En el ránking de porcentaje de trabajadores pobres, -que la OCDE entiende como la masa laboral que recibe menos del 50% del salario medio del país-, España obtiene la peor posición de todos los países de la UE, con el 14,8% de sus trabajadores por debajo de ese umbral.
Empeoran esa proporción solo cinco estados extracomunitarios: China, India, Costa Rica, Brasil, Turquía y México.
La realidad es que España nunca obtuvo buena posición en este indicador entre sus socios de la UE, pero su evolución individual se ha desplomado: antes de la crisis era el segundo país con peor nota tras Portugal, pero su porcentaje de trabajadores pobres era del 9% según la misma medición.
Según datos de Eurostat para 2016, España es el tercer estado europeo con más trabajadores en riesgo de pobreza, el 13,1%, solo por detrás de Rumanía y Grecia.
El número de trabajadores pobres es uno de los datos que la OCDE destaca de cara a la cumbre que reunirá a los responsables de Política Social de los socios en Montreal este mes de mayo. Bajo el título “Política Social para el reparto de la prosperidad”, los ministros del ramo están llamados a abordar los sistemas de protección social para los trabajadores vulnerables, promover la diversidad e inclusión social y hacer frente al desafío del envejecimiento de la población.
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