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viernes, 19 de mayo de 2017

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LAS ARMAS FINANCIERAS DE DESTRUCCIÓN MASIVA QUE PUEDEN HUNDIR LA ECONOMÍA GLOBAL


La imprudencia de los bancos más grandes del mundo por poco los condena la última vez, pero al parecer no han aprendido de sus errores pasados.
En la actualidad, los 25 principales bancos de Estados Unidos tienen 222 billones de dólares en derivados, según revela el experto financiero Michael Snyder en su blog ‘The Economic Collapse’.
En otras palabras, la exposición que estos bancos tienen a los contratos de derivados es aproximadamente equivalente al producto interno bruto de Estados Unidos multiplicado por doce.
Según advierte Snyder, mientras los precios de las acciones sigan subiendo y la economía estadounidense se mantenga bastante estable, estos instrumentos financieros extremadamente arriesgados, probablemente no acabarán con todo el sistema financiero. Pero algún día que otro, inevitablemente habrá una crisis importante, y cuando llegue ese día, la devastación causada no tendrá precedentes.
Durante la gran crisis financiera de 2008, los derivados desempeñaron un papel protagonista, y los contribuyentes estadounidenses se vieron obligados a intervenir y rescatar a compañías como AIG (un gigante de seguros y servicios financieros) que estaban al borde del colapso por el tamaño de los riesgos tomados.
Lo mismo está sucediendo otra vez mientras que todo el mundo se queda callado. 
Los bancos que están dentro del círculo vicioso son Citigroup, JPMorgan Chase, Goldman Sachs, Bank Of America, Morgan Stanley, y Wells Fargo entre otros.
Según el experto,
“Cuando usted compra una acción, está comprando una participación en una empresa, y cuando usted compra un bono, está comprando la deuda de una empresa. 
Pero cuando compra un derivado, en realidad no está consiguiendo nada tangible. Lo que está haciendo es una apuesta acerca de si algo va a suceder o no en el futuro”.
Un derivado es un valor con un precio que depende o deriva de uno o más activos subyacentes.
En sí, es un contrato entre dos o más partes basado en el activo o los activos.
Su valor está determinado por las fluctuaciones del activo subyacente. Los activos subyacentes más comunes incluyen acciones, bonos, materias primas, divisas, tipos de interés e índices de mercado.
Los que comercializan derivados están esencialmente involucrados en una forma de juego de azar legalizado, un auténtico casino financiero con apuestas, y algunos de los nombres más brillantes en el mundo financiero han estado advirtiendo sobre la naturaleza potencialmente destructiva de estos instrumentos financieros durante mucho tiempo.
Por ejemplo, en 2003, Warren Buffett, uno de los hombres más ricos del planeta, se refirió a los derivados como “armas financieras de destrucción masiva”.
De hecho, alguna gente informa que Buffett habría reservado grandes cantidades de dinero en efectivo, hasta 86 mil millones de dólares, para afrontar con solvencia, un posible crack financiero provocado por los derivados.
Lo más grave del asunto, es que la burbuja de derivados crece continuamente y en estos momentos, su estallido podría hundir la economía global en conjunto.

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