Yusuf Fernández
La invasión de Afrin por parte del Ejército turco -la llamada Operación Ramo de Olivo- está lejos de ser un paseo militar y se ha convertido en una operación larga y costosa El Ejército turco ha perdido decenas de soldados además de tanques, vehículos blindados, helicópteros, drones etc.
El sábado pasado, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, reconoció que un helicóptero militar turco había sido derribado cerca de la frontera con Siria. Él dijo que el aparato estaba participando en la ofensiva contra Afrin cuando fue abatido mientras sobrevolaba la provincia turca de Hatay.
El primer ministro turco, Binali Yildirim, reveló, por su parte, a los medios locales que los dos militares turcos que viajaban en el helicóptero murieron en el incidente.
Según fuentes militares turcos, otros nueve militares turcos resultaron muertos y 10 heridos en diversos incidentes ese día.
Uno de los reveses más duros sufridos por el Ejército turco fue uno en el que cinco tanques y un depósito de armas y municiones fueron destruidos y cinco soldados y varios miembros de las milicias aliadas, fundamentalmente el Ejército Sirio Libre (ESL), resultaron muertos, señaló la publicación kurda Hawar el lunes.
El lunes también las milicias kurdas de las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG) derribaron un drone Bayraktar TB2 turco que sobrevolaba la localidad de Qodeh, en el noroeste de Afrin. En los días anteriores, otros tres tanques turcos fueron destruidos con misiles antitanques suministrados por EEUU a los kurdos. Todos los tripulantes de los mismos, más de una decena en total, murieron en estos incidentes.
En realidad y pese a la toma de varias localidades y colinas, la ofensiva turca y de sus aliados ha ido mucho más lenta de lo que cabría esperar dada la disparidad de fuerzas. En tres semanas, los avances han sido pequeños y algunos lugares han cambiado varias veces de manos, sin que los turcos hayan podido asestar un golpe definitivo a las fuerzas kurdas, que continúan resistiendo. En otros territorios alejados de Afrin, como Hassakah o Raqqa, los intentos de avance de los turcos y sus aliados han sido rápidamente rechazados por las YPG.
Sorpresa turca
De hecho, el Ejército turco parece sorprendido por la resistencia de las milicias kurdas, que luchan para proteger a la población mayoritariamente kurda de Afrin, y su capacidad de infligir graves daños en las filas y en los equipos militares turcos.
Los turcos quizá desconocen que los kurdos, y todo el resto del pueblo sirio, ven la ofensiva turca como una plasmación de la política neo-otomana de Erdogan y su círculo íntimo, que sueñan con la restauración de la influencia otomana en la región a través de la presencia militar y económica turca en los estados árabes vecinos.
Los medios turcos han preferido explicar los reveses sufridos culpando a EEUU y su ayuda militar a los kurdos.
La televisión turca ha afirmado, por ejemplo, que los kurdos disponen de miles de misiles en Afrin. En la provincia de Hasakah, EEUU ha suministrado incluso tanques y vehículos blindados a los kurdos.
La respuesta turca ha sido enviar refuerzos, incluyendo miembros de las fuerzas especiales turcas y más militantes aliados de Ankara, además de más tanques y vehículos blindados al enclave de Afrin en un intento de aplastar de una vez por todas la resistencia kurda.
En realidad, Erdogan no podría soportar políticamente una humillación como la de ser derrotado en Afrin y parece determinado a implicar más tropas en esta operación, que aparece ya como una guerra en gran escala para Turquía y un conflicto que podría tener serias consecuencias para las relaciones con EEUU, uno de los principales apoyos de las YPG.
En una muestra de esta escalada, las tropas turcas bombardearon el martes 13 de febrero por primera vez con su artillería la ciudad de Afrin, incluyendo sus zonas residenciales, causando graves daños.
Por el lado kurdo, todo apunta también a una escalada. Hasta el momento, más de 1.000 kurdos, tanto civiles como milicianos, han muerto como consecuencia de los ataques turcos y esto ha despertado un sentimiento de cólera entre la población kurda siria que se ha movilizado en contra del invasor.
Esta actitud ha contagiado también a los kurdos de fuera de Siria. Según la agencia de prensa alemana Deutsche Presse Agentur, de 2.000 a 3.000 kurdos residentes en Europa han viajado a Iraq para dirigirse desde allí al norte de Siria a luchar contra los turcos.
Cabe señalar que las carreteras que van desde Iraq hasta Hasakah, en el norte de Siria, están controladas por los ejércitos iraquí y sirio y éstos parecen estar permitiendo a los combatientes kurdos de Iraq y Europa viajar libremente por estas rutas para llegar a su destino.
La afluencia de estos combatientes podría llevar al Ejército turco a un empantanamiento en el norte de Siria obligándolo a librar una larga y costosa guerra de guerrillas.
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