Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Pensamiento Crítico” en el diario PÚBLICO, 3 de noviembre de 2017.
El artículo hace una crítica de la percepción generalizada en amplios sectores del establishment mediático y político del país de que Podemos es una fuerza política con simpatías secesionistas, y por lo tanto, traidora a la patria.
Se critica un artículo del El País representativo de las falsedades y mentiras que se publican contra Podemos para reforzar tal percepción.
También se critica la actitud del Secretario General de Podem, que ha sido utilizada por las derechas tanto catalanas como españolas para desacreditar a Podemos y a su Secretario General, Pablo Iglesias.
Por qué tanta hostilidad hacia Podemos
Hoy, Podemos, un partido que no existía hace sólo cuatro años, ha alcanzado tales dimensiones a lo largo del territorio español (junto con otros nuevos partidos políticos como En Comú en Cataluña, En Marea en Galicia, y otros renovados como Izquierda Unida y Equo) desarrollando un nuevo espacio político con una clara vocación transformadora de España que ha asustado a las estructuras del poder económico y financiero y a sus instrumentos políticos que temen perder sus privilegios.
De ahí que la mayoría de medios de información que están a su servicio hayan mostrado una enorme hostilidad hacia tal nuevo espacio político y hacía su dirigente, Pablo Iglesias (una de las personas más agredidas y vilipendiadas por los poderes fácticos que dominan la vida económica y política del país), mediante una campaña de desprestigio en la que las falsedades, manipulaciones e insultos se prodigan extensamente en su intento de destrucción al que consideran como “el enemigo” (y utilizo este término bélico pues su comportamiento traduce una cultura de escasa sensibilidad democrática).
La más reciente construcción de falsedades sobre tal formación política ha sido el presentar a Podemos como favorable a la independencia y próximo a los partidos que aspiran a alcanzarla. En consecuencia se presenta tal espacio político como parte de la “anti-España”, en una campaña que tiene parecido a las que existieron en épocas históricas anteriores en las que a los movimientos político-sociales que proponían enriquecer a España, aceptando su plurinacionalidad, se les definió también por los defensores de la España uninacional como los anti-España, y tengo experiencia en ello.
Mis padres, que amaban intensamente a Catalunya y España, y que dieron lo mejor de su vida para mejorarlas, fueron brutalmente represaliados (cuando los militares golpistas ganaron la Guerra Civil) por “separatistas” (además de rojos) cuando en realidad lo que deseaban era otra España, una España republicana, mucho más justa y más sensible a la plurinacionalidad del país que la que tenía la España uninacional monárquica.
Un ejemplo de tal fabricación
En una situación semejante estamos viendo como se está intentando presentar a Podemos como un partido de simpatías separatistas y por lo tanto antipatriota.
El caso más reciente es el artículo de una de las editoras de El País (uno de los rotativos más hostiles a Podemos), la Sra Gabriela Cañas, titulado “Podemos, él ni-ni de la política” (31.10.17), que contiene una gran cantidad de mentiras, falsedades y manipulaciones en su intento de presentar a Podemos cómo secesionista.
Con este objetivo, la Sra. Cañas muestra las declaraciones pro-independencia de una diputada de Podem Catalunya en el Parlament Catalá, la Sr. Angels Martínez Castells, que declaró su apoyo al independentismo y a la República Catalana (a través de sus aplausos, declaraciones y tweets) como representativas de la política de Podemos, ignorando y ocultando las críticas y amonestaciones que la dirección de tal partido, incluyendo Pablo iglesias, han hecho para repudiar ese comportamiento en múltiples ocasiones.
La Sra. Cañas sabe de ello, pues todos estos hechos son conocidos en el establishment político-mediático del país, pero ha preferido no citarlo.
La postura de Podem Catalunya ha sido utilizada extensa y erróneamente para reforzar esa imagen manipulada de Podemos
Entre los hechos que los medios han utilizado para desacreditar a Podemos y a su Secretario General hay que incluir el comportamiento de la dirección de Podem Catalunya que actuando por su cuenta, sin previa consulta con la dirección de Podemos, ha estado colaborando con los partidos independentistas y sus medios de información (que le han ofrecido altavoces mediáticos para exponer sus puntos de vista favorables a las izquierdas independentistas y muy críticas a las izquierdas no secesionistas como En Comú e incluso Podemos).
Es difícil de creer que la dirección de Podem no fuera consciente de que estaban siendo utilizados para desprestigiar a las izquierdas no secesionistas tanto en Cataluña (En Comú) como en España (Podemos).
La línea de alianzas de Podem ha sido también criticada en múltiples ocasiones por Pablo iglesias y por la dirección de Podemos.
Pero lo que es menos conocido (y que también ha sido ignorado en los medios) ha sido el hecho de que muchos militantes en Podem Catalunya han dejado el partido.
Se ha iniciado una rebelión por parte de los militantes y de los inscritos de Podem que está llevando a un rechazo a la estrategia y el discurso de la dirección de Podem, con peticiones a una Asamblea General que cambie la dirección y la línea política de Podem, recuperando el espíritu inicial de Podem: ser parte de Podemos y aliarse con las izquierdas no secesionistas que defiendan la plurinacionalidad de España.
Estas tensiones dentro de Podem se han presentado en los medios como un conflicto entre la dirección de Podem y la dirección de Podemos, ignorando que gran parte del conflicto estaba y está dentro de Podem.
La presentación de Pablo Iglesias como independentista
Estos medios de comunicación no tienen tampoco ningún reparo en atacar injustificadamente a Pablo Iglesias, siendo el artículo de la Sra. Gabriela Cañas el máximo ejemplo de ello.
Miente a mansalva cuando escribe que el discurso que Pablo iglesias dio en el día de la Diada (día nacional de Cataluña) en Santa Coloma de Gramenet, terminó con la expresión “Visca Catalunya Lliure” que es el eslogan de los partidos independentistas. ¡Eso no es cierto! Yo estaba sentado en la primera fila, como invitado de la fiesta, y a pocos metros de Pablo Iglesias. Y puedo dar testimonio, como también puedan atestiguar las miles de personas presentes en el acto, que Pablo Iglesias, jamás utilizó esa expresión, lo que dijo fue “Visca Catalunya”, sin añadir el eslogan independentistas.
Como garantizar la unidad de España
Frente a la enorme crisis que existe en Catalunya y España, hay dos alternativas. Una, la represión que ha estado imponiendo el gobierno Rajoy con las judicializaciones y encarcelamientos a dirigentes del movimiento independentista y que aparece en su plena magnitud en la aplicación de la ley 155 que anula toda la potestad de dirigir las instituciones democráticas catalanas por parte de las autoridades elegidas en Cataluña.
Tal medida, profundamente ofensiva a Cataluña se añade a la represión policial realizada por la Policía Nacional, que con su brutalidad, produjo casi 900 personas que necesitaron asistencia sanitaria (datos generados por los propios servicios sanitarios).
Sin lugar a dudas, estas políticas represivas hacen crecer el sentimiento secesionista en Cataluña. Y los datos lo muestran.
El apoyo al secesionismo en Cataluña ha crecido significativamente (como indica el último barómetro del CEO, Octubre 2017), y continuará creciendo.
Creerse que España puede continuar unida mediante la represión es no conocer la historia de este país. Estas políticas llevadas a cabo desde el estado central romperán España.
En realidad, la están ya rompiendo y los datos lo muestra: el movimiento independentista que representaba aproximadamente el 15% de la población catalana cuando el Gobierno Rajoy inició su mandato ha alcanzado ya el 48%. Más de dos millones de catalanes. Esta es la muestra de su fracaso.
La otra alternativa, es la que proponen las nuevas izquierdas en España, incluido Podemos: reconocer la diversidad y plurinacionalidad de España, permitiendo que las diferencias se respetan y que cambie la orientación uninacional del Estado para que se permitan la diversidad nacional, manteniendo e incluso reforzando la solidaridad y fraternidad entre los distintos pueblos y naciones que conforman España.
En realidad, indicadores de cómo medir el amor y compromiso de una fuerza política a la nación y a la patria de su país, muestran fácilmente que las derechas “superpatriotas” españolistas y catalanistas suspenden espectacularmente.
Si analizamos el impacto de las políticas públicas llevadas a cabo por las derechas nacionalistas españolas y catalanas, que se presentan con enorme arrogancia como las defensoras de la patria, se ve claramente que han sido ellas las que han estado imponiendo las políticas neoliberales que han dañado enormemente la calidad de vida y bienestar de las clases populares que son la mayoría de la población española y catalana.
El PP y el PSOE que se presentan como los defensores de la unidad de España han hecho un enorme daño con la aplicación de reformas laborales y recortes de gasto público en la población.
Y una situación idéntica ha ocurrido en Cataluña con el partido del Sr. Artur Mas y su discípulo, Puigdemont, que controlan los aparatos de la Generalitat de Catalunya, incluyendo sus medios de comunicación.
Ambos partidos han utilizado las banderas para promover los intereses de las minorías privilegiadas que tienen un enorme poder en la vida económica, política y mediática del país.
Sus equipos económicos son de clara sensibilidad neoliberal que es la ideología del mundo empresarial frente al mundo del trabajo.
No por casualidad, estos días de gran tensión nacional, TV3 promovía de forma expresa tal neoliberalismo, a través de un programa de promoción del neoliberalismo dirigido por el economista más neoliberal e independentista del establishment catalán.
Una vez más, las derechas que se presentan como las defensoras de la patria, han utilizado sus banderas para distraer a la ciudadanía y que esta se centre en los temas nacionales a costa de los sociales. Así de claro.
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