis y frecuencia de su uso. Los soldados que se infiltraban en Laos recibían 12 tabletas del analgésico Darvon, 24 tabletas de codeína y seis píldoras de Dexedrina para cuatro días. Para misiones largas, a los miembros de las unidades especiales también se les administró inyecciones de esteroides.
Pese a que el número de colapsos mentales entre soldados estadounidenses se redujo hasta el mínimo de 1% (12 casos por cada 1.000 personas), muchos veteranos declararon que la anfetamina incrementaba tanto el estado de alerta como la agresión. Algunos estaban irritados hasta tal punto que se sentían capaces de disparar contra “los niños en las calles”.
RT
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