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miércoles, 21 de marzo de 2018

Otro cuento como las armas de destrucción masiva iraquíes: Moscú no descarta que el caso Skripal fuera un montaje de Londres

Otro cuento como las armas de destrucción masiva iraquíes: El envenenamiento ruso


Recientemente, en 2016, el Dr. Robin Black, Jefe del Laboratorio de Detección de la única instalación de armas químicas existente en el Reino Unido, situada en Porton Down, y excolega del Dr. David Kelly, publicó en una prestigiosa revista científica que los indicios de la existencia de “Novichoks” eran escasos y la composición de éstos desconocida.
“En los últimos años, se ha especulado abiertamente sobre una cuarta generación de agentes nerviosos, “Novichoks” (Recién llegados), desarrollados en Rusia a partir de la década de 1970 como parte del programa “Foliant”, con objeto de encontrar agentes que pudieran comprometer las contramedidas defensivas. La información sobre estos compuestos disponible públicamente es escasa, y en su mayoría procede de un químico militar disidente ruso, Vil Mirzayanov. 
No se ha publicado ninguna confirmación independiente de las estructuras o las propiedades de dichos compuestos.” (Robin Black, Development, Historical Use and Properties of Chemical Warfare Agents, Royal Society of Chemistry, 2016). 
Sin embargo, ahora, el Gobierno británico afirma ser capaz de identificar instantáneamente una sustancia de la cual su propio único centro de investigación de armas biológicas nunca antes ha tenido noticia y ni siquiera tiene seguridad de su existencia.
Peor aún, el Gobierno afirma ser capaz no solo de identificarla, sino de identificar su origen. 
Si tenemos en cuenta la publicación del Dr. Black, es evidente que esta afirmación no puede ser cierta.
Los expertos internacionales en armas químicas del mundo comparten la opinión del Dr. Black. La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW, por sus siglas en inglés) es un organismo de la ONU con sede en La Haya. 
En 2013, afirmaba lo siguiente en un informe de su Consejo Asesor Científico (SAB, por sus siglas en inglés), del que formaban parte representantes del gobierno de EEUU, Francia, Alemania y Rusia, así como el Dr. Robin Black como representante del Reino Unido:
[El SAB] hace hincapié en que la definición de sustancias químicas tóxicas que figura en la Convención debería abarcar todos los posibles productos químicos que pudieran utilizarse como armas químicas. 
En lo que respecta a los nuevos productos químicos tóxicos que no figuran en el Anexo sobre productos químicos pero que, sin embargo, pueden suponer un riesgo para la Convención, el SAB hace referencia a “Novichoks”. 
Este nombre, “Novichok”, figura en una publicación de un científico de la era soviética que informó haber investigado una nueva clase de agentes nerviosos adecuados para un uso como armas químicas binarias. 
El SAB declara que no tiene información suficiente para comentar sobre la existencia o las propiedades de los “Novichoks”. (OPCW: Informe del Consejo Asesor Científico (SAP) sobre avances científicos y tecnológicos para la Tercera Conferencia de Examen, de 27 de marzo de 2013)
De hecho, la OPCW era tan escéptica con respecto a la viabilidad de los “Novichoks” que decidió, con el acuerdo de los EEUU y el Reino Unido, no agregarlos, ni tampoco sus supuestos precursores, a su lista prohibida. 
En resumen, la comunidad científica acepta en general que Mirzayanov estaba trabajando en “Novichoks”, pero duda de que lograra algún éxito.
Dado que la OPCW ha aceptado que la prueba de la existencia de “Novichoks” es dudosa, si el Reino Unido tiene una muestra de uno de dichos compuestos es extremadamente importante que la presente a la OPCW. 
De hecho, el Reino Unido tiene una obligación contractual vinculante de presentar esa muestra a dicha Organización. 
Rusia ha presentado una demanda oficial a la OPCW –de la que no han informado los medios de información corporativos– para que el gobierno británico presente una muestra del material de Salisbury para su análisis internacional.
Sin embargo, Gran Bretaña se niega a presentar dicha muestra a la OPCW. ¿Por qué?
Una segunda parte de la acusación de la Primera Ministra May es que los “Novichoks” solo podrían fabricarse en determinadas instalaciones militares. Pero se trata también de una afirmación falsa, como puede demostrarse. 
Si es que en realidad existen, los “Novichoks” fueron supuestamente diseñados para poder fabricarlos en las instalaciones de cualquier fábrica de productos químicos para uso comercial, lo cual era un aspecto importante del asunto. 
La única evidencia real de la existencia de “Novichoks” era el testimonio del ex científico soviético Mizayanov. Y he aquí lo que Mirzayanov realmente escribió:
“Debe tenerse en cuenta que los componentes químicos o los precursores del A-232, o su versión binaria “Novichok-5”, son organofosforados ordinarios que se pueden fabricar en empresas químicas comerciales que fabriquen productos como fertilizantes y pesticidas.”
Vil S. Mirzayanov, “Dismantling the Soviet/Russian Chemical Weapons Complex: An Insider’s View,” in Amy E. Smithson, Dr. Vil S. Mirzayanov, Gen Roland Lajoie, and Michael Krepon, Chemical Weapons Disarmament in Russia: Problems and Prospects, Stimson Report No. 17, Octubre 1995, p. 21.
Constituye pues una imposibilidad científica que Porton Down pueda haber probado los “Novichoks” rusos si nunca han tenido en sus manos una muestra rusa para compararlos. 
Sus científicos pueden analizar una muestra conforme a una fórmula de Mirzayanov, en una publicación de acceso general hace veinte años, lo cual no prueba su origen ruso. 
Si Porton Down puede sintetizarlos, también pueden hacer muchos otros, no solo los rusos.
Y por último, Mirzayanov es un nombre uzbeko y el programa “Novichok”, suponiendo que existiera, se creó en la Unión Soviética, pero muy lejos de la Rusia moderna, en Nukus, en el actual Uzbekistán. Visité personalmente las instalaciones de armas químicas de Nukus. 
Estas fueron desmanteladas y puestas en lugar seguro, todas las existencias fueron destruidas y el equipo retirado por el gobierno estadounidense, como recuerdo haber finalizado durante mi estancia como Embajador en ese país. 
De hecho, nunca ha habido pruebas de la existencia de “Novichoks” en Rusia misma.
En resumen:
1) Porton Down ha reconocido en publicaciones que nunca ha tenido en sus manos “Novichoks” rusos. El gobierno británico no tiene en absoluto información de “huellas” que puedan atribuir esta substancia a Rusia.
2) Hasta ahora, ni Porton Down ni los expertos de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW) están convencidos de la existencia misma de los “Novichoks”.
3) El Reino Unido se niega a proporcionar muestras a la OPCW.
4) Los “Novichoks” fueron diseñados específicamente para poder fabricarlos a partir de componentes de uso corriente en cualquier instalación científica. 
Los estadounidenses desmantelaron y estudiaron las instalaciones que supuestamente los desarrollaron. 
Es completamente falso que solo los rusos podrían fabricarlos, si es que alguien puede hacerlo.
5) El programa “Novichok” estaba en Uzbekistán no en Rusia. 
Su legado fue heredado por los estadounidenses durante su alianza con el presidente uzbeko, Islom Karimov, no por los rusos.
Con mi agradecimiento a las fuentes de información que no puedo citar en este momento.
Craig Murray es diplomático británico, embajador de su país en Uzbekistán hasta 2004. 

craigmurray.org.uk. Traducido del inglés para Rebelión por S. Seguí. Extractado por La Haine

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Moscú no descarta que el caso Skripal fuera un montaje de Londres


Ninguna de las hipótesis sobre el caso de envenenamiento del ex agente doble Serguéi Skripal y su hija Yulia en Salisbury, formuladas por Reino Unido, es sostenible, declaró el director del Departamento de No Proliferación y Control de Armas del Ministerio de Exteriores de Rusia, Vladímir Ermakov.
"Ninguna de las hipótesis (de Reino Unido) que ya hemos escuchado es sostenible", dijo al intervenir en Moscú ante más de 50 embajadores y otros representantes de Estados extranjeros.
Según el representante de la Cancillería rusa, "la lógica elemental sugiere solo dos opciones posibles: o las autoridades británicas son incapaces de garantizar la protección contra ese tipo de, digamos, atentado terrorista en su territorio, o ellos mismos (los británicos), directa o indirectamente, (…) planearon el ataque contra la ciudadana rusa (Yulia Skripal)".

"Es cada vez más obvio que el ataque contra Skripal en Salisbury probablemente es una nueva aventura burdamente fabricada e ilegal, solo resta identificar quién estuvo detrás de ella y que objetivos tenía", señaló.
Ermakov advirtió que las autoridades británicas "se metieron en un callejón sin salida" con sus acciones en el marco del caso Skripal.
© REUTERS/ Parliament TV handout via Reuters

"Al final estarán obligadas a responder a una cantidad cada vez más grande de las preguntas que van llegando", remarcó.
El diplomático no descartó además que lo ocurrido en Salisbury pueda haber sido planificado "desde el otro lado del océano".
"No es un secreto para nadie que el aliado más cercano del Reino Unido es el único Estado en mantener oficialmente el mayor arsenal de armas químicas en el mundo", dijo en referencia a Estados Unidos.
Ermakov afirmó que Moscú no está implicada en el envenenamiento del exespía Serguéi Skripal.
"Lo único que está claro es que Rusia no tiene nada que ver con eso, al menos por una simple razón de que para Rusia sería una improvisación inadmisible y, de todas formas, inútil", dijo Ermakov.
Añadió que "lo único que queda es solo suponer quién y para qué intenta enredar al Reino Unido en una nueva provocación sucia y perjudicial para Londres pero esta vez dirigida contra Rusia".

Ermakov señaló que Rusia no incentivará ni mucho menos responderá por esas acciones descaradas de un Estado que pretende ser civilizado.
Además, criticó el nivel profesional de los diplomáticos y expertos británicos y dijo que está escandalizado por sus declaraciones y que le da vergüenza esas personas.
Asimismo Rusia no acusa de nada a la República Checa, Eslovaquia o Suecia, ni tampoco a ningún otro país en relación con el caso de envenenamiento del ex agente doble Serguéi Skripal en Salisbury, aseguró durante una reunión en Moscú con diplomáticos de países extranjeros, centrada en la situación en torno al envenenamiento de Skripal.
"Quiero subrayar: Rusia no acusa a nadie de nada; pedimos a las capitales que no tergiversen lo que realmente decimos", dijo.
Explicó que las "referencias al potencial químico y tecnológico de la República Checa, Suecia y algunos otros países", hechas por funcionarios rusos, son nada más que un ejemplo del nivel de desarrollo de esas investigaciones en ese ámbito en el mundo entero.

"Pedimos que eso no sea visto como reclamaciones contra nuestros socios", enfatizó.
Recordó que la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) reconoció oficialmente que Rusia destruyó todas sus armas químicas.
"Recordemos que en colaboración con 17 países miembros de prestigio de la OPAQ, con la participación directa de la Unión Europea y bajo un estricto control de la OPAQ Rusia cumplió con éxito con su programa nacional de destrucción de armas químicas", dijo.
Ermakov señaló que "se eliminó por completo el arsenal de armas químicas que heredamos de la URSS y que era uno de los mayores del mundo, de unas 40.000 toneladas".
"Esos datos fueron minuciosamente verificados y confirmados por numerosos grupos de inspección de la secretaría técnica de la OPAQ", recalcó.
El alto diplomático insistió en que Londres no logrará minar el prestigio de la OPAQ con el caso Skripal.

"Londres no conseguirá denigrar o socavar el prestigio de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas y la Convención sobre las Armas Químicas", dijo al subrayar que "los sucios intentos de los políticos británicos de generar confusión" no les honran.
Aseguró que "los 192 Estados, todos nosotros, los participantes de pleno formato de la Convención sobre las Armas Químicas, no permitiremos que se haga".
"Sería una catástrofe no solo para el proceso de la destrucción de las armas químicas sino también para el desarme en general", mencionó.
Añadió que la OPAQ corroboró oficialmente la eliminación total del arsenal químico de Rusia en octubre de 2017.
"Rusia cumplió con éxito su programa nacional de destrucción de armas químicas con la colaboración de 17 países miembros de la OPAQ y la Unión Europea (…) 

Los datos fueron verificados y confirmados por los numerosos grupos de inspección de la Secretaría técnica de la OPAQ", destacó.

En la cita participan más de 50 embajadores y representantes diplomáticos.
"Rusia eliminó completamente cerca de las 40.000 toneladas de armas químicas que heredó de la Unión Soviética", precisó Ermakov.
Asimismo, declaró que Moscú espera que Londres le presente un informe oficial sobre el envenenamiento del exespía Serguéi Skripal y su hija.
"Esperamos de Londres y de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) un informe detallado sobre lo que sucede en el marco del caso Skripal, necesitamos conclusiones de pleno formato con pruebas detalladas", dijo Ermakov.

Rusia cuestionará los resultados de la investigación de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) y el Reino Unido sobre el caso Skripal si no participa en ella, agregó Vladímir Ermakov.
"Estas intenciones, francamente deshonestas, de indagar algo sin revelarlo a nadie y luego presentar los resultados como la verdad absoluta, no son algo que admitiremos", dijo al intervenir ante diplomáticos extranjeros en Moscú.
Ermakov reveló que Rusia tuvo la oportunidad de preguntar al director general de la OPAQ y a sus colegas británicos lo sucedido, pero no obtuvo "respuestas de peso".
"Nuestros colegas evitaron contestar a las cuestiones más importantes para nosotros", agregó.
Asimismo, Ermakov alegó la Convención sobre Armas Químicas al resaltar que la secretaría técnica de la OPAQ no tiene el derecho de investigar lo que le solicitó el Reino Unido.
Señaló que Moscú ve absurdo que Londres exija sus explicaciones sobre el envenenamiento del ex agente doble Serguéi Skripal y su hija.
Enfatizó que Moscú propone a Londres entablar un diálogo concreto a nivel de expertos para investigar el caso Skripal.

El representante del Ministerio de Exteriores ruso aseguró que en su momento oportuno los británicos recordarán su profesionalismo y los dos países podrán investigar conjuntamente el envenenamiento del exagente doble Serguéi Skripal y su hija Yulia.
"Creo que ya llegará el momento cuando nuestros colegas británicos recuerden también su profesionalismo diplomático altísimo y su gran nivel en calidad de expertos", señaló Ermakov.
El diplomático aseguró que Rusia no tiene que "presentar nada a Reino Unido, pues se trata de un ataque contra dos ciudadanos rusos en el territorio de Reino Unido, podemos realizar juntos la investigación con todos los datos al descubierto".
Las autoridades británicas no responden a las cuestiones rusas sobre el estado de Yulia Skripal y Moscú no dispone de datos fiables de lo ocurrido por tanto "es absurdo exigir que Rusia dé explicación alguna", apuntó.

Asistieron a la reunión los embajadores de Brasil, Corea del Norte, Egipto, Indonesia, Irak, Libia, Siria y Sudán, así como representantes de países europeos, árabes, africanos y asiáticos.
El exoficial de inteligencia militar rusa, residente en Reino Unido, y su hija fueron hallados inconscientes el 4 de marzo cerca de un centro comercial en esa ciudad británica.
Ambos continúan en estado crítico y reciben tratamiento por intoxicación con una sustancia de acción neuroparalizante.
Skripal fue reclutado por el servicio secreto británico MI6 cuando servía en las Fuerzas Armadas rusas en los años 1990.
En 2006 la justicia rusa lo condenó a 13 años de cárcel por espiar a favor de un Estado extranjero y cuatro años después fue canjeado junto con otros dos espías por diez personas detenidas en Estados Unidos.

El Reino Unido acogió a Skripal y le concedió la ciudadanía británica, según confirmó Scotland Yard.
La semana pasada, la primera ministra británica, Theresa May,responsabilizó a Moscú de lo ocurrido en Salisbury —que calificó de intento de asesinato— y anunció, como represalia, la expulsión de 23 diplomáticos rusos y la cancelación de todos los contactos de alto nivel entre ambos países.
Moscú, que rechazó todas las acusaciones por infundadas, exigió en respuesta la salida de 23 empleados de la Embajada británica, además de anunciar el cierre del consulado británico en San Petersburgo y de la oficina del British Council en Moscú.

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