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sábado, 2 de enero de 2016

PROTESTAS en todo el ISLAM - Arabia Saudí ejecuta a Nimr al Nimr, uno de los líderes de su Primavera Árabe


Arabia Saudí ejecuta a Nimr al Nimr, uno de los líderes de su Primavera Árabe

Un total de 47 personas fueron ejecutadas este sábado en varias provincias de Arabia Saudí por pertenecer a grupos terroristas y perpetrar atentados en el reino, entre ellas el prominente clérigo chií disidente Nimr Baqir al Nimr.

Según informó el Ministerio saudí del Interior, los ajusticiados son en su mayoría de nacionalidad saudí, salvo un egipcio y un chadiano. 

Los cargos incluyen también la adopción y promoción de la ideología "takfiri" (extremista suní), el asesinato, el secuestro, la fabricación de explosivos y la posesión de armas, entre otros. 

Algunos de los ataques imputados a los condenados son los registrados contra varios complejos residenciales de Riad en 2004 y contra sedes de empresas petroleras en la provincia de Al Jabar en 2005, donde hubo varios muertos. 

También los atentados contra el Ministerio del Interior y las sedes de la Fuerzas de Emergencia en 2005 o el ataque contra el consulado estadounidense en Yeda ese mismo año, en el que fallecieron cuatro personas. 

Grupos islámicos extremistas comenzaron en mayo de 2003 una campaña de desestabilización del régimen saudí con varios atentados contra la colonia occidental que trabaja en el país y contra las instalaciones petroleras. 

Estos atentados, en los que hubo decenas de fallecidos, fueron contestados con una lucha sin cuartel de las fuerzas saudíes, que detuvieron a numerosos supuestos terroristas. 

En los últimos dos años, cientos de personas han sido condenadas por terrorismo en el reino, y también se ha cebado con la minoría chií. 

El clérigo chií ejecutado fue sentenciado a la pena capital por desobedecer a las autoridades, instigar a la violencia sectaria y ayudar a células terroristas. 

Al Nimr fue detenido en julio de 2012 por apoyar los disturbios contra las autoridades saudíes que estallaron en febrero de 2011 en la provincia de Al Qatif, en el este del país y de mayoría chií. 

Su condena a muerte levantó un fuerte malestar entre la comunidad chií saudí y fue también criticada por importantes ayatolás de Irán, la potencia chií rival de Arabia Saudí. 

Arabia Saudí aplicó la pena de muerte a más de 140 personas en 2015, el primer año de reinado de Salman bin Abdelaziz, una cifra muy superior a las 88 ejecuciones registradas en 2014.


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Arabia Saudita enciende Oriente Medio con la ejecución de un clérigo chiíta

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DETALLES: La embajada saudí en Bagdad está en llamas tras haber recibido impacto de un misil
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vaticina la caída de Arabia Saudita después de la ejecución de un clérigo chiita
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¿Cuál es 

la diferencia entre ISIS y Arabia Saudí?




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My cartoon Saturday @TheTimes. Isis is a barbaric death cult...what about some of our allies?

La viñeta de Peter Brookes, de The Times, ha circulado mucho estos días. ¿Puede compararse la aplicación de la pena de muerte por un Estado con las ejecuciones de un grupo insurgente que utiliza el terror para controlar a la población civil?

Muchos países, cada vez menos, cuentan con la pena capital en su sistema de justicia. ¿En qué se distingue Arabia Saudí? En primer lugar, por la forma de aplicar las sentencias. 

La decapitación por espada en un lugar público es el sistema elegido. La realiza un verdugo profesional, lo que no siempre garantiza la muerte por un solo tajo. ISIS –y también en algunas ocasiones el Frente Al Nusra– emplea el mismo método.

Su estilo es más bárbaro, pero la intención es la misma que en Arabia Saudí: cortar de raíz cualquier desviación de las conductas sociales impuestas y de su interpretación del Islam. También se lleva a cabo en un lugar público para que sirva de aviso terrorífico al resto de la población.

¿Qué delitos se castigan con la muerte?  

En la justicia saudí, por ejemplo, el adulterio, la traición, las relaciones sexuales entre homosexuales, el tráfico de drogas, la apostasía o la “brujería” (sic) pueden acabar con el reo en el patíbulo. Todas esas transgresiones suponen el mismo destino en el territorio controlado por ISIS.

pena muerte saudi
Un Estado siempre garantiza más derechos a un acusado que un grupo terrorista. 
Pero en el sistema saudí las organizaciones de derechos humanos han denunciado en numerosas ocasiones que los enjuiciados carecen de los derechos más elementales tanto en la investigación del delito como en la celebración de la vista. 

Tienen limitado el derecho a presentar testigos en su favor y el tribunal tiende a suscribir por defecto el criterio del fiscal. Cuando el acusado es un trabajador inmigrante, sus esperanzas de salir indemne son escasas, en especial si no habla árabe y no le traducen los procedimientos judiciales.

El aumento del número de ejecuciones en Arabia Saudí ha originado algunos titulares, según los cuales en ese reino los ajusticiamientos han doblado este año a los realizados por ISIS en Siria e Irak. Eso es improbable, entre otras cosas porque no conocemos todos los que se producen en zonas controladas por los yihadistas.

Pero los datos saudíes son estremecedores por sí solos. 
Este año han sido ejecutadas 151 personas, la mayor cifra de los últimos 20 años. 
Esto ocurre poco después del relevo en la Corona, lo que se interpreta como un intento de la monarquía de reforzar sus credenciales ante el establishment religioso en este tiempo de transición.

En los últimos días Amnistía Internacional ha dado la voz de alarma ante la posibilidad de que sean ejecutadas muy pronto más de 50 personas por delitos supuestamente relacionados con el terrorismo. 

El dato no está confirmado por el secretismo habitual en Arabia Saudí en estos temas y porque es habitual que los medios sólo informen de las sentencias cuando son aplicadas. Amnistía teme que muchos de estos reos sean activistas políticos chiíes de la región de Awamiya.

Entre los condenados está el poeta palestino Ashraf Fayad, condenado a muerte por apostasía por la denuncia de un vecino que en un primer juicio fue rechazada. La acusación consiguió que otro juez reanudara el caso.

juan carlos salmanLa principal diferencia entre la visión religiosa saudí y la yihadista de ISIS y otros grupos similares viene simplemente del contexto de cada país o conflicto. 

Los yihadistas de ISIS pretenden derrocar a gobiernos para instaurar su “califato”, los religiosos wahabíes están aliados con la dinastía saudí desde los orígenes del Estado para imponer su visión de la religión en ese país. 

Obviamente, los wahabíes nunca aceptarían un califato extranjero, que supone un liderazgo religioso, sobre el Estado saudí.

Al igual que otros grupos insurgentes y que el Ejército sirio, ISIS ha cometido múltiples crímenes de guerra en Siria, así como en Irak. Centenares de prisioneros iraquíes han sido fusilados. Los soldados sirios capturados han sufrido el mismo destino.
En Yemen, la Fuerza Aérea saudí ha cometido otros crímenes de guerra, según las organizaciones de derechos humanos, en la campaña de bombardeos sobre Yemen. 

La ofensiva sobre las milicias chiíes huzíes, no contra Al Qaeda que controla buena parte de la deshabitada zona oriental del país, no ha conseguido eliminar a estos grupos y ha terminado convirtiéndose en una sucesión de bombardeos indiscriminados contra zonas civiles.

Las agencias de la ONU calculan que 5.700 personas han muerto desde que esta guerra comenzó hace ocho meses. De ellos, 2.577 son civiles, y de estos últimos 637 son niños. Las milicias huzíes son responsables de centenares de estas muertes, pero la mayoría ha caído en los bombardeos de los saudíes y sus aliados.

La Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU afirmó en septiembre que el 60% de las bajas civiles se produjo en ataques aéreos. 

Otro informe de ACNUR elevó ese porcentaje a dos tercios.

Los saudíes mantienen además un bloqueo de las costas de Yemen para impedir la llegada de suministros, lo que ha dejado sin alimentos a la mayor parte de la población del que es el país más pobre de Oriente Medio.

La gran diferencia entre Arabia Saudí e ISIS proviene de las relaciones radicalmente diferentes que mantienen con Occidente. La monarquía feudal de Riad es aliada estratégica de EEUU desde los años 40, como también de Europa Occidental. 

Los contratos de armamento y las obras civiles en el país saudí son fuente de innumerables beneficios comerciales para norteamericanos y europeos.

Recientemente, Washington autorizó al Pentágono para que exporte munición avanzada por valor de 1.200 millones de dólares con la que Arabia Saudí repondrá la utilizada en Yemen. 

Al mismo tiempo, entrega a los saudíes información en la que se valora el alcance y progresos de los bombardeos. Ni EEUU ni Arabia Saudí han firmado el tratado internacional de 2008 contra las bombas de racimo, con lo que hay que suponer que esos proyectiles han formado parte de los envíos.

El apoyo militar británico a los saudíes, incluida la venta de 200 misiles Paveway IV, ha alcanzado tal nivel que los consejeros legales del Ministerio de Exteriores no descartan que algún día el país deba enfrentarse a una acusación ante el Tribunal Penal Internacional por el suministro de estas armas para su destino en ataques deliberados contra la población civil.

Pero al final para los gobiernos occidentales Arabia Saudí es un aliado político, estratégico y económico en Oriente Medio, e ISIS un grupo terrorista que pretende formar un Gobierno en Siria e Irak que será, si no lo es ya, una amenaza directa para muchos gobiernos de la zona y occidentales.

La ideología que inspira al Estado saudí es tan destructiva como la de los grupos yihadistas, pero con los primeros hacemos negocios.

ELDIARIO.ES

Carnicería en Arabia Saudita

Robert Fisk, La Jornada

La orgía de decapitaciones de Arabia Saudita –47 en total, entre ellas la del erudito clérigo chiíta jeque Nimr Baqr al-Nimr, seguida por una justificación coránica de las ejecuciones– fue digna del Estado Islámico. 
Tal vez era la idea.

Porque este extraordinario baño de sangre en la tierra de la monarquía musulmana sunita Al Saud, que llevaba la clara intención de enfurecer a los iraníes y a todo el mundo chiíta, una vez más sectarizó un conflicto religioso que el EI ha hecho tanto por promover.

Todo lo que faltó fue el video de las decapitaciones, aunque las 158 ejecutadas el año pasado en el reino estaban perfectamente a tono con las enseñanzas wahabitas de ese grupo. La frase de Macbeth, la sangre tendrá sangre, se aplica sin duda a los sauditas, cuya guerra al terror, al parecer, ahora justifica cualquier cantidad de sangre, sea sunita o chiíta.

Pero, ¿con qué frecuencia los ángeles de Dios misericordioso se aparecen al ministro saudita del Interior, el príncipe heredero Muhammad bin Nayef? Porque el jeque Nimr no sólo era un viejo sagrado. Pasó años como erudito en Teherán y Siria, era un reverenciado líder chiíta de las oraciones del viernes en la provincia saudita de oriente y un hombre que se mantenía al margen de los partidos políticos, pero exigía elecciones libres y era detenido y torturado con regularidad –según su relato– por oponerse al gobierno sunita wahabita saudita.

El jeque Nimr decía que las palabras eran más poderosas que la violencia. La enigmática insinuación de las autoridades de que no había nada sectario en el baño de sangre de este sábado –sobre la base de que decapitaron a sunitas y chiítas por igual– fue clásica retórica del EI.

Después de todo, el EI corta la cabeza a apóstatas sunitas sirios y soldados iraquíes con la misma dedicación con que masacra chiítas. El jeque Nimr habría recibido de los esbirros del Estado Islámico exactamente el mismo trato que tuvo de los sauditas, si bien sin la farsa de un juicio seudolegal que suscitó la queja de Aministía Internacional.

Pero la matanza de este sábado representa mucho más que el odio saudita hacia un clérigo que se regocijó de la muerte del ex ministro del Interior Nayef Abdul-Aziz Al-Saud, padre de Muhammad bin Nayef.

La ejecución del jeque Nimr revigorizará la rebelión hutí en Yemen, país que los sauditas invadieron y bombardearon el año pasado en un intento por destruir el poder chiíta allí. Ha enfurecido a la mayoría chiíta en Bahrein, gobernado por los sunitas. Y los propios clérigos iraníes han afirmado que la decapitación causará el derrocamiento de la familia real saudita.

También presentará a Occidente el más vergonzoso de los problemas de Medio Oriente: la persistente necesidad de humillarse con servilismo ante los ricos autócratas del Golfo a la vez que expresa inquietud por la grotesca carnicería. Si el EI hubiera cortado la cabeza a sunitas y chiítas en Raqqa –en especial la de un sacerdote chiíta problemático como el jeque Nimr– de seguro David Cameron habría tuiteado su disgusto ante un acto tan odioso. Pero el hombre que humilló la bandera británica para marcar la muerte del último rey del ridículo Estado wahabita usará evasivas al abordar este episodio de cabezas cercenadas.

Por muchos hombres sunitas de Al Qaeda que también hayan perdido la cabeza, literalmente, ante verdugos sauditas, la pregunta se hará tanto en Washington como en capitales europeas: ¿se proponen los sauditas destruir el acuerdo nuclear iraní obligando a sus aliados occidentales a apoyar incluso este escándalo reciente? 


En el mundo obtuso en el que viven –en el que el joven ministro de la Defensa que invadió Yemen detesta al ministro del Interior–, los sauditas aún glorifican a la coalición antiterrorista de 34 naciones en su mayoría sunitas que supuestamente forman una legión de musulmanes opuestos al terror.

Sin duda las ejecuciones son una forma sin precedente de dar la bienvenida al Año Nuevo. Sin embargo, fuera de las implicaciones políticas, existe una pregunta obvia que hacer a la casa de Saud, que busca perpetuarse: ¿acaso los gobernantes del reino han perdido el juicio?


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Manifestantes Incendian las calles en Bahrein Después de que saudíes mataron Clérigo chií 

Enviado por Tyler Durden en 01/02/2016


El día de hoy, hemos documentado más grande ejecución en masa de Arabia Saudita en 25 años. 
En lo que fue considerado como un esfuerzo por librar al mundo de 47 "terroristas", los saudíes mataron a decenas de afiliados de al-Qaeda y cuatro chiítas, que fue acusado de disparar contra policías en las protestas antigubernamentales que estallaron durante la primavera árabe.
Entre los chiíes mataron era clérigo prominente Nimr al-Nimr. El jeque era un partidario abierto del movimiento contra el gobierno y su muerte provocó la condena fuerte de Irán, Hezbolá y los huthis el sábado.
A raíz de la ejecución, "anota marcharon por el distrito de la casa de Nimr de Qatif gritando" ¡Abajo los Al Saud "y, en la vecina Bahrein, la policía lanzó gases lacrimógenos a varias decenas de personas que se reunieron para protestar por la noticia", informó AP.
"Las autoridades sunitas-saudíes respaldado de Bahréin aplastaron las protestas lideradas por la mayoría chií poco después de que estallaron el 14 de febrero de 2011, siguiendo el ejemplo de los levantamientos de la Primavera Árabe en el Medio Oriente y el Norte de África",  escribió al-Jazeera en febrero cuando cientos tomaron a las calles de Manama para conmemorar el aniversario del levantamiento Primavera Árabe. 
"Las tensiones son muy altas en el reino donde una división sectaria está profundizando y hay una brecha creciente entre el gobierno de la minoría sunita y la mayoría chiíta de la isla."
A continuación, encontrará las imágenes abrasador (literalmente) de Bahrein, donde la policía lanzó gases lacrimógenos contra los manifestantes para dispersar a la multitud.
¿Los días de las monarquías del Golfo contados?
Página Originañ
Submitted by Tyler Durden on 01/02/2016 14:00 -0500
Earlier today, we documented Saudi Arabia’s largest mass execution in 25 years. 
In what was billed as an effort to rid the world of 47 “terrorists”, the Saudis killed dozens of al-Qaeda affiliates and four Shiites who stood accused of shooting policemen in the anti-government protests which broke out during the Arab Spring.
Among the Shiites killed was prominent cleric Nimr al-Nimr. The Sheikh was an outspoken supporter of the anti-government movement and his death drew sharp condemnation from Iran, Hezbollah, and the Houthis on Saturday.
In the wake of the execution, “scores marched through Nimr's home district of Qatif shouting ‘down with the Al Saud’ and, in neighboring Bahrain, police fired tear gas at several dozen people who gathered to protest the news,” AP reported.
"Bahrain's Saudi-backed Sunni authorities crushed protests led by its majority Shia shortly after they erupted on February 14, 2011, taking their cue from Arab Spring uprisings in the Middle East and North Africa," al-Jazeera wrote back in February when hundreds took to the streets of Manama to commemorate the anniversary of the Arab Spring uprising. "Tensions are running high in the kingdom where a sectarian divide is deepening and there is a growing gap between the Sunni minority government and the Island’s Shia majority."
Below, find the searing (literally) images from Bahrain where police fired tear gas at protesters to disperse the crowds.
Are the days of the Gulf monarchies numbered? 

http://www.zerohedge.com/news/2016-01-02/protesters-set-streets-fire-bahrain-after-saudis-kill-top-shiite-cleric

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