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miércoles, 7 de febrero de 2018

El Día en que las Máquinas causaron una Crisis en los Mercados

El día en que las máquinas causaron una crisis en los Mercados


Tras la caída de ayer de más del 4% en el Dow Jones escucho esta mañana a un locutor de radio preguntarle a un experto si lo vivido ayer fue una venta emocional… lo que me ha llevado inmediatamente a pensar que hay alguno que aún no se han enterado de como han cambiado los mercados en los últimos 10 años salvo que los algoritmos tengan alma.
Probablemente lo que vivimos ayer y hoy es el retrato de lo inevitable. Según el WSJ quantitative hedge funds representaban a mediados del 2017 el 27% del volumen de renta variable en los EEUU (el 14% en 2013) y Bernstein Research predecía que a principio del 2018 el 50% de los activos bajo gestión estarían puestos en estrategias de gestión pasiva.
Si hoy en día quieres entender que es lo que está pasando en los Mercados debes comprender los sesgos de la inversión algorítmica para intentar tener una respuesta, esto ya no va del humor con el que nos despertemos una mañana los seres humanos que ya poco pintamos en los Mercados.
Steven Bregman, co-fundador de la firma  Horizon Kinetics daba alguna pista:
En los últimos dos años, los gestores de fondos de inversión más destacados de las últimas décadas, cada uno con estilos de inversión diferentes, con superposiciones limitadas en su carteras, lo han hecho peor que el S&P500. N0 existe un precedente similar. Nunca había sucedido antes. Es importante entender por qué. ¿Han invertido mal? ¿Se han convertido ellos en la anomalía del mercado? ¿Es razonable pensar que perdieron todos su capacidad de acertar en las inversiones al mismo tiempo? ¿Se volvieron estúpidos de la noche a la mañana? ¿o quizás la anomalía es el propio índice S&P500?
Si los gestores de fondos activos se comportan de manera disfuncional quedarán retratados respecto a sus índices de referencia pero ¿que sucede cuando los fondos de inversión pasivos se comportan de forma disfuncional? pues sencillamente que como sus puntos de referencia son los propios índices no hay forma de distinguir si están siendo disfuncionales.
En el corazón de la disfunción de la gestión pasiva hay dos sesgos algorítmicos clave: La marginación del descubrimiento de preios y el efecto rebaño. Debido a que las acciones no se compran individualmente los ETF no realizan ningún tipo de Due Diligence sobre las empresas que están comprando. 
Esto no es problema cuando los fondos activos ejercen de contrapeso, sin embargo cuando más y más fondos se dirigen hacía los ETF menos capacidad tienen los gestores de fondos activos o los participantes “inteligentes” del mercado para poder ejercer de contrapeso y forzar los realineamientos algorítmicos. 
Es más a medida que los ETF ganan peso en el Mercado los gestores activos se ven incentivados a subirse a un rebaño que no cambia de dirección, con lo que la manada sigue acumulando activos sin importar ningún tipo de fundamento racional. 
Los gestores activos pueden tener toda la razón del mundo en sus análisis de compañía pero eso no hace que el rebaño cambie su inercia.
Un magnifico ejemplo lo tenemos en la petrolera ExxonMobil. Esta representa el 25% del iShares US Energy ETF, el 22% del Vanguard Energy ETF, está presente en las ETF que son Dividend Growth y en las USA Quality Factor ETF y en las Weak Dollar US equity ETF. 
Desde 2013, los precios del petróleo han caído un 50%, los ingresos de la compañía un 46%, sus beneficios un 75% y el payout ratio de los dividendos ya representa 3 veces sus beneficios y sin embargo durante todo este tiempo el precio de la acción se ha mantenido prácticamente plano y a los gestores de ETF les importa un pimiento lo que ha pasado con los resultados de la compañía y menos aún a los algoritmos. 
Ni les preocupa ni está en la descripción de sus puesto de trabajo analizar que les pasa a los estados financieros de las compañías que están en su cartera.
Los mismo sucede en los fondos quants, la dinámica es similar.
Su ventaja competitiva se centra en encontrar puntos de entrada y correlaciones y cuanto más dinero se dirige hacía los fondos quants más validez cobran las fórmulas y los inputs con los que se alimentan y programan los algoritmos incrementando exponencialmente los riesgos de sobre utilizar estrategias algorítmicas.
El resultado de todos esto es intuitivamente obvio. Las acciones se compran cada vez menos basados en los fundamentales ya que el index investing elimina el incentivo de adquirir acciones infravaloradas. La rotación sectorial sistemática suprime la volatilidad y fomenta la complacencia, ya que las estrategia basadas en las reglas obedecen las mismas reglas. 
A medida que más y más fondos se destinan a ETF y quants, se van generando inundaciones de fondos sin control en activos que nadie comprende adecuadamente, solo los que programaron los “algos” pueden ser conscientes de los movimientos que sufre el mercado.
Obviamente no hay que ser un lince para entender que los que está diseñado para retrolimentar un mercado alcista, también puede retoalimentar una cascada bajista.
Si por le motivo que sea falla un sesgo en las desconocidas cajas negras que son los algoritmos se puede generar un disparador de riesgo algorítmico que retro alimente las caídas que se verán reforzadas con las ventas de los ETF que deben mimetizar sus índices de referencia en un mercado cada vez más concentrado en manos de las máquinas y los fondos pasivos.
A esto le podéis añadir el riesgo que comporta la falta de transparencia de ETF cada vez más complejas. 
Cómo los activos están empaquetados en ETF de alta complejidad puede ser casi imposible o llevar mucho tiempo identificar que ETF tiene activos tóxicos y poder diferenciar entre una ETF con activos tóxicos de otra que no los tiene lo que puede provocar una crisis de liquidez que provoque que el mercado de los ETF se quede seco de la noche a la mañana.
Bienvenidos a los Mercados de las máquinas.

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