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sábado, 24 de marzo de 2018

Las Guerras del cobalto en el Congo

Las Guerras del cobalto en el Congo

En primer lugar para ser capaces de analizar y entender la importancia de las guerras por los recursos naturales, en este caso el cobalto, debemos ser capaces de entender la importancia de dicho material para no caer en inexactitudes, informaciones tendenciosas o falsas. Es de vital importancia conocer la posición de este metal y su vinculación con conflictos armados, particularmente en la República Democrática del Congo.
El cobalto es un metal ferromagnético (posee capacidades magnéticas propias), lo cual lo convierte en un elemento importante en el desarrollo de activos tecnológicos a nivel civil y militar.
Esto genera dependencia por parte de los Estados y de las compañías tecnológicas internacionales, algunas con mayores beneficios que el PIB de ciertos Estados, lo cual convierte a estas compañías en auténticas organizaciones con poder e influencia global. Esta dependencia se traduce en una competencia multilateral entre Estados y organizaciones privadas, lo cual puede acabar derivando en conflictos.
Las compañías y los Estados tienden a la especulación en este tipo de mercado por el miedo a la escasez o al corte de suministro por causas fortuitas o de fuerza mayor. 
Estados Unidos y China, por ejemplo, han tendido a aumentar la compra e importación de cobalto (especulación) para asegurar unas reservas de emergencia en caso de inestabilidad en la obtención de este material, praxis seguida también por compañías internacionales.
Vivimos en un mundo globalizado y tecnificado que tiende a ampliar más su dependencia de la alta tecnología debido a la democratización de los aparatos tecnológicos. 
Recordemos que, durante los años ochenta, objetos cotidianos hoy como los PC o teléfonos móviles, eran productos de lujo al alcance de las clases altas de la sociedad o de compañías que necesitaban estos aparatos exclusivamente para sus actividades laborales.
Esta democratización implica un aumento de la producción pero, también, un aumento en el consumo de los recursos, directos e indirectos, necesarios para la producción de estos objetos.

Usos del cobalto

El cobalto es un mineral estratégico debido a sus usos multidisciplinarestanto en baterías de ion-litio para teléfonos móviles o coches, circuitos integrados para PC y electrónica civil y militar, semiconductores, catalizadores (de hecho es considerado como insustituible), lo encontramos en la industria de la desulfurización o en la de los pigmentos industriales.
Como vemos es importante tanto para la industria como para la medicina debido a que es una sustancia bioesencial por su papel dentro de la vitamina B12, tratamientos de radioterapia (isótopo 60Co), detección de tumores y metástasis, esterilización de equipo quirúrgico u obtención de imágenes de daños cerebrales (Isótopo 55Co)
El cobalto es una de las bases del sistema de vida del mundo occidental desarrollado; sin embargo, los países consumidores de este metal son, también, deficitarios en el mismo, de tal forma que deben buscarlo en otras regiones. Las mayores reservas de cobalto se encuentran en países subdesarrollados tecnológicamente; es más la tecnología existente en estos países suele ser importada de los países tecnificados.

Conflictividad en origen: El Congo

En las zonas productoras de cobalto este metal tiene poco valor más allá de su uso como pigmento, estos países no producen componentes tecnológicos, lo cual ha generado que tanto los Estados como las grandes compañías hayan desarrollado estructuras lobistas para asegurarse concesiones de explotación minera en estas latitudes. 
La única forma de obtener el cobalto es mediante la minería y la extracción de este material suele darse en condiciones penosas, insalubres, sin protección social o seguridad laboral. En el peor de los casos la extracción de estos materiales se debe al uso de trabajo esclavo e infantil.
En el caso de la República Democrática del Congo, las milicias armadas congoleñas se han estado beneficiando del comercio ilegal de cobalto y otros minerales. 
No es nada nuevo, ya que durante el periodo de la crisis de Katanga (1960-1963) la región, después de la descolonización belga, rompió relaciones con Patrice Lumumba con el apoyo de naciones occidentales y la determinante ayuda de la compañía belga Unión Minera del Alto Katanga.
La prohibición de la injerencia en los asuntos internos de los Estados es una de las normas básicas del Derecho Internacional Público, pero, en este caso, Bélgica, Francia (que usó tropas mercenarias comandadas por Bob Denard, alias de Gilbert Bourgeaud) y la Unión Minera del Alto Katanga apoyaron a Moise Kapenda Tsombe, líder autoproclamado del estado independiente de Katanga a cambio de la concesión de las minas en el recién creado estado. 
Lumumba y su sucesor Cyrile Adoulla solicitaron ayuda a la ONU y el territorio pudo ser reintegrado por la fuerza debido al concepto de derecho internacional denominado Uti Possidetis Iuris (prohibición de modificar las fronteras heredadas de la descolonización).
Durante las Guerras del Congo, que explicaremos brevemente, podemos ver de nuevo el patrón de injerencia en los asuntos internos de los Estados para la obtención de minerales estratégicos a través de grupos guerrilleros que explotan estos recursos para obtener financiación y sostener sus milicias y administraciones pero, también, para asegurarse el apoyo extranjero.

Guerra del Congo 1996-1997

Este conflicto marca el fin de la era Mobutu después de que se iniciara un alzamiento contra su gobierno que derivó en una guerra civil con tintes tribales y arrastró a una serie de países africanos con apoyo extranjero a intervenir en la contienda para salvaguardar u obtener beneficios.
Dentro de este contexto hablamos de nuevo de los minerales y, entre ellos, el cobalto.
La llegada al poder de Laurent-Désiré Kabila no significó una mejora en la República Democrática del Congo. Comenzó una política de centralización, siguiendo el modelo constitucional y administrativo francés, lo cual le enfrentó con las minorías del este del país y con los mercenarios ruandeses (de la misma etnia tutsi que los habitantes del este del país). 
El poder de estos mercenarios, agentes vehiculares de los intereses mineros de Ruanda en territorio del congoleño, provocó un conflicto entre Kinshasa  y Kigali.
El gobierno de Kigali quería seguir explotando las minas y obtener los beneficios del comercio del cobalto (entre otros minerales) que lograba gracias  la presencia de los mercenarios (que eran pagados por el gobierno de Kinshasa). 
Kabila entendió que estaba financiando a la potencia que le estaba saqueando sus recursos mineros estratégicos, obteniendo pingües beneficios del comercio de estas materias primas, beneficios que no percibía el gobierno de la República Democrática del Congo, por lo que Kabila se enfrentó a sus aliados de Ruanda.

Segunda Guerra del Congo 1998-2003

Esta guerra es producto directo de las tensiones nacidas entre el vencedor de la Primera Guerra del Congo (Kabila) y sus antiguos aliados ruandeses y mercenarios tutsi que usaron la milicia tutsi congoleña Reagrupamiento Congoleño para la Democracia como aliado interpuesto. 
Por otro lado estaba el ejército nacional del Congo junto con la milicia hutu Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda, aliado interpuesto. En realidad había decenas de grupos paramilitares y milicias tribales por todo el territorio y a lo largo de todo el conflicto.
Lo curioso es que a este conflicto se le llama la Guerra del coltán por el papel decisivo que tenía el control de las minas de metales estratégicos (y diamantes) para la financiación de los principales grupos armados que luchaban en el teatro de operaciones. Estos recursos eran adquiridos a través de una laberíntica estructura de ingeniería económica por gobiernos y compañías internacionales prestigiosas para la especulación, reservas, creación de joyería o uso tecnológico.
Esto redundaba en una economía de guerra fuerte y estable que ayudó a eternizar el conflicto, una contienda que fue muy rentable para las partes implicadas directa e indirectamente. (Foto: AFRICOM)

Así es el otro coltán: qué es, para qué sirve y cuál es el futuro del cobalto, el metal que hace posible que tu móvil sea como es


El coltán y el cobalto tienen mucho en común. Ambos son relativamente escasos, indispensables en la fabricación de muchos de los dispositivos electrónicos que utilizamos habitualmente, y se extraen en condiciones muy discutibles. Sin embargo, el cobalto ha llamado menos la atención a los medios de comunicación que el coltán. Al menos, hasta ahora. A pesar de que ambas industrias están caracterizadas por la misma opacidad. Y la misma inestabilidad.
El presente y el futuro no solo del mercado de la electrónica de consumo, sino también del coche eléctrico, están íntimamente ligados a la disponibilidad de cobalto. Y en estas circunstancias no es necesario esforzarse lo más mínimo para intuir que las empresas que compiten en estos mercados tienen puestos sus ojos sobre las reservas de este metal tan codiciado. Esta es la historia de una de las materias primas que contribuyen a que nuestra vida sea como es actualmente.

Cobalto: qué es y para qué sirve

Lo primero que nos interesa saber es que el cobalto es un metal ferromagnético, y que, por tanto, tiene unas propiedades magnéticas similares a las del hierro. 
De hecho, si echamos un vistazo a la tabla periódica de elementos veremos que está colocado entre el hierro y el níquel, y esto significa que la estructura atómica, y, por tanto, las propiedades químicas de estos elementos, son similares. 
Tanto es así que un átomo de cobalto tiene solo un protón más en el núcleo, y también un electrón más orbitando en torno a este, que el hierro.
El cobalto es un metal ferromagnético con unas propiedades químicas similares a las del hierro y el níquel
El vínculo que existe entre estos elementos va más allá de su estructura atómica y sus propiedades químicas. 
De hecho, el cobalto suele encontrarse junto al níquel, aunque es menos abundante que este último (se estima que en la corteza terrestre hay un 0,02% de níquel frente a solo un 0,001% de cobalto). Pero lo realmente interesante es que tanto el cobalto como las aleaciones en las que interviene son muy resistentes al desgaste y la corrosión, incluso cuando son sometidos a temperaturas muy altas.
Además, su dureza y su resistencia a la tensión son muy similares a las del hierro y el níquel, lo que lo hace idóneo para intervenir en aleaciones que se usan en maquinaria industrial. 
Curiosamente, el cobalto también forma parte de la cobalamina, que no es otra cosa que la vitamina B12, por lo que también es esencial que esté presente, en pequeñas cantidades, en el organismo de todos los animales, incluidos nosotros, los seres humanos.
Pero sus aplicaciones no acaban aquí. Ni mucho menos. 
Uno de sus isótopos, el cobalto-60, que tiene el mismo número de protones y electrones que el cobalto (27), pero también un neutrón más en el núcleo que el cobalto presente en la naturaleza, es un metal radiactivo que se utiliza en radioterapia para tratar algunas formas de cáncer
El problema es que su período de semidesintegración, que es el tiempo que tardan en desintegrarse la mitad de los núcleos de una muestra, es de algo más de cinco años, y después de esa etapa sigue siendo muy radiactivo. Por esta razón su uso en aplicaciones médicas se está reduciendo en occidente.
Y esto no es todo. 
El cobalto tiene más aplicaciones en las que aún no hemos indagado, pero de todas ellas la que da sentido al hecho de que este artículo sea publicado en Xataka es su utilidad en la fabricación de los electrodos de las baterías que alimentan buena parte de los dispositivos que utilizamos todos los días, como nuestros smartphones, tablets y ordenadores portátiles.
Incluso ha adquirido un rol esencial en la fabricación de baterías para coches eléctricos, de ahí que ahora las industrias de la electrónica de consumo y la automoción se lo rifen con el firme propósito de proteger su producción de cara al futuro.

El cobalto y las baterías eléctricas

La importancia que tiene el litio en la fabricación de las baterías de nuestros dispositivos electrónicos es bastante evidente. Y es que solo tenemos que echar un vistazo a sus especificaciones para darnos cuenta de que en la sección que identifica las características de la batería siempre aparece el término Li-ion, que nos indica que en la composición de este elemento intervienen, de alguna forma, iones de litio.
Un ion es un átomo o molécula que, al perder o ganar electrones, adquiere carga eléctrica positiva o negativa
Un ion es, sencillamente, un átomo o una molécula que no es neutro desde un punto de vista eléctrico, por lo que tiene carga eléctrica. Si esta carga es positiva el ion recibe el nombre de catión, y si es negativa se llama anión. 
Volvamos ahora a nuestra batería. Todos sabemos que su función es almacenar energía eléctrica y liberarla para que esta pueda ser utilizada por los componentes electrónicos de nuestros dispositivos. Para hacerlo, las baterías cuentan con tres elementos cruciales: un cátodo, un ánodo y un electrolito.
Mi intención no es profundizar en detalles demasiado complicados, pero nos viene bien conocer algunos conceptos para entender qué papel juega el cobalto en las baterías de iones de litio actuales. Sigamos adelante un poco más. 
El cátodo y el ánodo son los electrodos de la batería, y esto significa, sencillamente, que son conductores eléctricos que están en contacto con un elemento no metálico de un circuito. 
En el caso de las baterías ese elemento no metálico es, precisamente, el electrolito, que podemos definirlo como una sustancia que contiene iones, y que, por esta razón, actúa como un conductor eléctrico.
El electrolito contiene una sal de litio con los iones necesarios para que se produzca la reacción electroquímica
La liberación de la energía eléctrica se produce gracias a un fenómeno conocido como reacción redox (reducción-oxidación), que es un proceso químico en el que un conjunto de electrones viaja de un elemento a otro, alterando su estado de oxidación. 
En nuestras baterías el cátodo es el elemento que sufre la reacción de reducción, y, por tanto, recibe electrones y reduce su oxidación. Y el ánodo es el electrodo que hace todo lo contrario, es decir, pierde electrones, y, por esta razón, se incrementa su oxidación.
Este proceso es posible debido a que el electrolito contiene una sal de litio que proporciona los iones necesarios para que la reacción electroquímica tenga lugar, con el consiguiente transporte de electrones. Lo más curioso es que el cátodo y el ánodo pueden recuperar su estado inicial durante la carga de la batería, que es lo que en los dispositivos que usamos hoy en día nos permite completar cientos de ciclos de carga y descarga antes de que la capacidad de acumulación de energía se vea reducida drásticamente.
En definitiva, el objetivo de una batería es transformar la energía química que contiene en energía eléctrica, y, mediante el proceso que acabamos de describir, esto es posible. 
Una vez que la batería se conecta a un circuito, o, lo que es lo mismo, se coloca en un dispositivo con una cierta demanda energética, los electrodos se comunican a través de este y se produce la corriente eléctrica, que fluye desde el ánodo al cátodo, alimentándolo. Grosso modo, y sin entrar en detalles más farragosos, así es como funciona una batería estándar.
Llegados a este punto ya conocemos qué papel juega el litio en nuestras baterías, que es lo que pretendíamos. 
Ahora es interesante que repasemos brevemente qué aportan estas baterías frente a las de níquel-cadmio o níquel-metal hidruro que usábamos habitualmente hasta que comenzaron a extenderse las de iones de litio. 
Estas últimas se cargan más rápido, tienen una mayor densidad energética (y, por tanto, nos ofrecen una mayor autonomía), son menos sensibles al «efecto memoria» y son más ligeras. Como veis, sus ventajas no están nada mal.
Las baterías de iones de litio se cargan más rápido que sus predecesoras, tienen una mayor densidad energética, son más ligeras y también menos sensibles al «efecto memoria»
En su «debe» tienen la posibilidad de sobrecalentarse hasta el punto de llegar a explotar si se dan unas determinadas condiciones (todos recordamos lo que sucedió no hace mucho a Samsung con su controvertido Galaxy Note 7), soportan un número de ciclos de carga y descarga inferior a las baterías de níquel-cadmio y similar a las de níquel-metal hidruro, si la temperatura ambiental es muy baja su rendimiento puede reducirse hasta un 25%, y, además, su fabricación es cara, aunque su coste se ha reducido durante los últimos años gracias a su producción masiva.
Ya conocemos con cierta claridad cómo funcionan las baterías, y también qué rol ejerce el litio en ellas. 
¿Qué pinta aquí entonces el cobalto? Muy sencillo: se utiliza para incrementar sensiblemente el rendimiento del litio en las baterías, lo que hace posible dilatar la autonomía de nuestros dispositivos, que es lo que todos queremos.
De hecho, esta aplicación del cobalto se ha empezado a explotar de forma masiva durante los últimos dos o tres años, por lo que hasta ese momento este metal era adquirido mayoritariamente a quien se encarga de su extracción, que, como veremos más adelante, no siempre son compañías, por las empresas que se dedican a la fabricación de aleaciones para aplicaciones industriales.
Ya que hemos llegado hasta aquí merece la pena que demos un paso hacia delante más y nos detengamos un momento para analizar en qué elemento de la batería en particular se usa el cobalto. 
Partiendo de lo que ya sabemos, identificarlo es sencillo: en el electrodo positivo
El óxido de cobalto se utiliza para construir una matriz o un sustrato sobre el que se depositan unos pequeños parches de óxido de litio. 
De esta manera es posible obtener una capacidad de almacenamiento que es casi tres veces mayor que la de las baterías de iones de litio que no recurren al cobalto. 
Además, su capacidad se reduce solo un 1,8% después de completar unos 130 ciclos de carga, lo que no está nada mal.

Cuánto cobalto hay y dónde está

Ya hemos superado toda la carga técnica del artículo, y lo que viene ahora es más asequible, pero no por ello menos interesante. Repasemos en primer lugar algunas cifras. 
Según el Instituto de Desarrollo del Cobalto (CDI), una organización internacional sin ánimo de lucro que se creó en 1982 para defender la producción y el uso responsable de este metal, en torno al 60% del cobalto mundial es extraído de las minas de la República Democrática del Congo
Curiosamente, este país africano alberga también una de las mayores reservas de coltán, cobre y níquel del mundo.
Fuente: Macquarie Research Report, octubre de 2017
Pero este no es el único dato interesante. El CDI también apunta que el 45% de todo el cobalto que se extrae se utiliza en la fabricación de baterías de iones de litio
Ahí es nada. 
La producción mundial en 2017 ascendió a 123.000 toneladas, y, de nuevo según el CDI, el gobierno chino ha comprado durante el último año y medio 5.000 toneladas de este elemento. 
Es evidente que a China, como el mayor productor de dispositivos electrónicos que es, le interesa sostener una reserva de cobalto capaz de satisfacer sus necesidades de fabricación. 
Es más, el 43% del cobalto refinado se produce en este país asiático.
Todas estas cifras son importantes porque pueden ayudarnos a entender la relevancia que ha adquirido el mercado del cobalto para los fabricantes de dispositivos electrónicos y baterías. 
De hecho, la necesidad de obtener el suministro que necesitan para mantener sus niveles de producción ha contribuido a sostener la inestabilidad que asola desde hace años no solo la región del Congo, sino también algunos de los países fronterizos, como Ruanda, en los que hay grupos armados que también tienen interés en hacerse con el control de las minas de coltán, níquel y cobalto.

Así son las condiciones en las que se extrae

La extracción del cobalto, el coltán y el níquel en la República Democrática del Congo, que, como hemos visto unos párrafos más atrás, es el mayor suministrador mundial de estos metales, se lleva a cabo casi siempre en unas circunstancias realmente lamentables. Las personas que trabajan en las minas lo hacen en unas condiciones deplorables, sin recursos, sin apenas medios, extrayéndolo descalzos y con sus propias manos… En unas condiciones de absoluta insalubridad.
El 60% del cobalto mundial se extrae de las minas de la República Democrática del Congo
Los medios de comunicación llevan haciéndose eco varios años de lo que está sucediendo en esta región africana, así como de la enorme inestabilidad social y política que ha provocado el interés de las corporaciones occidentales y asiáticas en el coltán y el cobalto. Algunas minas han pasado a estar controladas por grupos armados que obligan a las personas que viven en los pueblos de la zona a trabajar en esas condiciones tan lamentables que he mencionado antes.
Pero lo peor de todo es que, al parecer, muchos niños también se ven obligados a trabajar en las minas del CongoEn 2014 Unicef denunció que la cifra ascendía a unos 40.000 niños, algunos con tan solo siete años, forzados a realizar ese trabajo en unas condiciones que incluso para los adultos deben ser muy difíciles de soportar.
Hace unos meses Amnistía Internacional decidió trasladar esta denuncia hacia arriba para que las empresas que al final de la cadena se quedan con el cobalto y el coltán, que no son otras que las grandes corporaciones tecnológicas de Asia y Occidente, sintiesen esa presión y se viesen obligadas a tomar «cartas en el asunto».
Apple no tardó en reaccionar ante el cariz que empezó a tomar este conflicto cuando comenzó a ser conocido por la opinión pública, y hace poco más de una semana conocimos a través de Bloomberg que los de Cupertino han decidido comprar el cobalto que utilizan para fabricar sus baterías directamente a los mineros
Al parecer, su intención es mantenerse al margen de los conflictos de la zona y no recurrir a intermediarios, que son en gran medida los responsables de la inestabilidad que azota a la región africana.
Apple ha declarado que pretende comprar el cobalto directamente a los mineros para prescindir de los intermediarios y ayudar a combatir la inestabilidad de la zona
Otras compañías, como Samsung o Daimler, han respondido a la denuncia de Amnistía Internacional asegurando que hacen todo lo que está en su mano para rastrear el origen tanto del cobalto como del coltán. 
Pero concluyeron sus declaraciones afirmando que la trazabilidad de estas materias primas es muy compleja debido a lo confusa que es la cadena de suministro.
Es evidente que, dadas las circunstancias, esta situación no mejorará si las empresas que compran estos minerales no se involucran tanto como sea necesario para garantizar que el cobalto, el litio, el níquel, el coltán, el manganeso y el cobre que adquieren tiene un origen lícito, y que ninguno de los eslabones de la cadena de producción se ha visto sometido a un trato inhumano o degradante.

El cobalto y el coche eléctrico

El crecimiento que con toda probabilidad experimentará el mercado de los vehículos eléctricos durante los próximos años, y la necesidad de dotarlos de baterías que tengan la máxima autonomía posible, no hará otra cosa que someter a más presión al mercado del cobalto. 
Nicolás Walewski, el consultor especializado en este ámbito de la firma Alken Asset Management, afirma que los vehículos eléctricos representarán el 20% del mercado total de automóviles en 2025.
Cuando esto suceda será necesario extraer 200.000 toneladas anuales más de cobalto que hoy en día para satisfacer las demandas mundiales de este mineral, lo que equivale a triplicar la producción actual. Este cálculo toma como punto de partida la aceptación de que, según Walewski, las baterías de un coche eléctrico requieren entre 8 y 12 Kg de cobalto.
Las compañías con más peso específico en este sector ya parecen estarse preparando para esta contingencia. 
Tesla, que, sin duda, es una de las más mediáticas, desveló a mediados del año pasado que planea construir a corto plazo tres nuevas gigafactorías que se unirán a la que ya tiene en Nevada (especializada en la fabricación de baterías de iones de litio), y a las plantas de Fremont y Buffalo. 
Y en el futuro esta cifra, según Elon Musk, podría incrementarse hasta alcanzar las dos decenas alrededor de todo el planeta, aunque en principio no todas serán fábricas de baterías.
Por supuesto, esta compañía estadounidense no es la única que ya cuenta con al menos una fábrica gigantesca de baterías con la capacidad de producir más de 1 GWh en células de iones de litio. 
Actualmente existen en todo el planeta más de dos decenas de megafactoríasque pertenecen a empresas como LG Chem, Foxconn, TerraE, CATL, Northvolt o SK Innovations, entre otras.
El desarrollo técnico y científico no solo es deseable, sino que es un propósito que debemos proteger en la medida en que puede contribuir a mejorar nuestra calidad de vida. Y también a repartir las oportunidades. Pero, como hemos comprobado a lo largo de este artículo, es crucial que estos avances lleguen sin dejar a nadie tirado por el camino, algo que actualmente no está sucediendo. De lo contrario aquello que persigue será inalcanzable, y los conflictos no solo no se resolverán, sino que podrían ir a más. Confiemos en la llegada de tiempos mejores.

La verdad dicha por un occidental o un congoleño ¿es la misma?

De la CNN, he aquí la vuelta de Riccardo Petrella: ¡“Topanza”!

Cuando la CNN transmite las imágenes de venta de esclavos en Libia, las redes sociales africanas se inflaman. 
Todo el mundo rivaliza en entusiasmo para decir todo lo malo que puede respecto a esta práctica. Y los compatriotas africanos que no quieren participar en esta reacción pasajera son calificados con toda clase de insultos. 
Algunos días y algunos meses después, la emoción ha decaído. Se acabó. Nadie (o casi) habla ya de nuestros hermanos y hermanas esclavizados en Libia. 
Tras CNN y Libia, he aquí la vuelta de Riccardo Petrella. Ha grabado un vídeo de tres minutos.
En este vídeo, desarrolla ciertas tesis que expone en varios de sus libros. Mufoncol Tshiyoyo las retoma: “¿Qué se está haciendo con las guerras que se están desarrollando? ¿Por qué nos han atacado? ¿Quién? Cuando Sarkozy bombardeó Libia, ninguno libio había atacado Francia.
[…] Cuando los Americanos bombardearon Iraq, porque era el enemigo del mal. […] La guerra ya no se hace porque se mata al enemigo. La guerra es la actividad económica más rentable. Se hace la guerra porque es rentable”.
Fweley Diangitukwa repite íntegramente las palabras de Riccardo Petrella: he aquí el texto íntegro:
“Nosotros (Occidentales), somos ricos porque estamos empobreciendo de nuevo África, América Latina y Asia. Somos responsables de estos millones de muertos […] ¿Qué se está haciendo con las Guerras que se están desarrollando? ¿No es porque nos atacaron? ¿Quién? Cuando Sarkozy bombardeó Libia, ningún libio había atacado Francia.
Cuando los estadounidenses bombardearon Bagdad o Iraq, porque era el enemigo del mal. ¡Y todos estos millones que han muerto y todos estos millones de refugiados sirios, iraquíes, etc.! ¿Acaso ellos lo han querido? Y nosotros (europeos), tenemos el coraje de decir: “quiero ayudarte a quedarte en tu casa” mientras que se han creado condiciones para que huyan (de su país) y nosotros vamos a decir: yo doy seis mil millones a Turquía, dos mil millones a los libios para poder retener a la gente que viene de África dónde se está alimentando las guerras. Pero hay que dejar de contar tonterías aquí. Hay que parar. Y estamos creando la guerra […] La guerra ya no se hace porque se mata al enemigo. La guerra se ha transformado, gracias a la tecnología -también estaba antes- se ha vuelto la actividad económica más rentable después de la industria farmacéutica y la industria informática. Se hace la guerra porque es rentable. Y si no cambiamos nuestros dirigentes […] haremos la guerra […] De aquí a algunos años, si se elimina la guerra, el PIB mundial fracasará, según el sistema dominante. No fracasará si se está en otro sistema. Al contrario, la desaparición de la guerra será una fuente de riqueza. Es por esto que los dirigentes, en la actualidad, no quieren reducir los armamentos y las ocasiones de guerra porque […] imaginar Francia sin la guerra, qué sería de la economía de este país, imaginar los Estados Unidos sin la guerra, sería un país pobre.Pues, hoy, estamos en una fase donde se hace la guerra, porque es rentable y no habría ningún dirigente actual del mundo que pare la guerra porque será crucificado, Porque será lapidado por el hecho de que va contra la lógica [general]. La guerra hace aumentar el PIB mundial, la guerra permite el crecimiento económico (de los países ricos). Y suponemos que si hacemos la guerra (en los países pobres), aumentamos la creación de puestos de trabajo en los nuestros (en Occidente).”
¿La verdad es diferente cuando se dice por un congoleño o por un occidental?
El vídeo de Riccardo Petrella está cuidadosamente compartido por los compatriotas congoleños. Se acompaña por esta invitación: “Topanza”. Me ha llegado repetidas veces. 
También lo he obtenido de un mayor que había tenido una gran discusión conmigo cuando yo decía lo mismo que Riccardo Petrella en un artículo, hace algunos días o meses. 
Y me planteo esta cuestión: “¿cómo este mayor que, queriendo cuestionar lo que yo decía en cuestión hablaba de la “realpolitik” se ha vuelto, de golpe, un difusor del vídeo que dice la misma cosa que yo? ¿Esto por qué? ¿La verdad es diferente cuando la dice un congoleño o un occidental?”.
Y a menudo, cuando escribo citando a los mismos occidentales en el curso de los esfuerzos desplegados para estudiar y conocer al otro y su modo operatorio, algunos compatriotas me lo desaconsejan cuando no me tratan simplemente de loco. 
Desplegando estos esfuerzos, había descubierto, leyendo a Michel Collon que cita a Balzac que «detrás de cada gran fortuna se esconde un crimen».
Mucho antes del vídeo de Riccardo Petrella, en 2005, publicando su libro titulado “Bush, el ciclón”, he aquí lo que decía Michel Collon respondiendo a esta cuestión: “¿Por qué el Sur es tan pobre y el Norte tan rico?: “Si España y Europa comenzaron a volverse ricas en el siglo 17, es porque robaron el oro y la plata de América latina. Masacrando a los indios y sin pagar nada. Si Francia, Inglaterra y los Estados Unidos se volvieron tan ricas, es gracias a la esclavitud, es robando seres humanos en África. Sin pagar nada. Si los mismos y Bélgica y Holanda se volvieron tan ricos a partir del siglo 19, es robando las materias primas de África y Asia. Sin pagar nada”. 
Y añade: “desde hace cinco siglos, nuestras grandes sociedades occidentales han saqueado las riquezas del tercer mundo, sin pagarlas. Podríamos hacer un cuadro de cada país rico y mostrar el origen vergonzoso de cada una de sus grandes fortunas (…). 
En fin, nosotros -o más bien: algunos de nosotros- somos ladrones y por eso somos ricos: he aquí lo que de ninguna manera se puede decir en los medios de comunicación. Balzac tenía razón.”
Siguiendo con la lectura de este pequeño libro magnífico, Michel Collon subraya el papel de las élites compradoras en este robo y en “estos crímenes organizados”.
Pero para que este robo y “estos crímenes organizados” sean escondidos a costa del tercer mundo, “les ha acompañado un robo de la historia”. (Leer J. GOODY, El robo de la historia. Cómo Europa ha impuesto el relato de su pasado al resto del mundo, París, Gallimard, 2006).
En el imaginario de algunos de nosotros, la hegemonía cultural occidental ha ganado
Pero todo lo que precede escrito por Tshiyoyo, Fweley o Mbelu no tiene “el mismo gusto” que cuando se dice por una televisión americana o por un occidental del renombre de Riccardo Petrella. Si Fweley se hubiera atrevido, publicando las palabras de Riccardo Petrella, a quitar su nombre y a poner el de Mbelu por ejemplo, ya habría tenido algunos insultos.
He pedido a uno de mis profesores del Seminario y a un investigador experto en África, Sylvain Kalamba Nsapu, que me expliquen este fenómeno. Me ha dicho: “en el imaginario de algunos de nosotros, la hegemonía cultural occidental ha ganado”. Creo que tiene razón. La reconversión de un imaginario no se hace en un abrir y cerrar de ojos, “las minorías organizadas y coestructurantes” deberían armarse de mucho coraje y audacia para luchar contra viento y marea.
Fweley y Tshiyoyo no van, en mucho tiempo, a olvidar las palabras de Riccardo Petrella. No estoy seguro de que sea el caso de algunos compatriotas que difunden el vídeo. 
La amnesia les va a re-atrapar y van a volver los insultos cuando esto se les recuerde dentro de diez años. 
“Un Pueblo sin memoria no puede ser un pueblo libre”, decía Danielle Mitterrand.
Los raros curiosos que no querrían olvidar todavía pueden conseguir los susodichos libros o su resumen presentado en “A quand le Congo. Réflexions & propositions pour une renaissance africaine” (Para cuando el Congo. Reflexiones y propuestas para un renacimiento africano), París, el Congo Lobi Lelo, 2016 o en “Ingeta. Dictionnaire pour une insurrection des consciences” (Ingeta. Diccionario para una insurrección de las conciencias), París, Congo Lobi Lelo, 2017.
La escritura y el archivo son buenos antídotos contra el olvido.
Por Jean-Pierre Mbelu – Babanya Kabudi 
Generación Lumumba 1961
Fuente: Ingeta, Après CNN, voici le tour de Riccardo Petrella : « Topanza » !, publicado el 14 de diciembre de 2017.
Traducido para Umoya por Mª Isabel Celada Quintana.

Un equipo científico descubre que bajo la selva tropical de Congo se almacena un enorme depósito de carbono

Un grupo científico ha confirmado la presencia de profundas turberas en el corazón de la selva de la República Democrática del Congo. Este descubrimiento se ha dado a conocer tras una expedición científica a la aldea de Lokolama, a 45 km de Mbandaka, capital de la provincia de Equateur en la República Democrática del Congo.
La turba es un tipo de suelo húmedo formado por materia orgánica vegetal parcialmente descompuesta. 

Debido a la presencia de agua y la falta de oxígeno, la descomposición es muy lenta, por lo que la incorporación de materia vegetal procedente de la selva hace que se vayan formando depósitos de turba cada vez más profundos. Esto hace que las turberas actúen como excelentes sumideros de carbono. 

Las plantas de la selva en crecimiento eliminan el carbono de la atmósfera, pero cuando mueren, normalmente se descomponen y devuelven el carbono a la atmósfera. En un pantano tropical anegado durante todo el año la descomposición es solo parcial, lo que lleva a una acumulación de carbono en forma de turba.
Estas formaciones ya se conocían en el país vecino. 
El primer mapa de turberas de la Cuenca del Congo se publicó en enero de 2017 en la revista Nature, utilizando datos de la República del Congo. La búsqueda de turba en la República Democrática del Congo comenzó con la expedición a Lokolama, confirmando la presencia de turberas, llegando a encontrarse depósitos de 3,5 metros de profundidad.
Un equipo de científicos de Reino Unido y Congo expertos en ecología de bosques tropicales, incluidos el profesor Simon Lewis y la Dra. Greta Dargie de la Universidad de Leeds, Reino Unido, han estimado que las turberas de la cuenca central del Congo cubren una extensión de 145.500 kilómetros cuadrados y almacenan alrededor de 30.000 millones de toneladas métricas de carbono. 
Esta cantidad de carbono equivale a las emisiones mundiales producidas por la quema de combustibles fósiles. Estos datos convierten a las turberas de la cuenca central del Congo en el complejo de turberas tropicales más extenso del mundo.
Según el profesor Simon Lewis, este hallazgo es un primer paso para mejorar nuestra comprensión de estas vastas áreas de turberas. Son algunos de los ecosistemas más ricos en carbono del mundo. Si se mantienen intactos jugarán un papel fundamental en la lucha contra el cambio climático. 
Pero si se drenan o se queman a gran escala, liberarían miles de millones de toneladas de dióxido de carbono en la atmósfera.
Greenpeace África está trabajando con las comunidades locales de la República Democrática del Congo para desarrollar alternativas a la tala destructiva del bosque y solicita que se mantenga una moratoria de 15 años sobre la asignación de nuevas concesiones madereras. 
El reciente descubrimiento de estas turberas añade un argumento de urgencia a la necesidad de encontrar vías de desarrollo que mejoren radicalmente los medios de subsistencia y el bienestar locales sin comprometer la integridad del ecosistema.
Una de las mayores amenazas para las turberas es la explotación forestal para la extracción de madera. 
De un total de 57 concesiones madereras en la República Democrática del Congo, al menos 29, que cubren alrededor de 5 millones de hectáreas, son ilegales. 
Estas concesiones ilegales se superponen con aproximadamente 650,000 hectáreas de bosques pantanosos con turba que contienen especies de árboles con alto valor comercial [2].
Raoul Mosembula, el coordinador de Greenpeace África para la República Democrática del Congo, sostiene que el Gobierno congoleño debe tomar las medidas necesarias para garantizar la plena protección de nuestros bosques en la región. 
Es vital para el gobierno respetar y mantener la moratoria y poner en marcha medidas permanentes para salvaguardar nuestro bosque y sus turberas recién cartografiadas".
De la misma opinión son los miembros de la comunidad de Lokolama. Su portavoz, Valentín Egobo, afirma que "las turberas son parte de nuestro patrimonio y su reconocimiento internacional una esperanza para las generaciones futuras. 
Esperamos que nuestro gobierno nos vea como los guardianes de este antiguo bosque y nos proporcione la información necesaria”.
Tenemos que seguir alerta. Recientemente, el 10 de noviembre, mientras estábamos en la Cumbre de Cambio Climático de Bonn, el gobierno de la República Democrática del Congo celebró una reunión en Kinshasa con el objetivo de suspender la moratoria existente actualmente y otorgar una concesión forestal de dos millones de hectáreas a una empresa forestal. 
Esto se sumaría a las cinco millones de hectáreas concedidas de manera ilegal. Este proceso llevaría a la destrucción de grandes áreas del bosque congoleño. 
Por este motivo, Global Witness, Greenpeace, Rainforest Foundation Norway, Rainforest Foundation UK y Réseau des Ressources Naturelles (RRN), firmamos una declaración públicasolicitando a este gobierno y a la comunidad internacional la suspensión de los planes y el mantenimiento de la moratoria.

Africa: El Congo de Lumumba: el frustrado nacimiento de una nación



"Como muchos de sus predecesores en la Historia, Lumumba ha sido devorado por la revolución que él contribuyó a desencadenar."

El periódico de la clase media londinense Daily Mail

"Ved a Lumumba. Es casi un salvaje. El barniz de civilización con que le hemos cubierto se quiebra por todas partes. Es un bárbaro. Ignora lo justo y lo injusto, lo verdadero y lo falso, el bien y el mal"

Marcel de Corte, filósofo católico belga

"El Gobierno de la RAU piensa que el asesinato de Lumumba no señalará el fin de la lucha en África, sino el principio de una nueva fase de esta lucha. Lumumba no será más que un soldado en el camino de África hacia su libertad"

Gamal Abdel Nasser, Presidente de Egipto (1954-1970)

"A todos aquellos que contribuyeron a su eliminación de las formas más abyectas: Lumumba es el mártir de su país, de su pueblo, del África entera. Fue el primero que elevó la voz y rompió los intentos de infiltración del neo-colonialismo atlántico. Fue asesinado. Por este solo título se hace inmortal"

Le Martyr

Un día para la Historia

Balduino, el rey belga, está más pálido de lo habitual. Las palabras de Patrice Lumumba son las responsables del malestar real. Es 30 de junio de 1960, hace 57 años, y Balduino ha acudido con toda su buena voluntad al Congo para conceder la independencia a dicho país. Sin embargo, las cosas parecen haber cambiado. Aquella tierra que le había recibido con expectación casi religiosa en 1955 muestra ahora un gesto más hosco en boca de Lumumba, quien es ya entonces el primer presidente de Gobierno de la Historia del Congo independiente.

En el discurso previo al de Lumumba, Balduino había ensalzado la obra colonial belga, añadiendo con aire paternal: "Es a ustedes, señores, a quienes corresponde ahora demostrar que hemos tenido razón al otorgarles la confianza". 

Parecía el colofón al happy end en que se había convertido el proceso de negociaciones por independencia del Congo en los últimos meses. Las cosas habían ido relativamente bien. Y más teniendo en cuenta de dónde se venía: la colonización más cruenta y brutal que experimentara región alguna en África. 

Los congoleños habían puesto varios millones de muertos desde que el monarca Leopoldo decidiera, previo permiso de las potencias europeas reunidas en Berlín en 1884, quedarse con aquel trozo de África en el que cabía 80 veces Bélgica.

Quizás por eso, y probablemente por un cierto afán de protagonismo también, Lumumba decidió condenar de manera vehemente toda la etapa de la colonización en ese discurso histórico

Muchos criticaron esa actitud vengativa, tanto que Lumumba tuvo que rectificar horas después, en un intento por tranquilizar al rey y calmar a la población belga blanca del Congo. 

"Deseamos que esta política sea coronada por una colaboración fecunda entre nuestros pueblos, ahora iguales y ligados por la amistad", dirá.

Sin embargo, ese día 30 de junio será el principio del fin de Lumumba, a quien se etiquetará de enemigo público en la metrópoli belga y el resto de Occidente. 

Aquellos minutos de dignidad y memoria se convirtieron en la tumba simbólica del político hábil y astuto que había liderado el proceso de independencia. 

Para muchos congoleños, aquel discurso se convertirá en icónico: "Este minuto de verdad nos paga por ochenta años de dominación".

Un paraíso maldito

Resulta difícil encontrar noticias positivas sobre el Congo hoy en día. Ha sido un país marcado desde su independencia por la tragedia, la pobreza, la guerra civil, la dictadura de Mobutu y el expolio de su riquísimo subsuelo. 

En el Congo se encuentran muchas de las principales minas de algunos minerales básicos para la economía mundial: coltán, oro, diamantes, cobre y cobalto. 

Además, su enorme extensión – es el país más grande del África subsahariana y el undécimo del mundo– y su posición estratégica en el centro del continente con su privilegiada salida al océano Atlántico confieren un gran potencial al país congoleño. 

En definitiva, Congo ha sido siempre un trozo de tarta muy apetecible para las potencias occidentales y sus grandes empresas.

Mapa de las riquezas minerales del Congo

Además, y este factor tendrá su importancia en el proceso de independencia que narraremos a continuación, el Congo es, ante todo, un auténtico crisol de etnias distintas. 

Más de 200 etnias habitan el suelo congoleño siendo las bantú –la bakongo, la baluba y la bamongo– las más importantes. Entre algunas de ellas han existido históricamente malas relaciones cuando no abierta hostilidad y violencia. 

Sin embargo, la colonización belga –y las fronteras trazadas por la potencias europeas en Berlín– obligaron a convivir en un mismo estado a todas estas etnias. Un vistazo al mapa inferior nos aclara mejor este aspecto. 

Para más inri, un pedazo de estas etnias fueron encuadradas en lo que se denominó el Congo francés, cuya capital Brazzaville es casi un barrio de Leopoldville-Kinshasa, capital del Congo belga, hoy República Democrática del Congo.


Mapa étnico del Congo belga y alrededores.

Estos dos factores –etnia y riqueza mineral– serán fundamentales para analizar el frustrado nacimiento de la nación congoleña. Mientras que el primer factor se usa para dividir a las masas congoleñas mediante líderes políticos tribales, el segundo factor es el verdadero motivo por el que los países occidentales actuarán cruelmente en su lucha por mantener al Congo bajo su redil. El mismo día de la Independencia la prensa neoyorquina se permitió el lujo de resumir la visión occidental ante el gran acontecimiento:

"Los intereses financieros han esperado el punto álgido en que la Independencia acarreará un caos tal, que permitirá imponer al Congo una nueva especie de 'colonialismo económico'; el hombre blanco debe continuar administrándolo todo, pero bajo el reinado de comparsas negros, cuyas necesidades materiales serán fácilmente colmadas, sea cuestión de vinos, mujeres, coches suntuosos, aparte de la cuenta en un banco suizo"
Lumumba tenía claro que el Congo debía ser un país unido –rechazando las fórmulas federalistas y secesionistas que tanto daño harían– y que sus riquezas le debían hacer más fuerte, no más pobre y débil.

Esto, sumado al evidente apego que Lumumba tenía hacia las ideas pan-africanistas, que amenazaban con obstaculizar los planes occidentales, hizo de Lumumba un personaje peligroso al que había que eliminar. 

Igualmente, el escenario de la Guerra Fría y la mera posibilidad de que Lumumba se convirtiera en un Fidel Castro africano causaban pavor en el seno del bloque occidental. 

Pero, ¿quién fue realmente Lumumba? ¿De dónde había salido aquel personaje tan carismático y sagaz? ¿Cómo fue su politización en medio de la colonización belga?

Un negro desarrollado

Lumumba nació el 2 de julio de 1925 en Katako-Kombe, una aldea al norte de Kasai, en el centro del país. 

El pequeño Lumumba –de etnia mutetela– será bautizado como Patrice y vivirá, como todos los niños congoleños, en un entorno de gran pobreza material.

Su padre, un modesto campesino, le obligará a ayudar en el trozo de tierra que sostiene a la familia desde muy temprana edad. Sólo gracias a las enseñanzas de los misioneros católicos conseguirá Patrice aprender a leer y a escribir. "Podría llegar a catequista si trabaja bien", dijo el cura que le bautizó. Sin embargo, la familia posee un personaje de cierto rango social.

Víctor Lundula, el tío de Patrice y sargento mayor del ejército, se empeñará en hacer de él un militar. 

No tendrá gran éxito en dicha tarea, aunque sí que dejará una honda huella en el sobrino, quien le nombrará jefe del Ejército nacional congoleño en 1960.

La adolescencia de Lumumba está marcada por su conversión al protestantismo, lo que suscitó consternación en su padre. 

"Me han dicho que eres un hombre perdido. Reflexiona, hijo mío", le espetó el campesino al Patrice de trece años. También se convierte en un voraz lector. Voltaire, Rousseau, Agatha Christie, Molière..., todo lo que le cae entre manos. 

Dejará sus estudios de enfermería y se empeñará en trabajar en lo que sea, por lo que se traslada a Kindu, un contraste claro para un humilde mutetela de campo. En Kindu ya vemos los rasgos de personalidad que marcarán su vida: gran capacidad y voluntad de trabajo, cierta necesidad vanidosa de halagos y reconocimiento y la determinación de formarse políticamente.

Por entonces, los jóvenes negros que buscaban formarse cultural y políticamente reciben el apelativo de desarrollados. La mayor parte de ellos aspiran a adquirir ciertos derechos reservados para blancos, ocupar profesiones liberales y coquetear con la política. Será en estos grupos donde Lumumba hará sus primeros pinitos en ese ámbito.

Al principio con gran timidez y después con mucha mayor soltura y elocuencia, Patrice se va confirmando como la gran promesa de los desarrollados. Es él quien conseguirá que en esos círculos se debatan cosas más serias y empiecen a escribir a periódicos locales tratando temas sociales.

Sin embargo, a pesar de su intrepidez, Lumumba es todavía un negro que quiere ser belga, que escribe pésimos poemas a la gloria del gran rey Leopoldo II y que sueña con conocer la metrópoli. Será en 1948 cuando empiece a dudar del estado de las cosas. "¿Por qué hay blancos que tratan menos bien a sus negros que a sus perro?", se pregunta entonces.

En Leopoldoville y Stanleyville


En esa época, a finales de los 40, las autoridades belgas  anuncian la posibilidad para los negros más desarrollados de obtener la ciudadanía casi completa si cumplen con una serie de requisitos. Los círculos de desarrollados se convierten en el semillero de estos nuevos ciudadanos. El propio Lumumba obtendrá dicha honor pasando a ser un matriculado. 

De ahí decide abrir sus alas para ir a trabajar a la capital Leopoldville –actual Kinshasa–, donde se maravilla de la grandiosidad de la París del África negra. 

Podrá comparar Leo con Brazaville, la capital del Congo francés. "¡Da orgullo ser belga cuando se visita a los vecinos!", afirma un orgulloso Lumumba.

Un hecho anecdótico le abrirá los ojos con respecto a su lugar en la sociedad. Un día, paseando por los barrios blancos de Leopoldville, Lumumba chocará sin querer con una europea, quien le profiere el peor de los insultos posibles para un congoleño: "¿No puedes poner más atención, sucio macaco?" 

Aquello traumatiza a Lumumba, pues nunca se le había tratado de este modo en Kindu. donde era respetado y conocido por los blancos de allí. Pero en la capital la cosa cambiaba. Era un pez demasiado pequeño todavía.

Ya llegados los 50, Lumumba se casará con Pauline, con quien tendrá dos hijos. Ello coincide con su llegada a Stanleyville, la ciudad más importante de la región oriental, donde Lumumba forjará su leyenda como líder político. Será allí donde iniciará su carrera como funcionario y donde dispondrá de una bella casa. Casi parece un blanco más. Incluso será acusado de falta de moralidad en los manejos financieros.

Son años de transición para el ya maduro Lumumba, en los que empieza a picotear en política. Se convertirá en el presidente de la APIC (Asociación del Personal Indígena del Congo), lo que le da el suficiente prestigio para fundar junto a otros congoleños y europeos la sección provincial del Partido Liberal, que gobierna ya en Bruselas. 1955 se acerca y con él, la esperada visita del joven monarca Balduino. La carrera por la independencia y el nacionalismo congoleño se intuyen en el horizonte y Lumumba ya ha tomado una buena posición.

Cita con el rey

El rey Balduino junto a su esposa.

El viaje de Balduino al Congo en 1955 inaugura lo que podríamos calificar como "el lustro prodigioso de Lumumba". Durante los próximos cinco años, este hombre de aspecto elegante, de manos y dedos grandes y gafas de intelectual trabajará sin descanso y con grandes dosis de brillantez hasta convertirse en el líder más importante del nacionalismo congoleño.

Como no podía ser de otra manera, Lumumba tendrá el privilegio de saludar al rey belga durante la arrolladora gira que Balduino hace por el Congo. 

En su estancia en Stanleyville, ambos son presentados. Lumumba, como negro desarrollado más destacado de la región, habla con toda franqueza de los problemas de los suyos y consigue atraer la atención del monarca, quien también seduce al político en ciernes que tiene ante él. Aparentemente, Balduino trae promesas de mejora para los congoleños y, especialmente, sus principales líderes y representantes.

Son tiempos de promesas para el continente africano. 

El nombre de Kwame Nkrumah, el líder nacionalista de Ghana y primer gran abanderado del panafricanismo, empieza a darse a conocer; Argelia mantiene su lucha por la independencia ante Francia; en Egipto gobierna Nasser, el militar nacionalista y laico que establecerá puentes con la África negra y los países árabes. Todo ello va formando a Lumumba, quien en 1956 es invitado por las autoridades belgas a visitar la metrópoli. 

Un sueño cumplido para el humilde mutetela y un paso importante para el líder político.

Durante dos semanas, Lumumba viaja por todo el país belga y se reúne con empresarios, políticos, intelectuales y obreros, completando un viaje muy provechoso. 

Sin embargo, es detenido nada más llegar al Congo. En vistas al viaje a Bélgica, donde tenía previsto comprar muchos libros, ropas y recuerdos, Lumumba había hecho acopio de algunas sumas de dinero del trabajo. Deberá pasar dos años en la cárcel, aunque pronto se le recortará la pena a un año.

Aunque en un primer momento trata de defenderse –y su jefe en la oficina le respaldará en gran parte–, finalmente aceptará la condena con algo de rencor a los belgas. 

De hecho, usará este asunto para hacer demagogia ante sus seguidores congoleños: "El dinero que he tomado era de los congoleños y del Congo". Pero Lumumba se arrepentirá por siempre de ello, pues facilitará la descalificación adversaria y traiciona su verdadera personalidad: la del más honesto y trabajador de los congoleños.

Surge la ABAKO


Kasavubu será el gran líder de la ABAKO, alianza de bakongos de corte conservador y federalista con base en el Bajo Congo.

La prisión contempla la impotencia de Lumumba al ver cómo sus adversarios políticos del nacionalismo congoleño le toman la ventaja. Joseph Kasavubu, un político calmado influenciado por el catolicismo, funda la ABAKO, una alianza de las tribus bakongo, etnia predominante en la zona del Bajo Congo, en ese trocito de tierra congoleña que une el Congo con el Atlántico. Posee una fuerte implantación en la capital Leopoldville, posición clave para liderar el movimiento nacionalista del país.

Como la inmensa mayoría de los políticos de su generación, Kasavubu no posee la amplitud de miras de Lumumba. Son simples líderes tribales que defendían el proyecto de su etnia y poco más; ansiaban el federalismo cuando no el abierto secesionismo como más adelante se verá con Tshombe y Kalonji. La lucha por la independencia no fue tanto una revuelta popular o de masas –que también–, sino una suma de proyectos particulares difícilmente compatibles entre sí que solían estar manejados por potencias occidentales.

𛲠A su salida de prisión, Lumumba tendrá que correr más que de costumbre. Para ello, entra a trabajar de comercial en una marca de cervezas con un buen sueldo mientras disecciona a sus rivales políticos. Concluye que debe acercarse a una figura emergente como Joseph Ileo, de etnia bengala –y por lo tanto enemigo de los bakongos de Kasavubu–, que acaba de publicar un manifiesto nacionalista.

Esta alianza le facilitará a Lumumba posicionarse en la capital del país, muy alejada de Stanleyville, donde todavía mantiene su gran popularidad.


Joseph Ileo se convertirá en un apoyo de Lumumba aunque acabará separándose de él.

En diciembre de 1957, las primeras elecciones organizadas por los belgas en el Congo da una gran ventaja a los líderes de la ABAKO, que empieza a incomodar a las autoridades europeas. Lumumba decide fundar el Movimiento Nacional Congoleño (MNC), que se constituye como oposición natural a la ABAKO pues su programa es más audaz y su organización aspira a ser más eficaz.

A mediados del 58, Charles de Gaulle viaja a Brazaville para ofrecer en bandeja de plata la independencia a los congoleños del Congo francés. Sus palabras resuenan en Leopoldville y, para fortuna de Kasavubu –al que se le empieza a conocer como rey Kasa–, será su primo, el abate Youlou, el que abanderará la independencia.

Pero no todo son malas noticias para Lumumba, pues las autoridades belgas prohíben a Kasa acudir a una conferencia africana que organiza Nkrumah en Accra. Aunque ésto prueba que los belgas temían más por entonces a la ABAKO que al MNC, Lumumba aprovechará el viaje a Ghana para erigirse en principal líder congoleño a ojos de África.

1959: el gran ascenso de Lumumba

Tratar de hacer una crónica de lo que ocurrió en 1959 en el Congo puede resultar un ejercicio imposible habida cuenta de lo que aconteció aquel año. La Historia es así, en un siglo pueden pasar pocas cosas, mientras que en unos meses parecen transcurrir siglos. Sin embargo, trataremos de describir y comentar los principales sucesos del momento.

A finales del 58 la tensión se palpa en el ambiente político del Congo. Desde Bruselas, el gobierno belga no es capaz de ofrecer soluciones que dinamicen la situación, por lo que los nacionalistas congoleños empiezan a impacientarse. La chispa que puede hacer arder el bosque ocurre entre el 4 y el 6 de enero, cuando unos disturbios iniciados tras la represión de una manifestación deja un saldo de 42 muertos y 257 heridos. Durante dos días, los blancos son aterrorizados por actos de pillaje, violencia y violaciones. El miedo entre la población europea jugará un papel importante a partir de entonces.

Bruselas ha enviado a Leopoldville a un gobernador de corte progresista llamado Van Hemelryck, quien reconoce la situación de miseria en que viven los congoleños y promete soluciones. Sin embargo, por otro lado, las autoridades no vacilan en disolver a la ABAKO y detener a sus dirigentes, con Kasavubu a la cabeza. Esta alternancia entre paternalismo y represión será leída de manera formidable por Lumumba, quien se está convirtiendo en el político más intrépido y apasionante del país.

Es en 1959 cuando Lumumba empieza a manejar diferentes discursos según el público al que hable. Ante los negros, se muestra intensamente antibelga; ante los belgas, defiende que los congoleños seguirán necesitando de los técnicos blancos tras la independencia y propugna relaciones de hermandad con Bélgica; ante públicos mixtos, tiende puentes y luce su mejor sonrisa.

Se ha convertido en un político maquiavélico, en el sentido positivo del término. Alguien que sabe más de política que todos sus adversarios.

De manera brillante y un tanto cínica, defenderá a los líderes de la ABAKO que han sido desterrados a Bruselas.

En abril de 1959 tiene lugar en Luluabourg un congreso de partidos políticos que ve triunfar las tesis lumumbistas de mantener unido al país bajo el lema "¡Congo unido, país fuerte"! En este ascenso, muchos intentan acercarse a Lumumba. Algunos con buenas y humildes intenciones, y otros con ganas de trepar y tomar el poder. Será el caso de dos personajes despreciables: Albert Kalonji, un baluba que ha hecho de anfitrión en el congreso de Luluabourg y forma parte del MNC; y Joseph Desiré Mobutu, quien alterna su trabajo de periodista con un puesto como colaborador en los servicios de información belgas.



Kalonji con la bandera de Kasai al fondo. Será colaborador de Lumumba aunque acabará traicionándolo y participando en la secesión de Kasai en 1960.

Las tesis en favor de la división del Congo, animadas por potencias extranjeras y por líderes étnicos en busca de su trozo de pastel, reciben un fuerte espaldarazo en verano del 59.

De un lado, en junio, Kasavubu declara que su región por excelencia, el Bajo Congo, está listo para independizarse ya mismo; por otro lado, el MNC sufre una escisión de su ala conservadora liderada por Kalonji, ese hombre infame que empieza a mostrar su verdadera cara.

El propio Kalonji será detenido en agosto. En ese momento del proceso, a los belgas no les atraía en absoluto las ideas secesionistas puesto que imaginaban que un Congo dividido sería más fácil de penetrar por parte de otras potencias occidentales.

Mientras, Lumumba redobla sus ataques retóricos contra los belgas a la vez que su partido se robustece a lo largo y ancho del país.

Muchos de los nuevos militantes son jóvenes exaltados que acostumbran a usar la extorsión para captar nuevos fieles al MNC, aspecto que es usado por los enemigos de Lumumba para atacarle.

Él se defenderá comparándose con Gandhi y rechazando toda violencia.

También sufre un intento de golpe dentro de MNC a manos de Ileo y otros pseudointelectuales, los cuales, tras ser derrotados por Lumumba, abandonan el partido. Lumumba no los necesita aunque sean las mejores cabezas del MNC.

Los belgas andan confusos.

No sólo son incapaces de calmar la tensa situación de un país que empieza a entrar en una espiral de violencia entre etnias, sino que fracasan al crear un partido nacionalista moderado liderado por Bolikango, el más mimado de los políticos de la época.

Esto contrasta con la fuerza exhibida por Lumumba y el MNC en su primer Congreso en Stanleyville, donde pide independencia inmediata y el inicio de las negociaciones. Fiel a su discurso punzante, Lumumba insiste en un lema: "La independencia no se recibe, se conquista. Se arranca".

Martirio en prisión y victoria en la negociación

Si algo le falta a Lumumba para redondear su perfil de líder congoleño es una pequeña dosis de martirio que le igualara a Kalonji y Kasavubu, que sí han sido encarcelados por los belgas.

Por aquel entonces, Lumumba es todavía un hombre con suerte acostumbrado a que todo le venga rodado.

Tras una jornada de represión que deja 30 muertos, el 31 de octubre, en Stanleyville, el líder del MNC es detenido.

Durante dos meses, Lumumba toma aire y fuerza antes de encarar el tramo final de la independencia.

En ese lapso de tiempo, las elecciones sonríen al MNC, que se confirma como primer partido nacional, a pesar de la ausencia de Lumumba.

Por su parte, Bruselas traza una nueva línea a seguir. A mediados de diciembre, Balduino embarca rumbo a la colonia para convocar una mesa redonda que tendrá lugar en Bruselas durante el mes de enero de 1960.

La recepción del pueblo congoleño al monarca vuelve a ser notable, especialmente gracias al rumor extendido por el MNC que afirma que la visita real tiene como objetivo liberar al líder panafricano: "Balduino viene a liberar a Lumumba".

La mesa redonda se celebrará entre el 20 de enero y el 20 de febrero. Sin embargo, Lumumba no será liberado hasta el 26 de enero, gracias, en parte, a un abogado facilitado por Mobutu, un hombre todavía fiable para el MNC.

A su llegada a la capital belga, Lumumba dirá con tono presuntuoso: "He sido golpeado y torturado, pero perdono a los belgas".


Tshombe, el líder del secesionismo de Katanga se convertirá en un factor decisivo del fracaso del proceso de independencia. Su figura está controlada por el capital minero belga y por los propios EEUU.
Además, su retraso no influye en absoluto en el papel de Lumumba en la mesa redonda ya que sus tesis de un Congo unido son bien recibidas y resultan exitosas. Incluso se permite el lujo de descalificar a los consejeros blancos que manejan cual marionetas a ciertos líderes tribales, especialmente en el caso del líder katangués Tshombe, un mercader metido a político cuyo partido está creado y sostenido por la empresa belga Unión Minera.

Será Tshombe quien acuse con fuerza y mala voluntad a Lumumba de "comunista", algo que era sinónimo de enemigo a destruir por parte de Occidente en aquellos años de Guerra Fría.

Para mayor agrado de Lumumba, el frío Kasavubu comete un error de cálculo. En medio de las negociaciones, abandona Bruselas y marcha a París para ofrecer una rueda de prensa criticando el proceso. No sólo no tiene ninguna repercusión en el Congo, sino que allana el camino a Lumumba, que se confirma como el único hombre con proyecto de país. Se convocan elecciones legislativas y se pone fecha a la independencia para el 30 de junio.

Elecciones y proclamación de independencia

Todas estas sensaciones se plasman en las elecciones de mayo de 1960, donde el MNC y sus aliados arrasan.

El resto de líderes de la independencia se conforman con obtener buenos resultados entre sus gentes, pero Lumumba es el único que vertebra el país.

Aquí la tabla con los resultados de las elecciones.


Aunque las fuentes varíen en el resultado exacto de las elecciones, queda claro que Lumumba y sus aliados (color rojo) son los indicados para liderar el país. Especial mención a Gizenga, quien se convertirá en el sucesor de Lumumba a la muerte de éste, liderando a la región oriental contra el giro de la política congoleña.

La aritmética electoral dejaba en Kashamura, que tenía su base en la región oriental de Kivu, la decisión final de quién contaría con apoyos suficientes para formar gobierno.

El líder de la CEREA se inclina de manera natural hacia el lado de Lumumba, aunque en un principio los belgas tratan de obviar este hecho proponiendo a Kasavubu configurar un gobierno imposible. Finalmente, será Lumumba el primer presidente de Gobierno del Congo mientras que deja la presidencia de la República al rey Kasa. Con este movimiento, se concreta la alianza de Lumumba con el escorpión, encarnado por el líder de la ABAKO, en cuya naturaleza está picar a la rana que le ha ayudado a cruzar el río como en la famosa fábula.

La ciudad de Leopoldville se engalanará, pues, para recibir una vez más al rey Balduino. Es el fin de una época. Para finales de 1960, casi todo África ha conseguido la independencia, pero es bien sabido que el trozo de tierra que toma el nombre de Congo sigue siendo muy apetitoso. Y ello ya se ve nítidamente en los días previos a la proclamación de la independencia.

Los belgas han enviado más tropas al país para proteger a los asustados blancos, han dificultado el gobierno de Lumumba, la secesión de Katanga está al caer... Incluso Ileo, otrora colaborador del MNC, se suma a la incipiente campaña anti-Lumumba. "Él es el fin de la democracia y usted lo sabe. Si no le retiráis las misión de formar gobierno, lo matamos en 48 horas", le dirá Ileo al ministro belga del Congo, Ganshof Van de Meersch.

Crisis de gobierno

La polémica en torno al discurso de Lumumba el día de la proclamación de la independencia comentado al inicio del artículo no será nada comparado a lo que ocurrirá los próximos días. Una semana después de los fastos, estallará una revuelta de militares congoleños irritados por la preponderancia y los salarios de los parlamentarios.

El Ejército empieza a quebrar el frágil Estado congoleño. Hay que añadir que muchas de estas protestas estaban incentivadas por multitud de agentes extranjeros llegados al país con el objetivo de desestabilizarlo.

Por todo el país, escuadrones de paramilitares belgas toman posiciones, especialmente en el estado de Katanga. Los belgas descubren bien pronto sus cartas cuando intervienen militarmente Elisabethville, capital de Katanga, el 9 de julio. Tshombe les extiende una alfombra de sumisión y agradecimiento. Tanto es así que dos días después proclama la secesión de Katanga, para agradar a la Unión Minera belga, que no está de acuerdo son eso de repartir las riquezas del Congo entre los congoleños.


El nefasto papel jugado por la ONU y su secretario general, el señor Hammarskjold, sellará el destino de Lumumba y su gobierno.

A partir de aquí, se va a producir un teatro aborrecible entre los actores internos y externos del Congo.

Entra en escena la ONU, con su secretario general Hammarskjold a la cabeza, que se dedicará a entorpecer y torpedear al gobierno legítimo de Lumumba en su lucha por la unidad territorial. Lumumba se enfrentará ante la conducta hipócrita de la ONU y rompe relaciones con Bélgica a mediados de julio.

El propio líder congoleño empieza a sentirse cansado y a agriar su carácter. Junto a Kasavubu inicia una gira por el país para reconducir la situación y pacificar a la población, que empieza a perseguir a todo lo que parezca belga. A su llegada a Elisabethville, su avión no podrá tomar suelo a petición del vil ministro del Interior de Katanga, Munongo. Aturdido e impotente, Lumumba espetará al piloto: "¡Ponga rumbo ahora mismo a Moscú!"

Entre el 23 de julio y el 8 de agosto, Lumumba inicia una gira por varios países del mundo –Ghana, Túnez, Marruecos, Guinea, Reino Unido, EEUU, Canadá...– que se salda de manera positiva.

Es recibido con honores de presidente de un país y multitudes le aclaman allá donde va. Es un chute de optimismo para encarar la que será su última batalla. Sin embargo, a escondidas, cual cobardes, EEUU va a decidir dar el visto bueno a la eliminación de Lumumba y envía a un agente reputado para la misión, Frank Carlucci, quien llegaría a ser secretario de Defensa con Reagan.

A imitación de Katanga, el 8 de julio, el abyecto Kalonji funda el Estado minero del Kasai del Sur, un minúsculo trozo de tierra al norte de Katanga repleto de diamantes.

Durante el mes de agosto, el gobierno mantiene el rifirrafe con la ONU a cuenta de los soldados blancos que pueblan los cascos azules, ya que Lumumba tan solo confía en los cascos azules ghaneses y marroquíes, países que siguen apoyándole.

Tras concluir la conferencia panafricana organizada en Leopoldville a finales de agosto, llega septiembre. La conferencia ha sido el último gran acto de masas de Lumumba, que recibe cinco días más tarde, el 5 de septiembre, la picadura envenenada del escorpión Kasavubu.

El líder bakongo ha acudido a la radio principal del país a anunciar la destitución de Lumumba y le da su puesto al arribista Ileo, que cumple su sueño de dirigir el Congo. Poco le durará la alegría al pobre. Un golpe mayor se acerca por detrás y viene uniformado y con fusil.


Dos imágenes de Mobutu, quien dará la puñalada definitiva a Lumumba, que había sido su adalid. "No tengo nada personal contra él", dirá tras el golpe de septiembre.

Mobutu y el Ejército entran en escena

A la destitución de Lumumba por Kasavubu le sigue una intervención temeraria del legítimo presidente, quien se enfrenta a los militares que ocupan la radio desde la que ha hablado Kasa. Ahí, Lumumba tilda de traidor al jefe de Estado.

Seguirán unos días tensos pero sin noticias. Kasavubu se ha refugiado con su primo en el Congo francés, bien resguardado también por la potencia francesa, que sigue manejando al abate Youlou. El 14 de septiembre, Mobutu, ascendido previamente por Lumumba a coronel del ejército, neutraliza las instituciones políticas: "Opero una revolución pacífica, para dejar a todos tiempo de reflexión y se apacigüe la situación".

Mobutu sigue órdenes de agentes extranjeros al servicio de los occidentales. Él no posee el coraje ni el talento para llevar a cabo semejante operación, aunque, eso sí, tiene influencia en el ejército nacional, que no es poco.

En un principio, se puede pensar que Mobutu no tenía malas intenciones personales contra Lumumba, tal y como alegará, pero lo cierto es que acaba de ponerle a su antiguo líder las esposas que llevará hasta su muerte, que se intuye próxima. Más tarde, cuando sea dictador del país y sienta su conciencia carcomida, Mobutu se intentará apropiar de la imagen de Lumumba poniéndole su nombre a Elisabethville, la actual Lumumbashi

En Leopoldville se constituye un Colegio de comisarios generales para dirigir el país. En un principio, tratan de acercarse a Lumumba, pero éste rechaza semejante falsedad.

Todavía vive en su residencia vigilado por soldados de la ONU y del ejército congoleño, aunque ocasionalmente sale a la calle a sentir el apoyo de gran parte de la población. Mientras, en el resto del país, los distintos bandos se configuran en lo que es ya una guerra civil.

De un lado, tenemos a la dupla Mobutu-Kasavubu dirigiendo lo que queda de gobierno central; luego están las regiones secesionistas del sur –Katanga y Kasai del Sur–, donde se están produciendo limpiezas étnicas de manera descontrolada; y por el este tenemos al gobierno de Gizenga, que desde Stanleyville trata de continuar el legado de Lumumba junto al tío de éste, Víctor Lundula, ahora jefe del Ejército oriental.

Situación del país desde finales de 1960 hasta entrado 1961. El gobierno de Gizenga va a obtener importantes triunfos que darán esperanza a Lumumba, que sabe que su vida depende de poder llegar zona roja.

Ello motiva a Lumumba a emprender su última aventura. Decide huir de noche junto a su familia y dos colaboradores suyos, Okito y M´Polo.

Por unos días parece posible la hazaña pero, finalmente, el 1 de diciembre, será detenido. Tiene el tiempo necesario para poner a salvo a sus familiares, aceptar su negro destino y preguntarse sobre el futuro de sus hijos: "¿Dónde irán a hacer sus estudios? Me gustaría que aprendieran inglés. ¡Me hubiera gustado tanto conversar más con ellos!"

Muerte de Lumumba

Es encerrado en la prisión de Thysville, cercana a la capital. Tratado con cierto respeto por la soldadesca, Lumumba sigue teniendo algo que le hace peligroso. Su prestigio se mantiene intacto, y sus sucesores Gizenga y Lundula siguen cosechando éxitos militares para vergüenza de Mobutu, que se revela como un pésimo estratega.

Incluso se insinúa un motín en la prisión que le puede abrir las puertas de la libertad, pero el levantamiento es apaciguado por los políticos capitalinos.

Poco a poco, Lumumba acepta su destino: "Si muero será porque un hombre blanco habrá armado a un hombre negro".


Lumumba detenido junto a Okito, a la derecha de la imagen.

En Lepoldville están nerviosos.

Quieren quitarse de en medio a Lumumba pero no quieren mancharse las manos con sangre de héroe.

Así, optan por enviarlo a Katanga en un siniestro vuelo donde él y sus compañeros son apalizados hasta casi morir.

Al llegar a Elisabethville, el matón de Tshombe, Godofredo Munongo, tendrá la oportunidad de saciar su sed de sadismo.

Ante un hombre medio muerto, pero aún digno según los testigos, Munongo vocea palabras de odio:

"Y bien, ¿sigues siendo invulnerable? ¿Sigues escupiendo las balas?".

A continuación, hunde la bayoneta lentamente entre las costillas.

Un agente belga –uno de los muchos que había en Katanga– le da el tiro de gracia.

Mucho se especuló sobre las circunstancias exactas de su asesinato.

De hecho, pasó un mes antes de que se confirmara la muerte de Lumumba, Okito y M´Polo.

Tshombe, que no dejaba de ser un simple vendedor sin escrúpulos, tampoco quería jactarse de haber asesinado a un líder tan reconocido, por lo que contó la historia de que los tres arrestados habían permanecido en prisión hasta que un mal día lograron escapar, siendo linchados y asesinados por los lugareños del primer pueblo al que llegaron.

Nadie lo creyó, pero algo había que inventar.

Según la versión más extendida, los asesinos de Lumumba disolvieron el cuerpo en ácido y esparcieron los restos para que nunca ningún congoleño o africano pudiera visitar la tumba del más importante padre del país y de uno de los hermanos más destacados del continente.

En el año 2001, el parlamento belga reconoció su responsabilidad en el final de Lumumba y esbozó una leve petición de perdón. Un poco tarde, quizás.

Todavía resuenan las palabras llenas de tristeza del egipcio Nasser, del filósofo francés Sartre o del líder argelino Ben Bella, quienes creían que la muerte de Lumumba daría más fuerzas a la lucha por la uhuru (libertad , en swahili) del Congo y África, que la victoria era inevitable. No fue del todo cierto.

A veces, una personalidad concreta puede y debe cambiar el rumbo de la Historia. De igual manera, una muerte puede esfumar todas las esperanzas. Ese fue el caso de aquel Congo brillante y prometedor que nunca fue. Y esta ha sido, a grandes rasgos, la historia de quien más luchó por lograrlo.

"No me llores, compañera. Yo sé que mi país, que tanto sufre, sabrá defender su independencia y su libertad. ¡Viva el Congo! ¡Viva África!"

Carta de despedida de Lumumba a su mujer Pauline

http://undebateenmicabeza.blogspot.com.es/2017/07/el-congo-de-lumumba-el-frustrado.html?m=1

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