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domingo, 31 de julio de 2016

¿Se pasará Grecia al otro lado del tablero?

¿Se pasará Grecia al otro lado del tablero?

Grecia se convertiría en el portaaviones continental de Rusia, tras la instalación de una megabase naval en la isla griega de Creta, y Rusia sería aliado natural del país heleno.
Europa atraviesa un período muy convulso pues la crisis financiera está poniendo todavía más difícil el proceso de construcción europea.
También el estancamiento económico que se está haciendo visible en los países periféricos y emergentes y la aparición de brotes deflacionistas en el seno de la Unión Europea (UE) ha provocado el desapego afectivo europeo y la aparición de fuerzas centrífugas que podrían provocar la desmembración de la actual UE (brexit) y el retorno a escenarios ya olvidados de proteccionismo económico y de compartimentos estancos en el horizonte del 2019.
Asimismo, las políticas constrictivas implementadas en la Unión Europea podrían volverse en su contra pues hasta ahora los procesos de adhesión de nuevos países habían funcionado como un instrumento democratizador y reformista del continente pero la doctrina del “numerus clausus” habría finiquitado el proceso de ampliación con el riesgo evidente de que los valores democráticos que la UE ha exportado hacia los países de la extinta URSS sean reemplazados por los ideales expansionistas de la Nueva Gran Rusia de Putin, con lo que se alteraría notablemente el escenario geopolítico europeo para la próxima década.
Retorno de la OTAN a la Doctrina Truman
Las bases de dicha Doctrina fueron expuestas por George F. Kennan en su ensayo 'Las fuentes del comportamiento soviético' publicado en la revista Foreign Affairs en 1947 y cuyas ideas principales se resumen en la cita “el poder soviético es impermeable a la lógica de la razón pero muy sensible a la lógica de la fuerza”. 
Así, en la reciente Cumbre de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) celebrada en Varsovia el 8 y 9 de julio, se decidió “el refuerzo del flanco oriental de la OTAN” con el despliegue de “unidades de intervención rápida” (Speardhead Force) en Polonia, Países Bálticos, Rumania y Bulgaria ,así como continuar con la quinta fase del despliegue del Euro DAMN, quedando en suspenso el incremento de las partidas de gasto de los países europeos que sería de un exiguo 2 % del PIB nacional, quedando el grueso de la financiación en manos de EE.UU. (el 70 % de cerca del billón $ del total del presupuesto). 
El presidente estadounidense, Barack Obama, insistió en la política de su Gobierno de fortalecer su presencia militar en Europa, además de informar de sus proyectos de colaborar en esa área con países como Ucrania, Georgia y Moldova (EE.UU. habría enviado ya a Polonia 12 F-16 y 200 soldados de refuerzo tras la crisis ucraniana y el contingente total de sus tropas en Europa ascendería a unos 70.000 miembros), 
lo que de facto significa la vulneración del Acta Fundacional OTAN-Rusia de 1997 por la cual la OTAN descartaba “el estacionamiento permanente de un contingente sustancial y adicional de tropas de combate en el este de Europa” y el retorno de la OTAN a la Doctrina Truman o de la Contención.
Respecto al sistema antimisiles Euro DAMN, en realidad se trata de un escudo antimisil global en el que los misiles interceptores emplazados en plataformas móviles pueden abatir blancos en un espacio común (a base de datos transmitidos por todos los radares y sistemas de reconocimiento opto-electrónico), 
con el fin maquiavélico de tras un primer ataque sorpresa de EE.UU. que destruiría el potencial nuclear ruso en su propio territorio, neutralizar posteriormente la réplica rusa por medio de los misiles estacionados en Polonia
siendo previsible que EE.UU. utilice las peticiones de Polonia como excusa para completar la quinta fase del despliegue del escudo antimisiles en Europa (Euro DAM), lo que tendría como réplica por parte rusa la instalación en Kaliningrado del “asesino del escudo antimisiles de Estados Unidos”.
La entente greco-rusa, misil en la línea de flotación de la OTAN
El retorno al endemismo recurrente de la guerra fría entre EE.UU.-Rusia tras la crisis de Ucrania y la mutua imposición de sanciones entre la UE y Rusia marcarían el inicio de la división en la otrora monolítica postura de los países de la OTAN ante Rusia
Así, en represalia a las sanciones impuestas por la UE en el 2015, Moscú respondió con un embargo a los productos agroalimentarios europeas que habría tenido como efectos colaterales unas pérdidas estimadas en 150 millones de euros diarios según el líder de la Liga Norte italiana y diputado del Parlamento italiano, Matteo Salvini y un monto total de más de 100.000 millones (según datos de la propia Comisión Europea, la exportación a Rusia de la UE en el 2013 habría ascendido a los 120.000 millones de euros. 
En consecuencia, habría surgido una corriente liderada por Italia, Finlandia y Hungría que serían partidarios de suspender las sanciones a Rusia mientras en la orilla antinómica, tendríamos a Polonia, Gran Bretaña y Países Bálticos como adalides de seguir implementando dichas sanciones en el futuro mediato.
Finalmente, no sería descartable que 
tras las elecciones de Francia y Alemania en 2017, asistamos a una tardía reafirmación de la soberanía europea por parte de ambos países que incluiría la génesis de 
un nuevo proyecto europeo (Europa de los Siete), integrado por Francia, Alemania, Bélgica, Holanda, Italia, Luxemburgo y Austria, 
quedando el resto de países europeos periféricos (Portugal, España, Irlanda, Grecia, Eslovenia, Malta y Chipre) gravitando en sus anillos orbitales 
mientras que los países nórdicos procederán a la gestación de la Federación Escandinava (integrada por Noruega, Dinamarca, Suecia, Finlandia,Letonia, Estonia y Lituania) que pivotará en la ambivalencia comercial ruso-europea.
En el caso heleno, la asfixiante falta de liquidez estaría obligando al Gobierno heleno a gravitar en la órbita rusa (proyecto conjunto greco-ruso para fabricar en Grecia el fusil de asalto Kalasnikov) lo que habría provocado en el Alto Mando de la OTAN la preocupación por el debilitamiento del Frente Oriental contra Rusia. 
Caso de producirse finalmente la salida de Grecia de la eurozona por la miopía geopolítica alemana, Rusia pasaría a ser aliado natural de Grecia mientras el país heleno se convertiría en el portaaviones continental de Rusia tras la instalación de una megabase naval en Suda (Creta), con lo que quedaría perfilado el triángulo Sebastopol-Suda-Tartus como bases logísticas de la nueva Flota rusa del Mediterráneo (disuelta en 1992 tras la extinción de la URSS) y cuya columna vertebral estará formada por la Flota del mar Negro, la del Norte y la del Báltico, estimando que estará operativa para el 2016 y que supondrá de facto el control del Mediterráneo Oriental por Putin. 
Ello sería un misil en la línea de flotación de la OTAN por lo que ya sin el paraguas protector de la UE, no sería descartable en Grecia la reedición del golpe de los Coroneles (1967), golpe virtual o postmoderno que sería un episodio local dentro del nuevo escenario de guerra fría entre EE.UU. y Rusia y que contaría con el apoyo encubierto de EE.UU., dentro de su objetivo de anular los esfuerzos de Rusia para extender su radio de acción a los países europeos.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin (izda.), en una rueda de prensa conjunta con el premier griego, Alexis Tsipras, en Atenas (Grecia).

Acuerdo armamentístico entre Rusia y Grecia hace tambalear el frente de la OTAN contra Moscú

La OTAN expresa su preocupación por el debilitamiento de su frente contra Rusia, después de que Atenas rubricara un acuerdo sobre armas con Moscú.
La inquietud de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) deriva de un anuncio que hizo el mes pasado el ministro griego de Defensa, Panos Kammenos, sobre un proyecto conjunto entre Rusia y Grecia que permite al país heleno fabricar rifles de asalto Kalashnikov, informó el viernes el diario británicoTelegraph.
Los intentos de un país miembro de la OTAN, con una importancia estratégica, como Grecia, para construir su propia relación con Moscú podría socavar gravemente la capacidad de la Alianza para conformar un frente unido para impedir nuevos actos de agresión rusa”, señaló un alto responsable del bloque de seguridad internacional al medio británico.
El Gobierno griego sostiene que el acuerdo es vital para evitar el colapso de la industria de la defensa del país. Sin embargo, Moscú ha puesto algunas condiciones para que este pacto se haga efectivo. 
Primero, Grecia debe convencer a sus socios de la OTAN en Europa que levanten las sanciones económicas que han impuesto sobre Rusia por la crisis de Ucrania.
El funcionario de la OTAN, que hablaba en condición de anonimato, ve una amenaza y conducta “agresiva” de Rusia para justificar el refuerzo sin precedentes del bloque militar en Europa del Este, la región del Báltico y en el mar Negro.
La expansión y la seguridad en las fronteras orientales de la Alianza Atlántica marcaron la agenda de la 28ª cumbre de la OTAN que se celebró los pasados viernes y sábado en Polonia con la participación de los líderes de los 28 países aliados, así como de representantes de otros 26 Estados y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea (UE) y el Banco Mundial (BM).
mjs/ncl/mrk


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GRECIA SE CONVIERTE EN EL CABALLO DE TROYA DE RUSIA DENTRO DE LA OTAN


La OTAN está cada vez más inquieta ante la posibilidad de que Grecia se convierta en ‘caballo de Troya’ de Rusia en la organización atlántica.
Las alarmas se han desatado tras el anuncio del ministro griego de Defensa, Panos Kammenos, que dio a conocer en junio un nuevo trato de cooperación con Moscú para fabricar rifles Kaláshnikov.
Según el Gobierno griego, el acuerdo armamentístico con Rusia es vital para impedir el colapso de la industria de Defensa de su país.
Varios altos cargos de la OTAN han mostrado su preocupación por la propuesta de Grecia de forjar un pacto defensivo con Moscú, lo que, según ellos, podría minar sus esfuerzos en formar un frente unido contra posibles acciones de agresión por parte de Rusia.
Sin embargo, para llevar adelante el trato, Moscú insiste en que Grecia convenza a los miembros europeos de la OTAN para que retiren las sanciones económicas impuestas sobre Moscú tras la reincorporación de Crimea en 2014.
En este sentido, varios funcionarios de la la OTAN afirmaron en la cumbre celebrada en Varsovia (Polonia) que “el hecho de que un importante y estratégico país de la OTAN, como es Grecia, intente formar sus propias relaciones con el Kremlin podría minar la capacidad de la Alianza para formar un frente unido contra Rusia” en pos de “impedir futuras acciones de agresión rusas en Europa”.
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Fue precisamente en la cena de gala de los Estados miembros de la OTAN en Varsovia, donde Alexis Tsipras realizó un gesto que causó irritación en los norteamericanos, cuando Tsipras instó a los líderes de la OTAN a abandonar la actitud hostil contra Moscú, escribe el portal griego Ekathimerini.
Según dicho medio, la mera mención a Rusia supuso un jarro de agua fría para el presidente estadounidense, que reprendió a su homólogo griego por su actitud.
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Medios británicos, como el ‘Financial Times’, también dieron cuenta del incidente, afirmando que cuando los 28 líderes de la OTAN se sentaron a cenar en el palacio presidencial de Varsovia, Tsipras “alteró la forma del consenso oficial y abogó por cooperar con Vladímir Putin, el presidente ruso” para poner fin a la crisis en Siria.
El ministro de Defensa griego, Panos Kammenos, confirmó la información.
Así pues, crecen los indicios públicos que indican que, aquello que ya se insinuó hace unos meses, es decir, que Grecia estaba acercando sus posiciones con Rusia, se está convirtiendo en una realidad cada vez más tangible.
Parece que al circo de la alianza atlántica, cada vez le crecen más los enanos.

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